Cualquier sistema judicial debe decidir, entre otras cosas, qué pruebas son suficientes para declarar culpable a un acusado. No es una elección fácil. Cuando se dice que las pruebas deben señalar al acusado como culpable "más allá de toda duda razonable" se deja sin explicar lo que significa la duda razonable. Seguro que esto no significa que la probabilidad de ser culpable sea el 100%, puesto que tal cosa es, en general, imposible. Exigir el 100% o porcentajes muy cercanos a la perfección significaría dejar de condenar a muchos culpables. Tampoco se puede relajar mucho esta probabilidad, puesto que ello significaría, con cierta frecuencia, condenar a personas inocentes.
Este es el problema: el único mecanismo que garantiza que no se condena a ningún inocente es el que no condena a nadie y, por tanto, deja libre a todos los culpables. Por otra parte, el único mecanismo que garantiza que no se deja libre a ningún culpable es aquél que condena a todos (¡matadlos a todos, dios reconocerá a los suyos!). Cualquier otro mecanismo cometerá ambos tipos de errores. Se trata, por tanto, de elegir un compromiso, y éste no puede ser deducido sin atender a los sentimientos morales de quien diseña el mecanismo. La razón pura está, como en muchas otras ocasiones, incapacitada para deducir el mecanismo judicial.
Me parece un planteamiento digno de ser discutido.
ResponderEliminarpues si, es cierto, no hay sistema perfecto
ResponderEliminar¿podria ser una solucion dejar el vedericto en manos de sistemas de AI?
almenos se garantizaria una objetividad mayor
¿Deberíamos aspirar a que la 'razón pura' diseñara el mecanismo judicial? Incluso si pudiera, ¿de qué serviría si sabemos que los miembros del jurado no son racionales?
ResponderEliminarEl "mecanismo", entiendo, lo define el grupo dominante y dentro de este el subgrupo dominante (en las formas sociales más simples, el mono alfa... en base a lo que le parecía "la mejor solución" para la supervivencia del grupo y su "seguir siendo mono alfa".
ResponderEliminarDe esto no nos hemos librado en lo básico, se diga lo que se diga.
Buff, un poco sudado este razonamiento...
ResponderEliminarDe todas formas, moralmente hablando, aquí hay más problemas de los que comentas José Luís. Por ejemplo: imaginemos que yo tomo una pistola, la pongo sobre la sien de mi vecino y disparo ante la sorpresa de todo el barrio que me mira. Mi vecino muere; ¿Soy yo el cuplable de su muerte? ¿Soy yo la causa necesaria de su muerte y por tanto, tengo yo la culpa?
Se pude estipular y convenir que yo sea el culpable y por tanto, que yo sea la causa necesaria de su muerte porque yo, intencionadamente, he disparado el arma cuya bala ha destrozado el cerebro de mi vecino arruinándole, con ello, todas las demás funciones vitales. Y soy culpable debido a mi intención; pues se considera que uno es libre (no condicionado por nada) de actuar según unas intenciones u otras ¡Es en base a este supuesto libre arbitrio de la voluntad que se me pasa a considerar la causa única y necesaria de la muerte!
Incluso en el caso de que, milagrosamente, mi vecino no muriera, aunque saliera muy mal parado del trance, yo tb sería tachado de culpable a ojos de todo el barrio. Se me acusaría en orden a mi intención y no al hecho mismo.
En realidad, el código penal actual (y no es que yo lo domine demasiado) se fundamenta sobre las intencionalidades y la libre voluntad a la hora de determinar si uno es culpable o inocente ¿Por qué? entre otras cosas porque forma parte de nuestras creencias más antiguas, primitivas incluso supersticioas el creer que en cada acto humano existe una volición o una intención libre concreta, causa necesaria de un efecto.
En realidad, empero, yo podría dar una explicación lo suficientemente científica y comprobable que demostrara, más bien, que yo no soy el culpable del fallo orgánico general de mi vecino. Es decir, yo puedo demostrar que yo no fui la causa necesaria de su muerte. Sin embargo, la justícia no me escucharía ni me haria caso, metiéndome de lleno en la cárcel, por el arbitrario y convenido 'hecho' de que la justicia tiene estipulado que una persona que dispara a sabiendas a otras es culpable ¡Incumple la ley de no matarás! Sin embargo, yo me sentiria inocente, pero a la justicia esto no le importa; sólo le interesa mantener un orden social. Y ciertamente, para eso sirve la justícia: no para castigar a los culpables y defender a los inocentes -Hay que ser iluso para creerlo-, sino para mantener y promocionar cierto orden social protegiendo sus leyes, sus ordenamientos, sus formas de comportamiento, etc. Lo fundamental es que la sociedad funcione.
En verdad, uno no piensa si es culpable o inocente, sino si lo van a castigar o no.Porque este es el punto: castigar o no castigar... lo de inocente y culpable es un sentimiento moral que surge a posteriori.
En fin, sobre este tema se puede decir muchas cosas. Saludos.
La idea de que existen inocentes y culpables forma parte de la superstición moral de la humanidad.
