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jueves, 1 de septiembre de 2022

Diseño de un sistema de salud y el riesgo moral

En un debate (USA) se presenta un caso: un trabajador joven y sano no se asegura. Luego padece una enfermedad grave de tratamiento caro. ¿Qué hacer?

Para un participante, el Estado no está obligado a nada: en eso consiste la libertad.

Opino en 10 tuits:

1/10

La lógica es esta: si el Estado no cubre los tratamientos, los individuos se asegurarán. La solución no es medicina pública, sino individuos responsables. De esta manera se fomenta la responsabilidad y la gente se asegurará. Tendremos una sociedad responsable.

¿Impecable?

2/10

Examinemos algunos peros a esa argumentación:

(i) Hay gente que no tiene recursos para pagarse un seguro. En realidad, el caso no iba por ahí, sino por quien, pudiendo pagárselo, decide no hacerlo. Dejemos, pues, esta parte de la cuestión para otro momento.

3/10

(ii) La cuestión es si el Estado puede dejar morir a alguien en esa situación. El participante, con el entusiasmo de parte de la audiencia que grita «sí, que se le deje morir», parece no tener problema contestar afirmativamente.

4/10

El problema con esta respuesta es doble:

Por una parte, en la mayoría de las sociedades esta solución no es moralmente aceptable por la mayoría. Quieras que no, el Estado terminará pagando tratamientos a personas no aseguradas. Es imposible comprometerse a no hacerlo.

5/10

Teniendo en cuenta lo anterior, las consecuencias de no asegurarse serán algo menos terribles y habrá gente que decida no asegurarse. Es un problema irresoluble de manera óptima: incluso si los individuos fueran perfectamente responsables seguiríamos teniéndolo.

6/10

Por otra parte, los humanos somos malos calculando riesgos. Por mucha responsabilidad y documentación que tengamos, será difícil que todo el mundo sepa cuál es su mejor seguro de salud.

Ambos problemas se resuelven con seguros obligatorios o con sanidad universal.

7/10

(iii) La cuestión dual a la anterior es si un sistema de seguros privado es eficiente. Además de los problemas anteriores, incluso si las personas son responsables y están bien informadas, quedan todavía varias cuestiones:

8/10

Las aseguradoras tienen un incentivo muy grande a intentar conocer el grupo de riesgo del asegurado. Muy a menudo, aun cuando el propio asegurado lo ignora y cuando el factor de riesgo no depende de las decisiones del asegurado.

9/10

Impedir lo anterior es muy difícil y tendrá como consecuencia la falta de seguro frente a muchos problemas de salud.

De nuevo, este problema se resuelve con seguros obligatorios (también para la compañía, que no debe poder rechazar a ningún cliente) o con sanidad universal.

10/10

No se resuelven todos los problemas: ¿Qué hacer con las situaciones de riesgo que son decisión del individuo (fumar, practicar alpinismo,...)? Para algunas de ellas, lo dejamos pasar. Para otras, la contratación de un seguro extra puede ser la solución.

martes, 21 de julio de 2020

Piensa mal y no acertarás

Este es un hilo sobre encontrar patrones donde no los hay, desde los números aleatorios al posmodernismo en Economía. El hilo original puede verse aquí.

1
Vía @gilbellosta veo esta página en la que probar a encontrar números aleatorios entre 1 y 100.
macartan.shinyapps.io/fish/
Juega un poco antes de seguir con este hilo /16 en el que al final hablaré de posmodernismo y economía. Sorpresa!

2
Verás que eres incapaz de generar una secuencia aleatoria según las exigencias de la página. A veces porque escribes demasiados sietes, a veces porque pones números muy altos o por lo que sea.

3
Lo sigues intentando y no hay manera. Pones números generados por Excel o por cualquier otro programa y tampoco. Siempre hay una razón por la cual no son aleatorios. ¿Qué está pasando?

4
Veamos esta respuesta a una secuencia introducida por mí.


Como veis, en este caso hay demasiados doses. Algo que solo ocurriría con un 14 % de probabilidad en caso de que los números fueran aleatorios. ¿Está claro, no?

5
Pues no. Habiendo 10 dígitos, la probabilidad de que precisamente uno preseleccionado se repita 4 veces es del 14 %, pero la probabilidad de que alguno cualquiera se repita 4 veces es altísima.

6
Si añadimos las probabilidades de que sean altos, bajos, extremos, medios, ascendentes, descendentes, demasiado seguidos, demasiado espaciados o mil cosas más, la probabilidad de que algo de eso pase es el 100 %.
 
7
Esto quiere decir que el test para ver si los números son aleatorios no es tal. Un test así debe incluir: (i) una especificación ex-ante de lo que va a buscar y (ii) un cálculo de probabilidades teniendo en cuenta todo lo que busca, no solo una cosa.

8
No hacer lo anterior implica encontrar patrones donde no los hay. Y eso, my friends, nos lleva a graves problemas, mucho más allá de este juego.

9
Por ejemplo, hipótesis mal definidas nos llevan a encontrar muchísimos ejemplos que nos la confirman. Cualquier cosa se puede adaptar a ella.

10
Por ser más específico, piénsese en cosas como
-la lucha de clases es el motor de la historia,
-los traumas de la infancia provocan trastornos en la personalidad, o
-el lenguaje no es neutral.

11
Son hipótesis que pueden abrir líneas de investigación, pero solo si se acotan y definen bien. Si no, se cometerán los errores del marxismo, psicoanálisis o posmodernismo que tanto confunden a personas por lo demás inteligentes.

12
Sobre esta parte del marxismo y del psicoanálisis ya habló Popper de manera lúcida. No diré más que lo que he dejado dicho aquí:

https://todoloqueseaverdad.blogspot.com/2015/04/la-debilidad-del-marxismo-y-del.html

13
Sobre el lenguaje no neutral, dejad que me explaye:
Aún admitiendo que no lo sea, para que se pueda trabajar con esa afirmación como hipótesis habrá que especificar muchas cosas para saber qué buscar y qué concluir.

14
¿Cómo tener una idea de si un lenguaje es más o menos neutral?
¿qué mecanismo de causa-efecto hay entre una medida de falta de neutralidad del lenguaje y el mantenimiento del sesgo social en el que no es neutral?
¿cómo de potente es el mecanismo?
¿importa mucho o casi nada?

15
Lamentablemente, cuando se lee sobre la falta de neutralidad del lenguaje nunca se ven contestadas estas preguntas. Eso nos lleva a escaladas increíbles en los argumentos.

16
Ejemplo leído recientemente:
-El lenguaje de los economistas no es neutral, tampoco sus modelos.
-No son todo lo pesimistas que deberían, por lo que mantienen el statu quo.
-Así, sirven al poder, que los usa para perpetuar el neoliberalismo y no combatir el cambio climático.

lunes, 26 de noviembre de 2018

Las malas críticas de la economía ecológica

Lleva el blog un par de meses aletargado. Volvamos a la carga poco a poco. Hace unos días tuití estas cosas, que se leyeron bastante. Aquí las recojo.


Voy a explicar un ejemplo de cómo la Economía moderna se aleja de la Economía Neoclásica, de cómo algunas críticas andan despistadas sobre lo que critican y de cómo pueden aportar constructivamente sin ejercer de adanistas.

Se trata de cómo organizar la economía para tratar temas medioambientales, donde se critica la manera de medir las magnitudes. Mi ejemplo será la creación de un mercado de emisiones de gases de efecto invernadero.

Funciona así: el Estado decide cuántas emisiones se permiten anualmente, y quien quiera emitir una unidad de CO2 a la atmósfera deberá comprar al Estado una unidad de permisos.

De esta forma se garantiza que no se emite más de lo decido. Quienes tienen permisos pueden emitir o pueden venderlos. De esta manera se garantiza que acaban en manos de quien más partido le sacan y que el límite de las emisiones se produce al menor coste para la economía.

Falta un detalle: ¿cómo se decide la cantidad de emisiones? En un análisis neoclásico habría que calcular el coste de emitir una unidad, el de emitir dos unidades, tres,..., un millón, 2 millones,... mil millones,...

Estos costes deben ser la suma de todo lo que le cuesta a cada individuo esas emisiones, tanto en impacto económico directo como en su valoración del resto de impactos medioambientales y en las generaciones futuras.

