martes, 29 de noviembre de 2016

Los malos axiomas de los austriacos


Uno de mis libros favoritos es La Ética de Spinoza. Me gusta la ingenuidad del proyecto, la decisión con que se plantea, el estilo con que está escrito, la personalidad del escritor, la originalidad del método y el declarado respeto a la razón. Todo ello hacen de él un libro único y memorable. Es una lástima que esté todo mal, y que ninguna de las afirmaciones del libro se demuestren con el método geométrico que presume el autor. No quiere decir que todas las afirmaciones sean falsas o que las proposiciones normativas no sean razonables, sino que no están deducidas de la manera propuesta.

Spinoza quería deducir la Ética a partir de la Razón basándose en unos pocos axiomas y aplicando la deducción lógica. Ahora sabemos que al rigor de la lógica debe preceder el rigor de las definiciones y que estas solo pueden establecerse en un modelo formal. Esto no impide que podamos hacer también deducciones en un lenguaje no formal, pero será difícil llegar muy lejos, sobre todo en cuanto nos metamos en materias especializadas e intrincadas, donde tenemos que definir bien de qué estamos hablando. Spinoza creía que conceptos como “esencia” o ”naturaleza” estaban bien definidos y que con ellos podía definir “causa”, o que frases como “ser limitada por otra de su misma naturaleza” tienen un sentido evidente, y que con ellas puede tirar para adelante y demostrar la ética al modo geométrico. No lo consiguió, claro, lo que no implica que algunas de sus frases y conceptos no puedan ser apreciados. Lo serán, pero no por ser parte de una construcción formal, como pretendía. Eran otros tiempos, no se sabía de modelos formales más allá de la geometría y de otros pocos más y limitados a aspectos pequeños de otras ciencias.

En el siglo 20 ya sabíamos más de todo eso y, sin embargo, abundaban todavía pensadores que se permitían creer que con definiciones tan imprecisas como aquellas de Spinoza podían deducir proposiciones metafísicas, teológicas, morales, políticas o económicas. La justificación que siempre se da es que es posible mostrar ejemplos en los que se puede hacer (o parece que se puede hacer) este tipo de deducciones y tirar para adelante y pretender demostrar toda una doctrina. La ingenuidad de estos últimos no me inspira tanto candor como la de Spinoza. Ya debían saber que su empeño era imposible y que, de tener seguidores, los estarían condenando a defender lo indefendible. Es lo que me pasa con von Mises y su libro La Acción Humana. Von Mises cree poder deducir muchas cosas del hecho que consiste en que las personas procedemos de manera consciente y deliberada, sea esta fruto de una clara deliberación o de recuerdos olvidados y deseos reprimidos (son expresiones suyas, influenciado como estaba por las teorías freudianas).

