jueves, 30 de abril de 2015

Asimetría sexual


Biológicamente, los dos sexos (masculino y femenino) somos distintos. Hay más posibilidades, como el hermafrodita, pero voy a centrarme en los casos anteriores. También somos distintos psicológicamente. Por ejemplo, la mayoría de hombres se sienten atraídos por las mujeres y la mayoría de mujeres, por los hombres. Hay más diferencias psicológicas y también hay más posibilidades de atracción. Todas estas cosas están aceptándose cada vez mejor. Lo que no se acaba de aceptar, y creo que tardaremos mucho en resolver, es cuáles deben ser las consecuencias sociales de toda esta diversidad. No me refiero a derechos, que también vamos avanzando en la buena dirección, sino a ciertas actitudes y comportamientos. Por ejemplo, a veces no tenemos claro cuándo un flirteo deja de ser apropiado o cuándo está o no está bien que una persona se acerque a otra con el interés de intimar, y de qué manera estos comportamientos son o deben ser distintos entre los dos sexos.

Con respecto a todo esto, hace poco tuve la siguiente experiencia. Fui con un grupo de amigos a ver a las divas de Stradivarias, un espectáculo repleto de música y humor, como se anuncian. Es muy bueno y lo recomiendo sin reservas. Dentro del espectáculo ocurre lo siguiente (spoiler alert). Las cuatro intérpretes le echan el ojo a uno de los hombres del público y le hacen guiños e insinuaciones, como que todas se hubieran prendado de él. En un momento simulan que una de ellas recibe un regalo suyo, un anillo, dejando a las otras celosas y provocando situaciones hilarantes. La cosa sube de tono cuando invitan al deseado al escenario (no, no era un actor entre el público, era uno de mis amigos). Allí se lo disputan, lo llevan entre bambalinas adonde, una detrás de otra, pasan las cuatro divas. Se oye un golpe de rechazo a la primera (en realidad era un actor/músico disfrazado de mujer, que hacía de fea), pero cuando entra cada una de las otras tres (estas sí son mujeres) los sonidos que se oyen no dejan lugar a dudas sobre lo que ocurre. Tras el último asalto sale el hombre exhausto, como un púgil que hubiera luchado un largo combate, con detalle de la toalla al hombro incluido. De vuelta a su asiento, las insinuaciones siguen. Por ejemplo, la diva del contrabajo le dice que tocará el instrumento como si fuera él y lo toca de manera muy provocativa y sensual.

Todos en el público reímos los gags, no había nada soez, todo se hacía con mucha elegancia. Mi amigo confesó haberse sentido muy bien tratado en el escenario, donde le iban dando con mucho tacto y profesionalidad indicaciones de qué hacer.

Tras acabar la obra se me ocurrió preguntar a las mujeres del grupo, que también celebraron la actuación, cómo se hubiera recibido la situación contraria, con varios hombres que sacaran a una mujer al escenario, la llevaran entre bambalinas y simularan acciones amorosas. "Se hubiera recibido muy mal" me dijeron. La pregunta era retórica, todos sabíamos la respuesta y todos pensamos que así debía ser.

Este tipo de cosas me hace reflexionar. ¿Qué implicaciones tiene la igualdad de sexos para este tipo de situaciones? ¿Queremos ir a una igualdad en la que sea bien recibida la escena a la inversa? ¿en la que sea mal recibida la escena que todos celebramos? ¿en la que este tipo de cosas se queden como están? Lo que queremos, ¿es algo factible? ¿es urgente? No tengo la respuesta (aunque tengo mi opinión, que cambiaré, como siempre, según los datos), pero me parece que siempre o, por lo menos, durante los próximos muchos años, habrá una asimetría en el trato entre sexos que no tiene por qué ser mala en ningún sentido ni tiene por qué ser base ni excusa de ningún tipo de discriminación.

