Esta es la primera parte de traducción de mi artículo de mayo en Mapping Ignorance.
Este mes presento el artículo ganador del Premio Royal Economic Society 2013 al mejor paper no solicitado publicado en el Economic Journal. Los autores son Pau Olivella y Marcos Vera-Hernández.
Una de las primeras predicciones en el estudio de la Economía de la Información es la presencia del fenómeno de "selección adversa". El artículo seminal que ilustra este problema es el famoso "Market for lemons" o "mercado de cacharros" de Akerlof (1970) [1]. En el caso más extremo se puede describir con el siguiente ejemplo. Pongamos un mercado de coches usados en los que hay coches buenos y malos, y que el dueño de un coche sabe su calidad, pero no así el comprador potencial. En estas circunstancias, el comprador solo estará dispuesto a pagar un precio que refleje la calidad media de los coches en el mercado, pero el precio medio puede no ser suficientemente alto como para que los dueños de coches usados buenos quieran vender el suyo. Si este es el caso, en el mercado solo veremos coches malos (los cacharros) y el precio se verá ajustado de acuerdo con esto. Debido a la falta de información, los dueños de coches buenos no pueden convencer a los compradores de que paguen un precio más alto por sus coches, lo que crea un resultado ineficiente. No todos los problemas de selección adversa son tan extremos, y a veces pueden resolverse pagando un coste (p.e., creando garantías vía agentes que hacen de intermediarios).
Rothschild y Stiglitz (1976) [2] aplicaron estas ideas a los mercados de seguros. Consideremos un mercado competitivo de seguros en el que las empresas cobran una prima justa (i.e., lo que pagan los consumidores es justo lo suficiente para cubrir las indemnizaciones más los costes de gestión). Ahora pongamos que los individuos pueden ser de alto o de bajo riesgo, y que esta información es conocida por el individuo, pero no por la empresa. En esta situación podemos tener un problema de selección adversa donde solo los individuos de alto riesgo consiguen asegurarse completamente, mientras que los de bajo riesgo solo podrán tener un seguro parcial. Esto es porque un seguro completo al precio medio puede ser muy costoso para los de bajo riesgo. Este efecto no contradice otros aspectos de los mercados de seguro, como la dificultad de las personas mayores para encontrar un seguro en el sector privado, porque las empresas en este caso sí tienen información sobre el riesgo. De hecho, la literatura ha encontrado también condiciones para que ocurra el problema opuesto de "selección propicia" (Hemenway, 1990) [3].
Olivella y Vera-Hernández (2013) [4] ponen a prueba algunos aspectos de la teoría. En particular se centran en si existe información asimétrica en el mercado privado de salud del Reino Unido (PHI). Al igual que muchas otras economías avanzadas, el Reino Unido tiene un sistema mixto de sistemas público y privado. El Servicio Nacional de Salud público es gratis y universal, y está financiado por todos los individuos, lo usen o no. La única razón para contratar un seguro privado es tener un mejor servicio (p.e., no tener listas de esperas o acceder a tratamientos mejores). Este es también el sistema de Finlandia, Italia o España, entre otros países. Hay otras posibilidades, por ejemplo en Francia y Bélgica cada individuo obtiene una póliza de la empresa aseguradora de su elección (pagada por el Gobierno) y puede también contratar un seguro privado complementario.
Una vez que se han detectado las características particulares del sistema británico, el siguiente paso es adaptar los modelos de mercados seguros a este caso. Los autores estudian primero el escenario más simple en el que empresas y consumidores tienen la misma información sobre los riesgos y encuentran que el sector privado terminará con una mayor proporción de individuos de bajo riesgo en comparación con lo observado en la población general. La intuición para esta selección propicia es como sigue. Si las compañías de seguros conocen el grupo de riesgo de sus clientes podrán ofrecer distintos contratos, cargando una prima mayor a los de alto riesgo. La competencia presionará a las empresas para que en ambos contratos prevalezca una prima justa. Dado lo anterior, el seguro público será relativamente más atractivo para los individuos de alto riesgo, puesto que tienen que pagar un precio más alto en el sector privado.
(Continúa aquí).
Referencias
George A. Akerlof. 1970. The market for “lemons”: quality uncertainty and the market mechanism. The Quarterly Journal of Economics 84, 488-500.
Rothschild, M. and Stiglitz, J. 1976. Equilibrium in competitive insurance markets: an essay on the economics of imperfect information. The Quarterly Journal of Economics 90, 629-649.
Hemenway, D. 1990. Propitious selection. The Quarterly Journal of Economics 105, 1063-1069.
Olivella P. & Vera-Hernández M. (2013). Testing for Asymmetric Information in Private Health Insurance, The Economic Journal, 123 (567) 96-130.
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Hace cinco años en el blog: El Dormilón y la Bella Durmiente van de la mano.
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