Mostrando entradas con la etiqueta Catalunya. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Catalunya. Mostrar todas las entradas

lunes, 29 de agosto de 2022

Los problemas para ensanchar la base independentista en Catalunya

Este es un hilo reciente que publiqué en twitter sobre las dificultades de ensanchar la base del apoyo al independentismo en Catalunya.

1/9

Las últimas noticias sobre Catalunya incluyen:

(i) sigue menguando el apoyo a la independencia (CEO),

(ii) el abucheo en el acto por las víctimas del 17A.

Esto ha llevado a más reflexiones entre procesistas sobre la necesidad de ensanchar la base de apoyo. Añado las mías.

2/9

Se han dado cuenta tarde de que hay que ensanchar las bases, pero más vale tarde que nunca. Con el apoyo actual (votaciones y encuestas) es imposible convencer a muchos en España para cambiar la Constitución ni en el resto del mundo para apoyar la causa independentista.

3/9

Pero ensanchar la base presenta un grave problema, que debería estar claro desde hace tiempo: el límite del independentismo es el límite histórico del nacionalismo (y seguramente quede bastante por debajo). Es difícil hacer independentistas sin hacer primero nacionalistas.

4/9

Independentistas pragmáticos hay muy pocos. La mayoría de los que se llaman así son nacionalistas que no se quieren ver a sí mismos como tales y para los que el pragmatismo es una racionalización.

5/9

En cualquier caso, para ensanchar la base basta con entender que el apoyo a la independencia es, sobre todo, cuestión de sentimiento. ¿Cómo trasladar este sentimiento a los no nacionalistas?

6/9

Un inmigrante o hijo/nieto de inmigrantes no gana nada emocionalmente por creer que ha existido una nación catalana con instituciones centenarias y que ha sido sistemáticamente oprimida por España/Castilla.

7/9

En particular, será muy difícil que pueda aceptar que ha sido más oprimida que cualquier otro pueblo de España: su historia familiar y su experiencia le dicen exactamente lo contrario.

8/9

La frase «la Generalitat tiene siete siglos de historia» puede apelar al orgullo de quien tiene muchos apellidos catalanes, pero la reacción normal de los demás será «¿qué puede importar eso para nada?, además, la Generalitat de ahora no tiene nada que ver con la anterior».

9/9

Lo mismo pasará con la gran mayoría del imaginario nacionalista. España nos quiere hacer esto o lo otro, los españoles son así o asá. ¿Cómo vas a ensanchar la base insultando o tergiversando la historia/familia/sociedad/pueblo de aquellos a quienes quieres convencer?

sábado, 2 de junio de 2018

Qué quieren los catalanes (actualización)

Esta es una actualización de mi análisis publicado en el blog Nada es Gratis sobre los resultados de aplicar distintos modos de decisión en una hipotética consulta a los catalanes sobre la relación entre Cataluña y España. En aquella ocasión se usaban los datos de febrero recogidos por el CEO (el CIS catalán). Ahora uso los más recientes de mayo.


Las opciones presentadas son IND, FED, AUT y REG (independencia, estado federal, autonomía y región), que recogen los apoyos del 40,8%, 22,4%, 24% y 6,3%, respectivamente. Cuando se pregunta solamente IND sí o no, la nueva encuesta recoge un 48% a favor y un 43,% en contra. Obsérvese que los que no contestan representan casi el mismo porcentaje en ambos casos. Igual que en la anterior entrada, consideraré que la diferencia entre los que favorecen la independencia en el segundo planteamiento, pero no en el primero, son federalistas que tienen la independencia como segunda opción. La segunda opción de los autonomistas no está clara, así que consideraré distintas posibilidades. Con estas premisas elaboro la siguiente tabla que refleja los ránkings de preferencia de cinco grupos de personas distintas:


Veamos ahora los distintos sistemas de votación:

Voto sincero

Voto plural (mayoría relativa): Gana IND.

Voto transferible (en cada vuelta se elimina la opción con menos votos): En primera ronda se elimina REG, en segunda ronda se elimina FED y en tercera ronda se elimina AUT, independientemente de las preferencias de los autonomistas entre REG y FED. Gana la opción IND.

Segunda vuelta (las dos opciones más votadas pasan a la segunda ronda): Pasan AUT e IND, entre las que gana IND.

Ganador de Condorcet (se elige la opción que gane todos sus emparejamientos): la opción FED gana a cada una de las demás por separado.

Recuento de Borda (como en Eurovisión, la opción preferida recibe 3 puntos, las siguientes 2, 1 y cero): La opción AUT recibe 163 votos, mientras que la opción FED recibe 203,1 si los autonomistas la prefieren a REG y 179,1 en caso contrario, mientras que si se reparten a medias, se queda con 181,75. Las demás opciones tienen muchos menos puntos. Así que ganará FED en cualquier caso.

Veto (en cada ronda se elimina la que es menos preferida por más votantes): En primera ronda se elimina REG, en segunda ronda se elimina IND y en tercera ronda se elimina AUT, independientemente de las preferencias de los autonomistas entre REG y FED. Gana la opción FED.

Pregunta 2014 (Estado federal sí o no. En caso positivo, independencia sí o no): Estado No: 30,3; Estado Sí; 63,2. Se aprueba el Estado federal. Independencia Sí: 40,8, No: 30,3+22,4. Gana FED.

Voto estratégico

Voto plural: Los regionalistas y autonomistas podrían votar FED, con los federalistas, con lo que ganarían a los independentistas. Eso sería un equilibrio. Otro equilibrio posible sería que independentistas y los federalistas del tipo 1 voten IND y los demás, según sus preferencias. En este caso ganaría la opción IND.

Voto transferible: Ocurriría más o menos lo mismo que con el voto plural.

Segunda vuelta: Votar por AUT en la primera vuelta es reforzar la opción IND en la segunda. Los autonomistas y regionalistas deberían votar estratégicamente FED para que gane a IND. Ganaría FED.

Ganador de Condorcet: Cualquier desviación del voto sincero es muy arriesgada. Por ejemplo, si los independentistas votan por AUT para que FED no gane en el enfrentamiento AUT-FED se consigue un triple empate de consecuencias imprevisibles según la regla de desempate. Gana FED (más seguro) o IND (muy arriesgado).

Recuento de Borda: Autonomistas y regionalistas pondrán a FED en la última posición y AUT en primera. Lo mismo harán independentistas y federalistas con AUT y FED. En ese caso ganará FED, con más votos en primer lugar, siempre y cuando los votos en segundo y en tercer lugar entre IND y REG estén repartidos para que no gane ninguno de ellos. Esto hace del voto estratégico una situación un tanto incierta.

Veto: Sería muy parecido al voto transferible. Ganaría FED.

Pregunta 2014: No hay cambios por voto estratégico dadas las preferencias.

Resumen


Observamos que la opción FED prevalece en la mayoría de los casos, igual que con las preferencias de la encuesta de enero, pero que donde en enero podía ganar la opción AUT, ahora ganaría IND. Dicho de otra manera: la opción FED como ganadora es muy estable aún con los cambios en las preferencias recogidos por las distintas encuestas, todo lo contrario de las otras opciones, que se presentan mucho más versátiles.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: Marxismo vs Economía moderna (3).
Y también: Vuelve el debate sobre las copias privadas.
Hace tres años en el blog: A quién votar (3).
Y también: La implantación de Podemos y Ciudadanos tras las elecciones.
Y también: Esto es lo que hizo Nash.
Y también: España es una potencia en Economía Experimental. El Ministerio reacciona cargándosela.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

lunes, 12 de marzo de 2018

Las dimensiones económicas de la crisis catalana. El debate en la LSE.

En una reciente visita que hizo Andrew Mas Colell a Madrid me acerqué a saludarlo. Le comenté sobre el debate en la LSE sobre las dimensiones económicas de la crisis catalana entre él mismo, Ángel de la Fuente, Jordi Galí, Ramón Marimón y Antonio Cabrales, y me recomendó que no lo viera. Como veis, no le he hecho caso, pero no porque no valore su consejo, sino porque me ha podido la curiosidad. Aquí está mi resumen para quienes no tengan tiempo de verlo o no entiendan el inglés con marcado acento español/catalán. Adelanto una única reflexión: los pro-independentistas usan argumentos y datos sin contexto (excepto Galí en una ocasión, cuando habla de la productividad del capital público, en que Cataluña no está en ninguna posición distinta que otras comunidades). Los no-independentistas ponen sus datos en contexto, comparando con catalanes no independentistas, con otros momentos, con otras comunidades y con otros países. Lean y, si no se fían, vean el vídeo, para ver que no engaño.


