jueves, 30 de junio de 2011

New York City


Desde ayer y hasta finales de julio estaremos en NYC. Un poco de vacaciones y un poco de trabajo. Mis entradas y comentarios estarán en horario americano.

Todo gracias a un intercambio de casas. La nuestra en Madrid por un amplio apartamento cerca de Central Park y no lejos de Times Square. Muy recomendable.

sábado, 25 de junio de 2011

El caso Mortara


Allá por el año 1858, una sirvienta cristiana de catorce años en casa de una familia judía moja con agua a uno de los hijos de la familia, Edgardo Mortara, de ochos años. Considerando que esa acción hace del niño un cristiano, el papa Pío IX, en cuyos estados papales se desarrolló la historia, decide que debe ser apartado de su familia, ya que un cristiano no puede ser criado por judíos.

Aquí se puede leer la historia completa y aquí unas disparatadas argumentaciones que todavía hoy hacen algunos católicos.

De esta historia resaltan tres hechos. Los dos primeros son obvios. Quisiera hacer hincapié en el tercero:

1. La crueldad de la religión católica, que veía como natural este tipo de acciones. Eso por no hablar de lo absurdo de las creencias que llevaron a esa situación.

2. El fanatismo, también religioso, de los padres de Edgardo, que podían haber recuperado al hijo simplemente declarándose católicos.

3. La respuesta que uno invariablemente obtiene cuando presenta esta historia ante algún católico, y es que, dado el punto 2., no era para tanto el punto 1.

lunes, 20 de junio de 2011

La economía de la discriminación 8


La ventaja comparativa de las mujeres en las tareas domésticas se ha tomado como punto de partida para el análisis anterior de la entrada anterior de esta serie en términos de inversión en capital humano. No tendrá las mismas implicaciones para las políticas en favor de la igualdad entre los sexos el hecho de que esta decisión se haya tomado de manera voluntaria o involuntaria.

Hay, al menos, tres maneras en las que esta especialización puede haberse realizado de manera involuntaria. La primera y más obvia se debe a las diferencias biológicas entre los sexos. El hecho de que la maternidad y la alimentación del recién nacido (en una de sus opciones) estén determinadas biológicamente constituye una fuente innata de ventaja comparativa en ciertas labores que se realizan fuera del mercado de trabajo. Una segunda se refiere a las decisiones tomadas durante la minoría de edad de las mujeres. Por una parte hay decisiones no tomadas por ellas mismas, como es el tipo de educación a la que son expuestas en la infancia. Por otra parte las mujeres adultas deben estar protegidas de decisiones tomadas en épocas tempranas, cuando las preferencias de los niños sobre ciertas materias no se consideran relevantes por chocar con las preferencias del yo-adulto, que son las que deben ser respetadas. En la medida que estas decisiones no concuerden con las que hubiera tomado la mujer con sus preferencias de adulta sobre su educación, (o en la medida que esta diferencia sea mayor que para el caso de los hombres), las condiciones iniciales de cara a seguir una carrera profesional pueden ser desventajosas (de manera involuntaria) para las mujeres. Éste sería un caso de discriminación, incluso entendida en su sentido más estricto.

Una tercera causa de especialización involuntaria se puede encontrar apelando a fallos de información sobre las alternativas reales presentes y futuras. Por ejemplo, si los cambios sociales favorables a la integración de las mujeres en el mercado de trabajo, o la disponibilidad de bienes y servicios que faciliten las tareas domésticas no son correctamente anticipados en su magnitud o en la rapidez de su desarrollo, las mujeres que hayan decidido una menor inversión en capital humano orientado al mercado se encontrarán en una situación ex-post muy desfavorable. No es inmediato que el criterio de eficiencia implique que deban ser las mujeres las que paguen este tipo de errores de previsión (que pueden tener hombres y mujeres, pero que afectan más a las mujeres). Los miembros de la sociedad pueden ganar si se aseguran contra este tipo de eventualidades.

sábado, 18 de junio de 2011

Mi palabra más bonita


Cañaveral

Polisilábica, como buena palabra de su idioma, consonante-vocal en casi todas las sílabas, excepto en la última, que le confiere su sonoridad. Incluye la eñe y sus vocales son abiertas. Evoca libertad y progreso.

martes, 14 de junio de 2011

Un no es un no


La mejor forma de que no te roben la cartera es llevarla a buen recaudo. La mejor forma de evitar que te violen es no vestir con ropa demasiado ligera.