Esos costes formarían una curva de oferta de derechos de emisiones que, cruzada con la demanda, nos daría la cantidad de derechos y el precio al que se intercambiarán estos.

El problema es doble: por una parte los individuos no tienen por qué tener una idea clara de cuáles son estos costes y, por otra, aunque los supieran, no hay manera de que se puedan conocer por quien vaya a simular ese análisis oferta/demanda.

Incluso es concebible que los individuos prefieran que no se usaran sus estimaciones, por muy bien informadas que estuvieran, sino que se usaran otras que tuvieran en cuenta a las generaciones futuras de una manera distinta a cómo las tenemos en cuenta los individuos.

Por estas razones nadie usa el análisis neoclásico para hacer esta estimación. La crítica a la economía neoclásica por no incluir todos los costes o calcularlos mal es infundada. Los análisis de mercados de emisiones parten de un nivel de emisiones decidido políticamente.

Una buena decisión política deberá considerar estudios medioambientales, ingenieriles, económicos,... pertinentes. Si las llamadas Ecological Economics, Physical Economics,... o alguna otra son capaces de aportar al cálculo del número óptimo de emisiones, adelante.

No habrá ningún conflicto entre ese cálculo y la economía mainstream. Es más, si son correctos, esas nuevas metodologías para realizar los cálculos serán fácilmente adoptadas por el mainstream.

FIN DEL EJEMPLO

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Hace cinco años en el blog: Qué dice el teorema de Coase.
Y también: Qué no dice el teorema de Coase.
Y también: Qué no dice el teorema de Coase (2).
Hace tres años en el blog: Catalunya tras las elecciones: ¿más o menos apoyos futuros a la independencia?
Y también: Boicot al Senado en 14 tesis.
Y también: Concierto para vascos (encore).
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lunes, 24 de septiembre de 2018

¿Está causando desigualdad la globalización? (2)

Esta es la segunda parte de la versión en español de mi artículo de junio en Mapping Ignorance. Debe leerse la primera parte para entender esta.


Basado en los estudios más recientes, Ravallion sugiere que la respuesta a las cuestiones de la entrada anterior es negativa, puesto que muchas otras cosas han cambiado en las últimas décadas, además de la globalización:

  • El hundimiento hasta un crecimiento casi nulo alrededor del percentil 80 en la gráfica desaparece si se deja fuera a Japón y a los países de la antigua Unión Soviética (Corlett, 2016) [4].) El largo periodo de estagnación en Japón y el colapso de la URSS no pueden atribuirse a la globalización. 
  • Las grandes innovaciones tecnológicas han incrementado las ganancias de los trabajadores cualificados y de los propietarios de capital. 
  • Ha habido cambios significativos en las regulaciones económicas, sistemas de impuestos y en los beneficios sociales. 

La apertura comercial es a menudo un predictor significativo de las tasas de crecimiento, pero no siempre, pues dependen de qué otros factores se incluyen en el análisis (p.e., véase el meta-análisis de las regresiones de crecimiento en Sala-i-Martin et al., 2004 [5]). La mejor ilustración de todo esto es China, cuyos resultados económicos están detrás de los cambios mundiales en la desigualdad. En este país, el comercio ha desempeñado un papel importante para sostener sus tasas de crecimiento, pero estas hubieran sido mucho menores si no fuera por las reformas económicas de transición a una economía de mercado y de promoción del mercado interno. 

Los efectos de la globalización en el crecimiento de las desigualdades entre países son también cuestionables. La desigualdad ha crecido en una mayoría de países en el mundo rico, pero no en todos ellos. Bourguignon (2016) [2] apunta al ejemplo de Francia, que ha evitado la marcada tendencia a la desigualdad que ha habido en el resto de países desde 1980. Francia no está sola entre los países de la OCDE; dependiendo del periodo de tiempo considerado (algo que puede llegar a importar mucho), también se encuentran caídas en la desigualdad en (por ejemplo) Bélgica, Grecia, Hungría y España (véase OCDE, 2011 [6]). Los países en desarrollo muestran también mucha heterogeneidad, y en ellos se observa crecimientos en la desigualdad tan a menudo como disminuciones (Ravallion, 2014 [7]). En particular, la desigualdad parece disminuir en algunos países cuando se abren al comercio, pero parece aumentar en otros. 

La hipótesis de la “U invertida” de Kuznets (1955) [8] ha tenido mucha influencia en el pensamiento sobre políticas de desarrollo. Kuzntes argumenta que la desigualdad crece en los países pobres a medida que sus economías también crecen, debido a la urbanización; pero que a partir de un cierto punto esta desigualdad disminuirá. Sin embargo, esta hipótesis ha encontrado poco soporte empírico. A lo largo del tiempo, son pocos los países que han seguido el patrón marcado por la hipótesis de Kuznets, como se muestra en Bruno, Ravallion y Squire (1998) [9] y en Fields (2001) [10]. Otra hipótesis, introducida por Milanovic, es la idea de lo que este autor llama “ondas Kuznets”, que comienza por asumir que las economías capitalistas tienden a aumentar la desigualdad y que, cuando esta es muy alta, hay una presión sobre los gobiernos para reducirla, pero no cuando la desigualdad ya es baja. Sin embargo, no hay una manera clara para probar esta hipótesis. Para empezar, la Gran Nivelación tras la Segunda Guerra Mundial ocurrió solo una vez y pudiera ser un periodo único en la Historia. Además, la hipótesis carece de poder de explicación en forma de un mecanismo que aumente y reduzca la desigualdad y que actúe de manera sincronizada en muchos países. 

Si el capitalismo aumenta la desigualdad depende de las condiciones iniciales (incluida la distribución inicial de las dotaciones y de cómo de competitivos sean los mercados) y también de las políticas. Hay países con controles anteriores a las reformas que mantenían la desigualdad artificialmente alta, como ocurría en numerosos países de Latinoamérica. En otros países ocurría lo contrario, como en los casos de China y de la Unión Soviética. Las políticas reformistas para la liberalización económica pueden, entonces, resultar en una redistribución importante entre ricos y pobres, pero en direcciones opuestas en cada grupo de estos países. Las evidencias de que las liberalizaciones comerciales han disminuido las desigualdades pueden encontrarse en Ferreira et al. (2007) [11]. Otras variables como el acceso a productos financieros o, tal vez más importante, el cambio tecnológico en sociedades distintas pueden muy bien ser fuerzas que expliquen los distintos patrones en la evolución de la desigualdad. Las políticas han sido importantes tanto para el crecimiento de los países pobres como para reducir la desigualdad entre países (p.e., los impuestos progresivos, las transferencias de renta y los salarios mínimos). Estas políticas pueden coexistir con una considerable integración global. A la globalización se le puede estar atribuyendo demasiados beneficios y, a la vez, acusándola de demasiadas cosas.

Referencias:

1. Ravallion, M. 2018. Inequality and Globalization: A Review Essay. Journal of Economic Literature, 56(2) 620–642.

2. Bourguignon, F. 2016. The Globalization of Inequality. Princeton and Oxford: Princeton University Press. 

3. Milanovic, B. 2016. Global Inequality: A New Approach for the Age of Globalization. Cambridge: Harvard University Press. 

4. Corlett, A. 2016. Examining an Elephant: Globalisation and the Lower Middle Class of the Rich World. Resolution Foundation Report. 

5. Sala-i-Martin, X; Doppelhofer, G., and Miller R.I. 2004. Determinants of Long-Term Growth: A Bayesian Averaging of Classical Estimates (BACE) Approach. American Economic Review, 94(4) 813–35. 

6. Organisation for Economic Co-operation and Development. 2011. Divided We Stand: Why Inequality Keeps Rising. Paris: Organisation for Economic Co-operation and Development. 

7. Ravallion, M. 2014. Income Inequality in the Developing World. Science 344(6186) 851–55. 

8. Kuznets, S. 1955. Economic Growth and Income Inequality. American Economic Review, 45(1) 1–28. 

9. Bruno, M.; Ravallion, M., and Squire, L. 1998. Equity and Growth in Developing Countries: Old and New Perspectives on the Policy Issues. In Income Distribution and High-Quality Growth, edited by Vito Tanzi and Ke-young Chu, 117–46. Cambridge and London: MIT Press. 