Este es el argumento que hace Mises para mostrar que pensando apriorísticamente y sin empiria puede tener un conocimiento preciso y verdadero de la realidad:
El objeto específico de la praxeología, es decir, la acción humana, brota de la misma fuente donde nace el razonamiento. Actuación y raciocinio constituyen realidades cogenéricas y similares; cabría, incluso, considerarlas como dos manifestaciones distintas de una misma cosa. Por cuanto la acción es fruto del raciocinio, resulta que éste puede descubrir la íntima condición de aquélla. Los teoremas que e! recto razonamiento praxeológico llega a formular no sólo son absolutamente ciertos e irrefutables, al modo de los teoremas matemáticos, sino que también reflejan la íntima realidad de la acción, con el rigor de su apodíctica certeza e irrefutabilídad, tal como ésta, efectivamente, se produce en el mundo y en la historia. La praxeología proporciona conocimiento preciso y verdadero de la realidad.
No, Mises, del hecho de que la acción humana sea producto del raciocino no se deduce que el raciocinio pueda estudiar la acción humana de manera certera e irrefutable. Eso te pasa por razonar por analogía y huir de los modelos formales. Le pasarán cosas parecidas a lo largo del libro, como le pasan a sus defensores actuales. Veamos cómo razonan en el Mises Institute sobre el uso de las matemáticas frente al lenguaje normal:
Considérese, por ejemplo, las proposiciones (2) A un precio mayor corresponde una menor (o, por lo menos, no mayor) demanda. (2´) Si p denota el precio de un bien y q su demanda, entonces q = f(p) y dq/dp = f' (p) ≤ 0. Aquellos que encuentran la fórmula (2´) más precisa o “más matemática” que la frase (2) caen un uno completo error … la única diferencia entre (2) y (2´) es esta: como (2') se limita a funciones diferenciables y cuyas gráficas, por tanto, tienen tangentes … la frase (2) es más general, pero de ninguna manera es menos precisa: tiene la misma precisión que (2´).
Para empezar, en matemáticas se puede expresar que a un precio más alto corresponde una demanda menor sin restringirse a funciones diferenciables (por ejemplo, con correspondencias no necesariamente continuas) y tener la generalidad que quiere el redactor del párrafo anterior. El uso de conceptos más restringidos (que el redactor parece confundir con pretensiones de precisión) simplemente permite tener modelos más manejables, aunque simplificados. Para seguir, el hecho de que una relación se pueda expresar en lenguaje llano y seguirle la pista durante un pequeño razonamiento no implica que todo se pueda hacer así. Por continuar con el ejemplo del párrafo anterior, será muy difícil seguir la pista a un razonamiento que distinga la función de demanda marshalliana de la hicksiana e intente sacar conclusiones acerca de las consecuencias de ayudar a un consumidor según distintos mecanismos de ayuda.

Los austriacos han oído, por supuesto, este argumento. He aquí cómo lo desdeñan en el Mises Institute
A menudo se dice que la traducción de un concepto … del lenguaje ordinario al matemático lleva a una mayor precisión lógica del concepto y a mayores oportunidades de uso. Pero la falta de precisión matemática en el lenguaje ordinario refleja precisamente el comportamiento de los seres humanos en el mundo real…
Has leído bien, querido lector: está diciendo que quien quiera estudiar una realidad imprecisa debe usar un lenguaje también impreciso. Razonamientos, ninguno, otra vez hay discurso por analogía. Y todos estos errores de razonamiento son antes de empezar a hablar de economía.

En la historia del pensamiento económico ha habido varios intentos de encontrar la coherencia interna de teorías verbales y siempre se han encontrado problemas con la teoría. Sucede con El Capital de Marx, que se ha mostrado incoherente; con la Teoría General de Keynes, cuya modelización es controvertida, y con la Teoría Austríaca de los Ciclos Económicos, que se ha encontrado tan falta de contenido que la mejor aproximación formal conseguida necesita supuestos ad hoc completamente arbitrarios. Lo curioso es que, además de todo eso, la teoría de los ciclos económicos austriaca no se ha deducido ni remotamente a partir del axioma de la acción humana.


Esta enemistad con los modelos formales y el recurso a la dialéctica, la retórica, la apelación a intuiciones y, en el caso de los austriacos, a la praxeología, podrá justificarse de la manera que cada uno quiera (y, si se la cree, será esa su justificación), pero en la práctica lo que hace es dar rienda suelta a que cualquiera, apelando a la simpatía que generan los rebeldes, se haga llamar heterodoxo y reivindique un lugar en igualdad de condiciones a los que sí se molestan en detectar incoherencias internas en sus modelos, supuestos mejores, y evidencias empíricas. Todo ello con matemáticas, claro. 

Cuando hace ya un tiempo hablé de la pseudociencia austriaca y respondí (aquí y aquí) a la defensa de Rallo, este volvió a escribir y, aparte de repetir los argumentos que ya le había respondido, se pasó a la baza metodológica y, entre ella, a la defensa de las narrativas no formales en forma de una de Huerta de Soto. En su día dije que tal vez habría una coda para contestar otra vez a Rallo. No me animé porque los argumentos eran repetitivos y porque cuando la pseudociencia apela a otra forma de metodología distinta del método científico uno ya sabe que no hay nada que discutir (aquí he hablado de eso). Pero sirvan estas últimas líneas como la coda no prometida.

