Malthus y sus ideas sobre la población han sido acusadas tanto de geniales como de disparatadas, con la curiosa circunstancia de que ambas calificaciones podían provenir de cualquier parte del espectro político o científico. ¿Es el modelo malthusiano sobre la población ciencia o pseudociencia?
Probablemente la idea más importante de Malthus es la que dice que la población, sin controles artificiales, crece más rápidamente que los alimentos y que, por tanto, en ausencia de control de natalidad, la población estará sujeta a que sean los límites de los alimentos la causa de su control, típicamente por hambre y enfermedades, pero también por guerras.
Vayamos por partes. ¿Es cierto que, en ausencia de control de natalidad, la población crece? Sí y no. Es cierto que nacen más hijos de los que podrán sobrevivir hasta la edad de procreación. Hasta las épocas modernas en las que se aplican controles de natalidad, el número de hijos promedio era muy superior al necesario para mantener el nivel de población (un número ligeramente superior a 2). La mortalidad infantil hacía el resto.
Sin control de natalidad no pueden sobrevivir todos los hijos nacidos, puesto que esto implicaría una tasa de crecimiento exponencial. En cada generación se multiplicaría la población según esa tasa de crecimiento, y ya sabemos que en un mundo finito esto es imposible y, en particular, si no salimos del planeta Tierra, el crecimiento se topará con la finitud muy pronto. La población podrá crecer hasta un límite.
La pregunta que a uno le viene enseguida a la mente como consecuencia de la observación anterior es cuál es ese límite. Sin embargo esta no es la mejor manera de enfocar el problema. Ese límite, recordemos, lo hemos deducido en el supuesto de que sobrevivieran todos los hijos durante todo el periodo hasta llegar al límite, cosa que no ocurre. El límite solo nos sirve para deducir que no todos los hijos pueden sobrevivir en cada generación y en ausencia de control de natalidad. La pregunta interesante es de qué manera no sobreviven todos los hijos.
Si nos obcecamos con el límite fácilmente deducimos que la humanidad irá creciendo sin aparentes problemas hasta que llega un momento en que ocurre un desastre: una gran hambruna o una gran guerra, por ejemplo. Pero no tiene por qué ser así, pueden morirse muchos hijos en cada generación, de manera que el crecimiento de la población sea mayor o menor hasta llegar a un estadio en que no crece más. No tiene por qué haber una gran catástrofe al final del crecimiento, sino pequeñas desgracias en muchas familias de cada generación.
Parece que las críticas se centraban en la primera visión, que era la que tenía Malthus. Pero eso, para la cuestión central, es un aspecto secundario. No es que no sea importante, sino que la afirmación sobre el implacable control natural de la población mediante la muerte por falta de recursos prevalecerá si no hay el control de natalidad. No hay otra posibilidad sin salirnos del planeta.
Hay todavía más críticas también secundarias a esta idea principal, como que, a corto plazo, todavía podemos crecer más gracias a las mejoras en la producción de alimentos o que uno puede usar el argumento de Malthus para, cayendo en falacia naturalista, justificar las guerras o la explotación de los pobres.
Pero las transiciones demográficas a las que estamos asistiendo, si se generalizan, podrían conducir a un escenario de crecimiento negativo, ¿no?
ResponderEliminarSalud
Too iffy.
ResponderEliminarDesde luego, si se generaliza que todo el mundo tenga la tasa de nacimientos de Europa (y Europa no cambia), así será. Pero yo no veo muchas razones para que esto vaya a ser así. Una de las cosas que aprende uno en Economía es que las proyecciones no sirven de mucho, sólo, si acaso, para darnos cuenta de que el mundo va a cambiar de una situación a otra y no para decir que se cumplirá la proyección. Hay que intentar entender cómo será el nuevo equilibrio, no cómo se extrapola lo que hay ahora.
Me explico con un ejemplo (que podrá cumplirse o no, pero que ilustra esta idea). España ha tenido tasas de nacimientos muy bajas desde los ochenta, creo recordar. Las proyecciones iban dando reducciones de población escandalosas con esas tasas, pero no se cumplieron por la llegada inmigrantes. De no haber llegado inmigrantes, la reducción de población y la escasez de niños seguramente habría obligado a los políticos a favorecer la natalidad como en los países nórdicos.