10. Fields, G.S. 2001. Distribution and Development: A New Look at the Developing World. Cambridge: MIT Press; New York: Russell Sage Foundation. 

11. Ferreira, F.H.G.; Leite, P.G., and Wai-Poi. M. 2007. Trade Liberalization, Employment Flows and Wage Inequality in Brazil. World Bank Policy Research Working Paper 4108.

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Hace cinco años en el blog: Qué bueno es tener fórmulas para las pensiones.
Y también: Símbolos y victimismos.
Hace tres años en el blog: Las pensiones en una Catalunya independiente.
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domingo, 16 de septiembre de 2018

¿Está causando desigualdad la globalización? (1)

Esta es la primera parte de la versión en español de mi artículo de junio en Mapping Ignorance.


Ravallion (2018) [1] cuestiona la tesis de que la globalización ha sido una fuerza principal en la desigualdad. A pesar de que esa es la conclusión de dos libros de reciente publicación (Bourguignon, 2016 [2] y Milanovic, 2016 [3]), Ravallion argumenta que su interpretación de los datos no está bien deducida y que está en contradicción con la investigación económica. Este es un resumen del artículo.

Estos son los patrones históricos que se identifican en ambos libros: 
  • La desigualdad global (la desigualdad de ingresos relativa entre la población mundial) aumentó desde 1820 hasta 1990. 
  • Este incremento se debió a diferentes procesos de crecimiento entre los países. 
  • La desigualdad entre países se mantuvo o disminuyó durante la mayor parte de este periodo, con más intensidad en la segunda mitad del siglo 20.
  • Este patrón cambió hacia el final del siglo 20. La tendencia reciente muestra, por una parte, un decrecimiento de la desigualdad entre países que causa un descenso en la desigualdad global, y por la otra, un aumento en la desigualdad dentro de los países.
El cambio en el ingreso real en las últimas décadas tiene unas características peculiares. La gente más pobre ha visto unos incrementos muy pequeños en sus rentas. A medida que nos movemos desde la población más pobre hasta la gente en el percentil 60 observamos cada vez mayores ganancias de ingresos. A partir de este nivel hay un descenso drástico hasta casi cero ganancias en el percentil 80. Las cosas son mucho mejores para los últimos percentiles, los más ricos del mundo, aunque no ganan tanto como los del percentil 60. Todos estos cambios indican que la reducción de la desigualdad se debe al alto crecimiento del las rentas de la población alrededor de la mediana (pero no de los más pobres) y a una falta de crecimiento en la clase media alta (pero no en la clase más alta). Esta patrón en el cambio de la distribución de la renta tiene consecuencias a la hora de medir la desigualdad. Mientras que los índices más usados (Gini y Theil) muestran un descenso de la desigualdad, otros índices que son sensibles a la aversión hacia la desigualdad pueden mostrar un aumento de la desigualdad global cuando esta aversión es muy alta.


Si nos fijamos en la pobreza en lugar de en la desigualdad, los datos muestran un descenso muy grande en la reducción de la pobreza absoluta (del 36% al 19% en la población mundial), pero un progreso mucho menor en la reducción de la pobreza relativa y en la mejora de las condiciones de la población más pobre.

Una vez establecidos los datos, el reto es encontrar una explicación correcta. De acuerdo con Bourguignon y Milanovic uno debe apuntar a la globalización para encontrar la causa. La explicación sería la siguiente: gracias a la globalización los países en desarrollo incurren en menores costes de comercio y tienen mejor acceso a los mercados financieros. Al tener más oportunidades pueden acortar la distancia con los países más ricos, al menos en términos relativos. Al mismo tiempo, las clases trabajadoras en los países ricos sufren las consecuencias de la competencia que les llega del extranjero, mientras que las clases medias de los países en desarrollo ha sido las grandes beneficiadas de este proceso. Todo esto causa un incremento en la desigualdad dentro de cada país. ¿Es correcta esta interpretación? ¿Son la reasignación de los puestos de trabajo y de la actividad económica debida a la globalización la principal causa que explica los hechos observados?

References:

1. Ravallion, M. 2018. Inequality and Globalization: A Review Essay. Journal of Economic Literature, 56(2) 620–642. 

2. Bourguignon, F. 2016. The Globalization of Inequality. Princeton and Oxford: Princeton University Press.

3. Milanovic, B. 2016. Global Inequality: A New Approach for the Age of Globalization. Cambridge: Harvard University Press.

jueves, 5 de julio de 2018

El consumo ostentoso: mercados competitivos vs monopolio (2)

Esta es la segunda parte de la versión en español de mi artículo de mayo en Mapping Ignorance. Debe leerse la primera parte para entender esta.



Podemos resumir el equilibrio de la entrada anterior en otras palabras: gastar X es demasiado caro para el individuo normal y ser tratado como rico no le compensa. Para el rico, la cantidad X no significa tanto y sí se lo puede permitir. En este modelo, el gasto X no es una dilapidación de recursos, o por lo menos no en su totalidad, puesto que los individuos con la etiqueta “rico” obtienen algo a cambio. Puede suceder que una cantidad menor que X también satisfaga esas tres condiciones, pero el gasto debe ser necesariamente alto para que no atraiga a los individuos normales.

En el modelo anterior, Mandler (2018) [2] investiga las consecuencias teóricas de permitir la piratería frente al caso de monopolio de marca en el mercado de estos bienes. Para entender el alcance del modelo de Mandler, considérese primero la situación en la que el nivel X de consumo ostentoso se consigue mediante la compra de unos pocos bienes, pero muy caros, perteneciente a marcas exclusivas. El productor de la marca disfruta de un monopolio sobre el uso de la marca, lo que significa que puede extraer un alto margen de beneficio, la diferencia entre el coste de producción y el precio. En estas circunstancias, una parte elevada del gasto en X es simplemente una transferencia de renta de los individuos etiquetados como “rico” hacia las empresas que ofrecen los bienes de lujo, y una parte pequeña irá a retribuir los costes de producción.

Si ahora consideramos que una empresa que posee una marca no puede evitar que otros la copien, y si múltiples competidores pueden proveer en el mercado un bien indistinguible del original, entonces el precio de los bienes de esa marca particular bajarán, dejando solo un pequeño margen de beneficios a las empresas, tanto a la original como a las que copian el producto. En un primer momento, antes de que la mayoría de la gente conozca la existencia de las copias, muchos individuos normales pueden comprar la etiqueta “rico” a un coste muy inferior a X, puesto que la gente todavía creerá que el gasto en las copias es tanto como era el gasto en el original antes de aparecer los competidores. Esta situación, sin embargo, no puede prevalecer. Al final todo el mundo entenderá qué está pasando y se darán cuenta que para alcanzar el nivel de gasto X los individuos tienen que comprar una cantidad mucho mayor de los bienes de esa marca o pasar a comprar los de otra marca que todavía no ha sido copiada. Como vemos, en este primer caso los consumidores con la etiqueta “rico” estarán comprando mucho de empresas con poco margen de beneficios, lo que implica que la proporción de X que es una transferencia de rentas es baja, y que la proporción que se pierde en los costes de producción es muy alta. En este caso, la conclusión es que el coste total de conseguir la etiqueta “rico” es más alta en competencia perfecta (cuando hay competidores que producen copias perfectas) que en el caso de monopolio. En el caso de que los consumidores con la etiqueta “rico” opten por comprar otros bienes, observaremos un equilibrio al alza en el que las empresas produzcan bienes que no se puedan copiar fácilmente. Esto implica que las empresas competirán en producir bienes cada vez de calidad más alta y que sea difícil de copiar, pero esto también implicará altos costes de producción y un bajo margen de beneficios, con las mismas consecuencias que antes y un coste más alto que cuando se toleran las copias.

En este modelo, a los individuos que realizan un consumo ostentoso no les importa si el mercado está servido por empresas que compiten copiándose los bienes o no, puesto que gastan X en cualquier caso. Son las empresas monopolísticas las que se ven beneficiadas por los altos márgenes cuando no se permiten las copias. Hay otra manera de llegar al mismo nivel de eficiencia social sin otorgar poder de monopolio a ninguna empresa: basta con permitir la copia y poner un impuesto tal que el impuesto más el pequeño margen en competencia se iguale al margen de beneficio en el caso de monopolio.

