domingo, 15 de noviembre de 2009

¿Tonto feliz o sabio desdichado?


Es una pregunta un poco tonta, porque no contempla todas las alternativas, porque es posible que las alternativas que se presentan no sean reales, porque la respuesta dependa del momento, de cómo de tonto, de feliz, de sabio o desdichado,... En cualquier caso la formulo para empezar a hablar sobre qué cosas deseamos.

La pregunta nos la poníamos como tema de conversación en los años de estudiantes. Solíamos elegir la segunda alternativa, sobre todo porque considerábamos, contra lo que explícitamente dice la pregunta, que la alternativa del sabio no puede ser muy desdichada. Por lo mismo podíamos haber pensado que la alternativa del feliz no puede ser muy tonta. ¿O sí?

Ser feliz es muy apetecible. Seguramente sea lo más apetecible así, a bote pronto. Pero conocemos personas bastante felices a las que no envidiamos. Un beato de sonrisa eterna y felicidad iluminada convencido de que la tierra es plana, las mujeres seres sin alma, los homosexuales pecaminosos, las especies inmutables y sus alucinaciones mensajes divinos no es nada envidiable.

Si nos preguntaran si hubiéramos deseado ser una persona así diríamos que no. Si nos plantearan si, en caso de ser así, preferiríamos que alguien nos sacara del error, aún a costa de perder la sonrisa beata, diríamos que sí.

Pero ¿siempre queremos saber? Algunas personas prefieren no enterarse si su hijo ha cometido un crimen, si su pareja tiene una aventura o si padecen una enfermedad terminal. Ese desconocimiento ¿nos hace beatos de sonrisa tonta y feliz?

21 comentarios:

  1. Ojos que no ven...a mí me parece una postura perfectamente defendible que alguien no quiera saber una determinada cosa. Al fin y al cabo, la felicidad es distinta para cada uno. Algunos necesitan obtener felicidad de la realidad, y a otros les basta con la felicidad de su realidad.

    Aunque en este caso...la verdad, dudo mucho que este señor no sepa lo que lleva puesto. Mi voto para el tonto feliz.

    Por cierto, ayer mismo se me ocurrió pensar si en internet habría alguna fotografía de alguien de raza negra con una camiseta y la famosa cruz. Tienes una puntería alucinante ;)

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  2. Cada uno es libre de tener sus preferencias, y el tonto de preferir la ignorancia. Me preguntaba que es lo que cada uno quiere para sí mismo.

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  3. ¿Tonto feliz o sabio desdichado?

    Lo peor de todo sería descubrir que uno no es ni lo uno ni lo otro, sino un tonto desdichado :P

    Cicerón decía que "es la fortuna, y no nuestra sabiduría, la que gobierna nuestra vida". Lo sé. Es una manera de echar balones fuera, pero al menos lo hace con elegancia :D

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  4. Hola.

    También podría ser un cachondo mental sin complejos que se rie hasta de su sombra ¿no?.

    De hecho, me parto de la risa al pensar que sentirán los de ideología nazi al ver un negro (más si es inmigrante y homosexual) luciéndo su símbolo sin ningún pudor y con una sonrisa de oreja a oreja, ja, ja, ja... (es que me troncho).

    Le podían contratar para "Vaya Semanita", je, je.

    Abrazos.

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  5. El tonto es feliz. Sólo un sabio puede sentir la desdicha. El beato que propones puede ser feliz toda su vida, como una monja que. Pero descubrir la verdad produce más placer que el sostenimiento de los falsos principios. Digamos que, en el caso de descubir una aventura de tu pareja, siempre se puede recurrir a la manida frase; Los cuernos son como los dientes, al nacer duelen, pero después sirven para comer. Jeje.
    Esa foto presente a un gilipollas integral.

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  6. Hugo:

    La desdicha del tonto se ve desde fuera. Él puede verse feliz. En un sentido Cicerone tiene razón, pero son muchos los momentos en los que uno está solo consigo mismo o en conversación con otros. En estos momentos uno depende de su sabiduría.

    Manu:

    Supongo que te refieres al de la foto. Su sonrisa no parece la de cachondo mental. Aunque supongo que no habrá que juzgar a la gente por una foto.

    Siesp:

    Se parece al policía mexicano que sacaste en tu blog hace unos días.

    Gracias a todos por comentar.

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  8. En mi opiniónn un tonto y un sabio van a tener las mismas opciones de ser felices y desdichados, y desde luego lo que uno observe sobre la desdicha o felicidad de terceros no les va a hacer ni más felies ni más desdichados, seguirán siendo lo que eran.
    Creo, como bien dices en el post que en muchas ocasiones elegiremos ser una cosa u otra en función del momento y de cómo de tonto, de feliz, de sabio o desdichado haya que ser.
    Si tengo que elegir, yo quiero ser sabio y feliz, ambos son sucesos independientes y cada vez estoy más convencido de que la probabilidad de ser feliz puede llegar a ser casi 1, el ser sabio solo depende de mi esfuerzo y capacidad.