Sergio García:
ResponderEliminarBienvenido al blog. Espero que te animes a participar en alguna discusión.
JoPo:
Cuando llegue el día que tengamos IA veremos, pero tal vez la IA esté, como la inteligencia nuestra, llena de sesgos y de juicios subjetivos.
Hank Quinlan:
Bienvenido también. Si la razón moral pudiera diseñar el mecanismo tal vez se cargara los jurados. Claro que tendría que cargarse muchas más cosas para eliminar las irracionalidades.
En realidad la entrada planteaba una cosa mucho más modesta. Es posible que un seguimiento de las absoluciones y condenas nos den una idea del porcentaje de culpables que se van libre tras el juicio y del de inocentes que son declarados culpables. Lo que venía a decir es que no es posible deducir por la razón, a qué compromiso debemos llegar entre estos dos porcentajes. Si se considera que el segundo (inocentes a chirona) es muy alto, se pueden poner más duras las normas para declarar culpable a alguien, cualquiera que sea el mecanismo que se use.
Carlos:
Seguro que nuestro origen evolutivo tendrá algo que decir en por qué nos parece una cosa mejor o peor. Por lo demás, me remito al párrafo anterior.
Roberts:
La culpabilidad tiene que ver con la atribución de la intención y con el hecho. Sin intención, un asesinato pasa a ser homicidio y, sin muerte, a intento de asesinato.
El libre albedrío importa menos que el hecho de que, libres o no, respondemos ante las penas (además de ante nuestros sentimientos morales).
La idea de culpabilidad, inocencia, libre albedrío, y similares, puedes llamarlas supersticiones. Yo prefiero pensar que son conceptos útiles para hablar de nosotros. Lo mismo que los colores nos son útiles para hablar de longitudes de onda. Cierto que la longitud de onda la podemos medir por otras vías, y la inocencia no. Para esto tenemos el enfoque pragmático sobre cómo nos va en la justicia usando esos términos (con sus respectivas definiciones), y si son más útiles que otros alternativos.
Lo que quise decir entre otras cosas es que no existe "una" razón moral, y por eso sólo existen justificaciones a la situación favorable (en última instancia) al grupo/subgrupo dominante. Aunque claro que hay que matizar que esto no es "perfecto" y "falla" o se "desborda" o se "desvía"... y esto también debe ser considerado para no caer en eufemismos o conceptos huecos.
ResponderEliminarLa referencia evolutiva que hice es para ponerme en el caso real más simple y además "originario" de lo que ahora se ha convertido en una "discusión lógica" o "racional" que en definitiva ignora el por qué de la irracionalidad y de que las cosas sólo encajen en "una" en particular, construida ad hoc.
No pretendía salirme del tema con una cosa "trillada" sino apuntar al "meollo2 lejano para proponer un punto de referencia real que se deja de lado como si no "pesara" nada y pudiéramos hallar por vía de la "discusión" una "salida airosa" (o buscarla, o negarla, etc.)
Más saludos.
Carlos:
ResponderEliminarSi ya te había entendido, no te estaba reprochando nada, de hecho creía estar mostrando mi acuerdo. Llevo varias entradas justamente diciendo que no existe tal cosa como la razón moral, por lo menos no en el sentido de poder deducir la moral de una manera metafísica o apriorística.
Uppp... mi "cola de paja" me dijo que me estaban "reduciendo" de nuevo... perdona y me alegro por la coincidencia bidireccional (que para mí representa un refuerzo en la dirección de la lucidez... autodefinida... je...).
ResponderEliminarNo acabo de entender por qué un sistema que exija 100% de convencimiento para condenar (evidentemente los jueces pueden equivocarse) va a dejar en la calle a todos los criminales.
ResponderEliminarCon respeto a lo que dice RDC. Yo entiendo que una persona que dispara a otra en la cabeza es merecedora de ser encerrada (al margen de si existe libre albedrío o no). En el caso de que no sea libre y esté obligada a matar es mejor que vaya ella a la cárcel a que nos mate a todos. También nosotros podemos afirmar que estamos obligados a encarcelar a esa persona y que no somos libres :D
Nada es cierto al 100%, así que ningún condenado es culpable al 100%. Siempre puede haber una conspiración contra él y cualquier tipo de presión o de enajenación para que confiese. Todo muy poco probable muchas veces, pero no hasta llegar al 0% de probabilidad. Si esperamos a tener el 100% de certeza, nunca condenaremos a nadie. En cualquier caso, tampoco hay que obcecarse con esto. Basta considerar que tener el 100% virtual o acercarse al 100% real implica dejar en la calle, si no a todos, sí a muchos culpables. El argumento a partir de ahí sería exactamente el mismo. En realidad el argumento se sigue siempre que tengamos dos o más posibilidades. Por ejemplo: si pedimos un 99,99% de seguridad para condenar dejamos libres al 20% de los culpables y condenamos una vez de cada 10000 a un inocente, y si pedimos el 99,9% dejamos libres al 15% de los culpables pero condenamos a un inocente una vez de cada 1000. ¿Qué es mejor? No hay más razón que nuestras preferencias morales para decidir.
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