Hablemos de lo que nos fascina de las ciencias y las artes. Toda idea es falsa y toda persona inocente hasta que se demuestre lo contrario. Debatamos las ideas y respetemos a las personas.
lunes, 21 de agosto de 2017
El dilema del tranvía
jueves, 18 de mayo de 2017
Cooperación, complejidad y evolución abren el camino a mayores capacidades cognitivas
Egoísmo
Un comportamiento egoísta implicará que, en una interacción aislada entre A y B ninguno coopere. La tabla siguiente representa el juego, en donde se ve claramente haga lo que haga el otro, cada uno prefiere no cooperar.
Altruismo
Si el comportamiento no es egoísta, podrán cooperar. Por ejemplo, si la ganancia de una unidad del otro le importa a cada tanto como la ganancia de media unidad para sí mismo, ambos querrán cooperar. Así, por ejemplo si los dos cooperan, ambos disfrutan de su ganancia de 5 más un disfrute por el bienestar del otro que equivalente a ½ de los 5 que gana el otro. La tabla sería la siguiente, donde se observa que cooperar es siempre mejor:
Coacción
No hace falta ser altruista para lograr la cooperación. Si A y B son parte de un clan que castiga con -10 a quien no coopere, en el nuevo juego también se cooperará:
Si la interacción entre A y B va más allá de un encuentro ocasional y tienen que decidir si cooperar o no cada día (o cada mes o año) de manera indefinida no hace falta altruismo ni castigos externos, basta con una estrategia de reciprocidad (visualizada en la imagen):
“comencemos cooperando hoy, a partir de mañana seguiremos cooperando si en el pasado lo hemos hecho y no cooperaremos si en el pasado alguien no ha cooperado”.
- Si A y B siguen la estrategia, cada uno recibirá 5 cada periodo de tiempo.
- Si uno la sigue y otro intenta aprovecharse no cooperando, el que no coopera ganará 6 hoy, pero a partir de mañana ganará 1 en cada periodo.
Perdón
Daño
Estigma
El camino abierto a la mayor capacidad cognitiva
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jueves, 22 de agosto de 2013
5: La Teoría de la Evolución: La Historia Más Asombrosa Jamás Contada. Y parte 11.

martes, 4 de octubre de 2011
Por qué sexo y por qué en parejas (2)
miércoles, 20 de julio de 2011
Por qué sexo y por qué en parejas
domingo, 15 de agosto de 2010
La Teoría de la Evolución: La Historia Más Asombrosa Jamás Contada. Parte 4
Darwin

jueves, 12 de noviembre de 2009
La Teoría de los Juegos. La Historia Más Lúdica Jamás Contada. Parte 13.
Durante la guerra de trincheras , en la Primera Guerra Mundial, sucedieron algunos episodios memorables. No hablo de hazañas bélicas, sino de todo lo contrario, de hazañas pacíficas, de ejemplos de cooperación en el marco menos cooperativo que se puede imaginar, como es una guerra. Si la cooperación puede surgir con cierta estabilidad en un escenario bélico, y si puede ser explicada de manera racional, apelando al interés no de una colectividad que comprende facciones enemigas, sino al interés individual, algo habremos ganado en su comprensión.
El episodio más famoso es sin duda el denominado “Tregua de Navidad ”. El 24 de diciembre de 1914 las tropas alemanas comenzaron a decorar sus trincheras y a cantar villancicos. Los ingleses respondieron con sus propias canciones navideñas. Al cabo de un rato, los soldados enemigos estaban intercambiándose pequeños regalos. Fue también el comienzo de la extensión de la tradición del árbol de Navidad y del villancico Stille Nacht (Noche de Paz). La tregua duró varias semanas. A lo largo de toda la línea de trincheras, desde los Alpes hasta el mar, y de los casi cuatro años que duró hubo muchos más casos de treguas no declaradas.
El Papa Benedicto XV había llamado a una tregua tiempo antes, pero nadie le hizo el menor caso. Los generales y oficiales eran contrarios a este tipo de treguas hasta el punto de considerar poco menos que desertores o traidores, juicio sumarísimo incluido, a quienes estuvieran involucrados en ellas. ¿Cuáles eran, entonces, las circunstancias que permitieron la evolución de la cooperación?
