viernes, 30 de mayo de 2014

Los mitos de la razón. El Homúnculo y el Fantasma en la Máquina.

Una imagen del Homúnculo sensorial

Más propiamente debería hablarse de los homúnculos, ya que se trata de una serie de leyendas en las que la naturaleza de estos seres, especie de demonios hechos a semejanza humana, se adapta a distintas interpretaciones de tal manera que podrían considerarse mitos diferentes.

Lo que une todas las leyendas sobre homúnculos es la idea de un ser que es un modelo del ser humano real. A veces es un ser creado artificialmente, a modo de Golem o de monstruo de Frankenstein, otras veces son plantas que crecen en forma de ser humano allá donde se derramó una gota de semen. Pero estas son las versiones folclóricas que acaso sirvieran de precursoras para los verdaderos mitos de la razón.

Unas sagas filosóficas que hoy se antojan bastante arcanas, conocidas como preformacionismo, hablaban de diminutos seres humanos contenidos en el esperma y que crecían dentro del cuerpo materno. Homúnculos que, de ser machos, debían contener también sus propios homúnculos y así indefinidamente o, por lo menos, debían contener suficientes generaciones como para llegar hasta el fin del mundo.

La Psicología ha desarrollado sus propias leyendas de homúnculos, que aparecen como duendecillos de miembros y rasgos deformados para hacerlos proporcionales a las zonas del cerebro humano encargadas de los aspectos sensoriales o motores de las distintas partes del cuerpo.

Los homúnculos, revoltosos e inquietos, se acaban colando en corrientes filosóficas más modernas como parte de sus ritos didácticos en sus intentos de cambiar los mitos antiguos por otros nuevos. Se trataría de caricaturizar las viejas historias de la dualidad cuerpo-mente, haciendo habitar en ellas un homúnculo que suele ser conocido con el nombre de Fantasma en la Máquina. A pesar del distinto nombre, las semejanzas entre los mitos son evidentes. Debía ser un ser humano diminuto dentro del cerebro, pero en espíritu, no en materia, y que contuviera todas las capacidades del ser humano incluida, claro está, la de contener su propio fantasma.

Imagen de El Fantasma en la Máquina


Increíblemente, este mito perdura hoy en día no solo en algunas filosofías, sino también en ámbitos ajenos a los mitos de la razón como son los religiosos. Estos, en su afán de hacerse pasar por razonables, siguen los pasos de las leyendas más antiguas para meter un homúnculo, no ya en el esperma, sino en el cigoto y sacarlo del cuerpo en el momento de la muerte.

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Hace tres años en el blog: La Economía de la discriminación 7.
Hace cinco años en el blog: El dormilón.
Y también: Si es que las visten como putas.
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martes, 27 de mayo de 2014

Sobre el palo al bipartidismo

Palo al bipartidismo 1 ¿Se ha colado un partido entre los dos primeros? No.

En la verdadera jornada de reflexión (es decir, un día después de las elecciones) tuití lo siguiente sobre el palo al bipartidismo:
Palo al bipartidismo 1. ¿Se ha colado un partido entre los dos primeros? No. 
Palo al bipartidismo 2. ¿Ha conseguido superar un tercer partido al menos el 50% de los votos del segundo? No. 
Palo al bipartidismo 3. ¿Entre los dos siguientes al segundo tienen más votos que el segundo? No. 
Palo al bipartidismo 4. Entre los tres siguientes tienen más votos que el segundo? Sí. 
Palo al bipartidismo 5. Entre los tres siguientes tienen más escaños que el segundo? Sí (uno). 
Palo al bipartidismo 6. Han bajado los dos primeros del 50% de votos? Sí. 
Palo al bipartidismo 7. Han bajado los dos primeros del 50% de escaños? No. 
Palo al bipartidismo 8. En unas elecciones generales se espera que tengan peor resultado los dos primeros partidos? No. 
Es un aviso al PP y al PSOE, no el fin del bipartidismo. Aún sin mayoría absoluta, de uno de los dos saldrá el próximo presidente. 
El bipartidismo lo ha roto UKIP en el Reino Unido, no IU ni Podemos ni UPyD en España (todavía). 
Índice-Shapley simulación El País al Congreso: PP 42%, PSOE 17%, IU 10%, Podemos 7%, ERC 6%, CiU 5%, UPyD 4%, Bildu 3% PNV 2%, C's 1%, CC 1%
Querría hacer dos comentarios breves:

1. Hubo quien interpretó, no sé por qué, que hacía apología del inmovilismo. ¿Decir que no está muy lejos de acabarse el bipartidismo equivale a decir que se quiere el bipartidismo?