Referencias:

2. Mandler, M. 2018. Piracy versus monopoly in the market for conspicuous consumptionThe Economic Journal, 128 1257–1275.

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Hace cinco años en el blog: Odiosa comparación (5).
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domingo, 1 de julio de 2018

El consumo ostentoso: mercados competitivos vs monopolio (1)

Esta es la primera parte de la versión en español de mi artículo de mayo en Mapping Ignorance.


El consumo ostentoso puede definirse de manera extensa como un tipo de consumo que no satisface directamente una necesidad o algo que se quiere por sí mismo, sino un deseo de ser reconocido como alguien que ocupa una posición más alta en una jerarquía. Por ejemplo, yo puedo comprar un Picasso no porque me guste particularmente el cuadro, sino porque, colgado un una pared destacada de mi casa, envía inmediatamente un mensaje a mis visitas y amigos acerca de cuán rico soy. Este status es lo que persigo, no el cuadro.

El análisis económico de este tipo de consumo no es fácil. Un error típico es pensar que la ley de la demanda no se satisface, puesto que el precio alto del bien es lo que lo hace atractivo. El error se advierte en cuanto uno se da cuenta de que si el mismo bien se pudiera comprar a un precio inferior (sin que los demás sepan que fue comprado de esa manera) el consumidor lo preferiría.

Si la razón principal del consumo ostentoso es comprar un lugar en un ranking, el resultado es el de un equilibrio al alza en el que aquellos que puedan permitirse bienes de lujo los terminarán comprando en demasiada cantidad. Pongamos que después de que los individuos toman sus decisiones se establece un ranking. Inmediatamente notamos que ese mismo ranking se puede establecer sin tanto gasto (el escalar posiciones en un ranking es un jugo de suma cero). Las empresas y los individuos que proveen los bienes de consumo obtienen un beneficio, pero este no es más que una transferencia de rentas de los consumidores a los productores. Sin embargo, el coste de producir estos bienes es un gasto perdido en la medida en que no contribuyen directamente a un incremento en la utilidad que compense el gasto de acuerdo con el consumidor que lo compra. Este fallo de mercado abre la cuestión acerca de las consecuencias de diferentes tipos de regulación para estos bienes, como el impuesto de lujo sugerido por Stuart Mill en el siglo 19 [1].

Hay otras maneras de modelizar el consumo ostentoso. En lugar de comprar un lugar en un ránking, este consumo compra la pertenencia a un grupo. Como antes, lo que importa es la pertenencia al grupo, no el bien en sí. Sin embargo, contrariamente al modelo anterior, este no es de suma cero, puesto que varios miembros pueden pertenecer al mismo club. Esto es, si un individuo gasta una cantidad suficiente de dinero en consumo ostentoso será clasificado como “rico”, y pertenecerá al grupo de personas con esa etiqueta, lo cual es algo que disfruta. En este caso, el gasto en consumo ostentoso puede analizarse dentro de los modelos de la Economía de la Información. Básicamente, dice lo siguiente: sea que hay gente normal y gente rica (si hablamos de gente rica y gente más rica, nada cambia), pero que no pueden ser distinguidas. En estas circunstancias podemos tener el siguiente equilibrio. Hay un nivel X de consumo ostentoso tal que:

  • Todo el mundo en la sociedad cree que los individuos con un nivel de consumo ostentoso igual o superior a X son ricos, que los individuos con un nivel inferior a X son normales.
  • Los individuos ricos están mejor gastando la cantidad X en consumo ostentoso y disfrutando la etiqueta de “rico” que no gastando esa cantidad y no tener la etiqueta.
  • Los individuos normales están mejor gastando menos de X en bienes ostentosos y no disfrutando de la etiqueta de “rico” que lo contrario.
(Continúa aquí)

Referencias:


2. Mandler, M. 2018. Piracy versus monopoly in the market for conspicuous consumption. The Economic Journal, 128 1257–1275.

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Hace cinco años en el blog: Los efectos de la inmigración en el mercado de trabajo (1).
Y también: Los efectos de la inmigración en el mercado de trabajo (2).
Hace tres años en el blog: La jugada del referéndum griego.
Y también: Once fallos en la negociación de Syriza.
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viernes, 18 de mayo de 2018

Qué motiva el esfuerzo (2)

Esta es la segunda parte de la versión en español de mi artículo de abril en Mapping Ignorance. Debe leerse la primera parte para entender esta.


Esta es la segunda parte de la versión en español de mi artículo de abril en Mapping Ignorance. Debe leerse la primera parte para entender esta.
Tratamiento 9: Un céntimo adicional por cada 100 puntos que será pagado al cabo de dos semanas.
Tratamiento 10: Un céntimo adicional por cada 100 puntos que será pagado al cabo de cuatro semanas.

De acuerdo con la literatura de la Economía del Comportamiento, el descuento hiperbólico se ajusta mejor a las preferencias temporales de los individuos. Sin embargo, los resultados experimentales de estos dos tratamientos, con incrementos respectivos de un 31,7% y un 29,5% comparados con el Tratamiento 2 de recompensa inmediata, son más compatibles con el descuento exponencial más usado en la literatura teórica. Los expertos tampoco acertaron en estas previsiones. (Aquí se puede leer qué son y cómo se calculan estos dos tipos de descuento, y su importancia para el diseño de mecanismos económicos).

Los siguientes tres tratamientos intentan medir las diferencias en esfuerzo cuando los incentivos se describen en términos de ganancias respecto a cuando se describen como pérdidas. De acuerdo con la literatura conductual, los efectos deberían ser mayores cuando la referencia es el pago máximo antes de mencionar pérdidas a partir de él en comparación al caso en que la referencia es el pago antes de las ganancias netas.

Tratamiento 11: Un bonus de 40 céntimos si el resultado llega a los 2000 puntos.
Tratamiento 12: Una pérdida de 40 céntimos si el resultado no llega a 2000 puntos.
Tratamiento 13: Un bonus de 80 céntimos si el resultado alcanza 2000 puntos.

El resultado es un aumento del 40-41% en el nivel de esfuerzo. Sin embargo, y contrariamente a la Economía del Comportamiento, la diferencia entre los dos primeros tratamientos no es estadísticamente significativa. Según esta misma literatura se necesita un bonus dos veces mayor para obtener los mismos resultados cuando los incentivos se describen como una ganancia frente a cuando se describen como una pérdida. El Tratamiento 13 mide esto último y encuentra que el efecto es mucho mayor del esperado (un 44% de aumento frente al 40%). Los expertos realizaron sus predicciones según esta literatura y también calcularon mal los niveles de esfuerzo en esta ocasión.

Tratamiento 14: Una probabilidad del 1% de ganar un dólar adicional por cada 100 puntos.
Tratamiento 15: Una probabilidad del 50% de ganar 2 céntimos adicionales por cada 100 puntos.

Nótese que los incentivos esperados de estos dos tratamientos son idénticos y coinciden con los del Tratamiento 2. Como era de esperar según la teoría de la utilidad esperada, la más estándar, los pagos inciertos reducen los incentivos en relación con los que ofrecen el mismo pago cierto equivalente (un incremento del 24-29% frente al 33%). Sin embargo, los resultados no validan la hipótesis estándar de la Economía del Comportamiento según la cual las probabilidades pequeñas se tienden a sobrevalorar, puesto que el Tratamiento 14 muestra un nivel de esfuerzo menor que tanto el Tratamiento 15 como el 2.

Tratamiento 16: Se informa al sujeto que muchos participantes han puntuado por encima de 2000.
Tratamiento 17: Se informa al sujeto que al final del tratamiento se revelarán las posiciones relativas.
Tratamiento 18: Se pide al sujeto que se esfuerce para ayudar en el experimento.

Estos últimos tres tratamientos se refieren a motivaciones psicológicas, sin pagos monetarios adicionales. Estos tratamientos dan los menores incrementos en los resultados (21%, 15% y 14%, respectivamente) excepto por el Tratamiento 8. Aún así son efectivos, puesto que el incremento en el esfuerzo se hace sin incurrir en costes adicionales.