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Hace cinco años en el blog: El parlamento proporcional.
Y también: English as she is spoke.
Hace tres años en el blog: Los mitos de la razón. El Hotel Infinito.
Y también: Entrevista en el Canal 24 Horas.
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22 comentarios:

  1. "Lo curioso es que, además de todo eso, la teoría de los ciclos económicos austriaca no se ha deducido ni remotamente a partir del axioma de la acción humana."

    Agradecería que me aclarase en qué se basa para afirmar esto porque, independientemente de que uno pueda estar o no de acuerdo con la TACE, me temo que hay algo que no ha entendido.

    O soy yo el que no lo ha entendido, vaya.

    Gracias

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    1. Lee cualquier explicación de la teoría de los ciclos austriaca. Verás que no empieza con la acción humana y, paso a paso, va deduciendo esa teoría de los ciclos a partir de la acción humana. A eso me refiero.

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    2. Hola de nuevo José Luis.

      Mire, yo no soy austríaco, pero insisto. Me sorprende muchísimo su afirmación.

      Conozco bastante bien la teoría austríaca y, hasta donde yo entiendo, la TACE se deriva precisamente muy bien del axioma de la acción humana.

      Es una especie de narración lógica de las consecuencias de alterar artificialmente un precio (o mejor dicho, unos precios) en concreto, como es el tipo de interés.

      Dentro de su universo, del axioma se deduce la ley de preferencia temporal, la utilidad marginal etc. (...), de ahí la teoría de precios y luego la teoría general del intervencionismo, de la cual la TACE es un apartado muy importante, digámoslo así.

      Me extrañó demasiado su afirmación ("ni remotamente"!) para dejarlo pasar. Repito...no sé que ha leído exactamente. Si la teoría austríaca tiene sus problemas, desde luego ese no sé dónde se lo ha encontrado.

      Estoy intrigado.

      Un saludo.

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    3. Como tú mismo dices, es una narración, pero no lógica en el sentido de estar bien deducida (formalmente deducida), sino siguiendo las intuiciones de quien la propone. Eso no se llama deducción, sino quiero y no puedo.

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  2. Siempre me sorprende la ignorancia que tienen de lógica formal a pesar de pregonar sus bondades. Es escandaloso cómo confunden la lógica formal con el razonamiento natural en un lenguaje natural formalizado. Da igual cuántas veces expliques que sustituir 'a' por 'la casa es roja' tiene poco que ver con la lógica y que en cualquier lógica de orden cero se pueden calcular millones de tautologías que no pueden ser pensadas. La respuesta es otro vídeo de Misses Hispano. Recuerdo un vídeo sobre el axioma de la acción humana en el que utilizaban una forma del argumento ontológico. Más o menos: existe la acción deliberada humana y no se puede negar su existencia sin contradicción porque al negarlo lo haces mediante una acción deliberada humana por tanto toda acción humana es deliberada. Ahí me di cuenta que mi interlocutor no tenía ni idea de lógica formal. Nadie que haya estudiado lógica veinte minutos pensaría que la existencia es un predicado y hablaría de las trampas del lenguaje natural. Estudié lógica con un matemático que decía que la lógica no se podía enseñar pero estoy seguro de que no se refería a discutir en vano con austríacos.

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  3. En el foro burbuja se dice que Jesus Huerta de Soto le rompió el retrovisor y rayó su coche ¿es cierto?

    Éso explicaría en cierta medida sus berrinches y descalificaciones.

    " Por lo que he ido recabando, parece ser que Huerta de Soto le rayó un día el coche a Ferreira en el parking del Juan Carlos I y no pagó unas croquetas en la cafetería, porque parece el único chalado incapaz de reconocer que no entiende, ni quiere entender ni piensa entender nunca a la escuela Austriaca (gran muestra de su talante académico, por otra parte)."

    http://www.burbuja.info/inmobiliaria/showpost.php?p=10829852&postcount=37

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    1. Por lo que sé, ninguna de las afirmaciones sobre hechos que se dicen ahí son ciertas.

