martes, 28 de diciembre de 2010

Esos crueles mercados


Durante esta época de crisis se ha hablado mucho de los mercados. Si un extraterrestre leyera unos cuantos de los artículos que se han escrito sobre ellos podría llegar a la conclusión de que los mercados son como esos dragones, minotauros, monstruos o dioses a los que había que ofrecer un sacrificio periódico para calmar su ira caprichosa.

Que si por qué hay que doblegarse a los mercados, que si no están satisfechos, que por qué se les deja a su aire, que qué sabrán ellos, que si generan injusticias, ... son expresiones muy traídas y que hacen parecer de quien las usa que su concepción de los mercados no es muy distinta de la de esos hipotéticos extraterrestres.

¿Quién es el mercado? Un mercado no es un quien, es es conjunto de todas las transacciones hechas en torno a un tipo de bienes o servicios. Uno va al mercado del barrio y observa que los tomates están caros. ¡Ya está el monstruo del mercado de los tomates haciendo de las suyas! ¿Por qué doblegarse a él? ¿Por qué hacerle caso y pagar los tomates a precios de escándalo so pena de no tener pasta al pomodoro, gazpacho o ensalada como dios manda? Estas preguntas se nos antojan bastante absurdas. El precio del tomate, el mercado, no hacen sino reflejar la escasez relativa de este bien. Tal vez haya habido una mala cosecha, tal vez la demanda ha aumentado enormemente. ¿Qué culpa tiene el tomate? La misma que el mercado. Ninguna.

Es más, el mercado, imponiendo un precio alto nos indica dónde hay escasez, dónde hay negocio y dónde no lo hay.

Claro que hay mercados más complicados. Si una parte del mercado (la oferta o la demanda) están dominadas por unas pocas empresas, estas podrán controlar el precio a su favor. Si algún agente tiene información privilegiada puede especular con ella, comprando y vendiendo según le convenga. Si una parte importante de los compradores en un mercado muestran un comportamiento aborregado y hacen lo que hacen los demás, se presentarán burbujas prestas a estallar en cualquier momento.

Esos mercados que parecen tener la culpa de todo, que nos obligan a ajustes en las cuentas públicas y, con ellas, a rediseñar el gasto público, la regulación bancaria, las pensiones, .... que nos obligan a no seguir haciendo las cosas como hasta ahora, ¿quiénes son? y, sobre todo ¿quiénes se creen que son, para hacernos esto?

Si una familia se endeuda todo irá bien hasta que haya que devolver la deuda, hasta que los intereses se hagan insostenibles. Cuando esto ocurra, si ocurre, los hijos no acabarán de entender por qué no pueden seguir como hasta ahora. Al fin y al cabo, son los mismos que antes, los padres trabajan igual o más que antes, ¿qué ha cambiado? ¿por qué los mercados nos obligan a malvender la casa y a devolver el coche?

Obviamente no son los mercados, son las malas decisiones o las situaciones adversas de algún gasto no previsto o alguna previsión que no se cumplió.

A las cuentas públicas les puede pasar cosas parecidas. La deuda emitida por un país (los préstamos que pide el país al sector privado) debe ser devuelta con sus intereses. Las dificultades para devolver los préstamos, o la percepción de esta dificultad, harán aumentar los tipos de interés y, con ellos, disminuirán los dineros públicos para hacer otras cosas.

Si pides prestado dinero a alguien no estará de más intentar convencerle de que se lo podrás devolver. Esto no es doblegarse a los mercados, es más bien sentido común.

