Las ilustraciones de los zombis filosóficos suelen contener un tono burlesco
Los zombis de Chalmers son una especie de demonios que habitan en un planeta igual que la Tierra y se comportan exactamente igual que los humanos, pero que no tienen consciencia. Las fuentes de referencia de este mito no aclaran cómo es ello puede suceder, simplemente hablan de su posible existencia, de cómo es posible imaginarlos y de cómo el solo imaginarlos los hace no contradictorios, por lo que la consciencia humana debe ser algo de lo que carecen los zombis y que debe quedar fuera del mundo físico que conocemos hasta ahora. Los relatos llaman qualia a este algo más. En realidad, el mito de los zombis de Chalmers es el mito de los qualia.
Estos zombis viven su vida, algunos pagan sus impuestos, otros defraudan a Hacienda y a sus compañeros zombis. Discuten de política y de banalidades, de fútbol, de famosas y del mejor restaurante para comer; cuando se juntan zombis machos hablan de zombis hembras, mientras las hembras se quejan de sus zombis machos y los gays se quejan entre ellos; a veces se tratan con respeto, a veces son hostiles, a menudo se llaman inconscientes unos a otros. Algunos se dedican a la ciencia y otros, a la Filosofía. Hablan mucho de sí mismos e investigan su propio cuerpo, cerebro incluido. Desarrollan teorías sobre la mente, el libre albedrío, los sentimientos y sobre su propia consciencia. Pero, por alguna razón desconocida y que los relatos de Chalmers no aclaran, no son conscientes.
El Sócrates de los zombis realmente no sabía nada. Estos pobres demonios se creen conscientes, pero no saben que no lo son. Parece que los relatos de Chalmers nos describen unos seres muy extraños, pero acaso, y sin saberlo el propio Chalmers, simplemente nos están describiendo a los seres humanos.
Entrada relacionada: Un mundo de zombis.
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Hace cinco años en el blog: Los sesgos cognitivos (2).
Hace tres años en el blog: Los mitos de la razón.
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"pero acaso, y sin saberlo el propio Chalmers, simplemente nos están describiendo a los seres humanos."
ResponderEliminarEl problema del experimento mental de los zombies de Chalmers es el mismo que el de la habitación china de Searle. Lo que resulta incoherente con lo que sabemos de bichos conscientes (porque el experimento de Chalmers es igualmente aplicable a perros y lagartos zombies), es la premisa. No es verosímil que perros y hombres en otro planeta sean capaces sobrevivir inconscientes unos pocos días sin ayuda, no digamos comportarse exactamente como lo hacen perros conscientes y hombres parlantes por estos andurriales. Del mismo modo, no es verosímil una máquina sintáctica que comprenda significados. Sin embargo, las conclusiones de ambos experimentos son correctas.
Solo desde el doublethink eliminativista se rechaza la conclusión y se acepta la premisa como una descripción de la realidad, saltándose todo lo que sabemos sobre biología, etología y antropología. Y todo por salvar una metafísica materialista que se pretende antimetafísica.
Perdón. Lo inverosímil del experimento mental de Searle no es que la habitación comprenda el chino. Que la habitación no comprende el chino es la conclusión y me parece bastante verosímil. Lo inverosímil es que la habitación sea un hablante competente del idioma. La comprensión del significado en el experimento de Searle es un caso equivalente a la consciencia en el experimento de Chalmers porque pensamos que es necesaria producir esa conducta.
ResponderEliminarNo sé quién acepta la premisa como una descripción de la realidad. Ya me dirás.
ResponderEliminarIncluso si se acepta, for the sake of the argument, la premisa, la conclusión no se sigue. Es lo que creo que sí se hace (además de rechazar el experimento como que no permite decir nada sobre lo que pretende decir). En lugar de que la consciencia requiera de qualia podría suceder que fuera una ilusión. La premisa no puede dilucidar por qué una cosa sí y la otra no.
"No sé quién acepta la premisa como una descripción de la realidad. Ya me dirás."
ResponderEliminarYa te dije. Los eliminativistas.
"Incluso si se acepta, for the sake of the argument, la premisa, la conclusión no se sigue."
La conclusión no se sigue. Los experimentos mentales de Searle y Chalmers están mal construidos. Pero eso no impide que sus conclusiones sean acertadas y convincentes para cualquiera que no quiera identificar sin más la experiencia consciente y la actividad fisiológica que la produce, o el significado de las palabras con reglas sintácticas.
"En lugar de que la consciencia requiera de qualia podría suceder que fuera una ilusión."
La experiencia consciente, las "cualidades" sensoriales y las ilusiones son sinónimos. Pero existen. Es muy real que los animales experimentamos ilusiones y que las ilusiones concretas (incluyendo los significados) que creamos y experimentamos tienen poder causal y adaptativo sobre nuestra conducta. Eso es lo que le va a costar negar a un eliminativista sin negar lo que nos viene mostrando la biología, la etología y la antropología.
"La experiencia consciente, las "cualidades" sensoriales y las ilusiones son sinónimos."
EliminarPuede que lo sean, pero hace falta definirlo así (o al contrario) para poder entender qué alcance le quiere dar al experimento mental quien lo proponga como algo de interés.
Son filósofos. Ambos explicitan su ontología. Searle siempre ha dicho que la consciencia es una función biológica. Como él añade, es real e irreducible. Supone la emergencia de una ontología (no solo una descripción, aunque si uno se pone sofisticado, no hay mucha diferencia) en primera persona. La pretensión de su experimento es mostrar que la metáfora de la computadora en psicología no explica, se limita a proponer, la comprensión del significado como mera sintaxis. El experimento solo invita a rechazar una propuesta injustificada. Lamentablemente lo hace usando una premisa inverosímil.
EliminarEl panpsiquismo de Chalmers es más difícil de casar con el naturalismo. A mí no me convence, ni creo que la consciencia sea un problema duro para la ciencia desde el emergentismo. Se trata simplemente de aceptar la organización como factor causal. La consciencia es el resultado de que agentes causales, como los organismos vivos, hayan desarrollado un sistema sensoriomotor. No es casualidad que la consciencia adopta la forma de un campo de experiencia visual, auditivo, táctil...
Y los significados, las identidades personales, los mitos y teorías que dan forma tanto a nuestra imagen del mundo como a nuestra propia subjetividad, es resultado de aplicar el potencial de esa nueva función biológica al ámbito de los juegos sociales. Yo tampoco le veo el misterio.