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  4. Muy buena entrada, haces una gran labor defendiendo el método científico en economía y divulgando el buen hacer económico, que lamentablemente falta hace.
    En primero de carrera tuve una asignatura donde había conferencias sobre distintos temas de ciencia. Un biólogo evolutivo nos habló sobre la teoría de la evolución(lógicamente) y parecía muy indignado al comentar la facilidad con la que la gente sin conocimientos científicos acepta las teorías físicas pero muchos parecían poner pegas a la evolución sin base alguna. Afortunadamente no estudió economía, lo pasaría muy mal con la poca aceptación y el poco respeto que se le tiene como ciencia.

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  5. http://socialdemocracy21stcentury.blogspot.com.es/p/blog-page.html

    Sobre todo la pars destruens.

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  6. ¿Es la economía una ciencia?
    Más bien creo que es una pseudocincia
    https://es.wikipedia.org/wiki/Pseudociencia

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  7. Yo estudié también lógica en la carrera de filosofía y me pareció una asignatura fascinante a la par que diabólica. Digo diabólica porque define una noción de verdad muy sólida, pero muy incompleta (naturalmente restringida a su campo de acción). Creo que la lógica formal moderna es la nueva Crítica de la Razón Pura, en cuanto a que pretende, con bastante éxito, establecer los límites del razonamiento humano (la forma correcta de razonar). Hablas de Spinoza y no puedo evitar señalar, en las pretensiones de corrección formal de la lógica, la misma ingenuidad que le achacas a Spinoza, quien deseaba que nuestras acciones y deseos fueran racionales, algo loable pero, hoy por hoy, del todo imposible. La economía no puede ser una ciencia formal porque está atravesada de cabo a rabo por los intereses y deseos individuales y colectivos, y éstos no son por definición (es decir, por necesidad) racionales. En la aceptación de modelos formales en economía va siempre implícita una aceptación del poder (del interés y del deseo) de quien los propone, para implementarlos. Dependiendo de la definición que establezcamos de la economía, así serán sus postulados teóricos, con lo que la economía está siempre viciada de entrada, y es en esa definición en la que es difícil el acuerdo bajo premisas formales: eficiencia en el reparto de recursos, igualdad en el reparto de recursos, a cada cual según su necesidad, etc...cada idea acerca de cómo se deba organizar la producción da lugar a un modelo económico diferente. Entiendo que la economía académica se acogiera a la en apariencia más neutra, axiológicamente hablando, de esas definiciones, la de la eficiencia, para darle un brío más científico a la disciplina, pero todavía quedaría por definir qué se entiende por eficiencia y qué conlleva esa definición del término eficiencia.

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    1. "La economía no puede ser una ciencia formal porque está atravesada de cabo a rabo por los intereses y deseos individuales y colectivos, y éstos no son por definición (es decir, por necesidad) racionales."

      Eso es una afirmación muy fuerte que tendrías que demostrar, no solo enunciarla. El que las personas tengamos intereses no impide hacer ninguna ciencia. Existen las personas que quieren conocer la realidad de la manera más objetiva posible y para ello se dotan de un sistema en el que los sesgos personales tengan la menor relevancia posible. Por eso se ha desarrollado el método científico, con la búsqueda insesgada de datos, revisión por pares, comunicaciones académicas,... incluidos. Cuando se presenta una investigación económica ahí estarán economistas de izquierda y de derechas en los seminarios, congresos y revistas académicas que velarán por que no haya sesgos. Todo es imperfecto, pero el sistema de investigación académica en Economía está comprometido con el método científico en su parte más rigurosa y que está en torno a las mejores revistas académicas, las mejores universidades, los premios Nobel y las medallas Clark, por ejemplo.