13 comentarios:

  1. Como cuento navideño no está mal, JL. De hecho no te quito razón, pero hombre, los mercados entes vivos no es que sean más allá de sus actores, y por tanto sus movimientos se traducen en procesos de decisión que muchas veces únicamente tienen una base psicológica individual. Y como base psicológica, la paleta de tonalidades puede ser muy amplia, y sus actores -o accionistas por lo de "acción"- pueden pervertir las reglas cuando la regulación está hecha para que esa perversión sea más o menos sencilla. Es decir, si bien los mercados no son esos malos dragones que cuentas, si son espadas de doble filo que algunos afilan constantemente a sabiendas de que alguien se la puede clavar. Pero vuelvo a repetir, y lo haré mil veces más, que la Economía, como ciencia dentro de la Ciencia, no tiene la menor idea de procesos psicológicos, que es otra ciencia dentro de la Ciencia. O sí los tiene, pero prefiere evitarlos... aunque por lo que he podido comprobar, más bien se trata de la primera tesis.

    El sistema funciona perfectamente, el problema es que está podrido y es altamente manipulable, aparte de que ha ido evolucionando a pequeñas regulaciones interesadas más en pequeñas agrupaciones que en la colectividad.

    Saludos.

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  2. A todo esto, cuando un sistema crediticio acaba basándose más en relaciones humanas e intereses personales basados en percepciones psicológicas que en números basados en rentabilidades, amortizaciones o capacidad de retorno, y además desaparece la confianza, no depara nada bueno.

    Y lo digo porque hay muchas empresas "de la provincia" que de lo único que han vivido estos años ha sido de esa confianza basada en "relaciones humanas" a nivel de oficina bancario.

    Saludos.

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  3. En la entrada no estoy defendiendo que los mercados crediticios o financieros funcionen en los supuestos de mercados competitivos y eficientes que tan caros nos son a los economistas. Lo único que quería hacer notar es una cosa que no son los mercados en general y el de deuda pública en particular. Fíjate que he señalado comportamientos que los pueden alejar del modelo eficiente. Saber de qué manera (si de alguna) no son eficientes es lo útil, por cuanto permite un diagnóstico y, acaso, una cura. Quejarse de lo malos que son porque no nos valoran como creemos que deben no sirve de nada.

    La Economía (la ciencia económica) es posible que no haya acabado de captar los procesos psicológicos y sociales que llevan a una determinada dinámica en algún mercado, pero sí ha identificado unas cuantas de esas posibles dinámicas.

    Saludos.

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  4. Si los hubiera captado realmente, las legislaciones económicas, nacionales e internacionales, estarían mucho mejor definidas de lo que están ahora, o han estado, y las crisis económicas deberían ser mejor absorbidas.

    Por otro lado, para la "cura" de algo, aparte de un buen diagnóstico, que es totalmente necesario, se necesitan buenos medios, y un médico con conocimiento y pasión por la profesión. Las ganas de curarse también son importantes, aunque lo de menos, porque es complicado si hay algún virus dando por saco continuamente sobre el sistema... en este caso inmunológico.

    Saludos.

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  5. En efecto, se necesitan demasiadas cosas para hacer las cosas bien. No es de extrañar que estemos lejos todavía.

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  6. Por mi experiencia en alimentación, pequeños excesos o defectos de oferta produce desproporcionados cambios en los precios, a causa de la sola especulación.
    Por lo tanto no existe un regulador proporcional, integrado y derivado (PID) que devuelva la situación de precios a un valor ecuánime, por lo que se crearon los precios de intervención y desde la crisis alimentaria de 2008, se vuelve de nuevo la intervención por los gobiernos, tanto al alza como a la baja.
    Por lo tanto los mercados, nunca han demostrado ser eficientes, ni los mercados de futuros, ni los derivados (como p.e.: la leche en polvo);
    nunca han favorecido el desarrollo económico, sino la sola formación -acaparar- bruta de capital; nunca han sido buenos índices de solvencia, salvo tal vez a posteriori y ... en el aula; nunca han sido otra cosa que una enorme ley del embudo que mas favorece al que mas tiene: y que si existen, es porque los principales actores, pueden deshacer posiciones.