Mas Colell: España gobierna mal, Cataluña lo haría mejor. La financiación autonómica es caótica y Cataluña tiene un déficit fiscal.

De la Fuente: La contribución de Cataluña al resto de España está muy dentro de lo que es normal en España y en el mundo. Muestra un gráfico y comenta que Cataluña es más la regla que la excepción.

Galí: El apoyo a la independencia no es debido a la crisis. Muestra un gráfico y comenta que el apoyo es posterior al aumento del paro. También hay más apoyo donde hay menos paro. Muestra un gráfico donde se ve la evolución de la inversión pública en Cataluña y cómo es muy inferior al peso económico o poblacional en los últimos años. Finalmente muestra que la productividad del capital público es mayor en Cataluña que en otras comunidades, aunque comparable a Madrid, Baleares y Valencia.

Marimón: Para calcular el coste de la independencia no mires el estado estacionario, sino cuántos años hacen falta para recuperar el nivel actual y cuántos para colocarse en el lugar que habría estado sin independencia. Son muchos en cualquier escenario. En alguno no se consigue nunca. La descentralización en España se ha hecho muy rápidamente, de ahí la acumulación de fallos. Entendamos eso y arreglémoslo. Hace hincapié en la división que el independentismo ha causado en la sociedad catalana. 

Cabrales: Los experimentos sobre juegos de confianza entre regiones indican que la desconfianza se da en mucha mayor medida entre personas simpatizantes de distinto partido que entre personas de distinta región. Las preferencias de los simpatizantes de distintos partidos sobre cuántas horas dedicar a cada lengua en el sistema educativo no son tan distintas entre sí y son distintas a la realidad. Hay un capital humano común a catalanes y resto de españoles que no debe dilapidarse. 

De la Fuente: Los datos de Galí están mal, el stock per cápita en infraestructura en Cataluña está en la media de la española y mejor que en Madrid. 

Mas Colell: España sigue siendo centralista, por ejemplo, el aeropuerto de Barcelona se gestiona desde Madrid. ¿Por qué no un referéndum? 

De la Fuente: Ok, tengamos más autonomía y experimentemos con redistribución de competencias, aunque no sabe por qué tener aeropuertos descentralizados es algo bueno. 

Galí: En España se ha descentralizado el gasto, pero no la toma de decisiones. Los costes de la independencia son artificiales, haciendo las cosas más duras de lo que podrían ser para Cataluña.

Marimón: Si España es disfuncional, el problema no es específico de Cataluña. Las simulaciones sobre los costes de la independencia antes aludidos no incluyen los costes artificiales, solo los costes de transacción inherentes a la independencia. No a represalias de ningún tipo. 

De la Fuente: España sí está descentralizada, compares con quien compares. Por ejemplo, con Alemania. 

Mas Colell: España no es federal porque no se quiso. Tiene autonomías para poder quitarlas si se quiere, que es en la situación en que estamos ahora. 

Cabrales: La distancia cultural importa para el comercio y Cataluña tiene menos con el resto de España que con otros países. 

Marimón: ¿Más independencia en un mundo más dependiente? Un Estado federal con responsabilidad regional y con reglas claras de solidaridad y de compartición de riesgos es posible. No se ha hecho bien en España, pero podemos pensar en cómo afrontar esto y a partir de ahí cambiar la Constitución, no al revés. Estamos aprendiendo estos problemas en parte gracias a los catalanes.

Galí: Los beneficios de la independencia no solo son los dividendos fiscales, sino también, y de manera más importante, la posibilidad de empezar desde cero. Los costes comerciales, financieros y monetarios se pueden evitar con voluntad, aunque no los boicots que pueda haber por parte del resto de españoles. Los independentistas quieren ser parte de la UE. Las exportaciones de Cataluña al resto de España han disminuido hasta el 37,7%. ¿Por qué no decidir cambios en las fronteras políticas democráticamente en lugar de mediante guerras y matrimonios reales? 

De la Fuente: Hay que dudar de que Cataluña vaya a ser más rica con la independencia. Acaso son los catalanes más inteligentes que el resto de españoles. Viendo la clase dirigente en Cataluña no apostaría por ello. 

Mas Colell: Tampoco apostaría por la clase dirigente española. No le interesa examinar los pros y contras de la independencia. Esa no es la cuestión, sino por qué Eslovenia puede ser independiente y Cataluña no. El Estado español ha dejado bien claro que ejercerá toda la fuerza para impedirlo, pero eso no cambiará lo que piensa la gente. Y entonces ¿qué hacemos? 

Cabrales: ¿Qué hacemos a partir de ahora? Supongamos que se negocia un referéndum, ¿en qué consistiría? No tenemos ley de claridad como en Quebec. Habría que discutir estas cosas. 

Marimón: Los catalanes hemos ayudado a construir la democracia en España. No olvidemos eso y tengamos la misma implicación para las reformas que pueda haber en los próximos veinte años. La sociedad catalana está dividida. 

Mas Colell: No es cuestión de referéndum sí o no. Esto no está sobre la mesa. La cuestión es por qué España no puede ser como Canadá. 

Galí: No permitir el referéndum y encarcelar a políticos no resolverá la división de la sociedad catalana. Si las fronteras importan tanto, ¿por qué el número de países ha aumentado desde la Segunda Guerra Mundial, incluso en Europa? Hay fuerzas subyacentes que permiten esto, ¿estamos ante una era de países pequeños? Un ránking de los países más ricos incluye muchos de menos de diez millones de habitantes. 

Preguntas de la audiencia: 

-¿Es el modelo vasco una solución aceptable? 

De la Fuente: No, porque tanto el País Vasco como Navarra están subvencionados. Son pate del problema de la financiación, no la solución. 

Marimón: Lo importante es la claridad y el compromiso. Con ello no habría problemas con un sistema así. Una agencia debería encargarse del Cupo, no el ministro de turno. 

-Barcelona está más conectada con Madrid que con cualquier otra ciudad y estamos más preocupados de Madrid que de otra ciudad de Cataluña. 

Mas Colell: Pagamos por el museo del Prado, sería bueno tener parte en Barcelona. Por supuesto que pensamos en Madrid, como en Bruselas, porque dependemos de ella, pero no es lo ideal. 

-¿No es una cuestión de descentralización, sino de relocalización? 

Mas Colell: La relocalización no implica más poder de decisión, pero mejoraría las cosas. 

-¿Cuál es la razón de las autonomías si las reglas están centralizadas (como en el caso de RU y la UE)? 

Mas Colell: Desconfío de las decisiones centralizadas. Cataluña no tiene poder político real, pero aun así es mejor si las decisiones para Cataluña se toman localmente. 

-¿Hay voluntad de cambiar las cosas? 

Marimón: España no es Madrid o el PP. Si se plantean las cosas como todo o nada, esto no lleva a ninguna parte. Pongamos problemas específicos sobre la mesa. Los independentistas dicen: no nos involucremos en Madrid. Esta es una idea equivocada. Cuando Raimon llenaba los estadios en Madrid había un gran respeto por Cataluña. Volvamos a eso, hablemos de cosas normales: sistema de salud, universidades,… Hablemos de la capacidad de tomar decisiones además de ser gestores. 

De la Fuente: Hay mucha gente en todos los partidos que quieren tener un estado más moderno y funcional. Los españoles no son tan estúpidos para no entender esto. Contra lo que dice Mas Colell, España es a todos los efectos un país federal, donde incluso las autonomías tienen margen de decisión sobre los impuestos. 

Galí: España no es el PP, pero las encuestas dicen que en el País Vasco y en Cataluña la mayoría de la población quiere más autonomía, mientras que en el resto de España se quiere más descentralización. ¿Qué hacemos con esto?

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: ¿Sueñan los economistas con abrelatas eléctricos?
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

martes, 20 de febrero de 2018

Sobre la inmersión lingüística en Catalunya

El pasado domingo tuití unas reflexiones personales sobre el modelo de inmersión lingüística en Catalunya. Fueron bien acogidas por gente muy diversa, lo que me alegra sobremanera. Las recojo en esta entrada.

Preferencias sobre porcentaje de horas de enseñanza en cada idioma por partidos
Fuente: Politikon

1/12
En los años 80, Catalunya partía de una buena base para normalizar el uso del catalán. La lengua era hablada por la mitad de la población y entendida por casi toda ella. La cercanía de las lenguas castellana y catalana ayudaba mucho.

2/12
Esto implicaba que, contrariamente a otros casos (País Vasco, por ejemplo), se podía pensar en diseñar un único sistema escolar para todos los alumnos y que permitiera a todos el dominio de ambas lenguas.

3/12
Un sistema así permite que ningún escolar esté en desventaja por no ser competente en alguna de las lenguas. En el uso de sus competencias constitucionales, en Catalunya se decidió el modelo de inmersión lingüística en catalán con alto consenso entre las fuerzas políticas.