Miremos este experimento: una mujer pregunta a 100 hombres si quieren acostarse con ella, un 30% responden que sí. Cuando un hombre pregunta a 100 mujeres, ninguna acepta. Queda claro que algunos hombres sospechan que la pregunta no va en serio, pero aún así no les parece mal seguir la broma y aceptar. Las mujeres, sospechen o no que la pregunta no es real, no responden que sí ni en broma.

Hay una asimetría aceptada por todas las partes. Los hombres no se sienten ofendidos por este tipo de insinuaciones. Las mujeres, sí. Y ahora vienen las demás preguntas, ¿cuántas actitudes asimétricas tenemos? ¿cuáles son tolerables y cuáles no? ¿que hombres y mujeres tiendan a diferir entre ser más activos o pasivos en las distintas fases del cortejo o de la relación está entre ellas? ¿coinciden actitudes las que nos parecen no tolerables con aquellas que podemos cambiar?

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Hace tres años en el blog: El tercer paso alemán
Hace cinco años en el blog: La mala ciencia.
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sábado, 25 de abril de 2015

Escépticos en el pub: Virus emergentes y ¿emergencias?

Hoy es ese día del mes en que ya tienes plan: una tarde con charla escéptica, preguntas, cervezas y buena compañía.


Lucas Sánchez que vuelve de nuevo a visitarnos para hablar sobre un asunto de bastante actualidad: virus y conspiranoia.

Lucas Sánchez (@sonicando) es Bioquímico e investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC donde trabaja en el diseño y desarrollo de vacunas para enfermedades prevalentes en el tercer mundo. Es también autor del blog Sonicando, colabora en diversos medios y hace unos meses publicó su primera novela de ficción: Impostores.

Así nos describe su charla:
En los últimos años, varias epidemias de nuevos virus emergentes han puesto en jaque la salud de millones de personas alrededor del mundo. Solo basta con ver las cifras de la gran pandemia de VIH o de la reciente epidemia de Ébola para hacernos buena idea del riesgo que representan. Sin embargo, muchas de estas epidemias desatan grandes polémicas debido al papel central que juega la industria farmacéutica y sus relaciones con organizaciones gubernamentales para luchar contra estos peligrosos virus. Puesto que la ciencia y la información rigurosa siempre son buena medicina contra las conspiraciones, examinaremos todo lo que sabemos de estos virus para saber evaluar con más precisión todas estas controversias.
Como siempre, en el Iris Corner, en Arturo Soria, 6, Madrid, a las 19:30.

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Hace cinco años en el blog: El método científico es una lista de cuidados.
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viernes, 24 de abril de 2015

Los mitos de la razón. El Homo economicus.

Ilustración del Homo economicus.
Humano, ¿demasiado poco humano?

El Homo economicus es mortal, como su nombre indica, aunque de tal naturaleza que el resto de razas mortales le teme y le desprecia. Los primeros textos que lo refieren corresponden a autores que critican la obra de John Stuart Mill. Hijo o hermano de la Mano Invisible, habita en lugares artificiales, modelos reducidos de la realidad en la antigüedad neoclásica. Ni siquiera los sacerdotes económicos encargados de rezarle en sus altares le profesan demasiada simpatía. Se suele decir que tiene inteligencia infinita, aunque en realidad los textos de sus liturgias recogen claramente que le basta con ser tan inteligente como su analista. También se suele decir que es egoísta, aunque se le ha visto merodear con frecuencia por modelos altruistas. Si nos atenemos estrictamente a los textos que narran el mito, lo único que hace es no ir jamás en contra de sus preferencias, que pueden ser generosas y bondadosas. La fama le ha llegado sin duda porque se conocen más sus leyendas en los modelos donde sí es egoísta y son estas las que han llenado la imaginación popular y las referencias posteriores.

Se ha intentado desplazar a este mito introduciendo sin éxito sustitutos con rostro más humano, como el Homo sociologicus y otros sin nombre concreto, atisbos de mitos artificiosos de modas evolutivas, de aprendizaje, de racionalidad limitada y de complejidad. El último intento está en manos de los sacerdotes de la Economía del comportamiento, que invocan las propiedades mágicas que debería tener el nuevo mito. Es pronto para decir si cumplirá las expectativas o será un Golem moderno.