2. El último tuit no obtuvo más que algún retuit, pero indica que, de mantenerse las cosas así, el gran beneficiado es el PP, con un 42% de índice de poder, muy por encima de cualquier otro.

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Hace cinco años en el blog: El intercambio de modelos.
Y también: El nombre de la cosa.
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viernes, 23 de mayo de 2014

A quién votar (2)


Hace tres años publiqué una entrada sobre a quién votar. Entonces eran las elecciones municipales y autonómicas (excepto las cuatro con calendario propio). Eran unas cuantas reglas sencillas sobre cómo orientarse y, para mi sorpresa, se convirtió en una de las entradas más leídas del blog, con varios miles de visitas. En vista de eso, y dado que se acercan otras elecciones, voy a atreverme a decir algo más, y lo haré sobre todo para decir que no hay que dejarse llevar demasiado por según qué cosas no nos gusta de un partido. Si tradicionalmente te identificas con un partido y todavía no te ha defraudado, vótale. Lo que sigue es para quienes no lo tienen tan claro.

Pongamos que mi partido favorito es el P, pero pienso que merece un castigo y considero no votarlo hasta que no se arreglen. Busco en el resto de partidos y encuentro fallos en todos (claro, por eso no eran normalmente mis favoritos). Es más fácil magnificar estos fallos en los demás partidos que en el favorito. Veamos dos ejemplos.

1. En el partido Q hay un líder muy personalista y eso me parece mal y puedo ver eso como un gran defecto a pesar de que se lo perdono a otros partidos. Que un líder tenga ambiciones y esté algo pagado de sí mismo no es tan importante como que el partido dependa excesivamente de ese líder. Si no es el caso, será un defecto bastante compartido por todos los líderes. Claro que si encuentras un partido en que esto no pasa y los demás defectos no te parecen graves, entonces el mal de casi todos te puede decantar por ese partido menos liderado.

2. El partido R tiene unas propuestas económicas disparatadas, pero en lo demás, es interesante: creo que es más honrado que la media y sus propuestas sociales me gustan, por ejemplo. ¿Lo voto, aunque su política económica nos lleve a la ruina? Dependerá de las posibilidades de que lo haga. Si anticipo que ese partido R puede influir en la política social, pero no en la económica, porque nunca tendrá mayoría para ello, no habría problema. Mutatis mutandi podemos decir lo mismo de un partido cuya política económica nos gusta, pero abominamos de su política social, o de un partido con buenas propuestas políticas y sociales, pero que está obsesionado con proponer cambios en el sistema autonómico que no me gustan. Si estos partidos hipotéticos no tienen posibilidad de llevar a cabo la parte de su programa que no me gusta, podría muy bien votarlos.

Para las elecciones europeas conviene tener en cuenta un detalle más. A diferencia de lo que pasa en las generales, la regla d'Hont, al ser aplicada a una circunscripción única que elige muchos representantes, conduce a una asignación proporcional. Esto quiere decir que cada escaño de cada partido costará más o menos los mismos votos. Así que la única preocupación por el voto útil estará en votar a alguien que estimemos vaya a conseguir algún escaño. En estas elecciones, agrupar votos no es importante en términos de coste (puede serlo en términos de facilitar coaliciones futuras).

Soy poco partidario de votos en blanco, nulos o abstenciones, que no hacen sino dar más poder a los que sí votan. Claro que si quieres manifestar un grandísimo descontento con Europa, su parlamento o todas las opciones que se presentan, es seguramente tu opción. Un sistema que dejara escaños vacíos según porcentajes de votos en blanco (o también de abstención) podría ser interesante al hacer más necesarios los acuerdos entre los escaños no vacíos. A falta de un sistema así, podría haber un partido que se comprometiera a no ocupar sus escaños y a no dar más significado político que ese a su postura.