    La felicidad, tanto real como sintética vale lo mismo -aquí lo dejan claro: www.ted.com/talks/dan_gilbert_asks_why_are_we_happy.html o www.synthetichappiness.com/]

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  9. Caaarlos:

    Bienvenido al blog.

    ¡Sabio y feliz! ¡Así cualquiera! Estoy contigo en que son sucesos independientes (aunque quien sabe si alguien encuentra alguna correlación). Pero seguimos saliéndonos del tema. Me gustaría saber a a cuántas cosas renunciamos saber por no ser infelices. Yo, por ejemplo, no estoy muy seguro acerca de las tres preguntas personales que consideraba al final. Fuera de ellas, querría saberlo todo, sin importarme las consecuencias sobre mi felicidad.

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  10. Ah! y gracias por el enlace a las TedTalks.

    Un saludo.

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  11. Yo como ateo tengo a veces envidia de los creyentes. No sé si esto tiene que ver con lo que planteas.

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  12. Hola, Paco,

    Según lo que envidies, si su felicidad, su tontería o ambas cosas.

    Yo no les envidio nada. A veces oigo como un elogio que sus convicciones son fuertes y todo eso. No sé qué hay de encomiable en ser cabezota y crédulo.

    Un saludo.

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  13. Una duda bastante nietzscheana,cuanta verdad podemos soportar,creo que lo que nos hace desdichados,es el rompimiento con ideas que teniamos tan aferradas en nosotros,y notar que el aparente resto del mundo no quiere ver esa "verdad" y prefiere seguir creyendo en mitos y demas tonterias

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  14. Bienvenido, KrizalidX1. Me alegra que me sigan de México, país al que me siento muy cercano por muchas razones personales de y trabajo.

    Es interesante esta manera de ser desdichado, quedarse solo en la sabiduría. Esto habrá hecho misántropo a más de uno. Hoy en día, con las universidades, los libros e internet podemos estar un poco más felices.

    Un saludo.

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  15. Respecto al enlace a la Ted Talk, que alguna vez enlacé creo que por acá: Sobrevaloramos demasiado. Pensamos en algo que nos haría felices y quizá no sea tanto como pensamos. Lo mismo pasa cuando pensamos en algo terriblemente doloroso. Al final no lo es tanto. Entonces, creo yo, si juntáramos los extremos un poco y los acercamos al centro del espectro, probablemente todo se vuelva mas difuso, y mas claro a la vez, porque no consideraríamos que saber la verdad (la fea) se algo tan terrible ni tampoco nos crearíamos falsas espectativas con felicidad extrema. Creo que debemos ser conscientes respecto a la brevedad de los sentimientos extremos. Son picos y probablemente hasta guardemos ya recuerdos muy distorsionados de ellos. La mayoría de nuestras vidas transita una meseta con suaves matices. Yo prefiero caminarla aprendiendo todo cuanto pueda. Dice Silvio Rodríguez:

    "El que tenga una canción tendrá tormenta,
    el que tenga compañía, soledad.
    El que siga un buen camino tendrá sillas
    peligrosas que lo inviten a parar.
    Pero vale la canción buena tormenta
    y la compañía vale soledad.
    Siempre vale la agonía de la prisa,
    aunque se llene de sillas la verdad."

    Saludos

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  16. Facundo:

    Te veo un poco budista con esto de los términos medios. No que no esté bien relativizar un poco los extremos del espectro de las cosas que nos hacen sentir bien o mal. Yo me quedo con relativizar las que me hacen sentir mal y aprovechar las que me hacen sentir bien. La distancia temporal ya las pondrá en su sitio, pero mientras se disfrutan, mejor si nos parecen de lo mejor.

    Saludo.

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  17. José Luis, jaja, tenés razón, me faltó algo de certeza en mi comentario, pequé de naif. Realmente cuando me pasa algo bueno lo disfruto como tal, no voy a relativizarlo tal y cual haría con algo malo que me pase, tengo que admitirlo. A primeras vistas esto es lo que mas nos conviene y nos ayuda, aunque quizá en nuetra vida como individuos, no estoy tan seguro como especie. No sería del todo sincero si no admito que a veces, no relativizar la felicidad, nos lleva en muchas en ocasiones a sufrir en el futuro, debido a que quizá la nostalgia por aquellas felicidades se pone al nivel de nuestro "falso" recuerdo. Es como una enfermedad autoinmune, en la cual nosotros mismos nos hacemos daño atacando algo que en realidad no es malo.
    No se si aclaré algo o me embrollé mas, je

    saludos!

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  18. Intelectualmente me quedo con la segunda, pero es cierto que, en el momento del descubrimiento, sin duda alguna preferiría la primera. Luego viene el tiempo y, como dice Siesp, acabas alegrándote de no ser ignorante.

    Al de la foto es para reírse de él, darle un par de hostias, y luego llorar por la estupidez humana.

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  19. Radagast:

    Eso muestra que el sabio nunca será muy desdichado, siempre tendrá algo de qué alegrarse, aunque es posible que si no puede compartir con nadie su sabiduría acabe siendo algo misántropo.

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