Para los soldados enfrentados la guerra tiene una perspectiva muy distinta que para los generales. En una situación de gran igualdad como era la guerra de trincheras, un batallón aliado y otro alemán pueden luchar o no luchar. Si ambos luchan, habrá muchas bajas por ambas partes, con pocas probabilidades de lograr una mejora en las posiciones (o, por lo menos, una mejora que le merezca la pena al soldado del batallón). Si ninguno lucha, no habrá bajas y la vida en la trinchera puede hacerse llevadera. El problema es que si uno no lucha está invitando al enemigo a que sí lo haga y gane la posición sin bajas. Tenemos un dilema del prisionero. Es la guerra.
Pero es un dilema del prisionero repetido. Día tras día, mes tras mes, año tras año, sin un final claro. Un juego repetido es muy distinto a uno jugado solo una vez, sobre todo si no es un juego de suma cero, como este caso. Con la repetición del juego aparecen nuevas estrategias y nuevos equilibrios.
Consideremos la siguiente estrategia:
“Nosotros, los de esta trinchera, no dispararemos y seguiremos sin disparar mientras vosotros, los de la trinchera de enfrente, hagáis lo mismo. Pero en cuanto oigamos un disparo, volveremos a la carga.”Si ambos batallones siguen la misma estrategia tendremos un equilibrio. No está en el interés de nadie comenzar a disparar. La ganancia que se puede obtener con unos primeros disparos por sorpresa (ganar una posición, causar unas cuantas bajas,…) no compensa ante la perspectiva de un posterior enfrentamiento que será inevitable.
Se cuenta que, para disimular, se hacían algunos disparos con mortero o cañón, pero siempre a la misma hora y siempre apuntando al mismo objetivo irrelevante. Se cuenta también que, a veces se escapaba un tiro y que enseguida salía alguien a la tierra de nadie a pedir perdón, exponiéndose al fuego enemigo para hacer creíble la disculpa.
Los mandos, para impedir esta confraternización con el enemigo ordenaban ataques sin mayor interés táctico y, sobre todo, ordenaban cambiar los emplazamientos de los batallones, evitando así que el juego en cada punto de la trinchera fuera un juego repetido.
Robert Axelrod nos cuenta estas batallas reales junto con otras virtuales en su gran libro The Evolution of Cooperation.
lunes, 22 de junio de 2009
El país de los simios

domingo, 31 de mayo de 2009
Si es que las visten como putas

El jefe de redacción de la revista de Rouco dice que, en estos tiempos en que las mujeres consienten en tener relaciones sexuales en mayor medida que lo que cabe en su prejuicio (el del jefe de redacción), la violación es menos delito.
El que la relación sexual consentida sea más frecuente no quiere decir que la no consentida sea menos dañina. No sé en qué cabeza cabe hacer un razonamiento en sentido contrario.
Quisiera reflexionar en esta entrada sobre cuál es el daño de la violación, para ver si entendemos la barbaridad de esas opiniones y nos vacunamos contra esa y otras que han surgido en otras ocasiones. Recuerdo cuando, no sé con qué vinculación con la liberación sexual en los setenta (llegaron tarde los sesenta a este país), se decían cosas como “contra la violación, su legalización” o “mujer, si te van a violar, relájate y goza”. O, como se disculpaba Torrente, "la culpa es de sus padres, que las visten como putas".
En términos evolutivos, machos y hembras eligen con quien compartir genes, prefiriendo la perspectiva que, a priori, parezca maximizar el éxito de la descendencia. Pero machos y hembras no invierten de la misma manera en la progenie. Las hembras, por aquello del embarazo y la lactancia, invierten muchos meses por cada nuevo descendiente que no pueden invertir en otro. Los machos pueden, en ese tiempo, ir de flor en flor, o así quisieran. Como resultado, la hembra es muy exquisita a la hora de elegir. Se juega mucho. El macho puede permitirse la estrategia de la cantidad frente a la calidad.
Claro que hay más estrategias en juego, como que, cuando la madre hace de madre, al dedicar demasiados esfuerzos a la criatura tal vez pueda acceder a menos alimentos y tal vez se exponga más a los depredadores. Un padre que se preocupe de la madre y del hijo aumentará la probabilidad de supervivencia de la descendencia. En el caso del ser humano, esta estrategia es especialmente importante. En otros animales lo es menos y el macho se desentiende totalmente.
