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sábado, 13 de enero de 2018

Escépticos en el pub: ¿Es la vida un fenómeno común en el Universo?


Tras el parón navideño, Escépticos en el Pub Madrid empieza el año hoy 13 de enero con una de las grandes cuestiones que se ha planteado la ciencia: qué es la vida, cómo surge y qué probabilidad hay de que se dé en algún otro lugar del universo. Para hablar de ello tendremos a Juan Ángel Vaquerizo(@JA_Vaquerizo), un astrofísico del Centro de Astrobiología con amplia experiencia en la enseñanza y en la divulgación científica. Así nos resume su charla, que ha titulado ¿Es la vida un fenómeno común en el universo?:
“El único lugar del universo donde sabemos que hay vida es la Tierra pero... ¿qué es el fenómeno de la vida? ¿Cómo se llegó a originar? ¿Puede haber otros lugares que alberguen, hayan albergado o vayan a albergar vida? A estas cuestiones trata de responder la astrobiología, un campo interdisciplinar que aglutina aspectos de la química, la biología, la geología, la física, las ciencias planetarias, las ciencias atmosféricas, la astrofísica y la cosmología; y que atraviesa, además, los límites de las humanidades, con relaciones con la filosofía, la sociología y la historia. Con todo este "arsenal" a nuestra disposición, el objetivo es saber si la vida es una consecuencia de la evolución química del universo.”
Juan Ángel Vaquerizo, astrofísico, es coordinador de la Unidad de Cultura Científica del Centro de Astrobiología (CAB). Tras más de diez años dedicado a la enseñanza de las ciencias, se incorporó al Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) para trabajar en el proyecto PARTNeR, que permite realizar prácticas de radioastronomía a estudiantes con la antena que tiene la NASA en Robledo de Chavela (Madrid). Además, Vaquerizo investiga en didáctica de las ciencias y desarrolla una intensa labor de divulgación científica.

El cartel lo ha diseñado Emilio Molina (@ej_molina_c) a partir de una fotografía de Koisu.

Como siempre, la entrada es libre y gratuita. Durante la realización de esta actividad cultural está permitida la presencia de menores de 18 años, siempre que no consuman bebidas alcohólicas, y de los menores de 16 años si están acompañados por uno de sus padres o tutor. Os esperamos en el Moe Club, en Alberto Alcocer 32 a las 19:00.

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Hace cinco años en el blog: Tildes excéntricas.
Hace tres años en el blog: #LunesTetas: Decisiones informadas sobre cáncer de mama.
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viernes, 9 de mayo de 2014

Escépticos en el pub. El diseño inteligente ¡vaya timo!


Este próximo día 10 de mayo, habrá un nuevo Escépticos en el pub, en esta ocasión tenemos a Ismael Pérez, autor del recomendabilísimo blog Homínidos y autor del libro que con el mismo título que la charla: El diseño inteligente ¡vaya timo!:
En la oscuridad de la noche, cuando las estrellas tachonan el cielo, la mente humana se enfrenta al infinito, a lo insondable, al misterio de los misterios: el universo. Las preguntas nos llenan la cabeza ¿de dónde ha venido el universo? ¿Cómo apareció? ¿Es eterno? Muchos afirman que el universo ha sido creado o diseñado por un dios todopoderoso y que hay pruebas científicas de que así es. Esto es lo que vamos a someter a examen. Saber cómo es, cómo ha sido y cómo será el universo es una de las cuestiones más profundas que nos podemos plantear. ¿Fue creado? ¿Está diseñado para que existamos los seres humanos? ¿Hay datos científicos que avalen esas creencias? Preguntas difíciles, pero a las que podemos acercarnos gracias a los avances que ha experimentado la ciencia y, haciendo uso del pensamiento crítico, podemos conseguir separar el grano de la paja.
Será donde siempre, en el pub Irish Corner (Calle Arturo Soria nº 6), a las 19:30h y completamente gratuito. Lamentablemente no podré ir, que viajo a Londres, pero como ya le he oído en otra presentación, casi me he leído el libro y conozco al susodicho os lo recomiendo con conocimiento de causa.

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Hace tres años en el blog: La economía de la discriminación (5).
Hace cinco años en el blog: Los poderes sobrenaturales de Tamariz.
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miércoles, 14 de agosto de 2013

13: Todos los científicos están equivocados menos Antonio RP.