4/12
Desde entonces, han sucedido varias cosas: (i) la implementación de la inmersión lingüística con un número muy reducido de horas en castellano, (ii) solicitudes no aceptadas o dificultadas de familias que pedían más horas de castellano para sus hijos,

5/12
(iii) sentencias del Tribunal Constitucional en relación a la situación del castellano como lengua vehicular en la enseñanza y (iv) el aumento de la representación política partidaria de una mayor presencia del castellano.

6/12
¿Qué hacer con esto?
Legalmente, lo único necesario e imprescindible es cumplir las sentencias del Tribunal Constitucional.
Políticamente, serán los representantes políticos quienes decidan si cambiar el modelo más allá de lo que se requiera para cumplir la ley.

7/12
Ética y democráticamente, el respeto a las minorías y mayorías, debe implicar que la presencia del castellano en la escuela esté más en consonancia con su uso como lengua materna por más de la mitad de la población.

8/12
Con un poco de voluntad, lo anterior tiene fácil arreglo. Un acuerdo para seguir con la inmersión lingüística, pero con más presencia del castellano, sería asumible por todas.

9/12
A eso se le puede añadir la posibilidad de estudiar en castellano a hijas e hijos de gente que está en Catalunya por poco tiempo y de centros que oferten materias en catalán en las grandes ciudades del resto de España para catalanes desplazados a ellas.

10/12
Cuando digo que sería asumible, me refiero en el sentido de cumplir con los objetivos de conocimiento y respeto de ambas lenguas. Si nos colocamos en posiciones maximalistas como (i) más horas de castellano es un paso atrás y más opresión española o...

11/12
... (ii) hay que crear dos modelos educativos, uno en cada lengua, para que se elija, lo que se conseguirá es una mayor polarización de la sociedad catalana y una ruptura del consenso sobre la necesidad de dominar ambas lenguas y del respeto a ambas.

12/12
Claro que habrá políticos que saquen rédito del enfrentamiento, pero debería ser trabajo de todos evitar que sea así.


Hubo tras esto varios diálogos, siempre en buenos tonos. Pongo tres:

Sobre el punto 9/12 me decía (((Alex Estruch)))‏ @AleJanito65:

"Este es el único punto de posible discrepancia para mí. Existía un colegio así, básicamente para hijos de militares, y prácticamente era un guetto. Justifica el que se les considere como a los funcionarios franceses en Argelia."

Respondí así:

"Hay maneras de articular eso. Puedes poner que al segundo año de matrícula ya pase al sistema normal, por ejemplo. En cualquier caso, es solo una manera de mostrar que hay espacio para hablar."

Este es un análisis de mis comentarios más amplio, hecho por Albert Carta9Nyà‏ @ACartanyaA:

Mi humilde opinión sobre tu hilo. LO MEJOR: hablar de este tema sin maximalismos y haciendo propuestas constructivas. LO BUENO: reconocer que corresponde a la sociedad catalana decidir cómo organiza este tema. LO MALO: seguir con que el conflicto es si hay más o menos...

...horas de castellano, cuando lo que debería evaluarse siempre, y actuar si no se cumple, es el objetivo: que alumnos de muy distinta procedencia y lengua materna acaben la enseñanza obligatoria con un buen uso de cat y cast por lo menos.

LO PEOR: obviar que el conflicto principal aparece por la existencia de un reducido número de personas que exigen un supuesto derecho a no aprender el catalán y a poder vivir tranquilamente en cat sin saberlo, ellos y todos sus descendientes

Respondí así:

Gracias por tomarte mi hilo como base de diálogo. Matizo dos cosas:
1. No digo que el conflicto sea más o menos horas de castellano, sino que eso será una parte importante en cualquier renegociación (si se hace) del sistema actual.

2. No obvio otras cosas. De hecho he puesto alguna de ellas entre las posturas maximalistas, que creo hay que aislar consiguiendo consensos entre las que no lo son.

Finalmente, La Santa Hermandad.‏ @BonCriteriMás me señala:

Me parece que usted no ha entendido el fondo del problema. No se trata de si se enseña más de una lengua u de otra, sino de que se ha usado y usa la enseñanza del catalán para difundir el suprematismo y el odio desprecio a los españoles y a España.

El problema es la profunda deslealtad con que se han usado las competencias sobre educación, y el uso vehicular del catalán, para despreciar y atropellar los derechos de los que aman la lengua española en una operación de  macro ingeniería social separatista. (aquí)

Respondí así:

Ese es otro problema, aunque relacionado con el anterior. Mi hilo era acerca de la política lingüística en la enseñanza. El problema de la manipulación y adoctrinamiento, allá donde se dé, es otro. Para el de la presencia del castellano hay cosas fáciles de hacer.

Para el de la manipulación y adoctrinamiento, todo será más difícil. Primero, habrá que documentarlo y el gobierno central deberá usar sus competencias en educación, que algunas tiene: por ejemplo, vigilar la calidad de los contenidos que son comunes a todas las comunidades.

A partir de ahí, el problema es social. Si hay manipulaciones en alguna escuela, padres y profesores no manipuladores deberían tener voz y libertad para denunciar. Puede no ser fácil, todo pasará por que cada vez esta parte de la sociedad tenga más voz y espacio.

Las leyes poco pueden hacer ahí, pero los políticos y otros actores sociales, sí podrán ayudar.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: La curva de Laffer y el ministro Montoro.
Hace tres años en el blog: El programa económico de Ciudadanos.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

sábado, 4 de noviembre de 2017

Por qué opino tanto sobre el procés


Desde que comento sobre Catalunya en las redes (mi blog, twitter y Facebook) me han preguntado por qué lo hago con tanta contundencia. Los que me conocen saben que siendo vasco y gallego siempre he simpatizado con la revitalización de las lenguas minoritarias, he defendido el autogobierno e incluso la posibilidad de independencia si hay una mayoría suficiente a favor, he admirado la manera en que los catalanes defendían su lengua y cultura, y también que he coqueteado con posiciones radicales en mis años mozos. ¿Cómo una persona así ha sido tan crítica con el procés? Voy a exponer mis razones.

En primer lugar, porque no teniendo mayoría el procés estaba deslegitimado desde el principio. Incluso si se argumenta la mayoría para el referéndum, que no para la independencia, no se puede exigir ese referéndum cuando no hay una realidad objetiva de que sea necesario. Es decir, sin haber una mayoría amplia de deseo de independencia, ¿qué sentido tiene pedir al conjunto de españoles cambiar la Constitución, con todo lo que eso significa, para permitirlo?

En segundo lugar, porque el procés estaba muy mal diseñado también desde el principio. La estrategia decidida desde el comienzo sobre cómo dirigirlo fue “llegar hasta el final”. Al parecer, esto contentó a políticos y a asesores, que contagiaron su determinación al resto de la población que acabó apoyándolo. Como economista que algo sabe de Teoría de Juegos esto siempre me pareció absurdo, y no comprendo cómo colegas míos catalanes, también conocedores de la Teoría de Juegos, dejaron de lado todo análisis objetivo para dejarse llevar por los sentimientos a la hora de hacer previsiones (aquí hablé de ello). La estrategia de llegar hasta el final solo puede funcionar en dos circunstancias: o bien el final es favorable o bien hay garantías de que no se llegará a él. Ninguna de las dos cosas ha sido cierta ni probable en ningún momento. En un juego del gallina la parte débil tiene todas las de perder, no las de ganar. Lo hemos visto recientemente en las negociaciones del gobierno de Tsipras con la Troika y después en las del Brexit. La incertidumbre de una independencia, incluso en el caso más favorable, siempre jugará en contra de la economía. Las pretensiones de que empezar un país de cero permitiría diseñarlo como una república ejemplar eran también ensoñaciones. El país no empezaría de cero, sino que mantendría la misma clase política y dirigente que ha gobernado Catalunya con sus más y sus menos desde 1977, y la mantendría con menos competencia, por lo que camparía más a sus anchas.

En tercer lugar, porque aunque en el párrafo anterior he dicho que no comprendo cómo se deja la razón por el sentimiento, en realidad sí lo comprendo. Lo he visto y vivido durante demasiado tiempo en el País Vasco y es algo que no le deseo a nadie. Uno empieza buscando argumentos para justificar ciertas expresiones de su sentimiento y acaba defendiendo cualquier cosa que parezca beneficiarlo. Todos hemos visto cómo gente en principio sensata ha acabado aireando opiniones de gente como Otegi o Assange, o aceptando el beneplácito de políticos interesados en la división de Europa, o buscando solo razones para defender su postura sin ningún critica a la postura de “los suyos” y criticando toda postura de los “otros”, o creyendo que una declaración de un político extranjero es un inminente reconocimiento de la independencia, o acabando por llamar fascista a casi cualquiera que no esté de acuerdo con el procés.

