En un comentario a la entrada anterior decía que una de las cosas más tristes que uno puede presenciar en un discurso intelectual es la defensa de una buena idea con malos argumentos o con malas propuestas. Sucederá fácilmente que el mal argumento se detecte y esto le haga un flaco favor a la buena idea o que la mala propuesta consiga justo lo contrario de lo que se quería. Esto último es lo que le pasa a Vicenç Navarro con su peculiar manera de abordar el tema de las pensiones.
“El número de trabajadores por pensionista pasará de 2,24 ahora a 1,15 en 2050 (una reducción de menos de la mitad), pero, lo que es más importante, es que en 2050 cada trabajador producirá mucho más del doble de lo que produce un trabajador ahora, con lo cual podrá sostener más del doble de pensionistas que ahora.”
Aquella vez ya señalé que, para determinar qué hacer con las pensiones, hay que comparar los efectos de varias propuestas alternativas, no lo que hace una alternativa mañana frente a lo que hace hoy. Esta vez mostraré que encomendarse al aumento de la productividad como solución (o como parte importante de ella) a nuestro problema de las pensiones es un gravísimo error.
Pongamos que ahora un trabajador, cuando se jubila, recibe el 80% de su último salario. Si no se hace nada, cuando un trabajador se jubile en 2050 solo podrá recibir el 40% de su último salario (recordemos que no se ha recaudado ni cotizado nada más para financiar las pensiones). Es muy cierto que el 40% del último sueldo en 2050 será una cantidad mucho mayor que el 80% del último sueldo ahora. Pero como sabemos que a los individuos no les gusta perder tanto poder adquisitivo repentinamente, es fácil prever que mucha gente ahorrará para gastar en el momento de su retiro, y una de las mejores formas de hacerlo será mediante un plan de pensiones privado.
Fiarse a la productividad de esta manera implica deteriorar el sistema de pensiones público basado en el reparto y fomentar el sistema de pensiones privado basado en la capitalización. Paradojas de tener opiniones pseudoeconómicas.
Aquí hay documentación con estudios sobre las pensiones.
Urge reformar la seguridad social en España y Peter Diamond concluye que “esperar hasta que
ResponderEliminarhaya una crisis puede ser cómodo para los políticos de hoy en día pero exacerba los problemas del
futuro.”
Pues si que acertaba el amigo, Diamond, sí...
Es un constante entre los economistas el pedir las reformas cuando no parecen ser necesarias (en épocas de prosperidad) justamente para no tener que hacerlas en épocas de crisis. Como no se han hecho antes y como no queda más remedio que hacerlas luego, en plena crisis, te acusan de todo. De causar la crisis y de querer que la paguen los pobres.
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