Así resumen los autores los resultados:

Encontramos que (1) los incentivos monetarios en gran medida funcionan como se esperaba, incluyendo el tratamiento con un pago muy pequeño por resultado que no tiene un efecto de desplazamiento respecto al esfuerzo; (2) la evidencia es parcialmente consistente con los modelos conductuales estándar, incluyendo el warm-glow (la utilidad por donar a causas altruistas), aunque no se encuentran evidencias en lo que respecta a la ponderación de las probabilidades; (3) los motivadores psicológicos son efectivos, pero menos que los incentivos. Comparamos los resultados con las predicciones de 208 académicos. En media, los expertos anticipan varios resultados clave, como el efecto de los motivadores psicológicos. Una parte importante de los expertos, sin embargo, esperaban efectos desplazamiento, ponderación excesiva de las probabilidades pequeñas y altruismo puro, que no se encuentran en los resultados. Para mayor comparación, presentamos un meta análisis de tratamientos similares en la literatura. En general, las predicciones basadas en la literatura están correlacionadas con las predicciones de los expertos, aunque presentan un nivel inferior de aciertos.

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Hace cinco años en el blog: Marxismo vs Economía moderna (1).
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miércoles, 16 de mayo de 2018

Qué motiva el esfuerzo (1)

Esta es la primera parte de la versión en español de mi artículo de abril en Mapping Ignorance.


Uno de los temas de discusión dentro de la Economía del Comportamiento es la motivación del esfuerzo. A pesar de que el típico modelo económico normalmente asume incentivos monetarios, esto no excluye la existencia de otros factores, como las preferencias por ser el primero u otro tipo de beneficios psicológicos o económicos debidos a la reputación. La creciente literatura experimental en esta área ayudará a determinar en qué circunstancias funcionan mejor los distintos tipos de incentivos. En este contexto, Dellavigna y Pope (2018) [1] llevan a cabo un extensivo experimento y comparan sus resultados con la literatura teórica y experimental previa, y también con las predicciones realizadas por expertos.

Los autores usan la plataforma Amazon Mechanical Turk que les permite usar una gran muestra de sujetos experimentales a un coste muy bajo (la tarea se realiza on-line, lleva poco tiempo y es barata). La muestra consiste en casi 10.000 sujetos (cerca de 550 por tratamiento) y refleja la población de los EE.UU. excepto por una cierta sobre representación de los grupos con mayor educación y de personas jóvenes. La tarea del experimento consiste en pulsar botones; una tarea repetitiva y aburrida que se asume requerirá de incentivos para realizarse rápidamente. En todos los tratamientos los sujetos reciben un dólar por participar y, a partir de ahí, diferentes incentivos en 18 tratamientos diferentes.

Estos son los resultados de los distintos tratamientos:

Tratamiento 1: No incentivos.
Tratamiento 2: Un céntimo adicional por cada 100 puntos.
Tratamiento 3: 10 céntimos adicionales por cada 100 puntos.

Estos tratamientos constituyen la referencia sobre la que calibrar el modelo teórico de incentivos que incluye tanto los monetarios como los psicológicos. También servirán como punto de partida para compararlos con el resto de los tratamientos y para que los expertos puedan ajustar sus predicciones. La media de puntos en el Tratamiento 1 es 1521. El tratamiento 2 obtuvo un 33% más y el Tratamiento 3 todavía un 9% adicional sobre el Tratamiento 2.

Tratamiento 4: 4 céntimos adicionales por cada 100 puntos.
Tratamiento 5: Un céntimo adicional por cada 1000 puntos.

El resultado del Tratamiento 4 fue razonablemente bien previsto por los expertos y responde a lo esperado según el modelo teórico. Sin embargo, el Tratamiento 5, con una recompensa muy baja, podía haber mostrado un efecto de desplazamiento según la literatura. Cuando el incentivo es muy bajo se puede percibir como un insulto y puede inducir un nivel de esfuerzo todavía menor que en ausencia de incentivos. Sin embargo, en el Tratamiento 5 el resultado fue un 24% mayor que el Tratamiento 1 (sin incentivos), mucho mayor que el previsto por los expertos, basándose en la literatura, y cercano al valor del modelo teórico sin efecto desplazamiento.

Los siguientes tres tratamientos tienen que ver con preferencias sociales que se estudian en la literatura de la Economía del Comportamiento.

Tratamiento 6: Se donará un céntimo a la Cruz Roja por cada 100 puntos.
Tratamiento 7: Se donarán 10 céntimos a al Cruz Roja por cada 100 puntos.
Tratamiento 8: El participante recibirá un bonus de 40 céntimos por haber participado.

En ninguno de estos tres tratamientos la cantidad que recibe el participante depende de su esfuerzo. Los dos primeros miden el altruismo del sujeto, mientras que el tercero mide cómo responde a un “intercambio de regalos”. Los tratamientos 6 y 7 mostraron un nivel de esfuerzo mayor que el Tratamiento 1, pero, contrariamente a lo esperado, menor que en el Tratamiento 2, lo que indica un peso pequeño de las preferencias sociales en la motivación. El bonus incondicional de 40 céntimos en el Tratamiento 8 tuvo el menor de los efectos de entre todos los tratamientos, solo un 5% de incremento en el resultado respecto al Tratamiento 1.

(Continúa aquí).

Referencias:

1. Dellavigna, S., y Pope, D. 2018. What Motivates Effort? Evidence and Expert Forecasts. Review of Economic Studies 85, 1029–1069.

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Hace cinco años en el blog: Sector privado, sector público.
Y también: Conciliando falsabilidad sí, falsabilidad no.
Hace tres años en el blog: Cómo afectan las patentes a la innovación acumulativa (1).
Y también: Cómo afectan las patentes a la innovación acumulativa (2).
Y también: Vivimos en un Universo que salpica.
Y también: De Salvados, mis primeras finanzas y altas susceptibilidades.
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viernes, 30 de marzo de 2018

El cheque escolar (2)

Esta es la segunda parte de la versión en español de mi artículo de febrero en Mapping Ignorance. Debe leerse la primera parte para entender esta.


Cuestión 1: Los resultados no son claros. En muchos casos los resultados de transferir estudiantes a la escuela privada tiene poca incidencia en los resultados escolares; en otros casos mejoran o disminuyen de manera sustancial. Además, las investigaciones más rigurosas no revelan los mecanismos que darían cuenta de estas diferencias, por lo que es difícil extraer ninguna conclusión. Es relevante apuntar que la evidencia, particularmente la de los EE.UU., es consistente con la hipótesis de que los cheques mejoran más un tipo de habilidades que otros. Por ejemplo, es posible que los efectos positivos en las tasas de graduación en EE.UU. se deriven de mejoras en las habilidades no cognitivas, puesto que la falta de impacto en las pruebas académicas apuntan a un efecto más débil en la dimensión cognitiva.

Cuestión 2: La evidencia sugiere, como parecía esperar, que los cheques pueden resultar en una reasignación no aleatoria de los estudiantes entre sectores y dentro de ellos. Dicho esto, los detalles del diseño del programa importan. Por poner un ejemplo entre los programas a gran escala, el diseño de Chile, en general, facilita la separación más que el de Suecia. Una de las características del programa de cheques escolares en chile es que permite a las escuelas operar lucrativamente, pero no se puede establecer una relación causal entre este hecho y la mayor segmentación. 

Cuestión 3: Varios estudios sobre la respuesta de las escuelas públicas a la competición por los cheques escolares han medido la intensidad de la reacción según la proporción de los estudiantes en la escuela pública que son elegibles para recibir el cheque, o por la proximidad de escuelas privadas alternativas. Prácticamente todos estos estudios encuentran que los resultados de las escuelas públicas mejoran con la intensidad del tratamiento. Dicho esto, la mayoría de los análisis no muestran una manera clara con la que tratar los sesgos potenciales derivados del efecto composición (que podría ser significativo, de acuerdo con los estudios) o de políticas que potencialmente pueden confundir los resultados, como la rendición de cuentas. 

Cuestión 4: En países de altos ingresos, la investigación sobre el impacto de programas a pequeña escala en los resultados escolares no muestran un patrón consistente y robusto. Los resultados más prometedores de estos programas vienen de los países en desarrollo. Colombia e India ofrecen los resultados más positivos; en el caso de Colombia, porque los resultados de las pruebas mejoran, y en el caso de India porque , aunque los resultados no mejoran mucho, se obtienen a un tercio del coste y sin efectos distributivos. Sin embargo, la conexión causal no puede establecerse y las mejoras en la India son difícilmente extrapolables a otros países (de hecho, esos efectos no es han encontrado en ninguna otra parte) debido a la disfuncionalidad de su sistema educativo. 

