El cerebro y la mente
(Puedes leer la parte octava aquí).
Una de las cosas que implica la Teoría de la Evolución y que puede ser empíricamente demostrada es el gradualismo. Significa este término que no hay saltos, por así decirlo, en la evolución. Cada órgano, cada habilidad, se ha ido construyendo poco a poco y de tal manera que cada paso debe constituir una mejora en sí misma. Vimos en su momento el caso del ojo, pero sin duda que es la consciencia la habilidad o característica más asombrosa de las que se observan en el mundo de la biología.
Los seres humanos somos conscientes de nosotros mismos, tenemos un yo, una identidad, somos capaces de pensamientos y de ideas abstractas. De entre de ellas, la idea de nosotros mismos es una de las más poderosas y, sin duda, es la más real. No sabemos bien cómo definirlo, pero todos nos entendemos cuando lo decimos.
Hay varios momentos de la evolución que son especialmente complicados y todavía no bien conocidos. Aunque ya dijimos que no competía a la Biología, sino a la Química, el origen de la primera estructura autorreplicante es uno de ellos. Otro momento es el origen de la célula y otro más el de la primera célula con núcleo. El origen y naturaleza de la consciencia añade uno más a estos momentos importantes. Llegados a este punto habrá quien esté tentado de dejar de investigar y de poner a un diseñador o un dios de por medio. Corre el peligro de quedarse con un dios menguante a medida que se vayan comprendiendo estos temas.
Una cosa es cierta; a pesar de que no sabemos cómo comenzó la vida, sabemos que algunas moléculas orgánicas básicas se pueden formar fácilmente en la naturaleza, que en las formas vivas éstas moléculas están presentes y que no hay elemento constitutivo de la materia de los seres vivos que no esté en la naturaleza. La diferencia entre materia viva y materia inerte es de organización. Algo parecido podemos decir con el origen de las células. El caso de la consciencia parece distinto. No vemos de qué está constituida. Bien pudiera ser algo distinto a todo lo que hay en el mundo físico que nos rodea. ¿Es así?
Echemos un vistazo a ver qué datos encontramos alrededor:
-Las plantas no parecen seres conscientes, tampoco los organismos unicelulares o los insectos, que nos recuerdan más a autómatas que a los animales superiores. Recordemos que hablamos de consciencia, no sólo de algún tipo de procesamiento de la información del entorno y de reacción frente a ello.
-Hay animales que muestran más consciencia de sí mismos que otros. Pocos animales se reconocen a sí mismos en un espejo. Los grandes simios y, si acaso, el elefante y el delfín. Es poca cosa, sí, pero es que otros animales ni siquiera llegan a ese nivel. Algo hay en la mente de los chimpancés que no hay en la de un ratón o un cocodrilo. Algo que está más cerca de una consciencia como la nuestra.
-Hay animales que muestran más signos de inteligencia que otros, como la capacidad para resolver problemas, usar un lenguaje, jugar o relacionarse socialmente.
-En el Homo sapiens, cuanto más atrás vamos en el tiempo, más nos acercamos al antepasado común con el chimpancé. ¿En qué momento se hicieron conscientes nuestros antepasados? En realidad no puede haber un momento. Cualquiera que sea el punto en que hagamos el corte y digamos “de ahí para adelante todos somos Homo sapiens, pero para atrás no” ocurrirá el hecho curioso que esa generación será más parecida a sus padres que a nosotros mismos.
-Ha habido otras especies de homínidos, cada una con su grado de inteligencia y de consciencia. El Homo habilis, por ejemplo, fue capaz de tallar piedras, pero parece que esto es lo único que supo hacer durante un millón de años.
-El desarrollo de cada individuo parte de la formación de un cigoto que se transforma en embrión, que se implanta y llega a ser feto y, a partir de ahí un bebé, un niño, un adolescente y un adulto. Ni en el cigoto ni en el feto hay consciencia, pero en el adulto sí. No hay un momento mágico en que pasamos de la no consciencia a la consciencia. Hay un proceso gradual.
-Hay enfermedades y malformaciones genéticas que impiden que el cigoto desarrolle una consciencia plena. Hay enfermedades terribles que hacen desaparecer poco a poco esta consciencia de un adulto.
-Todos los desarrollos anteriores están relacionados con el tamaño del cerebro, su organización y la complejidad de las redes neuronales que se producen por las sinapsis (conexiones químicas entre neuronas). Los escáneres muestran cómo distintas zonas del cerebro están ligadas a distintos tipos de pensamiento.
No sabemos cómo se desarrolla la noción de ser un ente que se piensa a sí mismo y que desarrolla sentimientos y raciocinio, pero sí sabemos que este desarrollo es gradual, y que no tiene por qué haber ningún constituyente distinto de los que ya encontramos en el mundo biológico. Todo es cuestión de alcanzar un nivel de complejidad en el cerebro tal que éste vaya, poco a poco, recabando información y estímulos, no sólo del mundo exterior, sino de sí mismo. La mente es un producto de un cerebro asombrosamente organizado. No por eso es menos maravillosa.