Mientras tanto, el Homo economicus sigue su vida, racional pero lúgubre, inteligente pero incomprendido, dando vida a algunos de los modelos cuyas lecturas mejor han servido a los verdaderos mortales para evitar su perdición, como defienden unos autores. Otros, acaso no sabiendo encontrar una enseñanza moralizante en el mito, acaso temerosos de ser identificados con tal ser de apariencia insensible, acaso asociándolo más con el Homo homini lupus que con la Mano invisible, o acaso, en fin, cansados de que sea invocado más allá de donde sus leyendas permiten hacerlo sin caer en el paroxismo, quisieran interpretarlo como maldición más que como mito fundacional.

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Hace tres años en el blog: Argumentos circulares.
Y también: ¿Existe el problema de la inducción?
Hace cinco años en el blog: Médicos sin fronteras.
Y también: No seas Cedro: da y extiende.
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sábado, 18 de abril de 2015

Shakespeare escéptico y burlón


Esta es mi cita favorita de Shakespeare. Escepticismo en estado puro.

Primero la original, luego la traducción:

Glendower:
I can call spirits from the vasty deep.

Hotspur:
Why, so can I, or so can any man;
But will they come when you do call for them?

Glendower:
Why, I can teach you, cousin, to command
The devil

Hotspur:
And I can teach thee, coz, to shame the devil—
By telling the truth. Tell truth and shame the devil.


Traducción:

Glendower:

Puedo llamar a los espíritus de las profundidades.

Hotspur:

¿De verdad? Yo también puedo hacerlo, cualquiera puede;
Pero, cuando los llamas ¿vienen?

Glendower:

De verdad, te puedo enseñar, primo mío, a dominar
Al diablo

Hotspur:

Y yo te puedo enseñar, primo, a burlarte del diablo—
Diciendo la verdad. Dí la verdad y humilla al diablo.

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Hace tres años en el blog: La legalización de las drogas.
Y también: Suicidio de parados en Italia.
Hace cinco años en el blog: Las ayudas a la energía renovable.
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martes, 14 de abril de 2015

La debilidad del marxismo y del psicoanálisis


Reproduzco aquí un texto de Karl Popper, que sigue siendo actual. Habla del marxismo (su parte del Materialismo Histórico), del Psicoanálisis de Freud y de la Psicología individual de Adler. El texto original en inglés se puede consultar aquí. La traducción está tomada de aquí.

Podemos añadir muchas otras teorías modernas más modernas (el patriarcado explicado por el sexo como poder, la economía austriaca, el ecologismo que enfrenta lo natural a lo artificial, el diseño inteligente o las teorías políticas del neo-imperialismo, entre otras muchas).


"Durante el verano de 1919 comencé a sentirme cada vez más insatisfecho con esas tres teorías, el Materialismo Histórico, el Psicoanálisis y la Psicología del individuo; comencé a sentir dudas en relación a su pretendido carácter científico. Mis dudas tomaron al principio la siguiente forma simple: “¿qué es lo que no funciona en el Marxismo, el Psicoanálisis y la Psicología del individuo?”, “¿por qué son tan diferentes de las teorías físicas, de la teoría de Newton y especialmente de la Teoría de la Relatividad?”.

"Para aclarar este contraste debo explicar que pocos de nosotros, por entonces, habríamos dicho que creíamos en la verdad de la teoría einsteniana de la gravitación. Esto muestra que no eran mis dudas acerca de la verdad de esas otras tres teorías lo que me preocupaba, sino alguna otra cosa. Tampoco consistía en que yo tuviera la sensación de que la física matemática era más exacta que las teorías de tipo sociológico o psicológico. Así, lo que me preocupaba no era el problema de la verdad, en esta etapa al menos, ni el problema de la exactitud o mensurabilidad. Era más bien el hecho de que yo sentía que esas tres teorías, aunque se presentaban como ciencias, de hecho tenían más elementos en común con los mitos primitivos que con la ciencia: que se asemejaban más a la astrología que a la astronomía. 