Ahora vota a quien quieras. Recuerda que es la única institución supranacional del mundo cuyos miembros se eligen por sufragio.

Artículos relacionados:

A quién votar
Todo el mundo al poder

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Hace tres años en el blog: ¿Son los vascos más nacionalistas?
Hace cinco años en el blog: Los científicos se lo montan con modelos.
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martes, 20 de mayo de 2014

El tamaño del ser humano en el Universo


El ser humano viene a medir entre uno y dos metros. Algo que mida poco más de diez metros, por ejemplo un cachalote, será un orden de magnitud superior a nosotros en longitud y algo que mida poco más que un decímetro, por ejemplo, una rata, es inferior en un orden de magnitud. Podemos decir que estamos tan lejos de la rata como del cachalote. Observemos que es la proporción lo que preservamos, no la diferencia absoluta de tamaño.

Tomando en cuenta lo anterior, ¿cómo de grande es el ser humano dentro del universo? Para ello tendremos que considerar los límites superior e inferior en tamaño. El universo observable tiene un radio de 4,3 multiplicado por 10 seguido de 26 ceros, lo que quiere decir que es 26 órdenes de magnitud más grande que una persona. La longitud de Plank, la mínima que tiene sentido mensurable en física, es de 1,6 dividido entre 10 seguido de 35 ceros, lo que quiere decir que es 35 órdenes de magnitud más pequeña que una persona.

En tamaño estamos mucho más cerca del universo conocido que de la longitud de Plank. Concretamente, estamos mil millones de veces más cerca, que son los nueve ceros que separan 35 de 26.

Así de grandes somos.

O no.

Si en lugar de considerar la longitud de Plank como la referencia por debajo usamos el tamaño de las partículas elementales más pequeñas como electrones o quarks, que son unos 18 órdenes de magnitud inferiores a nosotros, resulta que estamos mucho más cerca de ellas que del universo conocido, unos cien millones de veces más cerca.

Podemos bajar las pretensiones y colocarnos más o menos a medio camino de los electrones y de la Vía Láctea (solo 20 órdenes de magnitud superior a nosotros). Tampoco está tan mal.

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Hace tres años en el blog: A quién votar.
Hace cinco años en el blog: Sobre el número de gilipollas.
Y también: El velo de la ignorancia a largo plazo.
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sábado, 17 de mayo de 2014

Impuestos: las deducciones y el votar con los pies


Como cada año, por estas fechas toca hacer la declaración de la renta y se acumulan las ideas que a uno le vienen a la cabeza. Elijo estas dos.

1. Gracias a todos los que insisten en que se suban los impuestos, pero solo se fijan en los tipos y no en las deducciones, un año más he comprobado en primera persona que lo segundo afecta mucho más que lo primero. Si quieres que haya más recaudación y más progresividad, hoy por hoy, en España, lo más sensato es pedir la eliminación de las deducciones.

2. Cuando la declaración te sale a devolver la Agencia Tributaria te permite señalar en una casilla si renuncias a ese dinero y se lo das a Hacienda. Esto hace que haya mucho anarcocapitalista que proponga que quien quiera que suban los impuestos lo haga con los propios y que renuncie a la devolución. Por supuesto, esto es un chiste, porque como argumento no se sostiene. Los 100 habitantes de un país pueden estar dispuestos a pagar 10 de impuestos cada uno si los demás también pagan 10 y cero si los demás no pagan y preferir la primera situación (porque les compensa el nivel de servicios públicos que obtienen a cambio, por ejemplo). El juego es un dilema del prisionero cuyo equilibrio lleva a no pagar voluntariamente, pero también abre el camino al acuerdo político de obligarse a pagar como mejor solución.

¿Qué pasa si unos habitantes quieren más servicios públicos que otros? Los anarcocapitalistas dirían, creo, que cada palo aguante su vela y que paguen los que quieran pagar. Pero esto no es eficiente, puesto que no es posible saber cuánto está dispuesto a pagar cada uno por cada nivel de prestaciones posibles. Si se pudiera saber, hay mecanismos eficientes y no confiscatorios que harían las delicias anarcocapitalistas. Pero no se puede saber, así que la única posibilidad para organizar una sociedad con millones de habitantes es tener un equilibrio político que más o menos refleje la intensidad media sobre los servicios públicos y otras políticas estatales. Hablé aquí: 1 y 2, con más detalle.

