Se acabó el año angelino. Ayer regresamos a Madrid con toda la impedimenta, despues de vaciar las tiendas de Los Ángeles durante doce meses, 10 maletas a rebosar, sin contar con las cuatro de cabina, y eso que con las sobras llenamos 10 bolsas de ropa y calzado que donamos al Salvation Army, (ríete de la multiplicación de los panes y lo peces). Mis cosas cabían en maleta y poco. Mis tres mujeres llenaron el resto.
Pero está bien. Se cumplieron objetivos sobradamente. La pequeña ha aprendido inglés. La mayor ya lo sabía (hicimos otra estancia en los USA, en la costa este, cuando era pequeña), pero ha tenido su refuerzo de High School y no ha parado de tomar clases de baile en Debbie Reynolds. Mi mujer ha podido descansar un año de su trabajo y ponerse al día en sus lecturas literarias y profesionales, que son las mismas.
Visitamos Disneyland, los estudios de Hollywood, el Zoo de San Diego (con su Wild Animal Park, lo más cercano a un safari sin ir a África), las playas, los teatros (ya no sé cuántos musicales hemos visto) y salas de concierto (Walt Disney Hall, el Hollywood Bowl, donde se hace picnic mientras se escucha a Dudamel o a Jimmy Cliff, el Orange County Performing Arts Center,...), los lugares con música al aire libre (estupendísimos grupos de jazz tocando gratis por toda la cuidad), los barrios (los canales de Venice, el art decó de Pasadena y de la Miracle Mile,...), los museos (el LACMA, La Brea Tart Pits, una de las cosas más curiosas que se pueden ver en la ciudad, el California Science Center, el Getty Center y la Getty Villa, la Huntington Libary, con sus inmensos y cuidados jardines...), el Griffith Observatory, con las mejores exhibiciones sobre astronomía que se pueden ver y una de las mejores vistas de la cuidad, los edificios (además de los anteriores, está la impresionante Central Library y la Blue Whale, como le llaman al edificio del Pacific Design Center, con lo más actual en diseño y decoración) los parques, cañones y montañas que hay por toda la ciudad, la única con fauna salvaje en su interior (coyotes, pumas y serpientes cascabel incluidos), los campus universitarios, los lugares cercanos (San Francisco, Las Vegas, San Diego, Monterey, Tucson, Sedona, el Gran Cañón, la Baja California, ya en México,...) y todo lo que me dejo en el tintero.
En lo profesional, también se cumplieron objetivos. Dos trabajos aceptados, uno en revisión, dos más enviados para su publicación, otros dos a punto de hacerlo, un proyecto muy avanzado y otro en proceso, además de dar por terminada la tesis de un estudiante mío.
Pero lo mejor son los colegas y amigos que ahí dejamos y que esperamos volver a ver pronto. Algunos nos visitarán, a otros veremos en algún regreso, a otros veremos en quién sabe dónde, un congreso aquí, una coincidencia allá. La vida misma.
Pero lo mejor son los colegas y amigos que ahí dejamos y que esperamos volver a ver pronto. Algunos nos visitarán, a otros veremos en algún regreso, a otros veremos en quién sabe dónde, un congreso aquí, una coincidencia allá. La vida misma.
Bienvenido José Luis
ResponderEliminarMe alegro que tu estancia haya sido provechosa. ¡A quien se le ocurre viajar con tres mujeres, sino a un padre de familia! Ja,ja, que bien rodeado estas. Ojala se cumplan todos tus presentes objetivos. Un abrazo.
ResponderEliminarIsmael:
ResponderEliminarA ver si ahora puedo ir a reuniones escépticas en pubs.
emejota:
Así es mi vida. Rodeado de mujeres... y de maletas.
¡Queremos nuevos posts! ¡Queremos nuevos... :o)
ResponderEliminar¡Yo también, yo también!
ResponderEliminarcaramba! esto si que es un gran
ResponderEliminaréxito! felicidades!!! :-)
Gracias, Kika.
ResponderEliminarAnda, pues no sabía que no estabas en España, anda que no me entero de ná. Pues bienvenido y por lo que veo te cundió ;). Besos.
ResponderEliminarPues no lo disimulaba nada, escribiendo a deshoras madrileñas.
ResponderEliminarBesos.