Dice el refrán español:
“Mujer que sabe latín no tiene marido ni tiene buen fin.”Esta sentencia indica lo difícil que tradicionalmente ha sido el que una mujer educada fuera aceptada como una buena esposa. Diversos estudios sociales han documentado ejemplos en los que este es efectivamente el caso y han propuesto diferente hipótesis para explicarlo, como el machismo, el poder de dominación, la elección de la mujer educada de permanecer soltera o la asignación de diferentes valores a la mujer que se queda en casa (véase, por ejemplo, Ganguli et al., 2000 [1]).
Anderson y Bidner (2015) [2] estudian los derechos de propiedad de las mujeres sobre las dotes, y la manera en que se ven afectados por el desarrollo, incluyendo el incremento en el capital humano en manos de las mujeres. Algunas de sus conclusiones pueden arrojar luz sobre lo acertado del refrán anterior. El resto de este artículo resume su trabajo.
En las sociedades tradicionales las mujeres tienen pocos derechos legales, de manera que las transferencias en el momento del casamiento constituyen una fuente importante de derechos de propiedad para ellas y, a menudo, la única fuente. Sin embargo, incluso esta propiedad no está por completo en las manos de las mujeres, puesto que una vez casadas el hombre puede tomar el control de ella, total o parcialmente. La evolución de los derechos de propiedad de las mujeres sobre sus propias dotes ha sido estudiada en profundidad por los historiadores, sociólogos y economistas. Una de las regularidades más sorprendentes encontradas en esos estudios es el hecho de que los derechos de las mujeres sobre la dote se deterioran en las etapas iniciales del desarrollo hasta el punto que algunos países han aprobado leyes específicas para evitarlo. El hecho es más sorprendente cuando uno se da cuenta de que otros derechos de las mujeres mejoran.
Ejemplos de este deterioro ocurrieron en la Venecia del Renacimiento (Chojnacki, 2000) [3], Italia central (Reimer, 1985 [4]; y Krishner, 1991 [5]), la Europa de la baja Edad Media (Herlihly, 1976 [6]), el comienzo del periodo moderno en Castilla (Reher, 1997 [7]), y el siglo XVII en Moscú (Kleimola, 1992 [8]). En general los historiadores encuentran una correlación entre periodos de expansión y un desplazamiento del uso de la dote como herencia al uso de la dote como precio que pagar por el casamiento. En esos tiempos históricos las expansiones se correspondían con un aumento de las oportunidades para los hombres, pero no tanto para las mujeres. Al contrario de lo que ocurre con el descenso de los derechos de las mujeres sobre sus dotes, en esos tiempos se puede encontrar un incremento en otros derechos de propiedad de las mujeres, como atestiguan documentos notariales de mujeres que compran y venden propiedades y prestan o toman prestado dinero, además de la aprobación de leyes que aseguran los derechos de propiedad de las mujeres viudas. De hecho, las primeras feministas en esas épocas, a la vez que apoyaban esos mayores derechos para las mujeres, en lugar de demandar también un incremento de los derechos sobre la dote atacaban el sistema de la dote en su conjunto (Cox, 1995 [9]; Goody, 2000 [10]).
La institución de la dote vio un declive con la industrialización, y la inversión en la hijas reemplazó las transferencias a los maridos (Goody, 2000). En periodos más actuales, India representa el ejemplo más acusado de transformación de la dote como herencia hacia la dote como el precio que pagar al marido hasta el punto que en 1961 se pasó la Dowry Prohibition Act (Acta de Prohibición de la Dote) con el objetivo explícito de abolir la dote como precio. Sin embargo, en la práctica, hay evidencias de que las mayores oportunidades entre los hombres casados fuerza que la dote sirvan como precio en la India actual (e.g., Caplan 1984 [11]; Srinivas 1984 [12]; Nishimura 1994 [13]). Hay menos investigación hecha en el resto del Sur de Asia, pero los estudios disponibles sugieren un patrón similar en Pakistán y Bangladesh.
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Referencias
1. Ganguli, I.; Hausmann, R, y Viarengo, M. 2000. Schooling Can’t Buy Me Love”: Marriage, Work, and the Gender Education Gap in Latin America. CID Working Paper No. 197. Center for International Development, Harvard University.
2. Anderson, S., y Bidner, C. 2015. Property rights over marital transfers. The Quarterly Journal of Economics 130(3), 1421–1484.
3. Chojnacki, S. 2000. Women and Men in Renaissance Venice. Baltimore: Johns Hopkins University Press.
4. Reimer, E. 1985. Women, Dowries, and Capital Investment in Thirteenth-Century Siena. En The Marriage Bargain: Women and Dowries in European History. M. Kaplan, ed. New York: Haworth Press.
5. Krishner, J. 1991. Materials for a Gilded Cage: Non-Dotal Assets in Florence, 1300– 1500. In The Family in Italy from Antiquity to Present. D. Kertzer, and R. Saller, eds. New Haven, CT: Yale University Press.
6. Herlihy, D. 1976. The Medieval Marriage Market. Medieval and Renaissance Studies 6, 1–27.
7. Reher, D. 1997. Perspectives on the Family in Spain, Past and Present. Oxford: Clarendon Press.
8. Kleimola, A. 1992. In Accordance with the Canons of the Holy Apostles: Muscovite Dowries and Women’s Property Rights. Russian Review 51, 204–229.
9. Cox, V. 1995. The Single Self: Feminist Thought and the Marriage Market in Early Modern Venice. Renaissance Quarterly 48, 513–581.
10. Goody, J. 2000. The European Family. Oxford: Blackwell.
11. Caplan, L. 1984. Bridegroom Price in Urban India: Class, Caste and ‘Dowry Evil’ among Christians in Madras. Man 19, 216–233.
12. Srinivas, M. 1984. Some Reflections on Dowry. New Delhi: Oxford University Press.
13. Nishimura, Y. 1994. Marriage Payments among the Nagarattars in South India. Contributions to Indian Sociology 28, 243–27.
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Hace cinco años en el blog: Las mujeres brillantes se casan con hombres mediocres.
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