Las otras posibilidades implican deshacer la sociedad tal como la entendemos y agrupar a habitantes con preferencias similares en comunidades en las que los servicios públicos respondan a lo que quieren esos habitantes. Esto es lo que se llama "votar con los pies". Puede funcionar para algunas cosas. En EEUU uno ve suburbios sin apenas servicios públicos, otros con muchos, otros que proporcionan carriles-bici, otros carriles-caballo, otros que nada,... Sin embargo estas posibilidades son limitadas y no hay nada que nos indique que pudiéramos extenderlas a todo. Pero incluso si nuevas tecnologías lo permitieran en algún momento tampoco está nada claro que fuera lo mejor. ¿De verdad queremos vivir segregados en comunidades donde todos fuéramos iguales en cuanto a las preferencias sobre los bienes públicos? Creo que muchos tenemos unas ciertas preferencias por la diversidad y que no nos seduce nada un mundo así.

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Hace tres años en el blog: El peor canon digital.
Y también: El peor canon digital (2).
Hace cinco años en el blog: La razón moral en pie de igualdad.
Y también: Rawls, su velo de la ignorancia.
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lunes, 12 de mayo de 2014

Antes de leer "El Capital en el Siglo 21"


Tardaré un rato en leerlo, no solo porque es largo, sino porque tengo otros libros pendientes y estamos ocupados con el fin de curso, pero quiero dejar aquí unos cuantos apuntes previos a la lectura para ser consciente de ellos y por si le sirven a alguien.

Hace unas entradas escribí sobre cómo leer un libro que lo explica todo. A pesar de que este no tenga tantas pretensiones, se mantienen muchas de las precauciones que ahí exponía. Una vez apuntadas, vayamos a las que son específicamente pertinentes para este libro. En general son ideas previas, espero que no prejuicios, con las que encaro su lectura.

Es un libro que trata, según leo en las referencias (1, 2, 3,...), tres temas: (1) La evolución de la desigualdad de la distribución de la riqueza, con especial atención a su origen: rentas de capital frente a otras. (2) La explicación de esta evolución mediante un modelo económico con el que hacer proyecciones para el futuro, y (3) Recetas para contrarrestar la proyección, que se valora como negativa.

El primer apunte es constatar si esto es así o hay más o menos cosas en el libro. A continuación, habrá que entender que se puede aceptar (1) y (2) sin aceptar (3), aceptar (1) sin aceptar (2) o incluso dudar de que los datos se deban interpretar según lo hace el autor en (1). Hay otras combinaciones de aceptar-no aceptar, pero lo dicho deja clara la advertencia.

El segundo se refiere a lo que dice la Teoría Economía moderna. En particular, en su análisis muestra cómo, con las debidas matizaciones, las economías de mercado son más eficientes que las alternativas que se nos han ocurrido hasta ahora. No dice, en cambio, que dinámicamente tiendan a aumentar o disminuir la desigualdad. No, por lo menos, en términos generales, aunque sí tiene algunas cosas particulares que decir. Por ejemplo, sí dice que la diversidad en las habilidades personales (genéticas o sociales) puede hacer que algunos casos de desarrollo tecnológico o de estructura del comercio internacional incrementen la desigualdad interna de un país, algo para lo que tenemos modelos teóricos y datos. Aquí (1 y 2) hable de esto.

El tercero se refiere a la evidencia empírica que nos han ido desgranando los estudiosos del tema. En resumidas cuentas, vienen a decir que la desigualdad en las democracias liberales ha disminuido durante casi todo el siglo 20, hasta hacer de estas sociedades las más igualitarias que la Historia de la humanidad haya visto (ojo, he dicho Historia, no Prehistoria). Sin embargo, desde hace unos 25 años, la desigualdad ha vuelto a aumentar en muchas de ellas y en muchos países emergentes. Globalmente, en cambio, la desigualdad ha disminuido a pesar de lo anterior porque los países pobres se están acercando a los ricos. Sobre esto último hay disparidad de opiniones, los más optimistas dicen que bastante, los más pesimistas, que poco, pero en cualquier caso no parece haber aumentado. (Aquí una discusión. Aquí otra. Aquí más.)