    Nos hacen creer que existen mercados ecuánimes, cuando no lo son. Una deuda no la quiere nadie, ni si quiera al 10% ni al 25%, si no es solvente. Ahora si alguien solvente ofrece deuda al 8%, se la quitarán de las manos, pero no creo que Italia o Bélgica sean mas solvente que el propio reino de España.
    En eso, también hay un cártel ¿o creías que iban a dejar a unos morenitos formar parte del pastel? ¿Por qué tiene dos sedes Iberia, la financiera en Londres y operaciones en Madrid?
    El mismo wlikileaks no deja intuir quien puede y quien no puede, y ese no es el mercado.
    Te sigo leyendo

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  7. Los cárteles, como las mafias, existen. Pero como todo, va por grados. No se es solvente o insolvente. Va también por grados. ¿Estás diciendo que hay una mafia que ha permitido que España creciera y se desarrollara durante dos décadas para luego impedirle formar parte del pastel?

    Claro que cada gobierno arrimará el ascua a su sardina y favorecerá a sus empresas, acaso usando su posición privilegiada en la diplomacia. Pero recuerda que en el mercado compiten las empresas, no los países.

    Gracias por leerme.

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  8. JL, fuiste tú el que hizo la precisión entre Economía y economía; ahora la saco yo a colación: no sé lo que será en los libros de teoría, pero en la práctica un mercado sin una regulación normativa precisa acabará siendo una partida de póker con naipes marcados, cuando no por debajo de la manga. Que, por otro lado, es lo que viene siendo España hace unos cuantos años: ases en la manga, espejismos interesados y yo te paso el globo hinchado que tú ya te apañarás.

    Saludos.

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  9. Sí, pero esa regulación puede ser muy diversa. En algunos mercados bastará decir generalidades acerca de no acaparar una cuota de mercado excesiva, comprobar que lo que se dice que se vende es lo que se vende e impedir acuerdos colusivo-mafiosos entre las empresas del sector.

    En otros habrá que hacer algo más. La banca y, en general el sector financiero es un caso así. El problema sempiterno de los bancos, al que ya he hecho referencia más veces:

    http://todoloqueseaverdad.blogspot.com/2009/06/el-sempiterno-problema-de-los-bancos.html

    así lo aconseja.

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  10. Por mí como si quieren hacer otro Parlamento que únicamente se dedique a temas económicos, pero las regulaciones de las que hablamos deberían ser mucho más rápidas, actualizables y precisas, porque ahora mismo son todo lo contrario y, como bien sabemos, la velocidad de lo circundante ha aumentado en casi todo menos en la capacidad de legislación y lo que tenga que ver con Justicia, que debería tener que ver con todo lo que quiera ser comercio.

    Saludos.

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  11. Decir que los mercados nunca han favorecido el desarrollo económico confunde. Hay desarrollo económico básicamente por ellos.

    "...nunca han sido otra cosa que una enorme ley del embudo que mas favorece al que mas tiene: y que si existen, es porque los principales actores, pueden deshacer posiciones."

    Es que ese no es un problema únicamente de la economía y de los mercados, es básicamente un problema político y si no queremos verlo así no comprenderemos que apuntamos en dirección contraria.

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  12. "Si los hubiera captado realmente, las legislaciones económicas, nacionales e internacionales, estarían mucho mejor definidas de lo que están ahora, o han estado, y las crisis económicas deberían ser mejor absorbidas."

    Las legislaciones pueden estar excelentemente bien definidas. Hay decisiones geopolíticas que afectan la economía y se aplican sabiendo que pueden generar crisis...

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  13. KC:

    Lamentablemente, muchas regulaciones no pueden ser todo lo rápidas que quisiéramos. Muchas veces es necesario tener la experiencia de distintas maneras de hacer las cosas para elegir la que mejor funciona.

    soy:

    Los mercados han sido una de las principales razones del progreso, todo lo imperfecto que se quiera, de la humanidad. Alguna buena propiedad tienen.

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