"Hallé que aquellos de mis amigos que eran admiradores de Marx, Freud y Adler estaban impresionados por una serie de puntos comunes a las tres teorías, en especial su aparente poder explicativo. Estas teorías parecían poder explicar prácticamente todo lo que sucedía dentro de los campos a los que se referían. El estudio de cada una de ellas parecía tener el efecto de una conversión o revelación intelectuales, que abría los ojos a una nueva verdad oculta para los no iniciados. Una vez abiertos los ojos de este modo, se veían ejemplos confirmatorios de todas las partes: el mundo estaba lleno de verificaciones de la teoría. Todo lo que ocurría la confirmaba. Así, su verdad parecía manifiesta y los incrédulos eran, sin duda, personas que no querían ver la verdad manifiesta, que se negaban a verla, ya porque estaba contra sus intereses de clase, ya a causa de sus represiones aún “no analizadas” y que exigían a gritos un tratamiento. 

"Me pareció que el elemento más característico de esta situación era la incesante corriente de confirmaciones y observaciones que “verificaban” las teorías en cuestión; y este aspecto era constantemente destacado por sus partidarios. Un marxista no podía abrir un periódico sin encontrar de continuo pruebas que confirmaban su interpretación de la historia; no solamente en las noticias, sino también en su presentación –que revelaba el sesgo clasista del periódico- y, especialmente, por supuesto, en lo que el periódico no decía. Los analistas freudianos subrayaban que sus teorías eran constantemente verificadas por sus “observaciones clínicas”. En lo que respecta a Adler, quedé muy impresionado por una experiencia personal. Una vez, en 1919, le informé acerca de un caso que no parecía particularmente adleriano, pero el no halló dificultad alguna en analizarlo en términos de su teoría de los sentimientos de inferioridad, aunque ni siquiera había visto al niño. Experimenté una sensación un poco chocante y le pregunté cómo podía estar tan seguro. “Por mi experiencia de mil casos”, respondió, a lo que no pude evitar contestarle: “Y con este nuevo caso, supongo, su experiencia se basa en mil y un casos”. 

"Lo que yo pensaba es que sus anteriores observaciones podían no haber sido mucho mejores que esta nueva; que cada una de ellas, a su vez, había sido interpretada a la luz de “experiencias previas” y, al mismo tiempo, considerada como una confirmación adicional. “¿Qué es lo que confirman?”, me pregunté a mi mismo. Solamente que un caso puede ser interpretado a la luz de una teoría. Pero esto significa muy poco, reflexioné, pues todo caso concebible puede ser interpretado tanto a la luz de la teoría de Adler como de la Freud. Puedo ilustrar esto con dos ejemplos diferentes de conductas humanas: la de un hombre que empuja un niño al agua con la intención de ahogarlo y la de un hombre que sacrifica su vida en un intento de salvar al niño. Cada uno de los dos casos puede ser explicado con igual facilidad por la teoría de Freud y por la teoría de Adler. De acuerdo con Freud, el primer hombre sufría una represión (por ejemplo, de algún componente de su complejo de Edipo), mientras que el segundo había hecho una sublimación. De acuerdo con Adler, el primer hombre sufría sentimientos de inferioridad (que le provocaban, quizás, la necesidad de probarse a sí mismo que era capaz de cometer un crimen), y lo mismo el segundo hombre (cuya necesidad era demostrarse a sí mismo que era capaz de rescatar al niño). No puedo imaginar ninguna conducta humana que no pueda ser interpretada en términos de cualquiera de las dos teorías. Era precisamente este hecho – que siempre se adecuaban a los hechos, que siempre eran confirmadas – el que a los ojos de sus admiradores constituía el argumento más fuerte a favor de esas teorías. Comencé a sospechar que esta fuerza aparente era, en realidad, su debilidad."