Finalmente, tengo ganas de ver cómo desarrolla su modelo explicativo, el punto (2) arriba indicado. Se trata de la evidencia empírica de que la tasa de crecimiento de las rentas de capital (r) sea siempre superior a la del crecimiento de la economía (g) en términos reales. Poniendo esta condición en el modelo se llega a la conclusión de que las rentas de capital se comerán toda la economía. Sin embargo, que r sea mayor que g es una imposibilidad manifiesta a largo plazo en un estado estacionario, ya que cuando todo el crecimiento vaya a las rentas de capital, algo que debe ocurrir si la desigualdad se da, tendremos que r = g. Parece que el autor así lo reconoce, pero dice que cuando se vaya acercando ese momento ocurrirá algo que cambie las cosas (como hicieron, parece, las guerras mundiales o como pueda hacer una revolución). Puede verse aquí una crítica. Piketty, con su coautor Zucman explican aquí el modelo (sección 3, pág 14). Yo mismo hablé de estas tasas de crecimiento para discutir sobre algunos cuentos de la lechera con las pensiones privadas aquí.

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Hace tres años en el blog: La economía de la discriminación (6).
Hace cinco años en el blog: Lo confieso: soy un trekkie.
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viernes, 9 de mayo de 2014

Escépticos en el pub. El diseño inteligente ¡vaya timo!


Este próximo día 10 de mayo, habrá un nuevo Escépticos en el pub, en esta ocasión tenemos a Ismael Pérez, autor del recomendabilísimo blog Homínidos y autor del libro que con el mismo título que la charla: El diseño inteligente ¡vaya timo!:
En la oscuridad de la noche, cuando las estrellas tachonan el cielo, la mente humana se enfrenta al infinito, a lo insondable, al misterio de los misterios: el universo. Las preguntas nos llenan la cabeza ¿de dónde ha venido el universo? ¿Cómo apareció? ¿Es eterno? Muchos afirman que el universo ha sido creado o diseñado por un dios todopoderoso y que hay pruebas científicas de que así es. Esto es lo que vamos a someter a examen. Saber cómo es, cómo ha sido y cómo será el universo es una de las cuestiones más profundas que nos podemos plantear. ¿Fue creado? ¿Está diseñado para que existamos los seres humanos? ¿Hay datos científicos que avalen esas creencias? Preguntas difíciles, pero a las que podemos acercarnos gracias a los avances que ha experimentado la ciencia y, haciendo uso del pensamiento crítico, podemos conseguir separar el grano de la paja.
Será donde siempre, en el pub Irish Corner (Calle Arturo Soria nº 6), a las 19:30h y completamente gratuito. Lamentablemente no podré ir, que viajo a Londres, pero como ya le he oído en otra presentación, casi me he leído el libro y conozco al susodicho os lo recomiendo con conocimiento de causa.

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Hace tres años en el blog: La economía de la discriminación (5).
Hace cinco años en el blog: Los poderes sobrenaturales de Tamariz.
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miércoles, 7 de mayo de 2014

El modelo de Cournot. Una historia de éxito (2).


Más recientemente, un par de resultados han contribuido más a la utilidad del modelo de Cournot. Kreps y Scheinkman (1983) [4] mostraron que un modelo más realista en el que las empresas eligen capacidad y después compiten en precios tiene la misma solución que el de Cournot. Moreno y Úbeda (2006) [5] confirmaron el resultado con una descripción aún más realista de la competencia en precios. Kemplerer y Meyer (1989) [6], por su parte, mostraron que cuando las empresas en un oligopolio compiten en funciones de oferta (como las subastas eléctricas, donde las empresas proponen una cantidad y un precio al que venderla) el resultado también es el comportamiento de Cournot siempre y cuando haya alguna incertidumbre en la demanda. Tras estos resultados, se entendía que el modelo de Cournot era una forma reducida de una descripción más complicada de un mercado oligopolista.

