Pablo Echenique-Robba, científico del CSIC y europarlamentario por Podemos, generó recientemente una polémica tras una entrevista en Materia. Contestó Juan Ignacio Pérez Iglesias, ex-rector de la Euskal Herriko Unibertsitatea, biólogo que ostenta la Cátedra de Cultura Científica de esa universidad. Hubo también dos respuestas en Naukas (una y dos) por parte de Fernando Cervera Rodríguez, biólogo. En todas esas páginas se pueden leer numerosos comentarios tanto por estos tres científicos como por otras personas bien conocidas en el ámbito de la ciencia, su divulgación y del pensamiento crítico. Me pilló el debate en otras cosas y solo acerté a tuitir cuatro mensajes destinados a Pablo y Juan Ignacio.
El debate partió de algunas afirmaciones de Pablo Echenique en el sentido de diferenciar lo que cree como científico (p.e., que los transgénicos son seguros y que pueden ser de gran utilidad) y lo que debe apoyar como representante político (si su partido o la sociedad deciden que no quieren usar transgénicos).
Leo en los textos y en los comentarios posteriores que la discusión se centra en cuál debería ser la postura del científico y cuál la relación entre ciencia y democracia. Por ejemplo, hay quien dice que el científico debe insistir y no aceptar decisiones basadas en la irracionalidad a pesar de ser mayoritarias, ejerciendo oposición dentro del partido o de la sociedad y acusan a Pablo de tener una actitud demasiado permisiva. También se dice, con razón, que las proposiciones de la ciencia no se dilucidan democráticamente. Esto es cierto, pero no es algo que Pablo niegue.
Mi postura, que resumí en aquellos cuatro tuits y que toca temas que apenas he visto vislumbrar en algún comentario, es la siguiente:
1. La democracia nunca es 100% directa y asamblearia, ni lo puede ser, ni creo que la inmensa mayoría queremos que lo sea. Toda democracia tiene una parte de representación y el gobierno tiene siempre una cierta jerarquía.
2. Las leyes tienen también su jerarquía. Para cuestiones importantes y aprobadas por amplias mayorías, como la Constitución, se requieren también amplias mayorías para su cambio. La estructura básica del Estado, los Derechos Humanos y algunas cosas más están aquí recogidas.
3. Incluso dentro de la organización del Estado, la división de poderes supone un límite a lo que distintas mayorías pueden decidir en distintos momentos. El Parlamento no puede decidir por mayoría, ni simple ni cualificada, algo que sea ilegal según el ordenamiento jurídico.
4. Así pues, delegamos en representantes y en jueces ciertas potestades, y nos atamos las manos haciendo que ciertos compromisos sean difíciles de romper.
5. Propongo que, añadido a lo dicho, también existe un acuerdo tácito o explícito en la sociedad sobre cuestiones científicas y técnicas. Por ejemplo, el contenido de los libros de texto no se decide en votación popular, sino que se delega en expertos en cada una de las materias.
6. El contenido de las proposiciones científicas no es democrático, pero el uso de la ciencia y el control de la actividad científica sí lo son. Por ejemplo, la ciencia dirá qué efectos médicos primarios y secundarios y qué coste económico tendrá una campaña de vacunación, pero la decisión de vacunar será política. ¿Cómo se decide? ¿En qué nivel? ¿Debe ser sometido a referéndum? Esto último no lo creo, más bien el derecho de los que no tenemos toda la información o no sabemos bien cómo tratarla o interpretarla es a saber que los efectos han sido investigados de la mejor manera posible y que la decisión está en manos de gente informada y que responderá ante casos de negligencia o abusos en la decisión y que sus preferencias políticas en lo que toca a los fines (no tanto a los medios) se corresponden con las de la ciudadanía.
7. De la misma manera, debe ser parte del acuerdo social no votar si determinado tratamiento sea parte del sistema público de salud y sí lo debe ser el garantizar que los protocolos de atención sanitaria estén realizados con las mejores medidas que garanticen que se obra según la mejor evidencia.
8. Nada de lo anterior quita espacio a la acción política. Democráticamente decidiremos si queremos o no sanidad universal, si queremos o no corregir ciertas desigualdades, si queremos gastar los dineros públicos en más conciertos gratuitos o en polideportivos, por ejemplo.
9. Un político o un partido responsable debe abogar por estas maneras de decidir y no proponer demagógicamente que todas estas decisiones se hagan desde abajo, en asambleas indocumentadas, y tampoco debe escudarse para hacer públicas sus posturas o apoyos políticos en que así se ha decidido en la asamblea.