Una violación, para una hembra, significa un grave riesgo de perder muchos recursos con un descendiente con genes no adecuados, así que la evolución ha hecho de evitar la violación una de sus prioridades. Una psicología que interprete una violación como algo muy doloroso (además del dolor físico que conlleve la resistencia) ayudará mucho a intentar evitarla. Este dolor es tan real como el físico. Llámese humillación, impotencia, opresión o lo que sea, el dolor existe y puede ser extremadamente traumático.
Los machos no sienten este dolor. La violación a un macho no conllevará tanta carga de dolor como la violación a una hembra porque no hay tanto en juego.
Los machos sienten otro dolor, y es el de la infidelidad de la hembra. El riesgo en este caso es tener que invertir en una descendencia que no transporta los genes propios. He aquí un coste que se parece al riesgo de la violación. La infidelidad del macho no es tan preocupante para la hembra, a no ser que esto conlleve una dedicación del macho a la otra hembra más allá del acto sexual.
Llevado al ser humano, esto quiere decir que, biológica y psicológicamente, el hombre aguanta mejor que su pareja se enamore platónicamente de un rival que no que se eche un polvo ocasional, aunque no haya amor de por medio. En la mujer, ocurre lo contrario. Un amor platónico puede hacer que el hombre haga locuras (dedique recursos, tiempo, dinero) por intentar acostarse con el tal amor. Un desliz ocasional del hombre no es nada costoso para la mujer en términos evolutivos. Ninguno puede entender la postura del otro.
En las sociedades modernas, gracias a los anticonceptivos y al control de la cuenta corriente en el régimen de bienes compartidos, se pueden evitar los costes de estas infidelidades físicas o platónicas, pero nuestra psicología no se ha desarrollado en los últimos 50 años, sino en los últimos millones, donde no había nada de eso. Es posible que la psicología de la mujer, en lo que toca a esto, esté mejor preparada que la del hombre en la sociedad moderna.
Las mujeres no entenderán fácilmente que diga que el hombre tendrá más empatía con el dolor de la mujer violada si piensa en su dolor al ser engañado. No digo que sea el mismo dolor, digo que el hombre se acerca a entenderlo mejor así que si se imagina a sí mismo violado. La violación de la mujer propia, de una hermana, una hija o una madre son también dolores que puede sentir el hombre y que le acercan también a sentir el propio de la mujer. Claro que el dolor de la víctima directa será más profundo, pero no es poco el que pueden sentir los hombres cercanos a la víctima. Los violadores, lejos de ser tenidos como héroes o personas a las que envidiar (como se envidia al Don Juan que las enamora a todas y con todas se acuesta), son objeto del mayor de los desprecios entre el resto de los hombres. Una buena prueba de ello es que suelen acabar muertos o malheridos en la cárcel a manos de los otros internos.
Las mujeres entienden el dolor de la violación. Para los hombres que me lean, éste que he descrito es un atisbo del dolor de la mujer. Éste es el que trivializan los obispos.
lunes, 11 de mayo de 2009
Los poderes sobrenaturales de Tamariz
Imaginemos la siguiente situación. Ana va con una amiga, Bea, a ver un espectáculo de magia, por ejemplo, el de ese gran genio que es Juan Tamariz. Ana es una aficionada a la magia y sabe cómo hace algunos trucos. Sabe un par de maneras en que se pueden hacer otros, pero no sabe exactamente cuál es la que usa Tamariz en su espectáculo. Hay otros números de los que barrunta más o menos cuál es el truco, pero le faltan detalles y no está del todo segura. Finalmente, de otros trucos no tiene ni idea sobre cómo se hacen, aunque algunos se los ha visto hacer a otros magos, otros los podría hacer ella misma (sin saber si usa el mismo método que Tamariz) y otros, sencillamente, se le escapan. Estos últimos pueden ser, incluso, la mayoría.
lunes, 4 de mayo de 2009
El otro asombro de Darwin
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Cuando se extendió el conocimiento de la Teoría de la Evolución, algunas mentes pensantes dieron en concluir que, puesto que la selección natural es la manera en que funciona la biología, también debe ser esa la manera en que funcionen las sociedades humanas. Los mejores adaptados sobreviven, son felices, crecen y se multiplican, mientras que los menos adaptados deben desaparecer, a ser posible, de manera discreta. Algunas corrientes del darwinismo social optaban por medidas de higiene social y eugenesia, otras por el directo exterminio de las razas inferiores. Darwin jamás dijo nada que remotamente pudiera haberse interpretado en ninguno de estos sentidos.