Los experimentos de laboratorio confirman que los sujetos se comportan de acuerdo a las predicciones teóricas para el caso del duopolio. Para más empresas, las elecciones de los sujetos experimentales convergen más rápidamente al equilibrio competitivo de lo que dice la predicción teórica (véase, por ejemplo, Holt, 1985) [7]. Este resultado no se ve como un demérito grave del modelo: si ha de servir para diseñar mejores políticas de competencia, mejor si sobreestima las posibilidades de colusión que si hace lo contrario.

La investigación, sin embargo, nunca acaba, y el modelo de Cournot se enfrenta a nuevos retos. Otra área de aplicación del modelo es el análisis de los mercados de futuros. Describamos el caso más sencillo. Pongamos que dos empresas compiten en un mercado semanal que abre el viernes. Si el lunes anterior una empresa firma un contrato con algunos compradores para entregar el viernes una cantidad del bien a un precio convenido, este acuerdo constituye un contrato de futuros. Una de las razones para hacer un contrato así es que los firmantes no tienen que enfrentarse a la incertidumbre de esperar al viernes para conocer el precio. Allaz y Vila (1993) [8] mostró que en este simple modelo, un efecto añadido del mercado de futuros es que las empresas se comportan más competitivamente (funciona como si las empresas compitieran dos veces). Otros trabajos disputan esta conclusión, pero la discusión del presente artículo no es acerca de la investigación en esta área, sino en si el modelo de Cournot puede verse como una forma reducida de los escenarios más realistas cuando se incluyen mercados de futuros.

Ferreira (2014) [9] muestra que este no es el caso. El modelo de elección de capacidad más competencia en precios no es equivalente al de Cournot en presencia de mercados de futuros. De hecho, donde el modelo de Allaz y Vila (mercados de futuros más competencia de Cournot) encuentra un efecto pro-competitivo en el mercado de futuros, el modelo de Ferreira (elección de capacidad, mercado de futuros más competencia en precios) encuentra que el equilibrio vuelve a ser el de Cournot. Esto significa que el modelo de Cournot puede ser una forma reducida del modelo con elección de capacidad, mercado de futuro y competencia en precio, pero no del modelo de elección de capacidad más competencia en precios cuando se añade un mercado de futuros. Así, la manera correcta de analizar el mercado de futuros en un contexto oligopolístico puede no requerir el añadir un mercado de futuros a un modelo de Cournot.

Ni que decir tiene que esta es un área de investigación en sus comienzos, y que la última palabra no está dicha. Es necesario acumular más evidencias teóricas, empíricas y experimentales, pero el modelo de Cournot parece que seguirá siendo útil si uno sabe cuándo y cómo usarlo.

Referencias:

1. Brander, J.A. 1985. Export subsidies and international market share rivalry.Journal of International Economics18, 83-100.

2.Brander, J.A., and Krugman, P. 1983. A ‘reciprocal dumping’ model of international trade. Journal of International Economics15, 313-321.

3.Bunda, M.M. 2006. Monsanto, Matsushita, and “conscious parallelism”: towards a judicial resolution of the “oligopoly problem”. Washington University Law Review84, 179-210.

4. Kreps, D.M., and Scheinkman ,J.A. 1983. Quantity precommitment and Bertrand competition yield Cournot outcomes. The Bell Journal of Economics14, 326-337.

5. Moreno, D., and Ubeda, L. 2006. Capacity precommitment and price competition yield the Cournot outcome. Games and Economic Behavior56, 323–332.

6. Klemperer, P., and Meyer, M. 1989. Supply function equilibria in oligopoly under uncertainty. Econometrica57, 1243-1277.

7. Holt, C.A. (1985). An experimental test of the consistent conjectures hypothesis.American Economic Review75, 314-25.

8. Allaz, B., and Vila J.-L. 1993. Cournot competition, forward markets and efficiency. Journal of Economic Theory59, 1–16.

9. Ferreira J.L. (2014). Capacity precommitment, price competition and forward markets, Economics Letters, 122 (2) 362-364.

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Hace cinco años en el blog: El otro asombro de Darwin.
Y también: ¿Una bronca a Hollywood?
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sábado, 3 de mayo de 2014

El modelo de Cournot. Una historia de éxito (1).

Esta es la primera parte de la traducción de mi artículo de abril en Mapping Ignorance.


