Todas las mitologías, además de hacer referencia a seres portentosos, a lugares utópicos y a objetos con propiedades mágicas, dedican historias y alegorías a distintas partes del cuerpo de algún personaje, o incluso a partes de cuerpo sin personaje (una sonrisa sin gato no es tan extraña como decía Alicia). Así, en la mitología griega tenemos como ejemplo el Talón de Aquiles; en la cristiana, el Santo Prepucio; en la judía, la Melena de Sansón; en la periodística, la Garganta Profunda; el Ojo de Sauron en la tolkiana, y así sucesivamente. Entre las partes del cuerpo más mitificadas está la mano, como bien evidencian las leyendas de la Mano de Dios, la Mano Negra, la Mano de la Familia Addams o la Manu Militari.
Los relatos de la ciencia no son ajenos a esta tendencia. Además de la famosa Mano Invisible están las Reglas de la Mano Derecha, mito que comienza con los escritos de John Ambrose Fleming, un ingeniero que recopiló o inventó la primera narración conocida sobre esta interesante leyenda. Se cuenta cómo la mano derecha, recogidos los dedos meñique y anular y extendidos los demás, consigue simular una pequeña realidad, un mundo en sus manos (no confundir con el mito homónimo de las sagas hollywoodienses, con el que no guarda relación). Se trata de la generación de electricidad. Si el pulgar señala la dirección en la que se mueve un conductor en un campo magnético cuya dirección marca el índice, entonces la corriente eléctrica inducida se mueve en la dirección del dedo corazón.
Desconocida en los ciclos newtonianos anteriores, la electricidad se añade a la mitología científica y el mito de su creación recrea el origen del mundo: el campo magnético en movimiento induce una corriente eléctrica y una corriente eléctrica produce a su vez un campo magnético. Cada uno es la causa de la existencia del otro y ambos existen porque sí, como el mundo, solo por dar gusto a las simetrías de la Física.
Esta Regla de la Mano Derecha referida a los generadores finalmente viene a ser una versión particular de un mito más general y extendido: la Regla de la Mano Derecha para el producto vectorial: si el vector x está representado por el índice y el vector y por el corazón, su producto vectorial seguirá la dirección del pulgar. Véase cómo esta dirección existe en una tercera dimensión distinta a las de los vectores originales, y que debe existir porque sí, por exigencias de las Matemáticas.
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Hace cinco años en el blog: Había un hombre que tenía una doctrina.
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