Nótese cómo en el comienzo de todo esto volvemos a encontrar esta manía de deducir proposiciones normativas (lo que debe hacerse) a partir de proposiciones positivas (que describen lo que sucede). En el caso del darwinismo social, es la naturaleza la que ofrece un modelo que algunos aceptan para sí, como si las circunstancias en las que se seleccionan genes en el mundo biológico fueran la luz que debe guiar a las personas.
Afortunadamente, la época de este tipo de ideologías basadas en ese error de deducción parecen haber pasado, pero otras que cometen el mismo error continúan, y con gran auge. Me refiero a la idea de que lo natural es bueno. Véndase como natural una práctica médica, un alimento, un deporte, una filosofía, un lo que sea …, y se tendrá un grado de simpatía garantizado.
Nada hay más contrario a lo que sabemos acerca de la biología. La lucha por la supervivencia en el planeta Tierra es una guerra química y biológica a gran escala. Ninguna especie viva se deja comer fácilmente y, para ello, desarrolla todo tipo de defensas, entre las que las sustancias indigestas, las toxinas y los venenos están a la orden del día. Algunas plantas producen frutos que interesa que se coman para que la semilla pase por el aparato digestivo de algún animal y se deposite lejos y rodeada de abono, otras especies producen alimento adecuado porque así han ido evolucionando gracias a la domesticación. Fuera de estos casos, la comida “natural” es algo que uno querría evitar.
Por supuesto que hay muchas cosas en las que sí hacer caso a la naturaleza. Dentro de esa guerra sin cuartel, los ecosistemas viven en un equilibrio (que evoluciona, valga la paradoja) y en el que nos hemos desarrollado. Cada vez que manipulamos parte del medio ambiente o parte de nosotros mismos, estaremos alterando el equilibrio. Es posible que alguna de estas alteraciones nos lleve a una situación no prevista y que no sea la más beneficiosa para nosotros. ¿Mejor no hacer nada? Imposible, tenemos que vivir y sólo lo sabemos hacer manipulando el mundo a nuestro alrededor. Lo que hay que hacer es conocer lo mejor posible nuestro medio y proceder con cautela. Mejor si lo hacemos todos de manera coordinada y mejor si no somos muchísimos en el planeta.
jueves, 9 de abril de 2009
La Teoría de la Evolución: La Historia Más Asombrosa Jamás Contada. Y parte 11.
Las pruebas de la evolución

Voy a terminar la exposición de la Teoría de la Evolución con varios ejemplos de las pruebas que tenemos de la Evolución. Habrá más entradas que tengan que ver con la Evolución, pero serán ya acerca de las cosas que se deducen y no se deducen de ella y para hacer alguna aclaración metodológica. Lo que termina aquí es la exposición de la Teoría, en su versión inteligible para los no iniciados. He simplificado unas cuantas cosas aquí y allá para hacer entender el meollo del asunto, que es lo que me parece importante que tenga claro el público en general. Allá van las pruebas:
-El registro fósil. La Geología nos muestra cómo se puede calcular la edad de las distintas capas de los estratos sedimentarios que se observan en la Tierra. Un buen lugar para hacer estas observaciones son los cañones, donde la erosión ha dejado al descubierto muchas de estas capas, que llegan hasta cientos de millones de años en el pasado. En estas capas han quedado fósiles de animales y plantas que vivieron en esa época. Se observa en este registro fósil una continuidad de las formas y unos patrones compatibles con la Teoría de la Evolución. Por ejemplo, nunca se han observado animales complejos anteriores a los más simples. Un ejemplo de algo complejo como una lagartija en algún estrato anterior al origen de los vertebrados bastaría para invalidar la Teoría de la Evolución. Jamás ha ocurrido nada semejante.