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Hace tres años en el blog: Cosas de Savater.
Hace cinco años en el blog: La torre herida por el rayo (2). La paradoja de Newcomb.
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viernes, 10 de abril de 2015

Sobre la definición de pseudociencia


Hace unos días tuití lo siguiente:
"La Economía Neoclásica es una pseudociencia si se usa más allá de donde es una buena aproximación. Igual pasa con la Mecánica de Newton."
A cuenta de ella ha seguido un interesante intercambio de opiniones con Jesús Quirantes @hijodelprofe. Sí, es el hijo de Arturo Quirantes, @elprofedefisica, y aprovecho para recomendar tanto el blog del padre, que es ya un clásico en la divulgación científica, como el del hijo, que apunta maneras.

Como sabemos, twitter no es el mejor sitio para una discusión matizada y ordenada, pero creo que salieron algunos puntos interesantes de recoger. Jesús se queja de que incluya la Mecánica de Newton como pseudociencia en ningún caso y se apoya en la definición que dan en una página de Círculo Escéptico. Ahí se habla de las prácticas, creencias y conocimientos que reclaman tener carácter científico sin serlo y se ponen los ejemplos de la Astrología, la Homeopatía, la Ufología el Psicoanálisis, el Feng Shui, el Tarot, la Numerología y la Parapsicología. La definición no es muy precisa, pero la colección de ejemplos parece restringir la acepción del término "pseudociencia" a prácticas que no tienen ningún sentido desde el principio. Como dice Jesús en un tuit:
"por definición, las pseudociencias NO son una buena aproximación en ningún caso".
Yo defiendo una acepción más amplia:
"Si alguien dice que el sol gira alrededor de la tierra, ¿no es pseudocientífico? Pero para muchas cosas es una buena aproximación."
También suelo poner el ejemplo de la teoría de la Tierra plana. Este modelo sobre la forma de la Tierra es un buen modelo cuando uno considera desplazamientos no muy amplios sobre la superficie terrestre o cerca de ella. Si, en cambio, uno usa el modelo para grandes distancias cometerá errores cada vez más imperdonables. Insistir en usar el modelo en esos casos es, creo yo, también pseudociencia. Los miembros de la Flat Earth Society (si es que esta sociedad no es una sátira) estarían en el mismo grupo de pseudocientíficos que los homeópatas, los creyentes en el sistema geocéntrico o los astrólogos. Es posible que alguien prefiera llamar de otra manera que no sea pseudociencia a la teoría de la Tierra plana o a la teoría Geocéntrica (p.e. protociencia) y es posible sostener una intención científica de estos modelos cuando se plantearon en su momento histórico. Pero esto no es lo que discuto, sino su uso hoy en día como modelos más allá de donde son una buena aproximación. Imagino que este uso no será llamado protociencia, sino que recibirá un apelativo más bien peyorativo (aquí un geocentrista de verdad, sin sátira, que haberlos haylos). Si no es el de pseudociencia será otro (p.e., mala ciencia).

No me interesa la cuestión semántica. Tanto si englobamos con un término ambos tipos de errores como si los englobamos en dos, lo que sí me interesa es el paralelismo cuando en la siguiente frase sustituimos la X por Tierra plana, Geocentrismo, Mecánica de Newton, Economía Neoclásica:
El modelo X es una buena aproximación en algunos casos, pero si se usa más allá de donde es buena aproximación, se caerá en la pseudociencia / mala ciencia.
No creo que esto sea ofender a los primeros seres humanos que pensaron sobre la forma de la Tierra, a los primeros filósofos que postularon un modelo de mecánica celeste, a Newton o a los neoclásicos. Más bien al contrario, se acepta su aportación y se les separa de los que yerran en su nombre.

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Hace tres años en el blog: El deber es lo primero.
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martes, 7 de abril de 2015

¿Cumple su parte el Comercio Justo? (2)

Esta es la segunda parte de la versión en español de mi artículo de marzo en Mapping Ignorance. Debe leerse la primera parte para entender esta.