De todas maneras, no me parecería mal que la población mundial se redujera digamos un 0,5% anual hasta que se redujera a la mitad o la tercera parte de la población actual. Durante la transición habría que apretarse un poco el cinturón con las pensiones (menos de lo que nos está tocando ahora por otras razones), pero llegados al nuevo equilibrio estaríamos en un planeta donde el progreso sería más sostenible y podría estar mejor repartido.
Tan importante como la población es el consumo. l fin y al cabo, 7000 millones de habitantes tampoco son tantos (podríamos concentrar a todos los habitantes del planeta en España, a razón de más de 70m2 para cada uno).
ResponderEliminarA los que les toque estar en el centro del apiñamiento lo tendrán difícil para salir a pasear o hacer excursiones tranquilas. Los de la frontera podrán vivir más desahogados.
ResponderEliminarEn caunto a la límitación de los recursos ¿no habría que tener en cuenta el desarrollo tecnológico? Por ejemplo, la agricultuar es cada vez más eficiente(gracias a diversas tecnologías) permitiendo que se pueda alimentar a más gente.
ResponderEliminarClaro que sí, pero eso no sirve para sostener un crecimiento exponencial continuo. Es también lo que le pasó a Malthus, que expone su teoría y enseguida se dejaron ver los efectos de la revolución industrial en el incremento de la producción agrícola. La conclusión siempre es impepinable, no puede crecer siempre la producción agrícola ni la población.
ResponderEliminarHola, José Luis.
ResponderEliminarRelacionado con tu entrada, supongo que conocerás el famoso informe del MIT "Los Límites del Crecimiento", encargado por el Club de Roma hace ya tiempo y que utilizaba la Dinámica de Sistemas para modelar el "comportamiento del mundo" y simular por ordenador su posible evolución... en sus primeras versiones fue acusado de "malthusinao" (curiosa acusación, por cierto) porque los resultados de la simulación fueron esencialmente los de Malthus... posteriormente el modelo se refinó introduciendo la tecnología y algún mecanismo de realimentación que permitiera corregir tendencias...
Me interesa conocer tu opinión(si la tienes) sobre ése informe y sobre todo sobre la metodología: ¿has usado alguna vez la Dinámica de Sistemas en análisis económicos?
Gracias y un saludo,
Ender (www.comoquerais.blogspot.com)
Ender:
ResponderEliminarComo decía en el comentario de contestación a Juan Ignacio, las extrapolaciones solo sirven a corto plazo, a largo plazo los agentes se ajustan a las nuevas situaciones y cambian sus acciones y sus instituciones, cambiando el equilibrio.
Las extrapolaciones a largo plazo solo sirven para saber que tiene que haber, por fuerza esos cambios. Un análisis de dinámica de sistemas no nos dirá eso. Es el fallo principal de este tipo de informes como el del Club de Roma. En Economía intentamos barruntar cuál será el nuevo equilibrio.
Por ejemplo, sabemos que de seguir así se agotará el petróleo, eso solo quiere decir que dentro de unos cuantos años la fuente principal de energía básica será otra, no que llegará un día en que no salga nada de los pozos y sea una catástrofe. Lo que ocurrirá es que habrá ido encareciendo su precio desde hace años haciendo rentable el uso de fuentes que ahora no lo son. Fuentes cuya tecnología irá abaratando también sus costes. Cómo de baratas llegarán a ser es algo que no podemos prever.
Efectivamente es muy arriesgado hacer extrapolaciones; de hecho es inútil, como has dicho. Pero cuando hablo de transiciones demográficas no me refiero a Europa, sino a Asia y otros continentes. Caídas de la natalidad como la de Irán, por ejemplo, son espectaculares, y están ocurriendo, a ritmo menor que el de Irán, en casi todo el mundo. La excepción más notable es la filipina, pero la tendencia es poderosa, hasta el punto de que las predicciones de hace 10 años ha habido que revisarlas a la baja. Es hasta posible que en 2050 no hayamos alcanzado los nueve mil millones.
ResponderEliminarEn todo caso, lo que pretendía con mi comentario, -que no enmienda lo fundamental de la entrada-, es apuntar que la población no tiene por qué aumentar constantemente, incluso si no se hace nada para ello.
