El PP le dará sus votos sin poder pedir nada a cambio. La consecuencia si el PP no apoya a Patxi López será la convocatoria de nuevas elecciones. En ese caso el electorado vasco castigará al causante de los nuevos comicios (como pasó en su día en Madrid con el PSOE y más tiempo atrás en Andalucía con Izquierda Unida), que sería el PP. El electorado español no entendería tampoco esta maniobra.
Patxi López debe trabajar para ganarse la abstención del PNV. Es una manera responsable por parte de ambos de evitar continuar con el frentismo y de facilitar que el PSE pueda gobernar con una base amplia, tal vez incluyendo algunos independientes afines a PNV y al PP. Para esto el PNV debe deshacerse cuanto antes de Ibarretxe y reconocer que los Lizarra, planes Ibarretxe e intentos de consulta han tenido el efecto contrario al previsto. El PSE puede ofrecerles a cambio un pacto para un nuevo estatuto y la puerta abierta para colaboraciones futuras.
El PNV tiene que decidir cuán lejos quiere llevar el pataleo de estos días. Enseguida deberá plantearse que recuperar el poder en el futuro pasa por solo dos alternativas, o en coalición con el PSE o con Aralar-EA-EB. La primera es más segura.
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