El segundo método examina un panel de productores a lo largo del tiempo, en lugar de fijarse en una sección para un periodo de tiempo, y estudia los precios obtenidos por el productor antes y después de recibir la certificación de Comercio Justo. Usando esta estrategia, Dragusanu y Nunn (2014) [10] encuentran un sobreprecio, aunque más pequeño que el 30% mencionado antes, pero no encuentran un incremento de las cantidades vendidas.

El tercer método estudia qué clase de productores es más atraído por el certificado. La evidencia sugiere que los productores con menos experiencia, educación y menores ingresos son más propensos a adquirir el certificado, según dos estudios realizados en Costa Rica (Sáenz-Segura y Zúñiga-Arias, 2009 [11]) y Perú (Ruben y Fort, 2012 [9]). De confirmarse, esta relación negativa podría indicar que la relación causal encontrada en los estudios anteriores podría estar infra estimada.

¿Es sostenible a largo plazo el mayor ingreso?

De acuerdo con el Análisis Económico, si la demanda de productos con la etiqueta de Comercio Justo es constante, a medida que más productores obtienen el certificado cada uno obtendrá una menor proporción de los beneficios. La entrada ocurrirá hasta que los beneficios sean los justos para compensar por los costes de la certificación. Esta disipación de rentas no ocurrirá, al menos, no completamente, si hay algunas barreras a la entrada. Por otra parte, la completa disipación de rentas no tiene por qué significar un fracaso del Comercio Justo, puesto que otros resultados, como las mejoras de las condiciones de trabajo, sostenibilidad y las relaciones de largo plazo, también se extienden con la entrada a la certificación. No hay estudios empíricos para comprobar cuál es el caso en este aspecto dinámico del Comercio Justo, pero los análisis teóricos muestran un dilema para las agencias certificadoras: por una parte, desean extender la etiqueta lo más ampliamente posible, pero a la vez desean también imponer algún tipo de límite a la entrada para evitar la disipación de rentas

¿Ofrece el Comercio Justo estabilidad financiera?

La evidencia parece indicar que el beneficio de lazos a largo plazo entre productores y compradores sí se observa, con la excepción de los compradores ligados a un mercado (importadores que venden a Starbucks, Nestlé o Cosco, por ejemplo), que a menudo rehusan comprar a cooperativas que solicitan créditos. Bacon et al. (2008) [12] muestran que el 77% de los agricultores con el certificado de Comercio Justo declaran que sus cooperativas les proveen de crédito antes de la cosecha, en comparación esto solo ocurre en el 33% de los agricultores en cooperativas convencionales. Méndez et al. (2010) [13] ofrecen un buen caso a favor de la hipótesis de que la certificación de Comercio Justo efectivamente causa acceso al crédito al poder usar como control agricultores con certificación orgánica que no tiene provisiones sobre acceso al crédito.

¿Mejoran la gobernanza y las instituciones?

La evidencia empírica en este tema es limitada y ofrece resultados dispares. Algunos estudios muestran que los productores certificados se identifican con su cooperativa en mayor medida que los no certificados (Ruben y Fort, 2012 [9]), mientras que otros encuentran justo lo contrario (Elder et al., 2009 [14]) o ninguna diferencia. Más aún, algunos autores encuentran que un número importante de productores para cooperativas de Comercio Justo no sabían nada acerca del sobreprecio, incluso muchos de los que sí sabían, pensaban que no estaban recibiendo ningún beneficio por ello. Evidencias posteriores muestran que los trabajadores contratados por cooperativas certificadas no reciben un salario mayor en comparación con los trabajadores para cooperativas convencionales o que el salario es solo marginalmente superior (Jaffe, 2009 [15]).