Entradas más vistas del blog. La número 13 es esta publicada originalmente el 20/07/10.


Recientemente he tenido este diálogo en una entrada de hace unos meses. Mi interlocutor es Antonio Ruiz Palacín, que defiende que el sol gira alrededor de la tierra y que las estrellas son cuerpos cercanos que reflejan la luz del sol:

-ARP: Sr. Jose Luis Ferreira:

Titula usted su blog: "Todo lo que sea verdad". Por la forma de abordar la diferente temática que trata deduzco que la "verdad", según usted, se encuentra en la Ciencia. Me parece bien que piense así. Cada uno es libre de creer en lo que quiera pero, por favor, no haga proselitismo barato. Lo que usted escribe lo han escrito miles de personas. No dice nada nuevo. Es la machacona insistencia sobre lo mismo. De igual modo se comportan los miembros de una secta: se dedican a repetir, una y otra vez, los mismos argumentos para aportarse confianza entre los miembros. No, la verdad no depende de que una creeencia esté más o menos extendida en la sociedad, la verdad, en muchas ocasiones, permanece aislada y retenida, tan solo defendida por un pequeño número contado de seguidores. Y no sale a la luz pública porque esa mayoría social ha sido engañada y manipulada para que rechace toda idea o teoría que se oponga a las establecidas. No me hable, por tanto, de que la verdad se encuentra en la Ciencia. Tal y como está estructurado el Método, la ciencia se ha convertido en una farsa y un completo fraude. Fraude que las personas como usted se encargan muy bien de mantener en pie. Concédanme una sola hora de television y le aseguro que el castillo de naipes de la Ciencia se vendrá abajo para verguenza de todos los que repiten hasta la saciedad sus falsedades. Un saludo.

-JLF: Teorías conspiratorias, todo el mundo está equivocado menos yo, no puedo convencer a ningún científico porque están todos cegados y manipulados,... Me suenan estos argumentos. No son los de Galileo, que no tuvo problemas en convencer a la gente de ciencia. Seguro que te dan un rato de tele en el programa de Iker Jiménez.

-ARP: Sr. José Luis Ferreira: No tome a mal mis palabras. Usted cree lo que le han enseñado a creer y en aquello que le han formado en las instituciones del "desconocimiento". No es culpa suya, sino del sistema. Veo que ha estado en mi blog y no he recibido de usted algún argumento en contra de la temática que trato. No, so se equivoque, no hablo de teorías conspiratorias: hablo de pruebas irrefutables. Pruebas que nadie, usted es un ejemplo de ello, se atreve a refutar con un mínimo de razonamiento lógico. No consigue nada por insultarme remitiéndome a Iker Jimenez. De hecho Iker y la ciencia "seria" caminan en la misma dirección: las fantasias y la ciencia-ficción. Continúe publicando mis escritos y no los elimine porque no comulgue con sus ideas. Mi blog está a su disposición para que exprese lo que considere oportuno. Un saludo

-JLR: Antonio: Yo no creo por autoridad ni por tradición. Creo cuando veo pruebas. La teoría heliocéntrica las muestra, la geocéntrica, no. Con el modelo heliocéntrico se han llevado decenas de sondas por el sistema solar. Sondas que han descrito trayectorias calculadas según posición y masa del sol, los planetas y sus satélites perfectamente descritas por el modelo actual. Esas carambolas planetarias y empujes gravitatorios que empujan a las sondas hubieran fracasado miserablemente si el modelo fuera erróneo.

19 comentarios aquí.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Cuánto dura un día




Definiremos día como el tiempo que tarda la Tierra en girar una vez sobre sí misma.

No, no son 24 horas. Eso es la media de lo que tarda en completarse un giro aparente respecto del Sol. Algunos días duran más que otros porque la trayectoria de la Tierra no sigue un círculo, sino una elipse, y según en qué lugar de la elipse esté tardará más o menos en tener al Sol otra vez en su máxima ascensión.

En cualquier caso, eso es el giro aparente, porque como la Tierra da una vuelta al año alrededor del Sol, ese es un giro extra que hace la Tierra sobre sí misma, sin que haya un giro más aparente alrededor del Sol. Búsquese en la wiki explicaciones sobre la diferencia entre el día solar y el sidéreo (un giro respecto a las estrellas).