Puedes leer la parte décima aquí.
Dices que está demostrado empíricamente que la evolución sigue un proceso gradual. Supongo que quieres decir que és un proceso continuo y que por tanto, que a un pez no le salieron patas y piel de un día para otro.
ResponderEliminarSin embargo, aunque yo participo completamente de esta idea demostrada empíricamente creo que plateada así puede llevar a equívocos, a saber: se puede pensar que la evolución ha seguido un proceso lineal. O sea, se puede confundir lo de gradual con lo de lineal. Y me parece que eso no es cierto, verdad!?
Por cierto, ¿no sería mejor hablar de la consciencia como un síntoma en vez de un producto? Hablar en términos de producto o efecto nos abre el trillado dilema del dualismo cuerpo-mente.
Saludos.
Gradual, continuo, creo que estamos hablando de lo mismo. No sé qué podría significar lineal en este contexto. ¿Es lineal un conjunto de mutaciones en el ADN? Yo creo que no es lineal ni deja de serlo. No hay línea que pueda ser recta o de ninguna otra forma. ¿Es lineal la manera de acertar la combinación de la caja hace un par de entradas? Lo mismo digo para el órgano u organismo que evoluciona. ¿Te refieres a que puede parecer que hay una finalidad?
ResponderEliminarDesde el momento en que la mente es la actividad del cerebro (o parte de la actividad) deja de tener sentido hablar de dualismo más que en sentido metafórico y sin llevar la metáfora demasiado lejos.
Explícame un poco mejor lo de síntoma y producto. ¿En qué estás pensando?
Estimado José Luis:
ResponderEliminarAunque he hecho un comentario en el blog de Jesús Zamora a lo que tú has dicho, te lo dejo también aquí por si te es más cómodo.
Estimado José Luís Ferreira:
He visitado tu blog para conocer algo más de ti. Me parece fantástica la frase que aparece en la descripción del mismo: Debatamos las ideas y respetemos a las pesonas.
Por otra parte el hecho de que te interese sobre todo lo que sea verdad es una elección muy sensata.
Agradezco y valoro el modo en que haces tu exposición: con rigor y buenas formas. Todo ello favorece el diálogo.
Disiento contigo en la afirmación que haces: “nadie hace nada por los embriones que no se implantan. Sólo este hecho indica que no existe persona en el mundo que piense que un embrión es lo mismo que una persona. Por sus hechos los conoceréis, curas incluidos”. Precisamente la Iglesia Católica ha defendido siempre al embrión. Benedicto XVI lo ha dicho con unas palabras sintéticas: “Dios ama al embrión”. La Evangelium vitae de Juan Pablo II defiende al embrión. Recientemente se ha publicado la Instrucción Dignitas personae (http://www.conferenciaepiscopal.es/documentos/vaticano/doctrina/DignitasPersonae.html).
Por eso, me parece que no es cierta tu afirmación. Hay muchas personas que pensamos que el embrión es una persona humana en una fase de su desarrollo, como el recién nacido es una persona humana en una fase de su desarrollo. El que aún no tenga conciencia de sí, capacidad de raciocinio etc, no la hace ser ni menos persona ni tener menos dignidad ni menos derechos.
La Iglesia Católica ha alzado su voz contra la congelación de embriones precisamente porque sabe que estamos tratando con seres humanos en estado embrionario, pero seres humanos.
Un cordial saludo.
JOSÉ GIL LLORCA
Estimado José:
ResponderEliminarEn la frase estaba claro. Muéstrame obras, no palabras. Todas las manifestaciones para tomar acciones se refieren a acciones de las personas, ninguna a acciones de la naturaleza. No queremos que los terremotos nos maten, y seguro que tú tomas acciones frente a ellos, pero no tomamos ninguna por los embriones que no se implantan, pero tú no tomas ninguna acción frente a eso.
Llama como quieras al embrión, no es nadie a quien se pueda matar, porque no hay ni ha habido ningún ser mínimamente consciente susceptible de morir. Hay células humanas vivas, pero nada más. No hay un yo.
Por otra parte no sé cómo se atreve nadie a decir lo que ama o deja de amar dios.
Aunque estoy de acuerdo con el enfoque biologicista de la consciencia, es decir, yo tampoco creo en intercalaciones abruptas en nuestro desarrollo sigue pareciéndome un enigma la consciencia.
ResponderEliminarDe hecho, si me dieran la oportunidad de elegir un misterio a desvelar, sin duda elegiría el de la consciencia.