En cuarto lugar, porque la polarización implicada por el punto anterior hará más difícil la convivencia en Catalunya. Espero y deseo que dentro de veinte años los catalanes no tengan que leer un libro parecido a Patria, que muchos vascos ahora leemos con cierta vergüenza y preguntándonos cómo pudimos permitir ese fraccionamiento de la sociedad. Afortunadamente, estos años del procés son pocos y durante ellos no ha habido terrorismo, lo que debería permitir restaurar la convivencia más fácilmente. Los independentistas deben darse cuenta que no pueden ser el pensamiento hegemónico de una sociedad plural. La mayor facilidad para movilizarse y conseguir que el discurso independentista sea más oído o sea tenido por el normal en según qué conversaciones, no es argumento para que deba ser así. No puede ser que un no independentista no se atreva a expresar su opinión en un grupo de amigos, colegas o claustro de profesores por temor a ser mal visto.

En quinto lugar, porque Catalunya ni está oprimida ni agraviada por el resto de España. No lo está en comparación con otras CCAA españolas ni en comparación con otras regiones de otros países. El tema de las balanzas fiscales y la inconstitucionalidad de algunos artículos (pocos) del Estatut que tuvieron que modificarse difícilmente justifican una rebelión. Los distintos gobiernos centrales han estado negociando y llegando a acuerdos con los distintos gobiernos y partidos catalanes desde 1977. El que las negociaciones se estanquen durante algunos años son gajes del oficio. Los dirigentes del procés han usado esos argumentos de manera torticera. Al final, lo único que hay es un deseo de ser independientes por parte de estos dirigentes. Los agravios se inventan o exageran según sean necesarios para la propaganda, incluido el “no nos entienden”.

En sexto lugar, y sin ánimo de ser exhaustivo, porque el procés ha dañado mucho la posibilidad de hacer las cosas de otra manera. Siempre he defendido, por ejemplo, la conveniencia de que todos los niños de España reciban en algún momento un cierto acercamiento a todas sus lenguas (aquí). No digo que las aprendan, sino que sepan unas pocas cosas de ellas: cómo saludar, cómo pronunciar más o menos sus nombres, contar hasta diez, leer algunas poesías fáciles y aceptar como propias las canciones y la cultura no expresadas en castellano, por ejemplo. Esto permitiría que, a su vez, en los medios de comunicación, estas manifestaciones culturales tuvieran algo más de cobertura. Negociar que puedan pasar estas cosas está ahora un poco más difícil por culpa del procés.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: Los mercados financieros y los juegos de suma cero.
Y también: La verosimilitud de las teorías.
Hace tres años en el blog: ¿Quién conduce el gobierno?
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

martes, 24 de octubre de 2017

Tipologías no exhaustivas de independentistas y de españolistas

Hace unos días tuití sobre tipos de independentistas y de españolistas. Recojo los tuits en esta entrada.


De independentistas:

1/10 El independentista que lo es porque no le dejan votar que no es independentista.

2/10 El independentista que se asombra de que muchos votantes del Brexit no supieran en lo que se metían.

3/10 El independentista que quiere que CAT sea miembro de la UE quedándose fuera de ella.

4/10 El independentista que cree que la salida de las sedes de empresas es señal de que la independencia está cerca.

5/10 El independentista que cree que la salida de las sedes de empresas no importa nada (a menudo es el mismo que el anterior).

6/10 El independentista que cree que la UE aceptará una secesión de un país miembro igual que la de uno no miembro que políticamente es rival.

7/10 El independentista que canta “no creiem en les fronteres”, pero llama buitres a los no independentistas.

8/10 El independentista que cree que los millones de españoles que visitan Catalunya, en realidad, le tienen manía.

9/10 El independentista que no se ha leído el Estatut. 

10/10 El independentista que cree que querer es poder.



De españolistas:

1/10 El españolista que cree que la patria está en peligro.

2/10 El españolista que cree que al viajar por las Españas debe hacerse una burbuja de castellano a su alrededor.

3/10 El españolista que cree que la patria con sangre entra.

4/10 El españolista que piensa que una sevillana es más española que una sardana.

5/10 El españolista que no hace lo posible por no saber cómo pronunciar Txomin o cómo decir “buenos días” en gallego.

6/10 El españolista que cree que hay españoles que son más españoles y otros que lo son menos.

7/10 El españolista que cree que ser español implica el deber de sentirse español.

8/10 El españolista que quiere boicotear a una parte de España. (A menudo es el mismo de antes).

9/10 El españolista que no se ha leído la Constitución.

10/10 El españolista que cree que poder es querer.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: El Nobel de Economía. Nada de mercados sacrosantos.
Y también: Buenos argumentos sobre la circuncisión.
Hace tres años en el blog: Tú no eres simio.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

martes, 17 de octubre de 2017

Dos vías para la independencia


Hay básicamente dos maneras de que Catalunya (o Euskadi) consiga la independencia. Por la fuerza o a partir de un acuerdo con España. Habrá posibilidades intermedias, pero para el análisis que sigue esto no cambia el asunto.

Independencia por la fuerza

Si Catalunya consigue una independencia de facto, con el tiempo (mucho o poco) llegarán, si no reconocimientos internacionales, por lo menos acuerdos que permitan que Catalunya no esté estrangulada económicamente. Todo dependerá de cómo haya sido esa independencia por la fuerza y de cuánto apoyo interno crean los distintos países que esa independencia ha tenido. En cualquier caso, todo pasa por que Catalunya adquiera esa independencia de facto. ¿Puede hacerlo? No lo creo. No tiene fuerza para ello. Si no pudo organizar un referéndum, menos podrá mantener una independencia que requiere control del territorio y una hacienda propia. Sé que hay independentistas dispuestos a asegurar que ambas cosas son posibles. Por qué algunos creen que para ser independentistas hay que ser ilusos es algo digno de estudio. Otros, con más rigor, entienden que esto no es posible a día de hoy. (Por ejemplo, Mas Colell, dice esto mismo.)

Independencia tras un acuerdo

El acuerdo debe ser con el resto de España, obviamente, su gobierno y sus gentes. Debe haber un acuerdo para que la secesión sea posible y para la realización de un referéndum por la independencia. Eso requiere amplias mayorías parlamentarias y una mayoría de votantes que apruebe una reforma constitucional, aparte del voto afirmativo sobre la independencia en Catalunya en los términos del acuerdo. ¿Cómo de posible es esto? Muy difícil. Los catalanes deberán mostrar que una amplia mayoría de ellos quiere la independencia y que este deseo no se trata de un capricho pasajero. Pueden hacerlo de varias maneras. Una de ellas es que los partidos que explícitamente llevan la independencia en su programa electoral ganen sistemáticamente el voto popular durante unas cuantas elecciones (algo que todavía no ha ocurrido siquiera en una). Otra, que así se exprese en algún referéndum que el Tribunal Constitucional acepte como legal. Llegados a este punto, cuando hablo con independentistas siempre se me dice: una vez mostrada una voluntad mayoritaria por la independencia, esta debe reconocerse como posible. Pues bien, señores, este es el meollo del asunto: no tiene por qué. No me refiero a que sea moralmente bueno, malo, deseable o no, justo o injusto. Me refiero a que puede ocurrir que objetivamente quede documentado que la mayoría de catalanes, incluso el 80%, quiera la independencia (o quiera votar en un referéndum sobre ella) y que eso no implique ni que el gobierno español ni que los votantes españoles estén de acuerdo. Si eso es así, y si ni el argumento de la amplia preferencia, ni las protestas, ni los intentos de DUI ni las presiones internacionales consiguen cambiar la situación, no habrá independencia (ni referéndum).

Mírese cómo han ocurrido las independencias de facto que se ponen como ejemplo para ver si algo de eso es posible en la España y la Catalunya actuales: Eslovenia, Repúblicas bálticas. En ausencia de una posibilidad real de obtener una independencia de facto no queda más remedio que esperar que tarde o temprano los españoles entiendan que es justo permitir una Catalunya independiente si una mayoría suficiente de catalanes así lo manifiesta.