      En la segunda parte de tu comentario observo que estás totalmente confundido sobre lo que es la Economía como disciplina académica. La definición de Economía es el estudio de los sistemas y mecanismos económicos, cuáles son sus propiedades, qué consecuencias tienen las distintas políticas económicas aplicadas según en qué sistema o mecanismo,... Tu crítica parece ir hacia el deseo de llegar a unos fines sociales o a otros, a ponderar en la organización de la sociedad más unas cosas que otras. Ese no es el objeto de la Economía, es el objeto de tus preferencias políticas, ideológicas, morales,.... y de las mías. La Economía podrá ayudar a saber qué mecanismos son más adecuados a unos fines políticamente establecidos y a dar frecuentemente la mala noticia de que un medio que un grupo político tradicionalmente pensaba que servía para sus fines, resulta que no sirve.

      Luego hablas de que queda por definir qué se entiende por eficiencia. En Economía está muy claro: no derrochar recursos. Ni más ni menos que eso. También está claro lo que es derrochar: usar recursos sin beneficio alguno para nadie. Es una definición básica porque creo yo que unánimemente querríamos que eso no pasara. Espero que eso no te parezca aceptación del poder o de intereses espurios.

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    2. Creo que hay un pequeño lío entre lenguaje formal, lógica formal, deducción natural, ciencia formal y formalizar una ciencia.

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    3. Hace 25 años lo habría disfrutado, ahora haré lo que buenamente pueda. A lo mejor la nomenclatura está un poco desfasada. Un lenguaje formal es un lenguaje que consta de símbolos (alfabeto) y reglas para usarlos (gramática formal) formalmente explícitos. A saber, lenguaje L / alfabeto 1,2,3/ gramática, es una tautología (fórmula bien formada) toda proposición de ocho símbolos acabada en 3. Por ejemplo, 11121333.
      Logica formal, el estudio de las reglas deductivas de las gramáticas de los lenguajes formales. Por ejemplo, dado el lenguaje L de antes le añadimos una regla más:el siguiente grupo de símbolos 1122 se sustituirá siempre por 13. Entonces 1132321122 es una tautología porque de acuerdo a la gramática es idéntica a 11323213.
      Deducción natural, un lenguaje formal cuya gramática (o una parte de ella) coincide con el funcionamiento del razonamiento humano. Básicamente equivalente a los modos del silogismo.
      Ciencia formal, se ocupa de formas ideales (como un triángulo) o de símbolos. No dice nada de la realidad.
      Formalizar una ciencia, lo que hace usted más arriba con la palabra "derroche". Cuando leo "derroche" me imagino una orgía de mujeres y alcohol (George Best no estaría de acuerdo), sin embargo, dentro de un texto de ciencia económica la palabra tiene un significado distinto, unívoco y preciso. También traducir el lenguaje natural a un lenguaje formal.

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  8. José Luis...más allá de discutir si la escuela austríaca es una pseudociencia, y con la intención de no debatir si de determinados axiomas podemos construir toda una teoría y bajar el debate a asuntos más concretos y básicos...Ud. considera que los axiomas de la praxeología son falsos, no suficientes para deribar de ellos una teoría ó una combinación de ambos ó coincide con ellos pero no los considera suficientes...En lo personal soy aficionado a la lectura de economía y filosofía pero de ninguna manera un científico...Trato de utilizar solo el sentido común para formar mis ideas y honestamente, encuentro en la escuela austríaca, un aire fresco de sentido común...Coincidiría Ud. con eso?? Gracias por su tiempo...

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    1. No creo haber dicho que los axiomas de la escuela austriaca sean falsos. Lo que digo es que son malos por varias razones. No son axiomas formales en un modelo formal y, por tanto, son proclives a ser usados según la intuición de quien los trata y no según las deducciones lógicas que con rigor se pueda hacer de ellos. Esto es algo que sucede en toda metafísica y también en todo el desarrollo praxeológico de la obra de Mises y de otros que le siguen. De hecho, y como ya he dicho, las creencias más características de los austriacos (o de su mayoría) no se siguen lógicamente de los axiomas de la acción humana. Vamos, que no hay por donde coger su metodología acientífica.

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