Los programas a gran escala ofrecen una variedad de resultados. Por ejemplo, los resultados en Chile no mejoraron durante los primeros veinte años de la reforma que introdujo los cheques, pero sí lo han hecho sustancialmente desde 2003 hasta 2011 (el segundo mayor crecimiento de los indicadores en los cuarenta y nueve países en el estudio), un periodo que incluyó una reforma para aumentar los cheques a estudiantes de bajos ingresos y para eliminar los complementos de tasas para esos estudiantes y las admisiones selectivas. En Suecia, sin embargo, el panorama es claramente más negativo, puesto que en este país los resultados se han ido deteriorando en los años posteriores a la introducción del cheque. 

Cuestión 5: Los autores muestran algunos estudios empíricos sobre el apoyo a los programas de cheques escolares en California. Una predicción teórica es que los cheques deberían causar una bajada (subida) de los precios de las viviendas en aquellos barrios con escuelas de alta (baja) calidad. Los estudios encuentran, efectivamente, que los dueños de las viviendas con un valor un 15% sobre la media estarían ocho puntos por debajo en su apoyo al programa en comparación con los de un distrito con viviendas con un valor un 15% menor que la media. El apoyo al cheque escolar también cambia dependiendo de si la persona entrevistada tiene hijos en escuelas públicas o privadas. Las familias con hijos en escuelas privadas apoyan mucho más el programa de cheques que las que tienen sus hijos en escuelas públicas. En ambos casos el apoyo aumenta con la calidad de las escuelas públicas en su distrito. En los EE.UU. prácticamente todas las propuestas de programas de cheque escolar tuvieron lugar en estados donde el Partido Republicano controla el legislativo, y entre ellos, las propuestas que salieron adelante lo fueron en estados con más mayoría republicana. Los estudios muestran también evidencias de que las propuestas de cheque escolar centradas en distritos de grandes ciudades tienden a aglutinar más apoyo. No hay estudios disponibles en otros países. 

Para resumir, la evidencia no apoya la causa de una adopción generalizada del sistema de cheque escolar, pero sí apoya con fuerza la necesidad de continuar con la experimentación y evaluación. Para la investigación, las tareas futuras incluyen el refinamiento de las estrategias de identificación, el estudio de los impactos a largo plazo, el lograr entender por qué algunos efectos aparecen o no, así como juntar las evidencias teóricas y empíricas para mejorar el diseño del sistema.

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Hace cinco años en el blog: Cómo ser "escéptico" de la Economía en 15 lecciones.
Hace tres años en el blog: Miguelito (el de Mafalda) y el libre albedrío.
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miércoles, 28 de marzo de 2018

El cheque escolar (1)

Esta es la primera parte de la versión en español de mi artículo de febrero en Mapping Ignorance.


El mecanismo más usado para garantizar la educación universal en un país es la provisión pública de educación, donde el término “pública” se refiere tanto a la financiación como a la provisión. Milton Friedman (1962) [1] abogó por mantener la financiación pública y al mismo tiempo privatizar la provisión mediante un mecanismo de cheques escolares. Si el Estado se gasta 100 por cada estudiante en el sistema público, ese mismo Estado podría dar a cada estudiante un cheque escolar por valor de 100 para que lo empleara en la escuela de su elección. El Estado estaría haciendo el mismo esfuerzo para financiar la educación universal, pero ahora las escuelas privadas estarían compitiendo para atraer a los estudiantes y tener sus cheques. La competición entre las escuelas mejorará la calidad de la educación y hará que los recursos se usen de manera más eficiente que en manos del gobierno.

Al menos, esa era la idea, extrapolando las buenas propiedades de los mercados competitivos en ausencia de fallos de mercado importantes. Desde Friedman, la literatura teórica ha desarrollado diferentes modelos para analizar el posible impacto del mecanismo de cheque escolar en distintos escenarios. Una característica que se mantiene constante en todos esos estudios es que el diseño de laisser-faire separa a los alumnos por renta y habilidades. Otras consecuencias dependen de los detalles específicos del sistema. 

En un artículo reciente, Epple et al. (2017) [2] repasan la evidencia empírica sobre los programas de cheques escolares. Los autores encuentran resultados encontrados, pero que aún así permiten dar algunas indicaciones sobre cómo limitar algunos de los resultados negativos manteniendo los positivos. En sus palabras, la investigación que ha analizado estos programas intenta contestar cinco cuestiones fundamentales: 
  1. ¿Qué efectos tienen los cheques en los estudiantes que los usan? 
  2. ¿Inducen los cheques una migración no aleatoria de los estudiantes desde las escuelas públicas a las privadas, posiblemente reduciendo el rendimiento de los estudiantes que se quedan en el sector público por efecto de grupo o por otros canales?
  3. ¿Inducen los cheques presión en las escuelas públicas para ser más eficientes, aumentando el rendimiento de los estudiantes que se mantienen en el sector público? 
  4. ¿Cuál es el efecto neto del sistema de cheques en el rendimiento agregado del sistema educativo? 
  5. ¿Qué factores económicos y políticos determinan la existencia y el diseño de los programas de cheques escolares? 
La literatura que ha investigado el tema cubre una variedad de países, incluidos los EE.UU., Colombia, India, Chile, Dinamarca, Países Bajos, Nueva Zelanda, Suecia y Canadá. Hay programas a pequeña y a gran escala; programas financiados por los presupuestos generales del país, otros financiados por rebajas en los impuestos y todavía otros financiados por fundaciones privadas. Finalmente, los programas difieren en su diseño: algunos permiten que la escuela imponga otras tasas y otros no; algunos requieren que la escuela use una lotería cuando tienen exceso de demanda, mientras otros permiten que la escuela elija a los alumnos; algunos se dirigen a un grupo específico de estudiantes y otros se dirigen a otros grupo o a ninguno en particular, y así sucesivamente. En la siguiente entrada presento el sumario sobre las cuestiones planteadas.

Referencias:

1. Friedman, M. 1962. The Role of Government in Education. Chapter VI in Capitalism and Freedom. Chicago and London: University of Chicago Press.

2. Epple, D.; Romano, R.E., y Urquiola, M. 2017. School Vouchers: A Survey of the Economics Literature. Journal of Economic Literature 55(2), 441–492.

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Hace cinco años en el blog: Cuentos de la lechera austriacos y planes de pensiones.
Y también: Sobre la monogamia y sus alternativas.
Y también: Experimentos sobre equidad (1).
Y también: Experimentos sobre equidad (2).
Hace tres años en el blog: Separación por sexos en el aula. ¿No, por principios o no, por evidencias?
Y también: Impresiones andaluzas.
Y también: Los mitos de la razón. El Hombre Flotante de Avicena.
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lunes, 12 de marzo de 2018

Las dimensiones económicas de la crisis catalana. El debate en la LSE.

En una reciente visita que hizo Andrew Mas Colell a Madrid me acerqué a saludarlo. Le comenté sobre el debate en la LSE sobre las dimensiones económicas de la crisis catalana entre él mismo, Ángel de la Fuente, Jordi Galí, Ramón Marimón y Antonio Cabrales, y me recomendó que no lo viera. Como veis, no le he hecho caso, pero no porque no valore su consejo, sino porque me ha podido la curiosidad. Aquí está mi resumen para quienes no tengan tiempo de verlo o no entiendan el inglés con marcado acento español/catalán. Adelanto una única reflexión: los pro-independentistas usan argumentos y datos sin contexto (excepto Galí en una ocasión, cuando habla de la productividad del capital público, en que Cataluña no está en ninguna posición distinta que otras comunidades). Los no-independentistas ponen sus datos en contexto, comparando con catalanes no independentistas, con otros momentos, con otras comunidades y con otros países. Lean y, si no se fían, vean el vídeo, para ver que no engaño.


Mas Colell: España gobierna mal, Cataluña lo haría mejor. La financiación autonómica es caótica y Cataluña tiene un déficit fiscal.

De la Fuente: La contribución de Cataluña al resto de España está muy dentro de lo que es normal en España y en el mundo. Muestra un gráfico y comenta que Cataluña es más la regla que la excepción.