No sé si las dos afirmaciones anteriores son ciertas o no. Los expertos dirán. Lo curioso es la reacción distinta que suscitan. Podemos decir que llevar la cartera muy a la vista es "provocar", como llevar según qué ropa. En ningún caso esto tiene por qué implicar culpa por parte de la víctima. El que lleva la cartera a la vista tiene tanto derecho a ir así como la mujer que viste como quiera.

Sin embargo, si uno recomienda no llevar la cartera de esa manera no suscitará ninguna reacción particular. Si uno recomienda no vestir según de qué manera, sí ocurrirá. En un caso reciente, la razón puede deberse a la manera en la que se han dicho las cosas, diciendo que no hay que vestirse como putas. ¿Es solo eso? Si se hubiera empleado una expresión más respetuosa ¿no habría habido ninguna reacción? ¿se habría tomado nota de esa posible manera de evitar la violación, como en el caso de la cartera?

Creo que no. Después de mucho lenguaje machista y de una historia de privación de derechos a las mujeres, seguramente que aflorarían susceptibilidades.

Sí, pero ¿llevarían razón estas reacciones susceptibles? Creo que todo depende de cómo se valore la falta de libertad que implicaría cumplir con ese cuidado. Llevar la cartera bien guardada no coarta mucho la libertad de uno. No vestir como uno quiere, limita más. Claro que también supone una merma de libertad el no poder circular por todos los barrios que uno quiere a la hora que uno quiere.

Hay una circunstancia más que puede añadir algo de luz al porqué de las reacciones, que pueden servir de presión para que la sociedad ponga todavía más medios para evitar las violaciones o vejaciones hacia las mujeres. Entiéndase que, en ese caso, quien hace la presión entiende (o debe entender) que la afirmación (la relación entre la manea de vestir y la violación) bien puede ser cierta, pero que no se le presta atención a ese hecho para prestársela toda al castigo al violador y la posible complicidad de algunas actitudes machistas.

En todo caso, esa sería una presión social. Individualmente, cada madre y cada padre ¿cómo le recomendaría ir vestida a su hija a una taberna de puerto adonde llegan marineros tras semanas sin ver a una mujer?

Aquí alerté hace tiempo acerca de frivolizar con estas cosas.

sábado, 11 de junio de 2011

Un ciego guía a otro ciego



Hace unas semanas se publicó en enchufados la entrada que reproducimos aquí por la relevancia que tiene el tema y por solidaridad, ya que hace dos días, tenemos noticias de algunas amenazas de denuncia.


