viernes, 18 de marzo de 2011

La economía de la discriminación 1


Históricamente, el primer modelo formal de análisis económico en el tema de la discriminación (racial o sexista) es debido a Becker y se basa en las preferencias discriminadoras por parte de algunos agentes económicos. Los empleadores con preferencias discriminatorias contra las mujeres en ciertos trabajos serán maximizadores de utilidad, en contraposición al comportamiento usual de maximización del beneficio. Para ellos, el coste de emplear a una mujer incluye, no sólo su salario, sino también un coeficiente de discriminación que refleja el valor pecuniario asociado a la desutilidad causada por su presencia en ese puesto de trabajo. Así, estos empleadores estarán dispuestos a contratar a una mujer sólo a un salario menor que el de los hombres.

Analicemos un caso extremo de esta conducta. Consideremos dos mercados de trabajo, uno en el que se requieren ciertas capacidades (A) y otro en el que no se requieren (B). Si ahora se prohíbe el trabajo a las mujeres en el mercado A, habrá menos oferta en este mercado. Algunas mujeres abandonarán el mercado de trabajo, pero otras se incorporarán al B, incrementando la oferta en este mercado.

Habríamos llegado al mismo resultado si, en lugar de que se prohibiera el trabajo femenino, los empleadores en A tuvieran un coeficiente de discriminación lo suficientemente alto como para que el salario de las mujeres en A fuera tan bajo con relación al nuevo salario en B o a la alternativa de no trabajar, que salieran del mercado A.

Este modelo conduce a las siguientes conclusiones:

1.      Se benefician de la discriminación:
1.1.   los trabajadores no discriminados en el sector que discrimina (los hombres cualificados)
1.2.   los empleadores del sector que no discrimina (puesto que ven incrementada la oferta de trabajo y pueden contratar a salarios inferiores)
2.      Se perjudican:
2.1.   todos los trabajadores del colectivo discriminado (las mujeres)
2.2.  los trabajadores del colectivo no discriminado en el sector que no discrimina (hombres no cualificados)
2.3.   los empleadores del sector que discrimina (se perjudican en términos monetarios: es el precio que pagan por mantener sus preferencias discriminatorias).

Este último resultado ha servido para argumentar que, a largo plazo, la competencia en los mercados de productos y de capital expulsará del mercado a los empleadores que pagan el coste extra de discriminar. 

Como la discriminación por raza y sexo existe desde hace mucho tiempo, parece existir una base para rechazar el modelo (es lo que dice, por ejemplo, Arrow). En  general, los empleadores que discriminan ganan menos beneficios monetarios que los que no discriminan, pero esto no implica que serán expulsados del mercado. Los beneficios no obtenidos deben ser considerados como gastos de consumo. Mientras los recursos del empleador sean lo suficientemente grandes como para permitir algún consumo, no hay ninguna inconsistencia entre competencia perfecta y la existencia de diferencias de salario estables en el largo plazo derivadas de las preferencias de los empleadores.

Continúa en La economía de la discriminación 2.

8 comentarios:

  1. En un mercado perfecto, los discriminadores no tienen éxito, pero ... han sido las denuncias de los colectivos discriminados y sindicatos los que han hecho ponnerse las pilas a los empleadores.

    Por lo que son los derechos quienes hacen mas efciente al mercado y a los empleadores.

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  2. El mercado B recibe otro beneficio: personas capacitadas -en este caso, mujeres- con facilidad de generar ciertas innovaciones, con los salarios inferiores que explicas.

    Lo que dices en 2.2 ¿se debe a que los hombres no cualificados compiten con mujeres cualificadas?

    Gracias.

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  3. JL Salg:

    En el modelo, hay eficiencia económica a pesar de la discriminación. Eliminarla significa empeorar a los que se beneficiaban con ella: hombres en el mercado A y empleadores en el mercado B y también a los empleadores del mercado A, que contratan a quien no quieren.

    En términos de valor de mercado de la producción es muy posible que se mejore (pero esta medida no lo mide todo).