La situación actual, en 2017, está muy lejos de un escenario así. Primero, porque no ha habido una expresión mayoritaria y continuada en la población catalana. En las últimas autonómicas se quedó en el 47,8% y el referéndum no se pudo realizar en condiciones (el hecho de que la razón de ello es que el Estado no lo permitió no elimina el hecho de que no se realizara). Segundo, porque los votantes españoles, y con ellos los políticos, están de momento en contra de tal posibilidad. Con todo, hemos visto que en el Parlamento español se ha pasado de un par de decenas de diputados a favor de la autodeterminación a casi un centenar. Paciencia y a esperar a ver quién se cansa antes, los independentistas de pedir la independencia o los españoles de no permitirla en el caso de que sea una opción mayoritaria.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: La mala reputación.
Y también: ¿Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias?
Y también: Malos argumentos sobre la circuncisión.
Hace tres años en el blog: Los mitos de la razón. La Habitación China.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

miércoles, 27 de septiembre de 2017

La baza de todos para el futuro tras el 1-O

En las dos entradas anteriores he hablado de la baza de los independentistas catalanes y de la del Estado ante el intento de independencia y la protesta del 1-O. Ahora me atrevo a decir algo sobre el futuro tras las aguas revueltas.


Lo primero que diré es que veo más probable que Catalunya siga siendo parte de España que un país independiente durante unos cuantos años más. Los suficientes para que lo que digo a continuación tenga sentido. Si las aguas siguen constantemente revueltas o si se consigue la independencia, las bazas serán otras.

En el escenario que manejo seguirá habiendo una gran parte de la población catalana que seguirá incómoda con la idea de ser parte de España y también una gran parte de la población catalana dispuesta a presentar una lista de agravios. ¿Cómo puede haber una convivencia en estas circunstancias? Recordemos que siempre ha habido una “cuestión catalana” en la política española. Si la había hace más de un siglo, con una proporción mucho menor de independentistas, con más razón para no pensar que la cuestión se acabará cuando el procés no lleve a la independencia.

A menudo el análisis parece ser tomar como dadas las preferencias y actitudes de los catalanes y sus políticos y buscar cuál es el mejor curso de acciones desde el resto de España o, por lo menos, desde la parte central del Estado y, en particular, del Gobierno. Es decir, que el análisis parecería solo como elemento de estudio y consulta para el gobierno central y no para el catalán. Yo expondré lo que creo debe ser una actitud responsable de cada parte para mejorar la convivencia.

Una de las primeras cosas que resolver es, ¡sorpresa!, el estado de la cuestión autonómica. Si se mantiene el Estado de las Autonomías, debe acabarse de definir con precisión cuáles son las competencias de cada comunidad y del Estado, competencias que deben asumirse sin más dilación, y debe arreglarse el caótico modelo de financiación. Es más fácil decirlo que hacerlo, ya lo sabemos, pero también sabemos que es lo que hay que hacer. Si se decide un modelo federal o cualquier otro arreglo, lo mismo: con claridad y con un modelo cerrado que no se discuta, amplíe, reduzca o renegocie cada vez que hay elecciones y que dure unas cuantas décadas.

También sabemos que eso no será suficiente, e incluso que eso será una minucia en comparación con los sentimientos de desafección para una parte importante de la población. Una discusión, más bien diálogo de besugos, persistente que todos hemos presenciado más de una vez es la siguiente:
-Yo no soy español, soy catalán.
-Mira tu DNI, dice que eres español.
-Eso no significa nada. Yo no me siento español y no quiero serlo.
-Pues lo eres.
-No.
-Sí.
Resulta que en este diálogo de besugos y de sordos se encuentra parte de la clave para la convivencia, si sabemos entender. Hay dos verdades objetivas e irrefutables. Ese catalán es español quiera que no y ese mismo catalán no se siente español y no quiere serlo. Ahora bien, el sentido en que es español es en el de la ciudadanía. Ninguna otra acepción de lo que significa se español se le impone por este hecho. Un ciudadano español no está obligado a sentirse español ni ninguna otra cosa. Por eso mismo, cuando señala que no se siente español, la respuesta de que mire su DNI es totalmente absurda e irrelevante.

Este es el pacto: el Estado no se mete en tus sentimientos ni en cómo uses tu libertad dentro de la ley y tú solo tienes que cumplir como ciudadano. Hay muchas zonas en Europa en que se ha logrado la convivencia de esta manera. A veces mediante acuerdos explícitos, a veces mediante la aceptación paulatina de una realidad no como una opresión sino como una oportunidad. En el primer grupo podemos poner a la minoría alemana en Bélgica. En su día fueron incorporados a Bélgica, sin ningún entusiasmo por su parte, y se les obligó a educarse en francés. Con el tiempo se les reconocieron sus derechos lingüísticos y desde entonces conviven pacíficamente con flamencos y valones. La población de habla sueca en Finlandia, los sur-tiroleses en Italia y los republicanos de Irlanda del Norte pueden ser otros ejemplos. En el segundo grupo tenemos a prácticamente todas las antiguas minorías lingüísticas de Francia, que han ido perdiendo la extensión de su idioma sin graves conflictos, seguramente por acceder a cambio a un ideal republicano abierto a todos los ciudadanos.


En toda España se debe aceptar (o, por lo menos, esa es la postura que propongo para la gente que quiera la convivencia) lo gallego, vasco y catalán como parte de lo español. Y no porque sea una concesión a esos pueblos, sino porque lo español es todo eso tal y como se define lo español, perteneciente o relativo a España, que es una geografía y un Estado, con todo lo que ello contiene, gentes, historias y lenguas (aquí hablé más sobre ello). Escuchar canciones en esas lenguas en las galas de Nochevieja e introducir un acercamiento a ellas en algún momento de la educación primaria o secundaria sería una buena idea. Esto mejoraría la convivencia incluso si siguiera habiendo independentistas o desafectos. Ante estos, con no meterles el dedo en el ojo con qué pone en su DNI y con no decir ¡a por ellos! bastaría.

Las comunidades deben aceptar la ciudadanía y la lealtad política al Estado. Mientras no sean independientes serán parte de él. Como dice Eduardo Mendoza: "El amor a la comunidad a la que uno pertenece y el cuidado de los intereses materiales y culturales de esa comunidad no se articulan hoy en día por medio del nacionalismo". Deberán aceptar también que una posible independencia es una alteración importante del statu quo y que debe ser planteada únicamente tras una voluntad amplia de la ciudadanía a lo largo de un lapso temporal también amplio. Por ejemplo, si los partidarios de la independencia ganan el voto popular holgadamente durante varias elecciones seguidas y con la cuestión independentista en el programa. Es difícil argumentar que una comunidad en la que el sentimiento independentista ha sido secularmente minoritario deba ser independiente (o pueda alterar las estructuras del Estado) porque durante unos pocos años el sentimiento independentista pueda superar el 50%.

Si el sentimiento independentista prevalece en la mayoría y en el tiempo, ambas partes deben negociar la manera en que se encauce el tema, con referéndum, cambios en la Constitución y negociaciones pacíficas y civilizadas.

En resumidas cuentas: mientras no haya perspectivas de independencia porque no estemos en el caso del párrafo anterior, hagamos las cosas como si fuéramos a vivir juntos durante mucho tiempo con ganas de vivir juntos. Cuando haya perspectivas, vivamos tranquilos el proceso.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: Preferencias catalanas.
Hace tres años en el blog: ¿Qué derechos existen?
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

lunes, 18 de septiembre de 2017

La baza de los independentistas catalanes

Cuando Rosa Parks no cedió su asiento en el autobús para que se sentara una persona blanca, sabía dos cosas: que la ley era injusta y que así todo sería detenida por ello. Su postura no fue intentar convencer al conductor del autobús de lo primero, sino forzar lo segundo. El movimiento por los derechos civiles, canalizado en gran medida por Martin L. King, consistía en mostrar al resto del país lo injusto de una norma que llevaba al calabozo a una persona por no ceder un asiento a otra persona de otra raza y lograr que se cambiara la ley. Esto podía ocurrir bien porque los legisladores del Estado de Alabama, presionados por la opinión pública, lo hicieran, bien porque los jueces dictaran que la ley era inconstitucional.


La baza de los independentistas en Catalunya debería ser, y así lo entienden muchos, apelar también a la desobediencia civil, provocar las consecuencias penales y, con ellas, mostrar al resto de catalanes y de españoles, y a todo el mundo que pueda simpatizar, lo injusto de la ley y forzar un cambio mediante un referéndum pactado y legal. Junto a estos, están los que piden que no se aplique la ley y no haya consecuencias penales, los que creen que la ley les da la razón y los que creen que la contradicción entre las recientes leyes aprobadas en el Parlament y la Constitución española debe ser dirimida por una instancia superior o que es la ley española la que contradice leyes internacionales. Los segundos viven un espejismo, eso que ahora se llama postverdad. Una de las cosas que más me preocupa es la cantidad de independentistas razonables que acaban siendo atraídos, en mayor o menor medida, hacia el terreno de los segundos.