Un último objeto de estudio tiene que ver con las externalidades positivas de la certificación. Los agricultores no certificados se pueden beneficiar del Comercio Justo si el sobreprecio recibido por los certificados beneficia a la comunidad en forma de educación, servicios médicos, infraestructuras o incluso en la reducción del poder de mercado de los intermediarios. De momento la existencia de estos efectos es especulativa, con solo alguna evidencia preliminar que muestra un ingreso más alto en los productores no certificados debida a la presencia de productores certificados en un área de Costa Rica (Dragusanu y Nunn, 2014 [10]).

Referencias:

9. Ruben, R., and Fort R. 2012. The Impact of Fair Trade Certification for Coffee Farmers in Peru. World Development 40(3), 570–82.

10. Dragusanu, R., and Nunn N. 2014. The Impacts of Fair Trade Certification: Evidence from Coffee Producers in Costa Rica. Unpublished paper. Harvard University.

11. Sáenz-Segura, F., and Zúñiga-Arias, G. 2009. Assessment of the Effect of Fair Trade on Smallholder Producers in Costa Rica: A Comparative Study in the Coffee Sector. In The Impact of Fair Trade, edited by Ruerd Ruben, 117–35. Wageningen: Wageningen Academic Publishers.

12. Bacon, C.M.; Méndez,V.E., Flores Gómez, M.E.; Stuart, D., and Díaz Flores, S.R. 2008. Are Sustainable Coffee Certifications Enough to Secure Farmer Livelihoods? The Millennium Development Goals and Nicaragua’s Fair Trade Cooperatives. Globalizations 5(2), 259–74.

13. Méndez, V.E.; Bacon, C.M.; Olson, M.; Petchers, S.; Herrador, D.; Carranza, C.; Trujillo, L.; Guadarrama-Zugasti, C.; Cordón, A., and Mendoza, A. 2010. Effects of Fair Trade and Organic Certifications on Small-Scale Coffee Farmer House- holds in Central America and Mexico. Renewable Agriculture and Food Systems 25(3), 236–51.

14. Elder, S.D.; Zerriffi, H., and Le Billon, P. 2012. Effects of Fair Trade Certification on Social Capital: The Case of Rwandan Coffee Producers. World Development 40(11), 2355–67.

15. Jaffee, D. 2009. “Better, But Not Great”: The Social and Environmental Benefits and Limitations of Fair Trade for Indigenous Coffee Producers in Oaxaca, Mexico. In The Impact of Fair Trade, edited by Ruerd Ruben, 195–222. Wageningen: Wageningen Academic Publishers. 

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viernes, 3 de abril de 2015

¿Cumple su parte el Comercio Justo? (1)

Esta es la primera parte de la versión en español de mi artículo de marzo en Mapping Ignorance.



Raluca et al. (2014) [1] proporcionan un repaso de los estudios económicos que tienen que ver con el funcionamiento de las certificaciones de Comercio Justo. El resumen se centra en la industria del café, con diferencia el producto más importante en la etiqueta Comercio Justo. En este artículo resumo sus principales conclusiones.

El fin de la certificación Comercio Justo es mejorar las vidas de los pobres en los países en desarrollo ofreciendo mejores condiciones a los productores. Los principales instrumentos son el recargo en el precio pagado a los productores que obtienen la certificación y la relación de largo término entre compradores y vendedores, lo que implica una estabilidad financiera. A cambio, el productor debe adherirse ciertas prácticas: usar el mayor precio para invertir en la comunidad, mejorar las condiciones de los trabajadores, favorecer asociaciones como las cooperativas y usar algunos estándares medioambientales. A pesar de que el número de productos certificados sigue creciendo, en 2011, las exportaciones de café con la etiqueta Comercio Justo apenas representaba el 1,8% de las exportaciones mundiales de café.

El certificado se concede por alguna organización privada (la mayoría pertenecientes a Fairtrade International), y el productor debe pagar por la solicitud, la certificación inicial y las tarifas de renovación de la certificación. La justificación de la iniciativa Comercio Justo es que provee información creíble al consumidor. Si un número de consumidores tienen preferencias por las prácticas de producción promovidas por Comercio Justo y están dispuestos a pagar un precio más alto por ello, y los productores están dispuestos a producir de esa manera, entonces una certificación creíble puede facilitar transacciones beneficiosas para ambas partes que de otra manera no ocurrirían.