Galí: El apoyo a la independencia no es debido a la crisis. Muestra un gráfico y comenta que el apoyo es posterior al aumento del paro. También hay más apoyo donde hay menos paro. Muestra un gráfico donde se ve la evolución de la inversión pública en Cataluña y cómo es muy inferior al peso económico o poblacional en los últimos años. Finalmente muestra que la productividad del capital público es mayor en Cataluña que en otras comunidades, aunque comparable a Madrid, Baleares y Valencia.

Marimón: Para calcular el coste de la independencia no mires el estado estacionario, sino cuántos años hacen falta para recuperar el nivel actual y cuántos para colocarse en el lugar que habría estado sin independencia. Son muchos en cualquier escenario. En alguno no se consigue nunca. La descentralización en España se ha hecho muy rápidamente, de ahí la acumulación de fallos. Entendamos eso y arreglémoslo. Hace hincapié en la división que el independentismo ha causado en la sociedad catalana. 

Cabrales: Los experimentos sobre juegos de confianza entre regiones indican que la desconfianza se da en mucha mayor medida entre personas simpatizantes de distinto partido que entre personas de distinta región. Las preferencias de los simpatizantes de distintos partidos sobre cuántas horas dedicar a cada lengua en el sistema educativo no son tan distintas entre sí y son distintas a la realidad. Hay un capital humano común a catalanes y resto de españoles que no debe dilapidarse. 

De la Fuente: Los datos de Galí están mal, el stock per cápita en infraestructura en Cataluña está en la media de la española y mejor que en Madrid. 

Mas Colell: España sigue siendo centralista, por ejemplo, el aeropuerto de Barcelona se gestiona desde Madrid. ¿Por qué no un referéndum? 

De la Fuente: Ok, tengamos más autonomía y experimentemos con redistribución de competencias, aunque no sabe por qué tener aeropuertos descentralizados es algo bueno. 

Galí: En España se ha descentralizado el gasto, pero no la toma de decisiones. Los costes de la independencia son artificiales, haciendo las cosas más duras de lo que podrían ser para Cataluña.

Marimón: Si España es disfuncional, el problema no es específico de Cataluña. Las simulaciones sobre los costes de la independencia antes aludidos no incluyen los costes artificiales, solo los costes de transacción inherentes a la independencia. No a represalias de ningún tipo. 

De la Fuente: España sí está descentralizada, compares con quien compares. Por ejemplo, con Alemania. 

Mas Colell: España no es federal porque no se quiso. Tiene autonomías para poder quitarlas si se quiere, que es en la situación en que estamos ahora. 

Cabrales: La distancia cultural importa para el comercio y Cataluña tiene menos con el resto de España que con otros países. 

Marimón: ¿Más independencia en un mundo más dependiente? Un Estado federal con responsabilidad regional y con reglas claras de solidaridad y de compartición de riesgos es posible. No se ha hecho bien en España, pero podemos pensar en cómo afrontar esto y a partir de ahí cambiar la Constitución, no al revés. Estamos aprendiendo estos problemas en parte gracias a los catalanes.

Galí: Los beneficios de la independencia no solo son los dividendos fiscales, sino también, y de manera más importante, la posibilidad de empezar desde cero. Los costes comerciales, financieros y monetarios se pueden evitar con voluntad, aunque no los boicots que pueda haber por parte del resto de españoles. Los independentistas quieren ser parte de la UE. Las exportaciones de Cataluña al resto de España han disminuido hasta el 37,7%. ¿Por qué no decidir cambios en las fronteras políticas democráticamente en lugar de mediante guerras y matrimonios reales? 

De la Fuente: Hay que dudar de que Cataluña vaya a ser más rica con la independencia. Acaso son los catalanes más inteligentes que el resto de españoles. Viendo la clase dirigente en Cataluña no apostaría por ello. 

Mas Colell: Tampoco apostaría por la clase dirigente española. No le interesa examinar los pros y contras de la independencia. Esa no es la cuestión, sino por qué Eslovenia puede ser independiente y Cataluña no. El Estado español ha dejado bien claro que ejercerá toda la fuerza para impedirlo, pero eso no cambiará lo que piensa la gente. Y entonces ¿qué hacemos? 

Cabrales: ¿Qué hacemos a partir de ahora? Supongamos que se negocia un referéndum, ¿en qué consistiría? No tenemos ley de claridad como en Quebec. Habría que discutir estas cosas. 

Marimón: Los catalanes hemos ayudado a construir la democracia en España. No olvidemos eso y tengamos la misma implicación para las reformas que pueda haber en los próximos veinte años. La sociedad catalana está dividida. 

Mas Colell: No es cuestión de referéndum sí o no. Esto no está sobre la mesa. La cuestión es por qué España no puede ser como Canadá. 

Galí: No permitir el referéndum y encarcelar a políticos no resolverá la división de la sociedad catalana. Si las fronteras importan tanto, ¿por qué el número de países ha aumentado desde la Segunda Guerra Mundial, incluso en Europa? Hay fuerzas subyacentes que permiten esto, ¿estamos ante una era de países pequeños? Un ránking de los países más ricos incluye muchos de menos de diez millones de habitantes. 

Preguntas de la audiencia: 

-¿Es el modelo vasco una solución aceptable? 

De la Fuente: No, porque tanto el País Vasco como Navarra están subvencionados. Son pate del problema de la financiación, no la solución. 

Marimón: Lo importante es la claridad y el compromiso. Con ello no habría problemas con un sistema así. Una agencia debería encargarse del Cupo, no el ministro de turno. 

-Barcelona está más conectada con Madrid que con cualquier otra ciudad y estamos más preocupados de Madrid que de otra ciudad de Cataluña. 

Mas Colell: Pagamos por el museo del Prado, sería bueno tener parte en Barcelona. Por supuesto que pensamos en Madrid, como en Bruselas, porque dependemos de ella, pero no es lo ideal. 

-¿No es una cuestión de descentralización, sino de relocalización? 

Mas Colell: La relocalización no implica más poder de decisión, pero mejoraría las cosas. 

-¿Cuál es la razón de las autonomías si las reglas están centralizadas (como en el caso de RU y la UE)? 

Mas Colell: Desconfío de las decisiones centralizadas. Cataluña no tiene poder político real, pero aun así es mejor si las decisiones para Cataluña se toman localmente. 

-¿Hay voluntad de cambiar las cosas? 

Marimón: España no es Madrid o el PP. Si se plantean las cosas como todo o nada, esto no lleva a ninguna parte. Pongamos problemas específicos sobre la mesa. Los independentistas dicen: no nos involucremos en Madrid. Esta es una idea equivocada. Cuando Raimon llenaba los estadios en Madrid había un gran respeto por Cataluña. Volvamos a eso, hablemos de cosas normales: sistema de salud, universidades,… Hablemos de la capacidad de tomar decisiones además de ser gestores. 

De la Fuente: Hay mucha gente en todos los partidos que quieren tener un estado más moderno y funcional. Los españoles no son tan estúpidos para no entender esto. Contra lo que dice Mas Colell, España es a todos los efectos un país federal, donde incluso las autonomías tienen margen de decisión sobre los impuestos. 

Galí: España no es el PP, pero las encuestas dicen que en el País Vasco y en Cataluña la mayoría de la población quiere más autonomía, mientras que en el resto de España se quiere más descentralización. ¿Qué hacemos con esto?

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Hace cinco años en el blog: ¿Sueñan los economistas con abrelatas eléctricos?
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lunes, 26 de febrero de 2018

Las enseñanzas de un experimento natural sobre el uso de los mercados


Hace unos días resumí un artículo que explica cómo usar el mecanismo de mercado para ayudar a los bancos de alimentos para cumplir su misión de repartir comida entre los más necesitados (aquí en Mapping Ignorance en inglés y aquí y aquí en español). Como complemento, hace un par de días tuití sobre lo que nos dice este artículo de interés para quien quiera saber Economía. Estos son los tuits.

1/10
Recientemente, el Journal of Economic Perspectives publicó una joya de artículo: How food banks use markets to feed the poor, de C Prendergast.

