viernes, 20 de septiembre de 2013

Símbolos y victimismos


De un comentario que hace algunos años hice en Geografía Subjetiva y que, quién sabe por qué, me ha venido a la cabeza estos días. Es una visión desde dentro de lo vasco. Se me echará en cara que falta la contrapartida sobre la actitud desde fuera hacia lo vasco (o catalán o gallego). Cierto, pero es que eso también lo he hecho alguna vez. Por ejemplo aquí, aquí y aquí. No se puede hablar de todo a la vez:

Son muchas cosas (no sólo símbolos) de las que acaba adueñándose algún sector de la sociedad. En el País Vasco, casi todo lo que concierne a la cultura vasca parece estar en manos nacionalistas y, como mucho, de Ezker Batua (pienso en todo lo que gira en torno al euskera, además de banderas, himnos, días de la patria vasca,…). Algunas de ellas, además, están en manos casi exclusivas del entorno más radical (bertsolarismo, por ejemplo). Tal vez solo en los deportes populares vascos (pelota, traineras,…) haya más pluralidad. Decía Savater que una de las tareas de los no nacionalistas era entrar en esos terrenos.

La palabra gudari se la han apropiado los etarras, después de que fuera del PNV durante la Guerra Civil. La expresión Euskal Herria (pueblo vasco), tan cara y bella a los oídos euskaldunes, tan popular y tan poco asociada históricamente a ninguna ideología está también siendo secuestrada por los radicales. Estaría bien recuperarla para todos.

Siendo vasco y con tantas cosas de las que poderse uno vanagloriar (si es que quiere), nunca he entendido a quienes demasiado a menudo quieren aparecer como víctimas en lugar de emplear ese tiempo y esfuerzo en mostrarse como pueblo que crea, aporta y comparte entre los demás pueblos. Prefiero ser parte de un pueblo que produce, es generoso y mira adelante en lugar de un pueblo que se siente víctima de la historia y que vive como si las personas del presente fueran culpables de la historia pasada.

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Hace tres años en el blog: Punto fijo (1).
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8 comentarios:

  1. Jose Luis sabes lo bien te comprendo, y no hace falta compartir RH -, para ello, sino de otra cuestión intangible pero más real que la realidad aparente o que se nos pretende vender. Bss.

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  2. Siendo vecino cántabro, lo suscribo 100%. Mi visión desde fuera es precisamente que quizá sea mucho mejor sumar que dividir, y que nadie tiene por qué apropiarse de algo que debería enriquecer la cultura de todos. El victimismo no tiene sentido, y no contribuye a eliminarlo el hecho de que por ejemplo los catalanes se empeñen en citar incluso oficialmente la fecha de 1714 como precedente histórico, o que economistas tan importantes como Mas Colell o Sala I Martí insistan en mostrar la pertenencia al Estado como una carga. Aunque lo piensen y lo justifiquen, es un error político. Desde el resto de España la percepción es que se quieren borrar en un momento de crisis. Lo mismo que dices sobre lo vasco se podría aplicar a España. Parece que la bandera y los símbolos han sido secuestrados por unos pocos extremistas de derechas.

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    1. Mi postura es que si alguien quiere la independencia, ante eso no tengo nada racional que decir. Sí tengo algo que decir si se apoya en datos falsos. En la parte emotiva, frente al victimismo (y no niego que pueda haber agravios) planteo lo que digo en la entrada, que es mi propia emotividad. Esto vale, como dices, para los que están del otro lado haciendo sus irracionalidades o desdeñando a una parte del país.

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  3. Es tan grande el universo y tan insignificantemente pequeño el planeta tierra. Son tan pocos los años de la patria vasca comparados con otros eventos de las estrellas. El euskera igual de bello y puro que el idioma nipón y si es cierto que la vida nos sitúa a todos bajo un origen común que... la reivindicación del nacionalismo vasco o del nacionalismo español me parecen absurdas, nimias, ínfimas, ridículas.

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    1. Si te pones a comparar con la inmensidad del universo, hasta el hambre en el planeta Tierra es una nimiedad. Me parece que no es argumento para no tener preferencias sobre ello.

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    2. Es un argumento totalmente válido. Lo llevas a un extremo absurdo cuando lo equiparas con el hambre. En lugar de esta, bajo esa perspectiva, también lo podrías haber comparado con las violaciones, los asesinatos, la trata de blancas o la prostitución...

      El arraigo genético, que algunos vascos parecen querer defender, o como el que defendió el príncipe de Asturias con respecto a los borbones, en un análisis inmunológico exhaustivo, desmonta estas sandeces. Personas de diferentes culturas y de lugares muy diversos del planeta comparten características; son descendientes de un mismo ancestro. Es una auténtica patochada.

      Por qué es mejor Euskadi que cualquier otra región, teniendo en cuenta además la cantidad de veces que se han redibujado las fronteras a lo largo de la historia. Otra soplapollez.

      El espacio y el tiempo que valoramos, y del que hacemos un análisis diferencial con otros espacios y tiempos similares, son tan, tan, tan pequeños, que me parece una tontería ensalzarlos, ya ni te cuento cuando se hace en detrimento de los 'contrarios'.

      El nacionalismo es una ceguera selectiva.
      Un saludo.

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    3. No creo que queden muchos nacionalistas que se rijan por esas sandeces de arraigo genético o de ensalzamiento propio. Si no planteamos las discusiones en lo términos que son y atacamos hombres de paja no llegaremos a ninguna parte. El discurso nacionalista moderno es otro y ese es el que hay que discutir.

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