Los modelos económicos de competencia perfecta y de monopolio solo necesitan incluir un comportamiento individual que toma como dado el ambiente en el que están. En el caso de la competencia perfecta, las empresas y los consumidores solo necesitan saber los precios que prevalecen en el mercado para decidir sus planes de producción y de compra, mientras que el monopolista necesita saber la demanda a la que se enfrenta.

Entre estos dos casos extremos se encuentra el mundo de los oligopolios, donde las empresas no pueden tomar como dados los precios o sus demandas, puesto que ambas cosas dependen de sus propias acciones. La empresa A en un duopolio necesita anticipar los planes de la empresa B, pero la empresa B a su vez necesita anticipar los de A. Esta situación parece un círculo vicioso de imposible resolución, o de uno que puede tener muchas soluciones. Sin embargo, en 1838, Antoine Cournot presentó un modelo en el que la situación no era más complicada que resolver un sistema de n ecuaciones con n incógnitas. La historia de este modelo es la historia de un éxito. Cada empresa escoge su cantidad como una reacción a la demanda del mercado, los costes de producción y las cantidades elegidas por las demás. De esta manera se forma un sistema de n ecuaciones, cuya solución es el equilibrio de Cournot.

A este siguieron muchos otros modelos, de los cuales el más famoso se debe a JLF Bertrand, en el que las empresas eligen precios en lugar de cantidades como variable de control. Sin embargo, este modelo lleva a una paradoja: un mercado con dos empresas compitiendo es suficiente para llegar al resultado perfectamente competitivo, un hecho nada fácil de observar en la economía real. El modelo de Cournot, por su parte, tiene la buena propiedad de converger de manera suave al resultado competitivo a medida que aumenta el número de empresas y de coincidir con el modelo de monopolio para el caso de una sola empresa. El modelo de Bertrand necesita de más complicaciones para hacer algo parecido, como introducir suficiente heterogeneidad en los productos.

El modelo ha resultado exitoso para ayudar a entender el comercio internacional con hipótesis más realistas que las tradicionales. Por ejemplo, explica cómo los subsidios, pueden ser beneficiosos para el país que los promueve, algo que en competencia no sucede, (Brander, 85) [1] o cómo prácticas de dumping pueden ser socialmente beneficiosas en ciertas circunstancias (Brander y Krugman, 1983) [2]. También ayuda a usar índices de concentración que captan el grado de competitividad en una industria en términos de "número equivalente de empresas iguales". El más conocido es el índice que Herfindahl, usado por EEUU y la Unión Europea para llevar a cabo sus políticas anti-trust.

El modelo también aclara los argumentos acerca de la existencia de colusión tácita entre las empresas de un oligopolio, lo que constituye una aplicación de la teoría a los aspectos legales de las políticas de competencia. Por ejemplo, si en un mercado oligopolístico con, digamos, cuatro empresas prevalece un precio por encima del de competencia, ¿estamos ante un caso de colusión tácita? El análisis económico indica que las empresas pueden estar comportándose de manera no colusiva, poniendo el precio de equilibrio respondiendo a los incentivos individuales. El resultado no es de competencia perfecta, pero este hecho debe achacarse más a la estructura de mercado o a la regulación que prevalezca que a las empresas.

El siguiente ejemplo es más complejo. En una situación repetida existen múltiples equilibrios, y las empresas pueden fijar precios todavía más altos que los del equilibrio de Cournot con la consigna de que, si una empresa se desvía de esta estrategia, las otras comenzarán una guerra de precios que castigará a la que se desvía. Esta estrategia es también un equilibrio y las empresas pueden alegar que han llegado a él de manera unilateral. Sin embargo, en este caso el análisis económico muestra que esta situación es muy poco probable, puesto que la complejidad de la estrategia y la coordinación en un equilibrio particular entre muchos fuera del de Cournot, es evidencia de la existencia de una coordinación tácita o explícita. Las complejidades de cómo integrar los análisis económicos y jurídicos pueden verse en Bunda (2006) [3].

(Continúa aquí.)

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Hace tres años en el blog: El alemán inefable.
Y también: La ilegalización de Bildu.
Hace cinco años en el blog: La razón moral en bancarrota.
Y también: La razón moral en democracia.
Y también: La razón moral a juicio.
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