Para que la primera estrategia tenga algún éxito, aunque no llegue a ser la independencia, deberá provocar esas simpatías. Lo hará en mayor medida si las acciones que provocan la reacción son razonables y si la reacción es desproporcionada. Un simulacro de referéndum, entendido así, como una manifestación, se entiende bien y seguro que genera simpatías (es difícil ganar el argumento emocional frente a quien muestra un deseo de votar). Empeñarse en decir que sí es un referéndum y que un sí en él debe implicar la independencia, como dicen las revocadas leyes del referéndum y de la desconexión, no las generará. Pocas más simpatías puede generar esta desobediencia además de la expuesta, y tal vez no sea poco.

Casi cualquier otra cosa que se añada será difícil de vender. ¿España nos roba? Cualquier ciudadano europeo sabe que las regiones ricas contribuyen más que las pobres. ¿Los españoles eligen gobiernos corruptos? Los partidos catalanes han apoyado muchos de esos gobiernos y la corrupción ha sido continuada en la Generalitat. Eso no es razón para la independencia de un territorio, sino para luchar contra la corrupción. ¿España no respeta a los catalanes? El catalán es una lengua pujante en España y a punto de morir en Francia e Italia. ¿Barcelona estaba mayoritariamente en el lado perdedor de varias guerras civiles españolas y sufrió por ello? Igual que muchas otras poblaciones en España y que ha sucedido en otras guerras en otras partes de Europa. ¿Catalunya perdió sus fueros? Como toda otra región de España, con el añadido de que Catalunya experimentó un gran crecimiento económico, en términos absolutos y en comparación con otras regiones, justo tras la Guerra de Sucesión. ¿A Catalunya le irá mejor si es independiente? Tal vez sí, tal vez no, como a muchas otras regiones de Europa, pero no será algo que genere especial simpatía fuera de Catalunya. ¿Los precedentes de referéndums en Escocia y Quebec? Las constituciones del Reino Unido y de Canadá son ambiguas sobre la posible independencia; ni la española ni las de la Europa continental lo son. ¿Los precedentes de independencias? La URSS reconocía la autodeterminación de sus repúblicas y las independencias se declararon en un momento de desmoronamiento de un régimen, Checoslovaquia se dividió de común acuerdo y las independencias de las repúblicas yugoslavas se produjeron tras conflictos bélicos. Ninguna de las situaciones se asemejan a nada que esté sucediendo en España ni que nadie, mayoría de independentistas incluidos, deseen.


Fuera de esto están los errores que pueda cometer una y otra parte. Entre los independentistas estos son, además de la tergiversación de la legalidad, la tergiversación de la historia hasta términos ridículos (Catalunya es una colonia, Colón era catalán, etc.), el juntarse con malas compañías (los anti-todo de la CUP, los que queman banderas españolas, francesas y de la UE, los Otegi y compañía, y los Varoufakis y Assange, por ejemplo) y el creerse con más apoyos de los que tienen (entendiendo a su manera las palabras de Juncker o creyendo cualquier noticia que diga que un ministro báltico les apoya). Entre los errores por la parte contraria está la sobre-reacción a la manifestación-referéndum (los tanques lo serían, aplicar el artículo 155 si se declara la independencia, no) y el crecimiento de acciones anti-catalanas por parte de quien sea. En las próximas fechas veremos si las herramientas del Estado son suficientes y están bien ajustadas o, si por el contrario, no hay manera de que no se entiendan como exageradas y eso les dé alas a los independentistas.

Otras entradas sobre el tema:

Carta abierta a un catalán

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: Derechos humanos y derechos contractuales.
Y también: Carta abierta a un catalán.
Hace tres años en el blog: Los mitos de la razón. La Manzana de Newton (y también sus gigantes).
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

lunes, 29 de mayo de 2017

Reflexiones en torno al referéndum catalán


He dicho en más de una ocasión que si en Catalunya (o en Euskadi) una mayoría de la población desea la independencia de manera persistente, es mi opinión que debería articularse la manera de que se llevara a cabo. Pensar lo anterior no me impide ver las dificultades de que tal cosa suceda, ni las malas argumentaciones o estrategias desarrolladas en el lado de los independentistas o las buenas desarrolladas en el lado no independentista (y viceversa). Apuntaré en esta entrada las dificultades a la hora de plantear e interpretar resultados en un referéndum.

Hoy por hoy, la independencia de Catalunya es imposible sin cambiar la Constitución para reconocer esa posibilidad. Al decir esto descarto la secesión por la fuerza (como Kosovo) o el mantenimiento de una independencia de hecho aún sin ser declarada (como Taiwán). En las circunstancias más proclives a permitir la independencia esto implicaría:
  1. Un primer referéndum para conocer si hay una mayoría de catalanes a favor de la independencia.
  2. Una propuesta de cambio en la Constitución para permitir la independencia de Catalunya (y, seguramente, de otras comunidades autónomas).
  3. Un segundo referéndum en toda España para aprobar la nueva Constitución.
  4. Un tercer referéndum para que en Catalunya se acepte la independencia según los acuerdos que haya habido entre el Gobierno central y la Generalitat.
El primer referéndum (presumiblemente están pidiendo desde la Generalitat) solo sería para empezar a hablar. Fijémonos qué distinto sería ese referéndum respecto de otros, donde el Gobierno tiene potestad para legislar lo que salga de él (la adhesión a la OTAN, la inclusión de una provincia en una comunidad autónoma o la aceptación de la Constitución Europea, por poner unos ejemplos). Esta característica del primer referéndum hace que sea difícil interpretar su resultado, puesto que mucha gente puede votar a favor de la independencia a pesar de no quererla, y solamente como manera de presionar para que el gobierno central favorezca a esta comunidad (con mayores competencias, inversiones o mejor financiación). Ya sé que la única interpretación oficial es la literal, pero importará saberlo (miremos cómo se nos quedó el Brexit).

Según la Constitución actual, el referéndum solo puede ser convocado por el Gobierno. Hay quien dice que no puede hacerlo porque no se puede preguntar por algo ilegal o porque se trata de un tema de soberanía que afecta a todo el país. Sin embargo, puesto que todos los referéndums son consultivos y puesto que las consecuencias de un resultado a favor de la independencia no implicarían su reconocimiento sino una propuesta de cambio constitucional que luego sería refrendada o no por el conjunto de España, no veo impedimentos legales.

El referéndum sería posible. Para los independentistas sería, además, deseable por razones obvias. Para los no independentistas puede no serlo por no querer dar pasos hacia la independencia, pero he dicho que me ponía en el caso más favorable a permitir la independencia. Aun así, un gobierno central abierto a dejar decidir a los catalanes puede pensar que el referéndum no se está solicitando con un respaldo suficiente a favor de la independencia porque no los partidos que apoyan la independencia no tienen mayoría de votos o porque parte de quienes se manifiestan a favor de la independencia en realidad quieren forzar más autogobierno. Incluso si eso no es así y la mayoría está clara, también puede pensar que implicaría abrir un cambio constitucional que nunca será refrendado y solo llevaría a crear divisiones y frustraciones. Por supuesto, también el gobierno central puede no querer el referéndum para poner las cosas difíciles y forzar que la mayoría catalana acepte otra solución o por cualquier otra razón, pero recuerdo una vez más que estoy en el caso más proclive al referéndum.

En el caso de haber sido el primer referéndum favorable a la independencia, el segundo referéndum es lo más problemático de todo. Cualquier intento de independencia de Catalunya debe pasar por su aceptación en el resto de España. Eso implica, creo yo, que la mejor acción política por parte de los independentistas es aquella que se refiera a conseguir esta aceptación. De un par de años a esta parte, esta ha aumentado si la medimos por los apoyos que consiguen los partidos que aceptarían una voluntad clara y persistente por la independencia entre los catalanes. Con todo, la suma de Unidos Podemos y partidos nacionalistas de otras comunidades está lejos de constituir un apoyo mayoritario, como por otra parte indican también las encuestas. Sabiendo esto, ¿cuál sería el propósito de forzar el primer referéndum cuando claramente no se pasaría el segundo? Dicho de otro modo: un resultado positivo en el primer referéndum ¿hará que aumente el apoyo a permitir la independencia catalana en la sociedad española? ¿lo hará más que otro tipo de acciones? Yo no lo sé.