-El ADN. Antes del descubrimiento del ADN se clasificaron los seres vivos según sus características físicas visibles. Esta clasificación, bien explicada por la Teoría vino a ser confirmada (los principios generales, no todos los detalles, que se alteraron con esta mejor evidencia) con el análisis del ADN. Además, el ADN proporciona el mecanismo predicho por la Teoría, como vimos en su momento.
-Las formas transicionales. Se encuentran formas transicionales perfectamente operativas para todos los órganos. Los ejemplos de ojos y alas incompletas son especialmente ilustrativos. También se encuentran órganos que pasan de tener una función para ser aprovechados en otra posterior. Por ejemplo, los huesos del oído en los mamíferos vienen de varios huesos de la mandíbula de especies anteriores. Los casos de patas delanteras que se hacen alas (aves voladoras), alas que se hacen aletas (pingüinos), patas que se hacen aletas (focas) o aletas que se hacen cuasi-alas (peces voladores) son más llamativos.
-Los órganos atrofiados. El apéndice que, en su día servía, según parece, para digerir con ayuda bacteriana un tipo de vegetales, hoy en día no tiene ningún uso.
-Las chapuzas en los organismos vivos. En una entrada pasada señalamos varias de estas chapuzas sólo en el ser humano.
-La evolución pillada in fraganti. Hemos pillado a la evolución haciendo de las suyas delante de nuestras narices. En el poco tiempo que ha durado la agricultura y la domesticación de animales, se han conseguido alterar de forma sustancial miles de especies. Algunas son ya incompatibles con sus variedades salvajes no domesticadas.
-La resistencia frente a las enfermedades. El propio ser humano tiene distinta adaptación según el ambiente en el que ha evolucionado. Los subsaharianos tienen más defensas frente a la malaria, los euroasiáticos más frente a la gripe y la peste.
-La mutación de los virus y bacterias. Los virus o bacterias demasiado virulentas acaban matando el organismo del que se aprovechan. Las versiones menos letales de la bacteria que la causa la sífilis son las que han sobrevivido hasta el presente.
-Los elefantes. Debido a la caza furtiva, los elefantes mutantes que carecen de colmillos tienen más posibilidades de sobrevivir. En los últimos años este tipo de elefantes representa ya el 10-15% de los nuevos nacimientos entre los elefantes asiáticos y llega hasta el 30% en algunas zonas para el elefante africano.
-Los embriones. Los embriones de los animales muestran rasgos de antepasados comunes. El embrión del delfín es sorprendentemente parecido al humano. Desarrolla, incluso, pequeñas patas traseras que luego pierde.
-La evolución convergente. Organismos que provienen de distintos antepasados y que comparten un nicho ecológico, acaban compartiendo características comunes presionados por el medio ambiente idéntico en el que se encuentran. Salamandras (anfibios) y salamanquesas (reptiles), delfines (mamíferos) y tiburones (peces) son sólo un par de ejemplos.
domingo, 5 de abril de 2009
La Teoría de la Evolución: La Historia Más Asombrosa Jamás Contada. Parte 10.
El sexo aburrido de las bacterias y otros ingenios
Todavía no hemos acabado con el primero de los principios de la Teoría de la Evolución, el que se refiere a la variabilidad. Hasta ahora hemos considerado que se debía a mutaciones en el ADN producidas al copiarse éste de manera no fiel al original. Hay otros momentos en que puede haber variación en el ADN, como cuando éste es alterado por la radiación ultravioleta y reparado por la célula con alguna diferencia con respecto al original. Si esto ocurre en el espermatozoide o en el óvulo, nacerá un ser que acumulará una mutación con respecto a los progenitores. Todavía puede haber más maneras de generar variación en la carga genética. Las bacterias, por ejemplo, pueden intercambiar material genético por contacto, a través de un virus o incorporando el material de bacterias muertas. Todo esto, incluso, con bacterias de distinta especie. No llega a ser como el sexo, pero es un comienzo.
1. Espero que quienes estén en contra de los transgénicos por razones de principio (¿cuál?) no estén en contra de las personas transgénicas a las que les han añadido el gen de la hemoglobina o de las bacterias transgénicas con el de la insulina.
