El Mundo publicaba ayer lo siguiente:
"Según ese organismo (Eures), que ha elaborado un informe titulado 'El suicidio en Italia en tiempos de crisis', sólo en el año 2010 se quitaron la vida en Italia 362 desempleados y ya el año anterior, 2009, fueron 357 los parados que recurrieron al suicidio. Se trata de un fortísimo incremento respecto a las cifras de los tres años precedentes, cuando de media los desocupados que optaban por suicidarse eran 270 al año.
En total, entre 2008 y 2010 los suicidios entre los desempleados aumentaron en Italia un 39,2%."
Si miramos las cifras de desempleo en Italia observamos que era de una media del 6,5% en los tres años precedentes que se toman como base y que fue de un 8,4% en 2010, lo que implica un aumento de casi el 30% frente al incremento del 39,2% en el incremento de suicidios entre los parados. Es decir, que casi todo el aumento de los suicidios entre parados se debe al aumento de parados, no al aumento de la tasa de suicidios entre esa población. Queda un 9 y pico por ciento de aumento que explicar (en realidad, un 7%, que es lo que representa ese 9,2 sobre la nueva cantidad de parados), que bien puede ser por el incremento de la tasa debido tal vez a la desesperación o simplemente puede ser parte de la desviación sobre la tendencia que hay cada año. De hecho las variaciones en las tasas de suicidio de año a año tienen variaciones de esa magnitud, así que no hay razón para pensar en ningún incremento especial.
No es bueno jugar con los números de esta maneara. Tenemos bastante con lo mal que anda la economía como para añadir catastrofismo y sensacionalismo.
¿Cómo de alta es la tasa de suicidios entre los parados? La tasa de suicidios por 100.000 habitantes en Italia es del 7,1. Considerando que ese 8,4% de desempleo corresponde a unos 2.150.000 parados tenemos que entre esta población la tasa de suicidios es de 16,8 por 100.000 parados, justo el doble de la media. Pero esto es engañoso. Habría que compararlo con un colectivo de similar edad, educación y otras características. Si solo quitamos las edades en que uno no puede estar en paro por no pertenecer a la población activa, la tasa de suicidios es más o menos la media (la mayor tasa en edades superiores a 65 años se compensan por las menores tasas de los menores de edad).
A falta de controlar por otras circunstancias, parece que, efectivamente, entre los parados la tasa de suicidios es el doble que la media, pero también parece que esta tasa no ha variado con el aumento del desempleo. Como hay más parados, esto implica que la media de suicidios aumenta. Si hay más efectos, es pronto para decirlo y, desde luego, estos datos que se apuntan no lo dicen.
Hace un tiempo hacíamos consideraciones parecidas con la tasa de suicidios en France Télécom.
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Hace tres años en el blog: Los libros y los cánones.
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