sábado, 1 de octubre de 2011

Lo confieso: Cada día tengo manías


Así empezaba, creo recordar, una vieja canción de Pi de la Serra. La manía de hoy es vieja, pero me ha vuelto al recolocar los libros de las estanterías. Vale también para los CDs. Sí, ya sé que con el tiempo estos trastos desaparecerán y mi manía con ellos.

Se trata de lo siguiente. Si ponemos libros editados en cualquier país anglófono como suelen ponerse uno al lado del otro en el estante observaremos que todo lo que está impreso en el lomo del libro o bien está horizontal (si el lomo es ancho) o bien está impreso de manera que podemos leerlo inclinando la cabeza un poco a la derecha. En ese caso, las letras impresas en el lomo quedarían horizontales y del derecho si depositamos el libro en una mesa de manera que su cubierta o tapa superior quede hacia arriba, como en la imagen de esta entrada.

Si, en cambio, uno pone en la estantería libros editados en países hispanos, observaremos que la impresión en los lomos no está tipificada. Para leer algunos tendremos que inclinar la cabeza a la derecha y para leer otros, a la izquierda, con gran incomodidad cuando uno busca un título en los anaqueles.

Fijarme en esto es mi manía, y colocar a veces del revés los libros o discos que tienen la impresión del lomo del lado equivocado para así no inclinar la cabeza continuamente, el resultado de ella.

No me entretengo más, ahora llaman a la puerta, debe de ser el horno que trae el pan.

13 comentarios:

  1. Mira el lado bueno, es una manía inteligente. Yo no había reparado en ello.

    Se feliz.

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  2. Hola. Trabajo en una editorial, con librería. Uno de los empleados, gran amigo mío. acostumbra hacer lo que tú haces, de modo que sólo tenemos que inclinar la cabeza hacia la derecha para leer los lomos de los libros.

    Para mí es irrelevante: los libros no cabes en mis libreros, y no hay ni ley ni orden en eso.

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  3. Y sin embargo tus manías laterales no dejan de ser unas manías viciadas, no se si por el uso.
    Los impresores hispanos, tradicionalmente mejor avenidos a reconocer un error de concepto, dudan sobre la conveniencia de obligar a inclinar la cabeza para uno u otro lado. Por el contrario, los anglosajones, peor dispuestos a reconocer este u otro error cualquiera, como todo el mundo sabe, directamente yerran de lado aun a sabiendas que su indestructible determinación corre el riesgo de ser entendida como virtud.

    Un saludo :)

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  4. soy:

    Gracias por el comentario.

    Enrique:

    Dile a tu amigo que no está solo en el mundo. Por mi casa y por el despacho también tengo libros en desorden, pero logro mantener ordenados a la mayoría.

    Mario:

    Bienvenido al blog. Desde luego, tu comentario es para enmarcarlo. Pero después seguiré con mi manía hacia los editores hispanos por sus dudas en este aspecto fundamental de su trabajo.

    Saludos a todos.

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  5. Bien pudiera ser que los editores hispanos estuvieran velando por la salud de sus lectores (ya sea de forma consciente o inconsciente). El tener que inclinar la cabeza a un lado o al otro alternativamente supone un ejercicio para nuestro cuello que, con una adecuada colocación de los ejemplares, pudiera redundar en un menor desgaste de las vértebras cervicales o mejor dicho, en un desgaste "más equitativo" de las mismas. Recientemente a mi padre, a sus 82 años, le han diagnosticado problemas derivados de tal tipo de "desgaste no equitativo". En su caso se trata de vértebras lumbares en las que se apreciaba - o al menos, eso decía el traumatólogo, yo, sinceramente al observar la radiografía me sentía igual que ante algunas obras de arte moderno - como el lado derecho de los discos tenía menor grosor que el izquierdo. Él es diestro y, además, a causa de un accidente infantil tiene un leve problema de extensión en el brazo izquierdo que le condiciona a la hora de realizar tareas físicas que implican el uso de ambas extremidades superiores al mismo tiempo, por ejemplo, tareas en jardines o huertas en las que se emplean herramientas que exigen en uso de ambas manos para su manejo.
    Obviamente, lo arriba expuesto no tiene, ni lo pretende, ningún valor científico. Sólo se trata de una mera conjetura.

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    1. Gracias por el comentario, anónimo. Así que se vuelve a cumplir eso de que no hay bien que por mal no venga.

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    2. Ante todo, muchas gracias por responder a mi comentario. Sinceramente no me lo esperaba dada la antigüedad de la entrada y lo irremediable, me temo, del problema expuesto. Espero haber contribuido a mejorar la valoración de un gremio tan sufrido como el de los editores hispanos, al menos en España y en nuestros días (IVA (no) cultural, Intenet,...)
      No obstante, lo de "no hay bien que por mal no venga" no sé muy bien como interpretarlo. Conjeturemos:
      - Hipótesis 1 ("blame on you"); una utilización errónea/descuidada de la propiedad conmutativa en el ámbito del lenguaje
      - Hipótesis 2 ("blame on ...who?); un rasgo cultural atribuido frecuentemente a los gallegos - en modo alguno exclusivo - y que se conoce como retranca.
      En fin, mejor lo dejo aquí, he de confesar que yo también tengo manías, y una de ellas es la de darle muchas vueltas a las cosas.

      Unha aperta

      Cascarilleiro

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    3. Con un nombre, te puedo dar la bienvenida al blog, Cascarilleiro, y agradecerte la aperta.

      El mal era el desorden en los textos de los lomos. El bien, el ejercicio inducido.

      Para las entradas antiguas tengo puesta la moderación de comentarios. Así me entero más fácilmente de cuándo llega uno, a costa de que el comentador tiene que esperar un poco en ver su comentario publicado.

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    4. Se ve que las hipótesis que había formulado no agotaban todas las posibilidades. Tampoco era tal mi intención. Personalmente, la explicación ofrecida no hace trae a mi mente recuerdos infantiles, concretamente el mal trago que suponía la cucharada de jarabe que me iba a sentar bien para la tos. En fin, supongo que "no hay mal (aparente) que por bien no venga", o "no pain, no gain",
      Como ya mencioné en un comentario a otra entrada estoy dando una vuelta por el blog y he ojeado una de las entradas etiquetadas como Euskadi. Prometo intentar leer las diecisiete entradas así etiquetadas siguiendo incluso un orden cronológico. Por el momento no puedo resistirme a comentar que el mismo Castelao - como recoge incluso la Wikipedia - hablaba de su amor a la humanidad como la razón por la que no ejercía la medicina, quizá fue esta misma razón la que le impulsase a limitarse a una "sentida prosa" y no a los "excesos verbales",
      En fin, ya está bien por hoy de conjeturas y de paseos virtuales. Tengo que aprovechar el "ojo del huracán" y dar un paseo real para comprobar el estado de la playa de Riazor aunque la mayoría de las imágenes que aparecen en la tele sean de la playa anexa, la del Orzán,

      Cascarilleiro

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  6. A ver cuándo se normaliza este asunto tan importante. Es muy molesto visitar las librerías e ir ladeando la cabeza de un lado y del otro. Es absurdo. Propongo el sistema anglosajón ya.

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    1. Antes que eso ocurra se acabará el libro en papel, me temo.

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    2. Yo no creo que lo vea. De momento, sigo comprando libro en papel. No hay punto de comparación; un placer de toda la vida frente a una pantalla.

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