2. No he incluido en la lista la selección genética debida a la domesticación. En esa parte, el ser humano incide en el segundo principio de la Teoría, creando él el ambiente en el que tienen más éxito unas u otras características genéticas. Dicho de otra manera, en la ingeniería genética, el ser humano busca un gen y lo mete en otro sitio. En la domesticación, el gen se produce por mutación y lo que hace el ser humano es seleccionarlo al seleccionar el ser vivo que lo contiene.
miércoles, 1 de abril de 2009
La Teoría de la Evolución: La Historia Más Asombrosa Jamás Contada. Parte 9.
El cerebro y la mente

Una de las cosas que implica la Teoría de la Evolución y que puede ser empíricamente demostrada es el gradualismo. Significa este término que no hay saltos, por así decirlo, en la evolución. Cada órgano, cada habilidad, se ha ido construyendo poco a poco y de tal manera que cada paso debe constituir una mejora en sí misma. Vimos en su momento el caso del ojo, pero sin duda que es la consciencia la habilidad o característica más asombrosa de las que se observan en el mundo de la biología.
domingo, 29 de marzo de 2009
La Odisea Espacial, el ADN y John von Neumann

En el libro “2001: Una Odisea Espacial”, de Arthur C. Clark, se encuentra un monolito en la Luna. Mientras es inspeccionado envía una señal a Júpiter, donde hay en órbita otro monolito enorme. Se envía una misión hacia ese planeta que termina con la nave vacía de vida y con el ordenador Hal 9000 apagado. Para saber lo que ha ocurrido, en “2010: Odisea Dos”, se envía una nueva misión. Cuando los astronautas están en Júpiter observan que el monolito se divide en 2, 4, 8, … pronto son millones, algo va a pasar. De pronto alguien exclama: “¡Son máquinas von Neumann!”.
John von Neumann (fon noiman) fue uno de los más grandes matemáticos del siglo 20. De origen húngaro participó de manera fundamental en el diseño de los primeros ordenadores, en el diseño de las primeras bombas atómicas y de hidrógeno y en el nacimiento de la Teoría de Juegos como disciplina. Compartió con Einstein y Gödel el famoso Instituto de Estudios Avanzados de Princeton.
Naturalmente, hizo muchas más cosas, entre ellas, idear máquinas que se pudieran autorreplicar (además de hacer algún trabajo). Lo hizo en teoría, describiendo qué partes debería tener, cómo se comunicarían entre sí y algún detalle más. Estas máquinas son muy interesantes. ¿Que tenemos que convertir a Júpiter en una estrella? No hay problema, mandamos una máquina que altere las condiciones de presión y densidad del planeta para que se inicie la fusión nuclear. Pero una máquina es poco y mandar muchas es costoso. Mejor enviamos una máquina von Neumann, que primero hace millones de réplicas de sí misma (con material que encuentre en Júpiter o sus lunas) y luego se ponen todas a la tarea.
Hay ya intentos rudimentarios en robótica de robots que ensamblan partes para hacer otros iguales a sí mismos, pero todavía estamos muy lejos de hacer estas máquinas. Esto no quiere decir que no existan, resulta que los seres vivos somos este tipo de máquinas y que respondemos al diseño de von Neumann. Todo gracias a las maravillas del ADN. Un mecanismo como el del ADN fue prefigurado por Darwin y, ahora vemos, también por von Neumann.
¿Cómo es una estructura autorreplicante?
En el corto espacio de esta entrada podemos usar un ejemplo semántico, que es muy ilustrativo, a la par que sencillo. Considérese la siguiente frase que traduzco y adapto del libro "Metamagical Themas" de Douglas Hofstadter:
alfabetiza, copia, después entrecomilladas escribe estas palabras “entrecomilladas palabras alfabetiza, después estas copia, escribe”
Sigamos las instrucciones de la frase (consideramos los signos de puntuación como parte de la palabra precedente). Toda la frase se refiere a las palabras entrecomilladas al final. Primero dice “alfabetiza”, es decir, ponerlas en orden alfabético. Una vez alfabetizadas, hay que copiarlas. Hagámoslo:
alfabetiza, copia, después entrecomilladas escribe estas palabras
A continuación las órdenes dicen que hay que escribir otra vez las palabras, esta vez entrecomilladas. Procedamos sin olvidarnos de lo ya hecho. Nos queda:
alfabetiza, copia, después entrecomilladas escribe estas palabras “entrecomilladas palabras alfabetiza, después estas copia, escribe”
Es decir, una copia exacta del original. Tenemos una estructura que se autorreplica. Bueno, no exactamente. Ha necesitado de nosotros para leerla y seguir las instrucciones, pero son instrucciones sencillas, cualquier ordenador las podría seguir. De hecho, los ordenadores hacen estas cosas con los virus que les llegan.