Esta es la trans­crip­ción de un frag­men­to de vídeo visto este miér­co­les en el In­ter­me­dio (vídeo 2, mi­nu­to 20’30 mi­nu­to 2’05”). En ella, una mujer (pre­su­mi­ble­men­te an­cia­na) llama al pro­gra­ma noc­turno del vi­den­te San­dro Rey de La Sexta, para pre­gun­tar por la salud de su nieta. Se pro­du­ce en­ton­ces la si­guien­te con­ver­sa­ción:
—Hola, bue­nas no­ches.
—Hola bue­nas no­ches.
—¿En qué le puedo ayu­dar se­ño­ra?
—Pues que­ría saber por la salud de una nieta.
—La salud de su nieta… hom­bre, aquí lo que más salen son aler­gias e in­su­fi­cien­cias res­pi­ra­to­rias. ¿Cómo se llama usted?
—Yo soy Leo.
—Pues lo que veo más es can­san­cio fí­si­co o psí­qui­co, o sea, “farta” de oxí­geno, al­gu­na aler­gia, algún pro­ble­ma en las vías res­pi­ra­to­rias, las fosas na­sa­les, fa­rin­ge, bron­qui­tis… eso es lo que yo le veo a esta nena. Pero no le veo nada malo, es pa­sa­je­ro, o sea…
—No, no, no… la niña no tiene eso eh, nada de eso.
—Bueno, eso es lo que yo estoy vien­do.
—No, no, no, no.
—¿Qué tiene la niña?
—La niña tiene una en­fer­me­dad que le lla­man Crohn, el Crohn. Y aler­gia no tiene nin­gu­na.
—Sí… bueno, pien­se que… pero pien­se que esa en­fer­me­dad le crea una in­su­fi­cien­cia res­pi­ra­to­ria. Eso no lo digo yo, lo dicen los doc­to­res de…
—De mo­men­to no la tiene.
—Bueno, esa en­fer­me­dad, nor­mal­men­te, los doc­to­res de este país lo saben, crea a me­di­da que va pa­san­do el tiem­po una in­su­fi­cien­cia res­pi­ra­to­ria y las de­fen­sas al estar muy dé­bi­les tam­bién crean aler­gias, aler­gias in­ter­nas-ex­ter­nas, o sea… Esa es la en­fer­me­dad que usted dice que tiene esa nena. Pues muy bien, pero de­ri­va, de­ri­va… o sea, lo que yo digo estoy di­cien­do es de­ri­va. Y ella, aun­que ahora no lo tenga no quie­re decir que no lo vaya a tener pero yo, a la nena, lo que sí le re­co­mien­do es que la pon­gáis en manos de un buen ho­meó­pa­ta.

Es decir, que el tipo le diag­nos­ti­ca a la nena aler­gia, in­su­fi­cien­cias res­pi­ra­to­rias, can­san­cio fí­si­co, can­san­cio psí­qui­co, falta de oxí­geno, pro­ble­mas en las fosas na­sa­les, la fa­rin­ge, bron­qui­tis… todo ello pa­sa­je­ro. Y cuan­do la nena re­sul­ta tener una en­fer­me­dad cró­ni­ca in­tes­ti­nal este señor in­sis­te en que ha acer­ta­do ¡y le re­co­mien­da acu­dir al ho­meó­pa­ta! Desde luego, el que no se con­sue­la es por­que no quie­re. Por no ha­blar de su total des­co­no­ci­mien­to de la en­fer­me­dad de Crohn o las aler­gias (más le va­dría tener un buen ac­ce­so a Goo­gle y dejar de darle vuel­tas a la di­cho­sa bo­li­ta). Qui­zás su único acier­to (pura poe­sía) haya sido afi­liar­se tan opor­tu­na­men­te con esos ti­ma­do­res re­co­no­ci­dos. Ha­bría que in­cluir una ad­ver­ten­cia de este tipo en los me­di­ca­men­tos ho­meo­pá­ti­cos:



Es de chis­te y ten­dría mu­chí­si­ma gra­cia si no fuese tan real. Hay gente, es­pe­cial­men­te la más vul­ne­ra­ble, que con­fía ver­da­de­ra­men­te en estos es­ta­fa­do­res. Y lo malo no es que ne­ce­si­ten una pa­la­bra de con­sue­lo y al­guien se la pro­por­cio­ne. Su­pon­go que al­guien que llama a un pro­gra­ma así tiene una pre­gun­ta que no sale de su ca­be­za y sólo desea darle so­lu­ción de forma po­si­ti­va (si re­ci­bie­se una mala no­ti­cia, la preo­cu­pa­ción no se di­si­pa­ría y eso lo saben bien los vi­den­tes ti­ma­do­res). Lo malo es cuan­do este con­sue­lo pre­ten­de sus­ti­tuir al con­se­jo opor­tuno de un ex­per­to, su­plan­tar al mé­di­co, cuan­do se atre­ve a dar diag­nós­ti­cos y a su­ge­rir tra­ta­mien­tos. En­ton­ces pone en ver­da­de­ro ries­go la salud de quien con­fía en él, a veces más que en su pro­pio mé­di­co.
¿No se po­drían prohi­bir este tipo de con­duc­tas? ¿de­nun­ciar al es­ta­fa­dor por ne­gli­gen­te en casos pa­re­ci­dos? Sería tan sen­ci­llo como obli­gar­les a dar una res­pues­ta es­tán­dar cuan­do se trate de temas mé­di­cos. Po­dría in­clu­so estar gra­ba­da, una voz en off que re­so­na­ría en el plató au­to­má­ti­ca­men­te ante la lla­ma­da opor­tu­na: “Las au­to­ri­da­des sa­ni­ta­rias ad­vier­ten que este in­tri­gan­te no está au­to­ri­za­do a es­ta­far­le en temas re­la­cio­na­dos con su salud. Si busca con­se­jo, hable con su mé­di­co”. A fin de cuen­tas, no creo que las ca­je­ti­llas de ta­ba­co sean mucho más per­ju­di­cia­les que estos se­ño­res.

martes, 7 de junio de 2011

Batallas perdidas

 
Y eso que es muy sencillo: 

Si se puede decir "a mi lado" se puede decir "al lado mío" (no al lado mía, que lado es masculino). Si no se puede decir "mi delante" no se puede decir "delante mío" ni "delante mía" y hay que decir "delante de mí". De ahí se sigue "detrás de mí", "enfrente de él" y "a la izquierda nuestra".

Si la palabra acaba en "i" o en "u" tónica, el plural se hace añadiendo "es". Así se dice jabalíes, carmesíes y menúes.

Si es objeto directo se emplea "la" o "lo", si es indirecto, "le".

Si la palabra empieza por "a" tónica, lleva el artículo "el" y puede llevar "un", pero solo esos, los demás artículos, demostrativos, etc. irán en femenino si la palabra es femenina. No digas de esa agua no beberé, está en la otra arca, es un águila pequeña, es una ánfora blanca.

En todos los países latinoamericanos dicen "lo conozco". En España, la academia hace tiempo que es indulgente y acepta "le conozco" (pero no si es a una mujer). En distintas partes prevalece el leísmo (le tengo, en lugar de lo tengo, por ejemplo, cuando se tiene un libro) o el laísmo (la regalé un costurero, dice Lorca en lugar de le regalé).

También en latinoamérica aciertan más con "esa área", cosa que ya les suena mal a muchos españoles, que dicen "ese área".

Los escritores tienden a hacer las cosas bien, con excepción, claro del "le conozco" para los españoles. Seguramente tampoco haya muchos menúes en sus obras y sí en cambio menús. Con el "delante de mí" tienen más cuidado, pero en la lengua hablada gana por abrumadora mayoría el "delante mío" o, peor, el "delante mía". Conocí una vez a un asturiano que llegaba a decir "¿no te fías mía?"

¿Cuándo hay que rendirse?

sábado, 4 de junio de 2011

Otra razón para indignarse


Leemos en El Correo:
Desalojan el autobús universitario con Vitoria "porque hay una línea regular"
Vivimos en un país donde unas personas no pueden contratar libremente con una compañía de autobuses realizar el trayecto que les dé la gana. ¿La razón? Ya hay una empresa que tiene el canon para realizar el trayecto. Ay los cánones.

Fijémonos en dos detalles de relevancia. Primero, que los alumnos no están poniendo un servicio de línea abierto al público general. Es una asociación de alumnos que contrata un servicio para los alumnos que se apunten, como cualquier excursión de las que hay miles en el país, vamos.

Segundo, léase al este conato de explicación:
"Las autorizaciones no se conceden por caprichos".
Me gustaría mucho saber cuáles son esas razones tan poderosas que no son caprichos.

¿Monopolios? No gracias.

miércoles, 1 de junio de 2011

Teléfonos móviles y cáncer


Esta es la noticia. Antes de analizar los hechos, repasemos unas nociones básicas de probabilidad.

