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Hace algunas semanas que señalé la poca relevancia de planteamientos apriorísticos para legislar si debe ser la menor de 16 0 17 años o sus padres quienes puedan decidir sobre abortar o continuar el embarazo de la menor. Argumentos como “si puede tener relaciones sexuales y casarse, puede decidir si abortar” o “si los padres tienen la patria potestad deben decidir” son bastante inútiles. ¿Cuál aplicamos? Dada la contradicción de los distintos principios, sugería que miráramos la situación según las preferencias de la chica a los 18 años. ¿Cómo? Hice una explicación verbal que ahora voy a apoyar con algo más de rigor.
Pongamos que se decide que la menor de edad sea autónoma en su decisión. Pueden ocurrir cuatro cosas:
- La menor prefiere abortar y, al cumplir la mayoría de edad, se ratifica.
- La menor prefiere abortar, pero al cumplir la mayoría de edad se arrepiente.
- La menor decide continuar el embarazo y, a los 18 se ratifica.
- La menor decide continuar el embarazo y, a los 18 se arrepiente.
Mediante encuestas, podría ser posible estimar cuántas chicas que se quedaron embarazadas entre los 16 y 17 años están en cada situación. Pongamos que las probabilidades de cada caso son P1, P2, P3 y P4, respectivamente (estos cuatro números han de sumar la unidad).
Ahora viene lo más difícil. Habrá que hacer una estimación del grado de satisfacción o insatisfacción de la chica ya mayor de edad. Para no cargar las palabras de demasiado significado, llamemos utilidad a este concepto. Sea U(A,A) la utilidad que la mayor de edad deriva del hecho de haber abortado cuando esa es su preferencia ahora. Sea U(A,NA) la utilidad de haber abortado cuando ahora se arrepiente. Sean, finalmente U(NA,A) y U(NA,NA) las utilidades de no haber abortado cuando se arrepiente y cuando se ratifica, respectivamente.
Con este planteamiento la utilidad esperada de la mayor de edad al dejar que la menor tome la decisión será:
U(decide la menor) = P1xU(A,A) + P2xU(A,NA) + P3xU(NA,A) + P4xU(NA,NA)
Si ahora hacemos lo mismo para el caso en que decidan los padres, tendremos nuevamente cuatro posibilidades:
- Los padres deciden el aborto y, al cumplir la mayoría de edad, la joven se muestra de acuerdo con lo decidido.
- Los padres deciden el aborto, pero a los 18 años la chica muestra su disconformidad.
- Los padres deciden que no aborte y, a los 18, la chica está conforme.
- Los padres deciden que no aborte y, a los 18, la chica se muestra disconforme.
Ahora tendremos nuevas probabilidades de ocurrencia de cada uno de estos casos, sean Q1, Q2, Q3 y Q4, respectivamente. Como antes, la utilidad esperada de la chica mayor de edad en este caso será:
U(deciden los padres) = Q1xU(A,A) + Q2xU(A,NA) + Q3xU(NA,A) + Q4xU(NA,NA)
De qué manera la ley provocará el menor daño (o la mayor utilidad de la joven mayor de edad) depende de los valores relativos de las probabilidades P’s y Q’s y de la valoración de la joven mayor de edad de cada uno de los casos posibles. No hay apriorismos en este tratamiento. Hay un deseo de que se respeten las preferencias de la mayor de edad, que es la persona que, según la ley, tiene la capacidad de decisión. Como la ley no sabe las preferencias futuras de cada menor deberá buscar la manera de causar el menor daño.
Así, si:
P1=0,4, P2=0,1, P3=0,1 y P4=0,4
Q1=0,3, Q2=0,2, Q3=0,1 y Q4=0,4
U(A,A) = U(NA,NA) = 1
U(A, NA) = U(NA, A) = 0,
Tendremos que
U(decide la menor) = 0,4x1 + 0,1x0 + 0,1x0 + 0,4x1 = 0,8
U(deciden los padres) = 0,3x1 + 0,2x0 + 0,1x0 + 0,4x1 = 0,7.
Por el contrario, si las probabilidades Q cambian a
Q1=0,4, Q2=0,2, Q3=0 y Q4=0,4
y las utilidades son como antes, excepto que ahora U(A, NA) =0,5, tendremos:
U(decide la menor) = 0,4x1 + 0,1x0,5 + 0,1x0 + 0,4x1 = 0,8
U(deciden los padres) = 0,4x1 + 0,2x0,5 + 0,1x0 + 0,4x1 = 0,9.
Si, es un ejemplo, los estudios estadísticos, psicológicos, etc. muestran que la realidad se asemeja al primer caso, convendría que la ley dejara la opción a la menor. Si los estudios muestran que se asemeja al segundo caso, es otro suponer, debería dejar la opción en manos de los padres.