En principio, podría medirse. Hay varias formas:

1. Póngase en marcha un giroscopio y mídase el ángulo de su plano de giro con respecto a cualquier línea trazada en la Tierra. La línea en la Tierra se mueve con la Tierra en su giro, pero el plano del giroscopio no. Cuando el ángulo vuelva a coincidir se habrá completado un giro.

2. Úsese un péndulo de Foucalt. Ocurre lo mismo que con el giroscopio. Su plano de oscilación no varía. El truco para determinar la latitud vale para medir el tiempo de giro (el tiempo que tarda en volver al mismo punto de referencia).

3. Los métodos anteriores no son muy precisos, así que buscamos otros. Tomamos como referencia una estrella lejana y miramos cuánto tarda en volver a estar en la misma ascención.

4. Lo anterior se complica porque las estrellas tienen su movimiento propio y por los otros movimientos de la Tierra, la precesión, la nutación y el bamboleo de Chandler. Eso sin contar con que el de rotación también va variando y que la Tierra se va frenando por las fuerzas de marea. Pero estoy suponiendo que queremos calcular cuándo dura un determinado giro (el que midamos) y no una media de los últimos 1000 años, por ejemplo.

5. Con todo, el mirar a una estrella funciona bastante bien. Recordemos que hay 365,24... días solares en un año (es decir, que vemos 365,24... veces de media el sol en el sur en cada año), pero en un año, el movimiento de traslación hace que la Tierra haya dado otra vuelta más con respecto a las estrellas, por lo que el día sideral es 1/365,24 veces más corto. El día sideral es más cercano al tiempo de rotación que el solar.

6. Pero resulta que el Sistema Solar da una vuelta al centro de la galaxia cada 240 millones de años. Así que hay que restar el efecto de esta otra vuelta (nadería comparado con el efecto de los movimientos de precesión -cada 27.000 años- y de nutación, que es hasta donde se llega en los cálculos que he visto).

7. Pero la Vía Láctea tampoco se está quieta. Podríamos entonces usar como referencia la radiación de fondo (secuela del Big Bang): se localiza un punto del firmamento con una radiación distinguible y se mide el tiempo que se tarda en volver a tenerlo en la misma ascensión. Si la radiación de fondo fuera uniforme, no habría manera de encontrar tal punto. Como no lo es, es concebible hacerlo. Pero me temo que las diferencias son tan pequeñas que no permiten distinguir un punto concreto.

¿Cuándo dura entonces? No me preguntes a mí. No soy muy fiable, algunos días se me hacen largos y otros no me llega el tiempo para nada.
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Hace tres años en el blog: La Teoría de los Juegos. La historia más lúdica jamás contada. Parte 12: ¿Podemos estar de acuerdo en discrepar?
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viernes, 31 de agosto de 2012

Luna azul


Corre la noticia de que esta luna llena de hoy es una luna azul. Del inglés antiguo "belewe" que dio lugar a "blue" (azul), pero que también significaba "traidor". ¿Por qué una luna traidora?

Entre dos lunas llenas pasan 29 días (en realidad la media se acerca más a 29,5), así que en un año tendremos normalmente 12 ciclos completos y nos sobrarán entre 11 y 12 días. Cada 3 años (algo menos) se acumulará un ciclo y tendremos un año con 13 lunas llenas. La primera ocurrirá muy temprano en enero y la última tarde en diciembre. Un año solar con 13 lunas llenas es un problema para los calendarios lunares, por los que se rigen muchas fiestas religiosas que tienen que acomodar este fenómeno. En algunos lugares esta luna se llamó traidora. Ahora se la llama azul en los países anglosajones, desde los que nos ha llegado recientemente esta nota de atención astronómica.

La luna azul o traidora será alguna de las 13 del año. Cuál de ellas sea en concreto, dependerá de algunas arbitrariedades. Lo importante es que la referencia a una luna especial pasó de ser una de las de un año con 13 plenilunios, a una de las de una estación con 4 y a una de las de un mes con 2. Esto último es lo que nos toca hoy, la segunda luna llena del mes, que es la que recibe el nombre de azul.

Os dejo con las dos lunas azules más famosas de la historia de la música.