10. Incluso en el mejor de los casos será imposible evitar que aquí y allá alguna cuestión se convierta en importante para la ciudadanía y que la postura mayoritaria sea contraria a la evidencia científica. Por ejemplo, una mayoría quiere prohibir tal producto o acción por entender que es perjudicial. En ese caso posiblemente se acabará prohibiendo, pero no debe ocurrir sin que todas las salvaguardas contra la irracionalidad hayan estado ahí ni sin que los científicos, expertos y políticos responsables se hayan proclamado en favor de la evidencia.
11. Es análogo al caso en que una mayoría social se empeña en discriminar a un colectivo sobre la base de datos erróneos (como que la adopción por parejas homosexuales es perjudicial para el niño): lo acabará haciendo. Toda la construcción de un Estado de Derecho se basa, o debería basarse, en que este tipo de medidas sin evidencias sean difíciles de tomar, al hacer que la jerarquía en la toma de decisiones, de aplicación de las leyes y de su control favorezcan las discusiones documentadas.
12. Antes de saber sobre qué vamos a debatir, todos querríamos que hubiera este tipo de garantías. Este debe ser nuestro acuerdo básico.
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Hace tres años en el blog: Un no es un no.
Hace cinco años en el blog: Las piezas lego de la naturaleza. La historia más extraña jamás contada (1).
Y también: Las piezas lego de la naturaleza. La historia más extraña jamás contada (2).
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Hace cinco años en el blog: Las piezas lego de la naturaleza. La historia más extraña jamás contada (1).
Y también: Las piezas lego de la naturaleza. La historia más extraña jamás contada (2).
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¿Estás a favor de la prohibición de los transgénicos?
ResponderEliminar¿Tienes algún familiar diabético?
No.
EliminarSí.
Algunos pequeños desacuerdos dentro de mi acuerdo general:
ResponderEliminarLo que no puede decidir modificar el legislativo será lo inconstitucional, no lo "ilegal". Ilegal es "contrario a la ley", y cuando una ley se modifica sustancialmente (o deroga, o legisla ex novo) evidentemente está convirtiendo lo ilegal en legal o viceversa. Los Parlamentos hacen eso todo el día.
El principio general de representación implica que los mandatarios electos no están atados jurídicamente por ninguna promesa electoral ni por ningún acuerdo votado por las bases del partido que les promueve. Eso es así.
Esos acuerdos no son vinculantes legalmente, pero eso no tiene nada que ver con que los representantes se comprometan a respetar el contenido de los acuerdos programáticos de su partido, con los que se han presentado a las elecciones, o se autolimiten en ese sentido.
Esa autolimitación puede formar parte de su programa político (como creo que es en este caso), y ser su responsabilidad política cumplirlo (responsabilidad política no es lo mismo que obligación jurídica)
Nunca se ha visto hasta ahora que los legislativos tengan las manos atadas en demasía por culpa de sus compromisos electorales. Tal espectáculo está todavía inédito en el mundo. Así que como peligro es tan insignificante como una invasión de dinosaurios.
Los libros de texto: Como observación general yo diría que viendo cómo está el tema, si se decidieran por votación popular difícilmente serían peores que ahora. Y desde luego no serían diez veces más caros de lo que deberían ser, como ahora.
Ahora en serio: precisamente los libros de texto son un mal ejemplo, porque son algo que pagan las familias pero deciden otros. No hay soberanía del consumidor ni la clientela puede "votar con los pies", por lo que se trata de un mercado superdistorsionado. Es un mal ejemplo, porque las alternativas democráticas serían: o se vota; o decide el mercado (consumidores-familias); o nuestros representantes (gobiernos) deciden por nosotros, pero entonces debería ser financiado públicamente.
Obviamente, si cambian la ley, podrán poner otra que antes hubiera sido ilegal. No me refiero a eso, sino a que justamente tienen que cambiar la ley, no votar sin más lo que les sale, y para cambiar leyes hay procedimientos, incompatibilidades y jerarquías.
EliminarTampoco me estaba refiriendo a atarse de manos con compromisos electorales, sino con compromisos legales (y de costumbres, en la medida en que funcionen). Podemos tener leyes que digan que ciertas cosas se deciden en cierto ámbito y hacer difícil (porque sea ley orgánica, por ejemplo) cambiarlo.
Lamentablemente en esta vida todo puede ser mucho peor, incluso los libros de texto. Mira en los USA votando a cada rato una comisión de políticos para que incluyan el creacionismo o el diseño inteligente. Menos mal que los jueces, haciendo uso de esos acuerdos legales sobre hasta qué punto puede decidir quién, normalmente lo echan para atrás.
