Antes de que se acabe su día, he aquí un homenaje a la Inmaculada Concepción, una ponderación de su pureza. Eso sí, con un poco de humor.
La Virgen María es muy pura, tan pura que un cura que daba misa no sabía cómo explicar lo pura que era, hasta que fijó sus ojos en Doña Virtudes y así se dirigió a la concurrencia:
"Os podría comparar a la Virgen María con Doña Virtudes, sentada aquí, en primera fila. Todos la conocéis, 70 años sin conocer varón ni en pensamiento, dedicando todo su tiempo a los pobres, rezando al alba y a la hora del rosario, dando todo su dinero a la iglesia, sin quejarse, con devoción.
"Pues bien, queridos míos, ¡Doña Virtudes es una hija de la gran puta comparada con la Virgen María!"
Ja,ja, ¿y el cura? ¿tanto entendía de esas cosas el cura? Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias. Otro para ti.
ResponderEliminarBuenisimo. No me consigo imaginar la cara de Doña Virtudes al oir la comparacion pero seguro que fue digna de verse.
ResponderEliminarUn saludo.
ozimandias:
ResponderEliminarBienvenido al blog. Como era tan resignada, seguro que lo aceptó con humildad. Habría que ver las caras del resto de la concurrencia. Me alegra que te gustara.
Hola q tal :-) :-)
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