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Hace tres años en el blog: La calidad bien entendida.
Y también: Al monte se va con botas: La paradoja de Hempel.
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viernes, 2 de septiembre de 2011

En un planeta cuadrado


¿Cómo sería estar en un planeta cuadrado?

Sorprendentemente, esta simple pregunta evoca una de las más fascinantes visiones de ciencia ficción que he leído últimamente.

Un planeta cuadrado (debería decir cúbico, lo sé) es una imposibilidad astronómica. Por definición, un planeta ha de ser tal que la gravedad ha obligado la forma redonda. Tenemos que imaginar que, por ejemplo, una civilización adelantadísima ha conseguido pulir un planeta hasta hacerlo cuadrado. Para que ello sea posible, el planeta no puede tener sino un manto y núcleo pequeños y ser casi todo corteza. De otra forma, al empezar a pulirlo saldría todo el magma del interior, arruinando el trabajo. Con un poco de suerte, el planeta se mantendrá así unos cuantos millones de años.

Si estamos en el centro de una de las caras y comenzamos un largo viaje a uno de los vértices observaremos lo siguiente. Primero de todo, el horizonte es vastísimo. En la Tierra uno puede abarcar unos cinco kilómetros. En cubilandia uno podrá, si nada le limita la vista, ver las cuatro aristas que le rodean a miles de kilómetros de distancia. Lo segundo que observamos es que, a medida que avanzamos hacia el vértice de nuestra elección es como si subiéramos una montaña cada vez más empinada. El vértice deja de estar en el horizonte para parecerse al pico de la montaña más alta jamás vista. Si el Everest tiene casi nueve kilómetros de altura, aquí estaríamos hablando de una montaña de miles de kilómetros. El centro de la cara y el vértice opuesto siguen estando detrás, pero ahora, además, están debajo, muy debajo de nosotros.

¿Qué ha ocurrido?

Debemos recordar que la fuerza de gravedad nos atrae hacia el centro del planeta. La dirección hacia el centro es perpendicular a la cara solamente en el centro de cada cara. A medida que nos acercamos al vértice, la línea que nos une con el centro del planeta está inclinada con respecto a la cara sobre la que caminamos, y cada vez lo está más. Nuestra posición vertical (la natural, la medida respecto a la gravedad) nos coloca inclinados respecto a lo que ahora es la madre de todas las cuestas.


¿Y si el planeta tuviera océanos y atmósfera? Pasaría que el agua se concentraría en el centro de las caras, formando una cúpula sobre ellas, como en la figura de arriba, pero con una cúpula mucho más pequeña, apenas sobresaliendo por el centro de la cara. Uno puede pulir el planeta para hacerlo cúbico, pero el agua se concentrará esféricamente para obedecer la ley de la gravedad. La atmósfera sería una fina capa de pocos kilómetros por encima de esta cubierta de agua. A la orilla del océano de una de las caras veríamos el mar como lo vemos en la Tierra, pues en la orilla estaríamos perpendiculares a la superficie del mar en ese lugar, mientras que la parte seca sería ya un terreno ascendente. El océano nos impediría ver la arista y los vértices del otro lado.

Se puede tener una idea de lo grandes/pequeñas que serían estos casquetes de agua y atmósfera viendo el volumen que representan respecto a la Tierra:


Quiere decir también esto que, a medida que nos alejáramos en nuestro viaje al vértice, subiendo siempre, enseguida dejaríamos atrás la atmósfera. Se hace imperativo llevar un traje de astronauta. Podría haber vida en el planeta, quién sabe, pero estaría recluida al centro de cada una de las caras. Serían seis mundos sin contacto entre ellos. El viaje de una cara a otra se antoja una hazaña casi tan difícil como el viaje a la luna.

Cuando lleguemos finalmente al vértice será como estar en la cima de una pirámide de base triangular y pesaremos la mitad de lo que pesábamos al comienzo del viaje sin haber adelgazado un gramo. Desde allí podremos ver los tres mundos en los centros de cada una de las tres caras adyacentes. Cuidado, un resbalón y perderíamos el equilibrio para caer rodando hasta uno de ellos. Es lo que habrán hecho todas las piedras, rocas y arena que hemos soltado de la montaña. Es lo que hará la montaña-vértice durante millones de años hasta que hayan rodado todas las piedras y el planeta sea redondo, como manda la ley de la gravedad.

viernes, 31 de diciembre de 2010

Se acaba la década, pero no la semana


Se acerca el final del año. El último segundo del último minuto de la última hora del último día del último mes del último año de la década. ¡Un momento! Hemos dicho segundo, minuto, hora, día, mes, año, década,... ¿qué pasa con la semana?