¿Cómo saber si una moneda está trucada y saca cruz con una probabilidad distinta de 1/2?

Podemos tirarla varias veces y observar lo que pasa. Si la tiramos una vez no tendremos argumentos para decir nada. Si la tiramos dos veces y sale cruz las dos, ¿podemos decir algo? Muy poco, porque la probabilidad de sacar dos cruces con una moneda no trucada es de 1/4, así que es algo muy fácil de observar.

Si la tiramos cinco veces y salen cinco cruces, empezamos a sospechar, pero todavía es algo no demasiado difícil, ocurrirá una de cada 32 veces o, en otras palabras, algo más de un 3%. Diremos que estamos algo seguros de que la moneda está trucada para sacar cruces, concretamente lo estamos a un nivel de confianza del 3%.

Dicho de otra manera, cuando alguien nos dice que un experimento corrobora una hipótesis con un nivel de confianza de, digamos, el 1%, quiere decir que solo un 1% de las veces que se hace el experimento tendremos ese resultado por pura casualidad. Pero claro, si hacemos mil experimentos y solo nos fijamos en los 10 que da el resultado que corrobora la hipótesis estaremos dando una información muy sesgada.

Véase ahora la imagen que encabeza esta entrada. Cada segmento vertical son los resultados que se pueden obtener muy fácilmente por casualidad alrededor del resultado obtenido, de manera que fuera del segmento estará ese pequeño tanto por ciento que ya es más difícil de obtener. Son resultados de observaciones de incidencia de un tipo de cáncer entre usuarios pertinaces de teléfonos móviles.

La línea horizontal, paralela al eje de las equis, marca la incidencia normal de un tipo de cáncer. Si esa incidencia normal queda fuera del segmento, significa que es difícil (al nivel de confianza establecido) que la media sea la normal dado lo que se ha encontrado entre los usuarios de móviles y que será más alta (si el segmento vertical queda por arriba) o más baja (si queda por debajo).

Se observa que todos los segmentos están un poco por encima o un poco por debajo de lo que es normal, pero todos, menos uno (y este por poco), incluyen a lo que es normal dentro de lo muy posible. La media de todos los experimentos (a la derecha del todo) está, además, muy cerca de lo que es normal.

¿Cuál es la conclusión? Según la OMS, que hay que clasificar a las ondas electromagnéticas de los teléfonos móviles en el grupo 2B de peligrosidad.

José Trujillo, de la ARP, explica así el porqué de esta conclusión:
En la página número 23 (la 25 del documento) del documento "Preamble to the /IARC Monographs/ (amended January 2006)" de la OMS se detalla el significado de posiblemente frente a probablemente. 
Parece que las formas posibles de acabar en 2B. 
Existen pruebas, bajo ciertas condiciones, de influencia en humanos aunque insuficiente en animales experimentales. 
Pruebas inadecuadas en humanos (algún mecanismo fisiológico animal inexistente en humanos) pero probado efecto en animales. 
Pruebas inadecuadas en humanos, insuficientes en animales, pero identificado el mecanismo fisiológico u otra relación relevante. 
Pruebas fuertes sobre el mecanismo de acción del cancerígeno, aunque no se han realizado pruebas epidemiológicas. 
Para los móviles no creo que haya información relevante sobre el mecanismo, tampoco en la CONCLUSONES del trabajo de la OMS se habla para nada de estudios con animales. Supongo que se ha llegado hasta aquí en parte por la primera opción y en parte por "presión ambiental", porque se incumple la segunda parte de la primera opción y parece suplirla por: 
"Given the potential consequences for public health of this classification and findings," said IARC, Director Christopher Wild, "it is important that additional research be conducted into the long‐term, heavy use of mobile phones. Pending the availability of such information, it is important to take pragmatic measures to reduce exposure such as hands‐free devices or texting." 
Que viene a ser algo así como "no tengo pruebas pero por si acaso".

En Ciencia Kanija y en Magonia hay más detalles y más referencias.