El tercer referéndum es el más fácil y claro. Ese sería el equivalente a los referéndums de Quebec y Escocia y no el primero. A pesar de que, como siempre, pueda haber quien vote a favor o en contra no porque sea esa su preferencia sino como premio o castigo a quien sea, confrontada la sociedad catalana con la elección definitiva, no hay mucho espacio al voto estratégico, aunque sí al vértigo (como en Quebec o Escocia). Sí es sí y no es no. Bueno, no exactamente. Si, por ejemplo, se pone la condición de que no habrá un segundo referéndum hasta unos años después en caso de que salga el no o que deberá haber uno segundo de ratificación al cabo de pocos años si sale el sí, el campo para el voto estratégico aumentará. Me permitiréis que no me extienda en ello al ser una posibilidad lejana y llevar escritas casi mil palabras.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: Huelga en la enseñanza.
Y también: Manifiesto por la Educación.
Hace tres años en el blog: A quién votar (2).
Y también: Sobre el palo al bipartidismo.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

lunes, 3 de octubre de 2016

De referendums


Estamos cogiendo mucha experiencia con referéndums y votaciones. Este fin de semana hemos tenido los casos de Hungría y Colombia. El primero con la peculiaridad de necesitar y un 50% del censo en las urnas para valer y el segundo con la peculiaridad de que vale a pesar de la poca participación y lo estrecho del resultado. Todavía tenemos en el recuerdo el referéndum sobre el Brexit, con su jornada de reflexión después de celebrarse y no antes; el de la independencia de Escocia, con el argumento implícito de que era la independencia lo que les dejaría fuera de la UE, y el de Grecia, que no sirvió para nada.

No creo que nadie vaya a estar en contra del referéndum como medio democrático y, desde luego, no lo estará este bloguero. Lo que sí creo es que necesitamos una reflexión sobre algunos modos. En principio en un referéndum se vota entre dos opciones, por lo que no hay razón para el voto estratégico y debería servir para recabar las verdaderas preferencias de los votantes. No siempre es así. A veces hay más de dos opciones, implícitas o explícitas. Lo primero ocurre cuando a ese referéndum seguirá posiblemente otro o cuando la abstención tenga relevancia.

Esto último ha sucedido en el de Hungría. Se votaba una moción para no acoger inmigrantes. Las reglas eran que votara más del 50% del censo y que una mayoría de ellos lo hiciera a favor para que la moción se aceptara. Esto crea una situación asimétrica entre las posiciones. La partidaria de las cosas continúen como en caso de que el referéndum no triunfe tiene una ventaja. Imaginemos que el 45% de la gente prefiere el si, el 30% el no y el 25% restante no tiene una idea clara y no votará. Si votaran todos los que tienen una posición definida, el sí ganará 60-40, con participación del 75% (la proporción no-sí es 3 a 2). Un resultado muy claro, pienso yo. Pero si los partidarios del no se quedan en casa, el resultado será 100-0, pero con una participación del 45% que hará que el resultado sea inválido. Es una propiedad muy mala de este tipo de referéndums, que hace sea muy manipulable. Si no se quieren tomar decisiones con baja participación hay otras maneras de hacerlo reduciendo este problema. Por ejemplo, pidiendo un mínimo del censo en la posición ganadora. Un 45% es ya mucho pedir. En Hungría votó algo más del 40% y, de ellos, el 98% a en contra de las cuotas de inmigración de la UE, por lo que el referéndum no vale y se aplicarán las leyes comunitarias. Un buen resultado si uno está a favor de los refugiados (yo lo estoy y mucho), pero un mal sistema que no oculta la opinión mayoritaria contra ellos en Hungría.

En Colombia, el no al acuerdo de paz con las FARC ha ganado por la mínima (50,21 frente a 49,78) y con un 40 de participación. Con las reglas húngaras este referéndum no valdría y el gobierno estaría libre para tomar la decisión (a favor del acuerdo). Con las reglas colombianas el referéndum de Hungría sí valdría y el gobierno se opondría a las leyes comunitarias sobre refugiados. Una distancia tan corta entre las dos posiciones para una cuestión tan importante y con una participación limitada es siempre una llamada a darle alguna vuelta más al asunto. Es posible que así sea en Colombia, con otro acuerdo que sea más aceptable que este para la votación. Lo que pasa es que, por una parte, este otro acuerdo no estaba previsto y, por otra, que si estuviera prevista esa posibilidad, se habrían introducido aspectos estratégicos en la votación. Gente a favor del acuerdo, pero que prefieran todavía otro más duros hubieran votado en contra. No hay mucha salida, pero la previsión de que el referéndum no es válido si la distancia no es mayor que una que se estime oportuna (unido a que la posición ganadora tenga un mínimo del censo, como antes, para alentar la participación) podría introducir un elemento estabilizador. En caso de que el referéndum no fuera concluyente por estar las partes igualadas podría tenerse la previsión de repetirse en un futuro cercano.

Provisiones de este tipo impedirían que circunstancias coyunturales influyeran demasiado en decisiones de gran calado, como puede haber ocurrido en Colombia y en el Brexit. Si los gobernantes y el parlamento en Catalunya siguen insistiendo en un referéndum, es posible que algún día haya que celebrarlo, y mejor si para ese momento hemos aprendido algo en cabeza ajena.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: Lo confieso: cada día tengo manías.
Y también: Por qué el sexo y por qué en parejas (2).
Hace tres años en el blog: Cómo no medir el esfuerzo fiscal.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

lunes, 28 de septiembre de 2015

Catalunya tras las elecciones: ¿más o menos apoyos futuros a la independencia?


Las candidaturas que defendían el sí a un proceso de independencia en Catalunya no han llegado al 50%. A pesar de que sí tienen mayoría de escaños, una de ellas, CUP ya ha dicho que no apoyará una declaración unilateral, precisamente por la falta de votos. El problema inmediato es la posibilidad de un gobierno estable para esta legislatura. No sé qué pasará con eso y aunque sea ciertamente un problema, no me parece grave. Habrá gobierno o elecciones, nada del otro mundo. Lo que me importa más y lo que creo debería importarle a todo el mundo, es cómo irá la evolución del sentimiento independentista. A largo plazo sin duda dependerá de tener de una vez un encaje apropiado de Catalunya y todas las comunidades, con una financiación que sustituya al caos actual.

¿Y a corto plazo? ¿La frustración por no seguir adelante con la independencia hará disminuir la adhesión de los votantes a esa idea? ¿El haber pasado del 20% hace pocos años a casi el 50% ahora es una indicación de que en algún tiempo más puede llegar a porcentajes más altos? A corto plazo no hay tiempo para políticas que cambien tendencias. Propongo echar un vistazo a otros casos en los que ver cómo ha ido la inercia tras un proceso frustrado.

Caso 1: Primer referéndum en Quebec.

En las elecciones de 1976, el PQ obtuvo 71 escaños (sobre 125) con el 41,4% de los votos. En el referéndum de 1980 el sí pierde por 40,44% frente al 59,56% del no. En las elecciones siguientes de 1981, el PQ tiene 80 escaños con el 49,2% de los votos.

Caso 2: Segundo referéndum en Quebec.

En las elecciones de 1994, el PQ obtuvo 77 escaños con el 44,75% de los votos. En el referéndum de 1995 el sí pierde por 49,2% frente a 50,58%. En las elecciones posteriores de 1998, el PQ obtiene 76 escaños con el 42,87% (los liberales obtuvieron más votos, pero menos escaños).

Caso 3: Referéndum en Escocia.

En las elecciones al parlamento escocés 2011. El SNP obtiene 69 (de 129) escaños con el 45,4% de los votos. En el referéndum de 2014 pierde el sí con el 44,7% frente al 55,3% del no. Todavía no ha habido nuevas elecciones al parlamento escocés, pero sí al británico en 2015. En estas el SNP ha obtenido 56 (de 59) escaños con el 50,0% de los votos (en las anteriores de 2010 había obtenido 6 con el 20%).

Caso 4: Plan Ibarretxe en Euskadi.

Las elecciones al parlamento vasco de 2001 (75 escaños) dieron lo siguiente: PNV+EA 33 escaños con 42,72% votos; EH 7 con 10,12% y EB (IU): 3 con 5,58. El Plan Ibarretxe se aprueba en el parlamento vasco con los votos de PNV+EA, EB y tres prestados (así fue) de EH. Se rechaza en el parlamento español con 313 en contra y 29 a favor. En las elecciones siguientes de 2005 al parlamento vasco se obtiene: PNV+EA 29 con 38,67%; EH (lista EHAK) 9 con 12,44%; EB: 3 con 5,37% y Aralar 1 con 2,33%.