No es el último día de la última semana del último mes. ¿Por qué va a su aire la semana? ¿Qué sistema es este de medir el tiempo?

Una cosa es que no tengamos un sistema métrico decimal para el tiempo y otra cosa es tener este doble sistema semana/mes totalmente desajustado uno del otro. Un sistema decimal está difícil por aquello de que el año tiene entre 365 y 366 días. Más cerca le pilla el sexagesimal. Podríamos tener 12 meses de 30 días y 5 o 6 días de juerga de final de año que van por libre. Esto permitiría tener 5 semanas de 6 días (o 6 de 5) en cada mes. En lugar de eso se eligió distribuir esos 5 o 6 días entre los distintos meses, estropeando cualquier posibilidad de tener meses iguales en los que encajar un número entero de semanas.

Para más complicación se eligieron semanas de 7 días. Esto permitiría tener 13 meses de 4 semanas con 1 o 2 días que sobran. Lo justo para una fiesta de fin de año en un día que va por libre.

Así pues, si queremos racionalizar el calendario debemos cambiar el número de días del mes o el de la semana. Como nuestros ciclos laborales y de estudios está muy ligado a la semana, lo más fácil sería cambiar a 13 meses de 28 días.

¿Y por qué diantres querríamos hacer nada de esto, si estamos perfectamente bien como estamos, con semanas encadenándose de cualquier manera con meses y años?

Porque cuando uno se fija en este desorden ya no puede dejar de verlo, así que aquí lo suelto para que más gente se fije y comience un contagio colectivo de una obsesión que, al cabo de los años, permita el cambio para, finalmente y con alivio, mirar el tiempo y ver las cosas bien colocaditas.

Obsesiones aparte: ¡Feliz año nuevo!

martes, 21 de septiembre de 2010

Pregunta para físicos


Dos gemelos están en la Tierra y miden, con grandísima precisión, el tiempo transcurrido desde el Big Bang. El resultado es exactamente 13.700.000.000 años. Uno de los gemelos parte a un viaje de un año en la nave Enterprise a velocidades cercanas a la de la luz, tanto que, al volver, observa que para su hermano, como para todos los habitantes de la Tierra, han transcurido 50 años, según los cálculos de la Teoría de la Relatividad.

Ahora viene la cuestión: Cuando los gemelos se reencuentran ¿cuál es el tiempo transcurrido desde el Big Bang?

Según el gemelo que se quedó en tierra no hay duda, son 13.700.000.050 años. Lo puede hacer de dos maneras. O bien sumando 50 años a los cálculos ya hechos hace medio siglo o volver a hacerlos en el mometo actual. El gemelo que se fue de viaje tiene también dos métodos para calcularlo, pero no concuerdan. El primero es hacer las medidas desde la Tierra y acordar, con su hermano, el tiempo de 13.700.000.050 años. El segundo es sumar un año al que había calculado y obtener 13.700.000.001 años.

¿Cuál de las dos medidas es la buena?

Podemos complicar el problema haciendo que el gemelo que partió de viaje lo hizo hibernando y sin saber, al despertar, cuánto tiempo ha estado dando vueltas por ahí y sin regresar a la Tierra. De esta manera sólo puede hacer los cálculos observando las galaxias, la radiación de fondo,... es decir, lo que observan los astrónomos para calcular la edad del Universo.

¿Quiere decir que hay un tiempo absoluto, en contra de lo que decía en la entrada anterior? ¿Dónde me he equivocado?

martes, 20 de julio de 2010

Todos los científicos están equivocados menos Antonio RP


Recientemente he tenido este diálogo en una entrada de hace unos meses. Mi interlocutor es Antonio Ruiz Palacín, que defiende que el sol gira alrededor de la tierra y que las estrellas son cuerpos cercanos que reflejan la luz del sol:

-ARP: Sr. Jose Luis Ferreira:

Titula usted su blog: "Todo lo que sea verdad". Por la forma de abordar la diferente temática que trata deduzco que la "verdad", según usted, se encuentra en la Ciencia. Me parece bien que piense así. Cada uno es libre de creer en lo que quiera pero, por favor, no haga proselitismo barato. Lo que usted escribe lo han escrito miles de personas. No dice nada nuevo. Es la machacona insistencia sobre lo mismo. De igual modo se comportan los miembros de una secta: se dedican a repetir, una y otra vez, los mismos argumentos para aportarse confianza entre los miembros. No, la verdad no depende de que una creeencia esté más o menos extendida en la sociedad, la verdad, en muchas ocasiones, permanece aislada y retenida, tan solo defendida por un pequeño número contado de seguidores. Y no sale a la luz pública porque esa mayoría social ha sido engañada y manipulada para que rechace toda idea o teoría que se oponga a las establecidas. No me hable, por tanto, de que la verdad se encuentra en la Ciencia. Tal y como está estructurado el Método, la ciencia se ha convertido en una farsa y un completo fraude. Fraude que las personas como usted se encargan muy bien de mantener en pie. Concédanme una sola hora de television y le aseguro que el castillo de naipes de la Ciencia se vendrá abajo para verguenza de todos los que repiten hasta la saciedad sus falsedades. Un saludo.

-JLF: Teorías conspiratorias, todo el mundo está equivocado menos yo, no puedo convencer a ningún científico porque están todos cegados y manipulados,... Me suenan estos argumentos. No son los de Galileo, que no tuvo problemas en convencer a la gente de ciencia. Seguro que te dan un rato de tele en el programa de Iker Jiménez.

-ARP: Sr. José Luis Ferreira: No tome a mal mis palabras. Usted cree lo que le han enseñado a creer y en aquello que le han formado en las instituciones del "desconocimiento". No es culpa suya, sino del sistema. Veo que ha estado en mi blog y no he recibido de usted algún argumento en contra de la temática que trato. No, so se equivoque, no hablo de teorías conspiratorias: hablo de pruebas irrefutables. Pruebas que nadie, usted es un ejemplo de ello, se atreve a refutar con un mínimo de razonamiento lógico. No consigue nada por insultarme remitiéndome a Iker Jimenez. De hecho Iker y la ciencia "seria" caminan en la misma dirección: las fantasias y la ciencia-ficción. Continúe publicando mis escritos y no los elimine porque no comulgue con sus ideas. Mi blog está a su disposición para que exprese lo que considere oportuno. Un saludo

-JLR: Antonio: Yo no creo por autoridad ni por tradición. Creo cuando veo pruebas. La teoría heliocéntrica las muestra, la geocéntrica, no. Con el modelo heliocéntrico se han llevado decenas de sondas por el sistema solar. Sondas que han descrito trayectorias calculadas según posición y masa del sol, los planetas y sus satélites perfectamente descritas por el modelo actual. Esas carambolas planetarias y empujes gravitatorios que empujan a las sondas hubieran fracasado miserablemente si el modelo fuera erróneo.

lunes, 15 de marzo de 2010

Oh Tierra, tus pirámides

Estos días hemos visto las fotos de las pirámides tomadas desde la estación espacial por el astronauta Soichi Noguchi. Con ellas venían los típicos comentarios acerca de lo que se puede ver y no ver desde el espacio.

Efectivamente, muchas veces hemos oído y leído que si la muralla china, que si los invernaderos de Almería, o alguna otra creación humana, son visibles desde el espacio. Al parecer, esto sería prueba de grandeza. No digo que no eleve el ego de un pueblo o país el tener cosas tan grandes que se vean de tan lejos.

Ocurre, sin embargo, que esto de ser visto desde el espacio deja mucho, no solo a la imaginación, sino, sobre todo, a la definición.

¿Nos referimos a ver a simple vista (humana), con teleobjetivo, con telescopio? ¿A qué distancia empieza el espacio? Las tres cuartas partes de la masa de los gases que rodean la Tierra están a menos de 11 km, el 90% está a menos de 16 km y el 99,99997% a menos de 100 km. Sin embargo los trasbordadores espaciales empiezan a notar la atmósfera a los 175 km en sus operaciones de reentrada. La estación espacial orbita a unos 340 km de altitud.

He aquí unas preguntas que sí están bien definidas:

¿Qué estructuras artificiales son visibles a simple vista desde la altitud X?