Pero es que algo se está haciendo. Las mujeres que ahora tienen menos hijos no son menos fértiles, solo que usan anticonceptivos (ellas o sus parejas).
ResponderEliminarSi lo que hay que hacer para que no te controle la naturaleza con hambrunas y enfermedades es algo que debe hacerse como decisión individual o social es otra tema, que da para otra entrada.
Además de magnitudes como población y recursos, un factor a considerar respecto a las catástrofes malthusianas es el tiempo, los plazos temporales. Impredecibles también, claro, pero que terminan resultado cruciales. Hubiera supuesto un desastre para Europa que el crecimiento demográfico de la era moderna no hubiese coincidido con el descubrimiento y el flujo migratorio hacia el continente americano. Sin la "revolución verde" de los fertilizantes y la industria petroquímica, en la segunda mitad del siglo XX ya habríamos visto cumplida la predicción de Malthus. Que la era del petróleo no suponga un colapso ecológico (si acaso aún es evitable), también depende, no solo de que el mercado termine imponiendo alternativas, sino del tiempo que tarde en hacerlo. Y respecto a la alimentación, que el planeta sea capaz de albergar 1000 o 100.000 millones de seres humanos tal vez dependa de que seamos capaces de sustituir la agricultura por métodos industriales de producción de algas, levaduras y micoproteína (por hacer un ejercicio de extrapolación desde la tecnología actual sin pretensiones predictivas), pero que en el proceso millones de seres humanos sufran hambrunas o muerte violenta depende, de nuevo, no solo de que lo consigamos, sino del tiempo que tardemos en conseguirlo.
ResponderEliminarP.D. Yo, por si acaso, sin descendencia conocida, ya me he hecho una vasectomía.
No sé hasta qué punto eso hubiera sido así. Sin la posibilidad de ir a América, el crecimiento demográfico no habría sido tanto. La decena de hijos que podía tener una pareja en América se habría reducido, de haberse quedado en Europa, a muchos menos (por los menos, los sobrevivientes). Lo mismo sin la revolución verde. Yo creo que la catástrofe no es la cosa repentina (una gran guerra o una gran hambruna), que también, sino esa alta mortalidad infantil en cada generación antes de la hambruna, la gran guerra o gran epidemia (como el genocidio en Ruanda o la gripe de 1918). Pero como decía antes, esto son detalles de la tesis principal.
ResponderEliminarBueno, muchos antropólogos (HArris) vinculan la natalidad a la relación coste/beneficio real de criar a los hijos. Así, las poblaciones indias urbanizadas modifican drásticamente sus indices. En el campo criar un hijo es + barato y, además, puedes empezar a rentabilizar el esfuerzo mucho antes (derivando al niño trabajos). En un entorno urbano no o no tan facilmente o no al mismo coste. La simplificación Malthusiana (natalidad/alimentos) es eso... simplificación.
ResponderEliminarBienvenido al blog, Sr. IA.
ResponderEliminarA veces no sé si, con comentarios como este, se intenta desdecir algo de lo que digo en la entrada o abundar en un tema lateral. Lo que reseñas de los antropólogos es, seguramente, cierto, pero esto es justamente un control de natalidad, que es lo que se sigue de la observación de Malthus. O controlamos nosotros o controla la naturaleza.
Un saludo.
Simplemente quería ahondar en que el esquema malthusiano de vinculación de alimento a la natalidad es obsoleto. No hace falta verlo como un determinismo social. La gente, cuando se decide a sacar hijos al mundo se plantea cuestiones del tipo ¿en qué me beneficia tener un crío, tres o 12? La opcíon de procrear mucho o poco responde parcialmente a aspectos culturales (que a su vez no suelen ser caprichos, sino que hay razones a considerar). Ante determinadas situaciones la tendencia es optar por una cosa o por otra. (y a eso puedes reducir la antropología cultural, si quieres).
ResponderEliminarVendré más por aquí. Gracias.
Invitado estás, y alegrará leer tus comentarios.
ResponderEliminarTal vez haga en el futuro alguna entrada sobre si el control de natalidad decidido individualmente es suficiente o no. El truco es poder responder a la pregunta ¿suficiente para qué?