Hay, sin embargo, una preocupación acerca de si el Comercio Justo tiene sentido económico y de si es sostenible en el largo plazo. Por ejemplo, el economista especializado en desarrollo Paul Collier (2007, p. 163) [2] escribe “[Los agricultores con certificación de Comercio Justo] reciben caridad mientras sigan produciendo las cosechas que les han atrapado en la pobreza”. El semanario The Economist (2006) [3], a su vez, escribe: “tal vez la mayor objeción al Comercio Justo es que es una manera ineficiente de hacer llegar el dinero a los productores pobres”.

Los estudios incluidos en Raluca et al. proporcionan alguna evidencia sobre si los objetivos del Comercio Justo se cumplen realmente, pero no tienen mucho que aportar acerca de los efectos a largo plazo o sobre si en verdad son una manera ineficiente de ayudar a los productores pobres.

¿Tienen los consumidores preferencias por Comercio Justo?

Mediante el uso de encuestas y experimentos de campo, la evidencia empírica muestra que muchos consumidores efectivamente muestran preferencias por productos con la etiqueta de Comercio Justo. Si una variedad de café tiene la etiqueta tiene también más ventas, y los consumidores están dispuestos a pagar por ella un sobreprecio de hasta el 23% ((e.g., Herter et al., 2009 [4], Hainmueller et al., 2011 [5] y Hiscox et al., 2011 [6]). En la parte teórica, dadas estas preferencias, la certificación voluntaria mejora el bienestar agregado.

¿Reciben los productores precios más altos?

Todos los estudios están de acuerdo en que los productores con el certificado de Comercio Justo reciben precios más altos que los agricultores convencionales, con una diferencia a favor del orden del 30%, pero la evidencia necesita de un análisis más cuidadoso para inferir causalidad. Si el certificado de Comercio Justo selecciona mejores productores, la dirección causal puede ser la contraria. Los estudios más recientes usan tres metodologías distintas para resolver el problema. La primera usa métodos de emparejamientos, y comparan cada agricultor certificado con agricultores que tienen características similares que son observables (educación, edad, tamaño familiar y especialización, entre otras). Con este método, Beuchelt y Zeller (2011) [7] muestran que los productores de café en Nicaragua sí reciben mayores precios cuando están asociados a cooperativas certificadas con la etiqueta de Comercio Justo. Por el contrario, Fort y Ruben (2009) [8] no encontraron diferencias significativas para las cooperativas en Perú.

(Continúa aquí)

Referencias:

1. Dragusanu, R.; Giovannucci, D., y Nunn, N. 2014. The Economics of Fair Trade. Journal of Economic Perspectives 28(3), 217–236.

2. Collier, P. 2007. The Bottom Billion. New York: Oxford University Press.

3. Economist, The. 2006. Voting with Your Trolley. Diciembre.

4. Hertel, S.; Scruggs, L., y Heidkamp, C.P. 2009. Human Rights and Public Opinion: From Attitudes to Action. Political Science Quarterly 124(3), 443–59.

5. Hainmueller, J.; Hiscox M.J., y Sequeira S. 2011. Consumer Demand for the Fair Trade Label: Evidence from a Field Experiment. Artículo no publicado.


7. Beuchelt, T.D., y Zeller M. 2011. Profits and Poverty: Certification’s Troubled Link for Nicaragua’s Organic and Fairtrade Coffee Producers. Ecological Economics 70(7), 1316–24.

8. Fort, R., y Ruben R. 2009. The Impact of Fair Trade Certification on Coffee Producers in Peru. En The Impact of Fair Trade, editado por Ruerd Ruben, 75–98. Wageningen: Wageningen Academic Publishers.

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