    Es cuestión de elección política o, tal vez, de toma de conciencia de que esta discriminación sale cara a quien la ejerce, si es que no lo sabían.

    Las denuncias podrán entenderse mejor en otra versión de este modelo que veremos en una siguiente entrada.

    soy...

    En el modelo no hay ese beneficio, pero en la realidad podría pasar a algo de eso.

    Exacto, pero no porque estén cualificadas. Aunque su cualificación no sirva para nada en el mercado B, simplemente habrá más gente que quiera trabajar, y eso significa salarios más bajos.

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  4. ¿El modelo que tipo de mercado toma? ¿competencia perfecta? ¿Puede variar el resultado esperado en un oligopolio?
    Otro tema que tiene poca relación con esto, pero que quiero preguntarte porque sospecho que sos economista:

    Supongamos que en una sociedad solo son empleados varones (para todo tipo de trabajo) y las mujeres son destinadas al cuidado del hogar. Una familia tipo (4 integrantes) necesita 8 horas diarias de trabajo para poder mantener su estatus social y estilo de vida sin inconvenientes. Se produce un cambio por X factor, y las mujeres comienzan a formar parte del mercado laboral. Al principio, las mujeres disfrutan su salario para si mismas, pero a medida que pasa el tiempo y la sociedad se acostumbra a este nuevo tipo de cosas, se nota una consecuencia de esta entrada de las mujeres al mercado laboral, la familia tipo necesitara, para mantener su mismo estatus social y su mismo estilo de vida, 16 horas diarias de trabajo. ¿Esto ´que propongo es correcto? Por lo menos aproximadamente, es decir, la insercion de la mujer al mercado laboral, ¿generara una disminucion del salario real porque ahora se tiene a 2 miembros de una familia en la mayoria de las familias trabajando y no se necesita un sueldo tan alto para que puedan reproducir su estilo de vida? Esto aplicando la clausula ceteris paribus, es decir, no hay ningun otro factor que se haya modificado salvo el aumento de trabajadores en el mercado como el numero de integrantes en la familia que se encargan de mantenerla.

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  5. Sí, implícitamente, estaba suponiendo mercados competitivos (es lo que debe entenderse si no se dice otra cosa).

    En oligopolio (por la parte que demanda trabajadores, supongo que planteas) no cambiaría mucho la cosa. El equilibrio sería en unos niveles de salario y empleo más bajos, pero nada más.

    En el corto plazo, si aumenta la oferta de trabajo (porque de pronto todas las mujeres quieren trabajar y antes no lo hacían) lo que sucederá es una disminución del salario.

    En el medio y largo plazo no se puede ni se debe aplicar la cláusula céteris páribus, hay que ver qué otras cosas cambiarán en el nuevo equilibrio. Podrá suceder perfectamente que el capital se doble al haberse doblado el factor trabajo y volvamos a los salarios anteriores a la incorporación de la mujer. Si es eso o es un incremento del capital mayor o menor que el doble, depende de los rendimientos de la tecnología, pero me parece una buena aproximación.

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  6. Disminuye la discriminación por arbitraje en tanto en cuanto todos los agentes trabajen bajo competencia perfecta. Si la competencia perfecta es la excepción entonces los discriminadores y cualquiera que tenga un "prejuicio político" puede permitir el derroche de "consumirlo".
    Desgraciadamente, existe discriminación luego no existe eficiencia en sentido de Pareto ergo competencia perfecta ya que filosóficamente lo racional no es muchas veces lo real.

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  7. El hecho de que la discriminación sea real demuestra que el arbitraje no se ha producido en los mercados y el derroche de "gasto de consumo" que supone la discriminación puede demostrar la excepcionalidad de los mercados competitivos y la confirmación de mercados con rendimientos a escala y no eficientes en sentido de Pareto. Filosóficamente hablando otra vez se mostraría que lo racional no tiene porque ser lo real.

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  8. Hay otras entradas después de esta con otros modelos que exploran otras posibles causas, más complementarias que alternativas.

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