En conclusión. Parece que la frustración por no sacar adelante los proyectos independentistas o de estatus de libre asociación no conducen a una disminución del apoyo a las opciones que lo defienden, sino más bien se mantiene o incluso aumenta. Por lo menos, es lo que parece indicar la poca experiencia que hay en esas cuestiones.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace tres años en el blog: Las voces de los economistas.
Hace cinco años en el blog: Al monte se va con botas. Cómo no enseñar Filosofía.
Y también: Quién sabe de religión.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Las pensiones en una Catalunya independiente

Hace unos pocos días hubo una polémica sobre los pagos de las pensiones en una hipotética Catalunya independiente. Empezó con unas declaraciones del Secretario de Estado para la Seguridad Social, Tomás de Burgos y siguió con otras del Conseller de Economia del Govern, Mas-Colell. como enseguida se calentaron los ánimos, aquí recopilo los tuits que le dediqué y que espero ayuden a poner las cosas en su sitio.

(Elimino un tuit que salió repetido)
2/12 Argumento indy: la pensión es un contrato entre España y el trabajador. Todo lo que corresponda a las cotizaciones a España, paga ESP.

3/12 Argumento uny: el sistema d pensiones es d reparto. Las pensiones d hoy se pagan con las cotizaciones d hoy. Hoy eres indy, pagas tú.

4/12 Hay que aplicar todas las normas: es sistema de reparto y hay un contrato sobre cuánto cobrar según se ha cotizado.

5/12 Las pensiones se pagan con las cotizaciones, con el fondo de reserva y con impuestos generales.

6/12 Con la independencia se negociará qué parte del fondo se llevan. Cotizaciones e impuestos serían cosa suya.

7/12 Las cotizaciones dan derecho a un % del sueldo. Eso es el primer año, luego se ajusta según inflación, PIB, porcentaje de cotizantes,…

8/12 CAT indy heredaría la responsabilidad del pago a catalanes por ser suyas las cotizaciones, impuestos y su parte del fondo.

9/12 Cumplir la obligación será + difícil a una parte (ESP o CAT) xq el derecho adquirido no es el mismo % respecto a cotización en ambas.

10/12 Una separación amistosa y justa debería establecer una compensación temporal adecuada de una parte a la otra. Hablen los técnicos.

11/13 Si los indies tienen razón y CAT está en mejor disposición de pagar sus pensiones, parece que sería CAT quien tendría que compensar.

12/13 Si los unies tienen razón y CAT se arruinaría con este tema, sería ESP quien tendría que compensar.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace tres años en el blog: Carta abierta a un catalán.
Y también: Preferencias catalanas.
Hace cinco años en el blog: Pregunta para físicos.
Y también: Punto fijo (2).
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

martes, 1 de septiembre de 2015

Consecuencias de la declaración de independencia en Catalunya


Enseguida tenemos las elecciones catalanas. En agosto tuití esto acerca de la posible declaración de independencia por el próximo govern. Ojo, hablo de los acontecimientos tras la declaración de independencia, no tras la independencia, que no creo que llegue a ser uno de esos acontecimientos. Se puede consultar el total de respuestas y comentarios aquí.
No sé si ganará la lista única ni si, ganando, declararán la independencia. A lo que me aventuro es a un condicional.

1. Si se declara la independencia, el gobierno español recurrirá al Tribunal Constitucional, que obviamente dirá que es inconstitucional.

2. Con alta probabilidad diría que ahí se acaba la cosa. Lo que podrían hacer el Parlament y la Generalitat a partir de ahí es…

3. … obedecer únicamente sus leyes y hacer desobediencia civil a las españolas no aceptadas provisionalmente.

4. En cuanto lo anterior sea más que una declaración, el gobierno español aplicará el art. 155 para someter la Generalitat a sus órdenes.

5. Si se empeñan podrán dar directrices a sus funcionarios de que no obedezcan normas desde Madrid y ahí empezaría el problema.

6. Básicamente, la Generalitat no podrá pagar a sus funcionarios por no tener una Hacienda propia. El gobierno de España, sí.

7. ¿A quién obedecerán los funcionarios? ¿A qué titular reconocerán los bancos en los que está el dinero una vez el Estado Español tome riendas en el asunto?

8. Yo creo que eso es lo más lejos a que se puede llegar. Nada de Mossos de Escuadra enfrentándose a la Policía Nacional o Guardia Civil.

9. La jugada de los independentistas es, creo yo, generar un precedente.

10. Se trataría de que algún día en España se acepte de manera más normal que haya peticiones soberanistas.

11. De esta manera, si el tema no es tabú, algún año se podría llegar a un acuerdo como en el caso de Escocia.

12. La estrategia puede no funcionar, claro, y sí asustar a una ciudadanía en su mayoría pacífica y pragmática que…

13 …tras la catarsis de la declaración se quedara lo suficiente a gusto y no estuviera dispuesta a más aventuras durante los próximos años.

14.  Si la independencia es demandada de manera continuada, no me cabe duda de que tarde o temprano la conseguirán.

15. No sé si el tiempo juega a favor o en contra.

16. A favor: En España cada vez más gente podría aceptar un referéndum como se acepta en el Reino Unido.

17. A favor: la Unión Europea hace cada vez menos importante lo que se pueda ganar con la independencia.

18. En contra: la Unión Europea hace cada vez menos importantes las fronteras de nuevas posibles naciones.

19. Quién se cansará antes? Los españoles de negar la independencia o los catalanes de quererla?

20. Según pase el tiempo, ambas cosas importarán cada vez menos.

Se puede ver en el enlace al timeline que varias de las respuestas eran acerca de que yo no me enteraba de nada de lo que pasaba en Catalunya, en el sentido de que el sentimiento de independencia es muy fuerte y por eso tendrá que ser aceptado o en el sentido de que hay planes para una Hacienda catalana que harán más fácil la desobediencia de la Generalitat y sus funcionarios. Mi posición es que la fuerza del sentimiento no cambia la realidad de lo que se puede hacer (por lo menos, en el corto plazo) y que no me creo esos planes de consolidar una Hacienda catalana con la oposición del gobierno español. Como decía en un tuit, veamos cómo están las cosas dentro de un año o dos. Yo dejo mis proyecciones aquí escritas.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace tres años en el blog: Luna azul.
Hace cinco años en el blog: ¿Inglés? No en mi ventanilla.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

jueves, 8 de agosto de 2013

19: Carta abierta a un catalán

Entradas más vistas del blog. La número 19 es esta publicada originalmente el 19/09/12.


No te preocupes por esta carta. No es para decirte que te quedes ni que te vayas. Es para que recordemos unas cuantas cosas y para, tal vez, convenir en otras más.

En el recuerdo quiero que tengas que, sea cual sea la decisión de los catalanes, será en España donde vais a tener más amigos. Es posible que tengáis también algún enemigo o algún indiferente, aquellos que creen que eso de hablar catalán es un capricho, por ejemplo. Espero que valores más a los primeros que a los segundos. Y esto me lleva a alguna de esas cosas que deberíamos convenir, y es que entre todos deberíamos hacer que el número de amigos sea el máximo posible y el de enemigos el mínimo.

En este blog he defendido la independencia de los catalanes si así lo deseáis. España no debería poner trabas a un proceso nacido de esa decisión ni impedir la permanencia de Catalunya en Europa. También he defendido que si no se opta por la independencia, la integración de Catalunya en España debe ser de manera aceptada por ambas partes. La independencia puede ser un deseo unilateral, pero la integración debe ser conjunta. Algunas de las torpezas sobre cómo se manejó el nuevo estatuto vinieron de no haber dejado claro esto.

España no puede estar negociando transferencias y estatutos cada cuatro años, según las elecciones. La estructura de Estado necesita una estabilidad. Si no es la actual, la que sea, pero estable, que dure por lo menos veinte o veinticinco años y que se cambie de manera consensuada porque es la manera de adecuarse mejor a los tiempos.

El modo en que los territorios más ricos realizan transferencias a los menos ricos es algo que debe definirse mejor: Qué solidaridad ejercer, qué responsabilidades pedir a cambio, cómo contabilizar estas transferencias,... La estructura actual hace difícil saber qué se está haciendo. ¿Aporta más Madrid que Catalunya? ¿Se ha corregido bien el hecho de la capitalidad y de la tributación de las sedes de las grandes empresas? ¿Es cierto que País Vasco y Navarra contribuyen menos? ¿Es la solución que Catalunya tenga un concierto para también contribuir menos? ¿Es la solución revisar el Cupo para que las forales contribuyan más? ¿Es el concierto preferible, no por esa razón, sino para tener más certidumbre y control de los ingresos propios? Según algunos cálculos, las transferencias de Catalunya al resto de España son el 8% del PIB catalán. Es un número semejante a las que ocurren entre algunos de los ricos y liberales estados de Nueva Inglaterra y el resto de los EEUU. No sé si es mucho o poco.

En lo que ocurra a partir de ahora no deberíamos prestar ninguna atención a quienes promuevan rencores, agravios, odios o boicots, como no hemos debido permitirlo nunca.

69 comentarios aquí y aquí.