Para ser una estructura autorreplicante de verdad, debería contener su propia manera de leerse a sí misma y de llevar a cabo las instrucciones. Los virus (informáticos y biológicos) necesitan de un huésped a quien obligarles a hacer el trabajo. Por eso los virus se consideran más objetos inertes que seres vivos. Las células, con su ADN, sí son máquinas von Neumann auténticas.
viernes, 27 de marzo de 2009
La Teoría de la Evolución: La Historia Más Asombrosa Jamás Contada. Parte 8.
Franklin, Watson y Crick
A lo largo del siglo 20 se fue vislumbrando la existencia y la composición del ADN. Los experimentos culminaron con los trabajos de Franklin, Watson y Crick, que dieron con su configuración de estructura de doble hélice. Pero ¿qué es el ADN?
ATTGTTACCTTAAAGGTGC… (así miles de millones de letras)Lo asombroso es que esto no es una metáfora. Literalmente las estructuras A, T, G y C funcionan como letras de un texto (o notas de una partitura o símbolos de cualquier otro código que uno prefiera). Las letras forman palabras. Cada tres letras significa un aminoácido (o un punto). Es decir, cuando se lee esa parte del texto, se sintetiza ese aminoácido. Las palabras se agrupan en frases separadas por puntos. Así, entre dos puntos, está la instrucción para sintetizar unos cuantos aminoácidos, que conforman una proteína, que son los ladrillos con los que se construye el cuerpo del ser con ese ADN. El ADN está en el núcleo de cada célula, que tiene su sistema para leer las partes que le toca. Cómo se lee el ADN es todo un proceso digno de asombro. Si pudiéramos sentarnos dentro de una célula a verlo, sería uno de los espectáculos más increíbles que pudiéramos ver. Pero esto se nos escapa de nuestro tema. Yo quería hablar de cómo el ADN codifica las instrucciones y cuál es su papel en la Teoría de la Evolución. Sobre lo primero, valga lo dicho. Sobre lo segundo esta es la explicación.
TAACAATGGAATTTCCACG…(idem.)
673 299 362
238 483 382Si lo comparamos con la combinación buena veremos que hemos acertado la séptima cifra, que es un 3. Como sólo hemos acertado un número la caja se abrirá sólo un poco. Naturalmente, nosotros no sabemos qué número hemos acertado, así que repetimos variaciones del número en las que sólo alteramos un dígito cada vez. Enseguida sabremos cuál es (lo sabremos porque la caja se cerrará al quitar ese 3 y poner otra cosa). Sólo habremos necesitado de, como mucho, 8 intentos para tener esa información. Una vez fijado ese 3 podemos seguir haciendo variaciones del número, pero sin cambiar el 3. Tarde o temprano acertaremos otro número (hacen falta unos nueve intentos para ello –por ejemplo, variando de todas las maneras posibles el primer número, aunque también podemos ir variando a azar cualquier cifra-). Así podemos seguir hasta acertar los nueve. Habremos necesitado de sólo unas decenas de pasos, aunque hayamos ido totalmente a ciegas.
martes, 24 de marzo de 2009
La Teoría de la Evolución: La Historia Más Asombrosa Jamás Contada. Parte 7
Mendel y Fisher

Hemos hablado de la selección del mejor adaptado, el segundo punto de la teoría de Darwin, y hemos visto cómo lidia con las preguntas destinadas a refutar la hipótesis. No he olvidado el primer punto sobre la variabilidad de los individuos y la pregunta pertinente: ¿de dónde sale esta variabilidad
- Principio de uniformidad: Si se cruzan dos individuos de raza pura, los descendientes tendrán las mismas características.
- Principio de la segregación: Ciertos individuos son capaces de transmitir un carácter aunque en ellos no se manifieste.
- Principio de la transmisión independiente: los caracteres se transmiten independientemente unos de otros (excepto si están vinculados).