¿Estás a favor del uso de animales en investigación?
ResponderEliminarPor animales me refiero a seres con un "mínimo de cerebro y, tal vez, un mínimo de consciencia". Vamos algo así como:
http://asweetlife.org/jessica-apple/blogs/insulin-pumps/the-dog-behind-banting-and-best-marjorie-my-diabetes-heroine/27404/ (incluye un enlace a un artículo en Harvard Magazine, aunque algo viejo).
Cascarilleiro.
PD: No soy el autor de las dos preguntas anteriores. Por ello he introducido mi contribución al cuestionario sin continuar lo ya iniciado por otro comentarista.
PDbis: Soy diabético.
Sí. Según los que saben del tema, es indispensable su uso para progresar en el avance médico. Según mis preferencias morales, este avance me compensa su sufrimiento.
EliminarDal una vuelta a esa frase, porque asi como esta pinta bastante mal.
Eliminar¿Has visto "Inherit the wind"?
ResponderEliminarCascarilleiro
Varias veces (está en mi perfil).
EliminarUps! Lo siento, me habría ahorrado una pregunta, aunque no me sorprende.
ResponderEliminar¿Has visto "This land is mine"? `[No está en tu perfil, donde por cierto he comprobado que coincidimos en alguna película e incluso en algún libro. Esto último, al menos en lo que respecta al primero de tu lista tampoco me ha sorprendido (el viaje en el tiempo es posible)]
Cascarilleiro
Hace mucho, solo tengo un vago recuerdo del personaje de Charles Laughton dando un discurso a sus alumnos.
EliminarEfectivamente, el que da el discurso NO ES Charles Laughton, es Alfred Lory, aunque resulte difícil distinguirlos. Por otra parte no es un discurso cualquiera, veamos:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=gYrbMbQoTt0 (5 minutos, doblado, aunque con llegar a 01:20 debería llegar - no obstante recomendaría seguir)
o, more to the point!:
http://www.youtube.com/watch?v=F9Zc--YefrM (02:20, v.o., 00:05 - 00:37 fundamentalmente, pero...
Supongo que te habrás asegurado de que tus hijas - desconozco sus edades - hayan leído "Robinson Crusoe". ¿Estoy en lo cierto? [Ya vamos acabando]
Cascarilleiro
Las obras y palabras de mis hijas están protegidas en este blog.
EliminarFerreira ¿no exageras?
EliminarCon una respuesta del tipo "me he asegurado de que puedan conocer lo mejor de la literatura universal" cumples.
Porque lo que yo veo es una pregunta acerca de ti, no de las obras y palabras de tus hijas.
La sociedad actual está cayendo en unos niveles de paranoya preocupantes y preocupante sería que te contagiara.
Es posible, pero prefiero pecar por exceso en este caso. No es paranoia, simplemente no quiero mezclarlas en las discusiones de este blog. (Por supuesto, me reservo el derecho a sí hacerlo cuando quiera y sin tener que dar explicaciones.)
Eliminar¿Explicaciones? No me hacen falta. Ahora mismo voy a intentar olvidar algo que no sabía antes de que lo mencionarais.
EliminarEn caso de que me resulte imposible, creo que tampoco tengo que dar explicaciones ;-)
¡Perdona!
ResponderEliminarNo pretendía tocar nada personal, simplemente me refería a una novela muy conocida. Obra con múltiples versiones, adaptadas para edades muy diversas, e incluso con múltiples aplicaciones en Economía, como estoy seguro que conoces. En modo alguno era mi intención ofenderte ni meterme con tus hijas. Podemos tener visiones distintas sobre algunos temas, coincidir en algunos otros pero creo que de ninguna de mis intervenciones anteriores pueda deducirse ni mala educación ni mala intención. Algunas podrán ser "inoportunas", "off the topic" o como quieras decirlo, pero no son malintencionadas, créeme. Lo siento mucho.
Cascarilleiro
Ninguna ofensa, Cascarilleiro. Solo digo que no comento aquí cosas de mis hijas. Nada más. No te estoy llamando la atención ni nada por el estilo. Pero ahora veo que he escrito el mensaje un poco rápido y escueto y sí que parece un poco seco. Disculpa.
EliminarUn saludo.
La disculpa es totalmente innecesaria. Tienes razón, me metí yo solito en "arenas movedizas", aunque fuese sin mala intención.
EliminarCascarilleiro