¿Cuáles son las primeras estructuras artificiales que se pueden ver a simple vista según se acerca uno a la Tierra?

La pregunta que tiene mejor respuesta es la de qué se ve desde órbitas entre 200 y 400 km. Según informan los astronautas, se ven las grandes ciudades, los grandes mosaicos de la agricultura extensiva, los grandes aeropuertos, puertos y autopistas, alguna presa que deje un pantano bien diferenciado del terreno circundante, como la presa de Asuán en el desierto egipcio, algún gran petrolero con su estela en el mar, las islas artificiales de Dubai y poco más.

No todo lo que pone Soichi en Twitter se ve a simple vista, son fotos tomadas con cámara, con su zoom y su teleobjetivo. No me consta que las pirámides se puedan ver a simple vista. Lo que sí parece ser cierto es que los invernaderos de Almería serían la estructura visible a mayor distancia. Para ver la Gran Muralla china hacen falta potentes binoculares y saber muy bien donde mirar.

martes, 22 de septiembre de 2009

La aventura equinoccial



Por alguna razón que no acierto a explicar me gustan los equinoccios. Más incluso que los solsticios. En el equinoccio, en cada punto del planeta, el día dura doce horas, igual que la noche, incluso en los polos, en donde en esa fecha se pasa del día a la noche o de la noche al día. No hay acontecimiento que iguale más a todo el planeta. Simetría pura.

Nos dicen que con el equinoccio de otoño acaba oficialmente el verano y comienza el otoño, pero, hasta donde yo sé, ningún organismo oficial ha decretado nunca el comienzo y final de las estaciones. De toda la vida, en los climas templados, el verano es la época de calor, el invierno la de frío, la primavera de la plantar y el otoño la de recoger (más o menos). Según en qué lugar, el calor empieza antes o después. En cada lugar había una fecha por la cuál se convenía el comienzo de cada estación. En países de tradición católica, solía ser algún santo que le quitó su puesto a algún dios.

Sólo recientemente vino esta costumbre de dividir las cuatro estaciones en periodos exactos de tres meses cada una y, más recientemente aún, de hacer coincidir el comienzo de cada una con un solsticio o un equinoccio. Esto último queda muy astronómico y muy preciso (y a alguien de debió de parecer muy científico) y es lo que nos recuerdan cada tres meses en la prensa.

Si de otorgar tres meses exactos cada estación se trata, hay varias alternativas. Explicaré dos, una basada en la luz y la otra en el calor.

Si nos basamos en la luz, deberemos tomar el solsticio de verano como el punto medio de la estación. Al ser este solsticio el punto que marca el día más largo, los siguientes días más largos del año estarán 45 días hacia atrás y 45 días hacia adelante. Con este criterio definiremos también las demás estaciones. Así, el verano empezaría aproximadamente el 7 de mayo y llegaría hasta el 7 de agosto en el hemisferio norte, que serían también las fechas para el invierno del sur.

Si nos basamos en el calor las cosas cambian. El máximo de calor no coincide con el máximo de luz, por aquello de que a la Tierra le lleva tiempo calentarse (tanto a la tierra como al océano). El máximo de calor viene a coincidir, en una buena aproximación, con la mitad del mes de julio, así que el verano coincidiría con lo que todo el mundo tiene en la cabeza (tal vez en el cuerpo) en el hemisferio norte, es decir, con los meses de junio, julio y agosto.

Como la fauna y la flora nos guiamos más por estas diferencias de calor que por las diferencias de luz, me gusta más la segunda definición. Si ha de haber una definición oficial, que sea esta. Si no la hay, propongo dar la lata a quien haga falta para que se deje de maltratar a los solsticios y equinoccios y hacerles decir cosas que no quieren.

martes, 4 de agosto de 2009

El tamaño importa

Leímos hace unos días en El País acerca de las burbujas de Betelgeuse, la gigante roja en el hombro izquierdo de Orión. Betelgeuse es una estrella increíble y está cerca de nosotros, a unos 640 años luz de distancia. Con la masa de casi 20 soles, ha "quemado" todo su hidrógeno a gran velocidad y ahora se encuentra en sus últimos días, convirtiendo el helio en elementos más pesados. Cuando le toque el turno al hierro ya no habrá más reacciones de fusión, la estrella no generará energía que impida que toda su materia se agrupe. Sin nada que detenga este colapso gravitatorio, el proceso librará en poco tiempo una cantidad ingente de energía que será la gran explosión que conocemos como supernova, el canto de cisne de las estrella masivas. Dejará detrás de sí una densísima estrella de neutrones o un, aún más denso, agujero negro, dependiendo de cómo de grande sea su núcleo (si es mayor que un sol y medio, tendremos un inquietante agujero negro en la vecindad del sistema solar).

