viernes, 3 de abril de 2015

¿Cumple su parte el Comercio Justo? (1)

Esta es la primera parte de la versión en español de mi artículo de marzo en Mapping Ignorance.



Raluca et al. (2014) [1] proporcionan un repaso de los estudios económicos que tienen que ver con el funcionamiento de las certificaciones de Comercio Justo. El resumen se centra en la industria del café, con diferencia el producto más importante en la etiqueta Comercio Justo. En este artículo resumo sus principales conclusiones.

El fin de la certificación Comercio Justo es mejorar las vidas de los pobres en los países en desarrollo ofreciendo mejores condiciones a los productores. Los principales instrumentos son el recargo en el precio pagado a los productores que obtienen la certificación y la relación de largo término entre compradores y vendedores, lo que implica una estabilidad financiera. A cambio, el productor debe adherirse ciertas prácticas: usar el mayor precio para invertir en la comunidad, mejorar las condiciones de los trabajadores, favorecer asociaciones como las cooperativas y usar algunos estándares medioambientales. A pesar de que el número de productos certificados sigue creciendo, en 2011, las exportaciones de café con la etiqueta Comercio Justo apenas representaba el 1,8% de las exportaciones mundiales de café.

El certificado se concede por alguna organización privada (la mayoría pertenecientes a Fairtrade International), y el productor debe pagar por la solicitud, la certificación inicial y las tarifas de renovación de la certificación. La justificación de la iniciativa Comercio Justo es que provee información creíble al consumidor. Si un número de consumidores tienen preferencias por las prácticas de producción promovidas por Comercio Justo y están dispuestos a pagar un precio más alto por ello, y los productores están dispuestos a producir de esa manera, entonces una certificación creíble puede facilitar transacciones beneficiosas para ambas partes que de otra manera no ocurrirían.

Hay, sin embargo, una preocupación acerca de si el Comercio Justo tiene sentido económico y de si es sostenible en el largo plazo. Por ejemplo, el economista especializado en desarrollo Paul Collier (2007, p. 163) [2] escribe “[Los agricultores con certificación de Comercio Justo] reciben caridad mientras sigan produciendo las cosechas que les han atrapado en la pobreza”. El semanario The Economist (2006) [3], a su vez, escribe: “tal vez la mayor objeción al Comercio Justo es que es una manera ineficiente de hacer llegar el dinero a los productores pobres”.

Los estudios incluidos en Raluca et al. proporcionan alguna evidencia sobre si los objetivos del Comercio Justo se cumplen realmente, pero no tienen mucho que aportar acerca de los efectos a largo plazo o sobre si en verdad son una manera ineficiente de ayudar a los productores pobres.

¿Tienen los consumidores preferencias por Comercio Justo?

Mediante el uso de encuestas y experimentos de campo, la evidencia empírica muestra que muchos consumidores efectivamente muestran preferencias por productos con la etiqueta de Comercio Justo. Si una variedad de café tiene la etiqueta tiene también más ventas, y los consumidores están dispuestos a pagar por ella un sobreprecio de hasta el 23% ((e.g., Herter et al., 2009 [4], Hainmueller et al., 2011 [5] y Hiscox et al., 2011 [6]). En la parte teórica, dadas estas preferencias, la certificación voluntaria mejora el bienestar agregado.

¿Reciben los productores precios más altos?

Todos los estudios están de acuerdo en que los productores con el certificado de Comercio Justo reciben precios más altos que los agricultores convencionales, con una diferencia a favor del orden del 30%, pero la evidencia necesita de un análisis más cuidadoso para inferir causalidad. Si el certificado de Comercio Justo selecciona mejores productores, la dirección causal puede ser la contraria. Los estudios más recientes usan tres metodologías distintas para resolver el problema. La primera usa métodos de emparejamientos, y comparan cada agricultor certificado con agricultores que tienen características similares que son observables (educación, edad, tamaño familiar y especialización, entre otras). Con este método, Beuchelt y Zeller (2011) [7] muestran que los productores de café en Nicaragua sí reciben mayores precios cuando están asociados a cooperativas certificadas con la etiqueta de Comercio Justo. Por el contrario, Fort y Ruben (2009) [8] no encontraron diferencias significativas para las cooperativas en Perú.

(Continúa aquí)

Referencias:

1. Dragusanu, R.; Giovannucci, D., y Nunn, N. 2014. The Economics of Fair Trade. Journal of Economic Perspectives 28(3), 217–236.

2. Collier, P. 2007. The Bottom Billion. New York: Oxford University Press.

3. Economist, The. 2006. Voting with Your Trolley. Diciembre.

4. Hertel, S.; Scruggs, L., y Heidkamp, C.P. 2009. Human Rights and Public Opinion: From Attitudes to Action. Political Science Quarterly 124(3), 443–59.

5. Hainmueller, J.; Hiscox M.J., y Sequeira S. 2011. Consumer Demand for the Fair Trade Label: Evidence from a Field Experiment. Artículo no publicado.


7. Beuchelt, T.D., y Zeller M. 2011. Profits and Poverty: Certification’s Troubled Link for Nicaragua’s Organic and Fairtrade Coffee Producers. Ecological Economics 70(7), 1316–24.

8. Fort, R., y Ruben R. 2009. The Impact of Fair Trade Certification on Coffee Producers in Peru. En The Impact of Fair Trade, editado por Ruerd Ruben, 75–98. Wageningen: Wageningen Academic Publishers.

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Hace cinco años en el blog: Una curiosa coincidencia
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