2/10
En suma, el reparto de alimentos se hacía por planificación central y pasó a hacerse mediante un mecanismo de mercado basado en subastas. Todo mejoró con el cambio. La experiencia muestra muchas cosas, que paso a señalar: 

3/10
-Cómo funciona un mercado bien diseñado, permitiendo asignar los bienes de manera mucho más eficiente y de acorde con las necesidades y preferencias de cada uno. Los directores de las ONG que participaban y que eran reacios al mercado acabaron siendo sus mayores defensores. 

4/10
-Cómo funcionan las subastas, de manera equivalente al mercado, permitiendo que los precios revelen la escasez relativa de cada bien. 

5/10
-Cómo funciona un mecanismo de negociación, permitiendo que cuando se fija uno en las consecuencias (y no en el prejuicio ideológico) se lleguen a acuerdos óptimos. Es lo que pasó cuando las distintas partes negociaron cómo cambiar el sistema de planificación. 

6/10
-Cómo funciona un sistema monetario. Se creó una moneda ficticia, cuya cantidad siempre iba en consonancia con los recursos reales del sistema. 

7/10
-Cómo la transferencia de rentas es mejor que la alteración política de los precios para procurar la igualdad. Esto se hizo al dar a cada banco de alimentos la misma renta por pobre en la moneda ficticia. 

8/10
-Cómo el acceso al crédito y una política que impedía el sobre-endeudamiento mejoraba las posibilidades de los bancos de alimentos con menos recursos. 

9/10
-Cómo la necesidad de competir en las subastas creó incentivos a cooperar eficientemente. Sucedió cuando los bancos pequeños se unieron ocasionalmente para acceder a lotes de alimentos que podían ser excesivos para cada uno de ellos. 

10/10:
Todo lo anterior sucedió tal y como prevé la Teoría Económica.

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Hace cinco años en el blog: Extrañas afirmaciones de A. Garzón sobre el comercio internacional.
Y también: Experimentos con mercados (1).
Y también: Experimentos con mercados (2)-
Hace tres años en el blog: Grecia: algo más que el juego del gallina.
Y también: Los mitos de la razón. El Demonio de Maxwell.
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jueves, 15 de febrero de 2018

Una idea económica muy perversa


Hace pocos días escribí este pequeño hilo en twitter. Como tuvo cierta aceptación, lo reproduzco aquí para que no se me pierda en la línea del tiempo.

Tuit 1:

La idea de que el número de puestos de trabajo está más o menos fijo y hay que repartirlos es especialmente perversa.
-Se acepta porque parece intuitiva, pero contiene una falacia de composición.
-Teóricamente necesita de supuestos heroicos.
-Empíricamente no tiene ningún apoyo.

Tuit 2:

Si la mantienes creyendo favorecer a los trabajadores acabarás:
-siendo menos competitivo al reducir la jornada,
-dilapidando recursos humanos al promover prejubilaciones,
...

Tuit 3:

...
-dando alas a los xenófobos al limitar la inmigración y
-ralentizando el progreso al dificultar el uso de nuevas tecnologías.

Y todo ello sin conseguir ninguno de los beneficios que esperabas.

Tuit 4:

Dicho de otra manera:

Si convences a los trabajadores de la idea errónea de que hay unos puestos de trabajo que toca repartir, no te extrañe que esos mismos trabajadores acaben votando opciones populistas y xenófobas.


Me preguntaron por estudios que sostengan que la cantidad de trabajo no es fija. Contesté con esta referencia:

Tuit 5:

Aquí hay unas cuantas referencias, para abrir boca.

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Hace cinco años en el blog: Ignorancia supina sobre el desempleo.
Hace tres años en el blog: El papel del Gobierno en la financiación del sistema de salud (4).
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miércoles, 7 de febrero de 2018

Cómo extender un programa piloto (2)

Esta es la segunda parte de la versión en español de mi artículo de enero en Mapping Ignorance. Debe leerse la primera parte para entender esta.


Una generalización exitosa: enseñar en el nivel adecuado

Pratham, una organización no gubernamental india, diseñó un enfoque engañosamente simple, que se ha dado en llamar "enseñar en el nivel adecuado". La idea básica es agrupar a los niños, durante algún período del día o parte del año escolar, no según su edad, sino según lo que saben.

De los barrios pobres de Bombay a 33 millones de niños

La asociación entre los investigadores y Pratham comenzó con un ensayo controlado aleatorizado como "prueba de concepto" del Programa Balsakhi de Pratham en las ciudades de Vadodara y Mumbai, realizado entre 2001 y 2004 (Banerjee et al., 2007 [5]). Los niveles de aprendizaje de los niños participantes aumentaron en 0,28 desviaciones estándar.

A continuación, Pratham repitió este enfoque hecho en centros urbanos relativamente prósperos del occidente de India para llevarlo a las áreas rurales, donde se vieron forzados a depender en gran medida de voluntarios en lugar de maestros remunerados. Para facilitar este cambio, la pedagogía se volvió más estructurada y más formal, con énfasis en la realización de pruebas frecuentes. Todo ello requirió diseñar una nueva evaluación aleatorizada para probar el modelo basado en voluntarios en el contexto mucho más problemática de las zonas rurales del norte de la India.

Los resultados fueron muy positivos, pero también revelaron nuevos desafíos: el entusiasmo de los voluntarios disminuía con el tiempo, las clases terminaban prematuramente, y solo el 12% de los niños elegibles participaron en el programa, dejando atrás desproporcionadamente a los estudiantes del extremo inferior.

Un primer intento de generalizar con el gobierno

A partir de 2008, Pratham y Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab se embarcaron en una serie de nuevas evaluaciones para medir los resultados del enfoque de Pratham al integrarse con el sistema escolar del gobierno.

Se llevaron a cabo diferentes implementaciones para determinar las causas del éxito o el fracaso. En las intervenciones en que el programa proporcionaba material escolar o material más capacitación no encontraron ningún efecto. Cuando se agregaron voluntarios al programa, la evaluación mostraba un impacto positivo en Bihar, pero no en Uttarakhand, los dos estados donde se realizó el estudio. A primera vista, parecía que el hecho de que las escuelas no utilizaran a los voluntarios según lo previsto (formaban parte del equipo escolar) podría ser la razón por la cual la intervención de Uttarakhand no funcionó. Sin embargo, un análisis cuidadoso mostró que la razón no era la distinción entre voluntarios y maestros de escuela del gobierno, sino entre el personal que incorporaba el aspecto de enseñanza específico y el que no. En otras intervenciones, donde el programa fue implementado por maestros de escuela durante los campamentos de verano, arrojó resultados positivos. ¿Por qué no se tienen estos resultados cuando el programa se aplica durante el día escolar normal?

Conseguir que los maestros se tomen la intervención en serio

Primero, se hicieron todos los esfuerzos para enfatizar que el programa fue totalmente respaldado e implementado por el gobierno, en lugar de una entidad externa. Segundo, el programa se implementó en una hora específica durante la jornada escolar. Este cambio envió una señal de que la intervención era ordenada por el gobierno, rompió la inercia del statu quo de seguir rutinariamente el plan de estudios y facilitó el cumplimiento. Tercero, durante la hora extra, los niños fueron reasignados y trasladados físicamente a las aulas en función de los niveles. Esto eliminó la discreción del maestro sobre si agrupar a los niños por logros.

Esta nueva versión del programa se evaluó en el año escolar 2012-2013 en 400 escuelas, de las cuales 200 recibieron el programa. Esta vez los resultados fueron positivos. Aún así, en áreas donde esto era difícil de implementar porque la cultura de la enseñanza era muy débil (Pratham) y con el permiso de la administración del distrito, se desarrolló el modelo de "Campamentos de aprendizaje" dentro de la escuela utilizando voluntarios.

Se necesitaron cinco ensayos de control aleatorio y varios años para recorrer la distancia de un concepto a una política exitosa a gran escala, beneficiando a millones de niños.

Referencias

1. Banerjee, A.; Banerji, R.; Berry, J.; Duflo, E.; Kannan, H.; Mukerji, S.; Shotland, M., y Walton, M. 2017. From Proof of Concept to Scalable Policies: Challenges and Solutions, with an Application. Journal of Economic Perspectives 31(4), 73–102.

5. Banerjee, A.; Cole, S.; Duflo, E., y Linden, L. 2007. Remedying Education: Evidence from Two Randomized Experiments in India. Quarterly Journal of Economics 122(3), 1235–64.

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Hace cinco años en el blog: Ignorancia supina sobre las pensiones.
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