Uno de los datos en la noticia de El País decía que Betelgeuse es tan grande que, si fuera nuestro sol, absorbería la órbita de Júpiter. Decía también que Betelgeuse es, por tanto, mil veces más grande que nuestro sol. Aquí hay un error común. El diámetro de la órbita de Júpiter es, efectivamente, unas 1.000 veces el diámetro del sol, pero comoquiera que una estrella se extiende en tres dimensiones y no en una, el tamaño de Betelgeuse es mil por mil por mil veces el del sol, es decir, mil millones de veces.

Y esto nos conduce a otra consideración. La densidad de nuestro sol es 1,4 gramos / cm3, o, si se quiere, 1,4 veces la densidad del agua. Betelgeuse tiene un volumen mil millones de veces mayor, pero una masa solo 20 veces mayor, así que la densidad tiene que ser unas 50 millones de veces menor que la del sol. Dicho en román paladino: la densidad de Betelgeuse es lo que en un laboratorio en la tierra llamaríamos vacío (casi) perfecto. La explicación es que Betelgeuse tiene un núcleo denso en el que tienen lugar las reacciones nucleares y una corona grandísima de material eyectado muy poco densa, pero lo suficiente para recibir la radiación del núcleo y para aparecer como un disco en los telescopios.

Betelgeuse se convertirá en supernova antes de 10.000 años. Podría ser mañana. Es más probable que nos toque ver la explosión que la lotería. La explosión brillará más que la luna llena y se verá durante varios meses, incluso de día. Cruzo los dedos para que me toque verlo.

domingo, 22 de marzo de 2009

El equinoccio de primavera

Estos días hemos sido recordados en todos los medios del comienzo oficial de la primavera. Se produjo, exactamente, a las 12:44 hora española el pasado día 20 de los corrientes.

En realidad ese es el momento del equinoccio de primavera. Que yo sepa, tenemos calendario oficial y hora oficial (con su absurdo cambio que nos tocará dentro de poco), pero no tenemos estaciones oficiales. Los conceptos de primavera, verano, otoño e invierno nunca tuvieron fechas perfectamente limitadas e iguales para todo el mundo. Dentro de Europa, en un mismo día de marzo, algunos pueblos ya saludaban a la primavera, mientras otros se quejaban todavía del largo invierno.

Los equinoccios son momentos muy interesantes del año astronómico. En todas las latitudes hay exactamente doce horas de día y doce horas de noche (que no de oscuridad, por aquello de la luz crepuscular). En el Polo Norte se pasa de los seis meses de noche los seis de día y en el Sur sucede justo a lo contrario.

¿Cómo sabemos la hora exacta? Porque la situación descrita anteriormente tiene su referencia en el momento en que el Sol está situado en el corte del plano de la eclíptica (el plano de la órbita de la Tierra alrededor del Sol) y del plano del ecuador (el plano en el que estaría el corte que le hiciéramos a la Tierra siguiendo la línea ecuatorial).

En el dibujo se ve más claramente. Lo curioso es que el punto de Aries está en la constelación de Piscis y el de Libra en Virgo. En tiempos pasados estaban en su sitio, pero es que la Tierra, además de los movimientos de rotación y traslación, tiene un movimiento como el de una peonza cuyo eje de rotación baila, describiendo una vuelta cada 25.800 años. Esto hace que el punto de Aries (también el de Libra) recorra todo el Zodiaco en ese lapso de tiempo. Este movimiento aparente de los puntos Aries y Libra se conoce como la precesión de los equinoccios. Se había observado desde antiguo, pero no fue explicado hasta que lo hizo Newton. Es el causante de los cambios de calendario y de que el día de San Juan y el de Navidad no coincidan con los Solsticios respectivos.

Si alguno creía que su signo era Aries, malas (o buenas) noticias, resulta que es Piscis, o no, puede que siga siendo Aries. Todo depende de qué cuento prefiera creer.