He leído a muchos pensadores (Dennett, Chalmers, Penrose, Hofstadter, Edelman[tal vez el mejor, al menos en cierto sentido]) hablar sobre el tema y en lo esencial me sigue pareciendo un enigma aunque he aprendido mucho sobre ellos y tengo presente que, incluso como ellos mismos afirma, sólo quieren plantear el tema
Pero es que si decía Borges que el problema metafísico por excelencia era el tiempo, yo creo más bien que es la consciencia porque como él mismamente dijo en una ocasión resulta realmente misterioso el hecho de que:
Siglos de siglos y sólo en el presente ocurren los hechos; innumerables hombres en el aire; la tierra y el mar, y todo lo que realmente pasa me pasa a mí.
Fuente: El jardín de los senderos que se bifurcan
stimado José Luís:
ResponderEliminarEl Magisterio de la Iglesia, creo haberlo demostrado con los documentos que te he citado, sí que hace lo que puede para defender a los embriones humanos. Y yo hago lo que puedo, que es decir en cualquier lugar, que no es moral congelar embriones y tratar a los embriones humanos como material biológico, sino que hay que respetarlos como seres humanos que son en fase embrionaria. Y los médicos y biólogos, genetistas y profesionales católicos en estos ambitos también hacen lo que pueden por defender al embrión humano.
Un embrión humano no es simplemente un conjunto de células vivas. Una gota de sangre contiene células vivas pero de una gota de sangre no se forma un niño mientras que de un embrión sí.
La Sagrada Escritura afirma en diversas ocasiones y de diversos modos que Dios ama al embrión: «Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado » (Jr 1, 5); «Tus manos me formaron, me plasmaron, y luego, en arrebato, me quieres destruir! Recuerda que me hiciste como se amasa el barro, y que al polvo has de devolverme. ?No me vertiste como leche y me cuajaste como queso? De piel y de carne me vestiste y me tejiste de huesos y de nervios. Luego con la vida me agraciaste y tu solicitud cuidó mi aliento» (Job 10, 8-12). Acentos de reverente estupor ante la intervención de Dios sobre la vida en formación resuenan también en los Salmos (Sal 127; 128). Y explícitamente aparece en Sal 139, 16: «Mi embrión lo veían tus ojos». El Magistero de la Iglesia hace lo que puede y le compete. Juan Pablo II afirmaba en la Evangelium vitae, n. 63: «La misma condena moral concierne también al procedimiento que utiliza los embriones y fetos humanos todavía vivos —a veces « producidos » expresamente para este fin mediante la fecundación in vitro— sea como « material biológico » para ser utilizado, sea como abastecedores de órganos o tejidos para trasplantar en el tratamiento de algunas enfermedades. En verdad, la eliminación de criaturas humanas inocentes, aun cuando beneficie a otras, constituye un acto absolutamente inaceptable». Y los fieles laicos hacen también lo que les compete. Así que no es cierto eso de que no hay obras.
Atentamente,
JOSÉ GIL LLORCA
Héctor:
ResponderEliminarCreo que contigo estaríamos la mayoría de la gente con un mínimo de curiosidad. De los autores que nombras, Douglas Hofstadter me parece que es el que formula las cosas de manera más clara y plausible, sin apelar a cosas raras que no sabemos qué son ni qué consecuencias tienen (como Penrose).
José Gil:
ResponderEliminarSi no quieres contestar a las preguntas estás en tu derecho. La cuestión que te planteaba era sobre los embriones que no se implantan, sobre todos ellos. Ese 30% de muertes que hace la naturaleza (que, indirectamente, dios) al no implantarse los embriones. Por ellos no haces nada. Hechos, no palabras. Ni tú ni nadie. Sólo me hablas de los causados por las parejas que quieren tener hijos mediante técnicas de fertilización y a las que, en lugar de felicitar, como hace todo el mundo sensato, demonizas.
De cualquier célula se podría formar un ser mediante clonación, no sólo del cigoto, independientemente de que nos parezca bien o mal. Ese ser inexistente tendría según tu lógica también derecho a existir.
De un material genético disperso se puede formar un niño si se junta en un ADN particular. De un cigoto se puede formar un niño si se forma un solo embrión. De un embrión se puede formar un niño si se implanta. De un feto se puede formar un niño sino tiene malformaciones o si no hay un aborto espontáneo. La naturaleza primero crea un cuerpo en el que se desarrolla un cerebro y, en él, las sinapsis neuronales, que serán la base de lo que constituya el ser que nos importa. Antes del cuerpo moldea el cigoto, la mórula,.. y antes los espermatozoides y óvulos, y antes mil cosas más.
Elegir un momento y no otro anterior para señalar una divisoria absoluta es una contradicción en términos. En esa contradicción se caerá siempre que se tenga el prejuicio ideológico de que existe un alma o lo que sea que en un momento no está y en otro sí está. Todo lo que sabemos de la realidad es justo lo contrario: el desarrollo es gradual, y hasta bien entrado el embarazo no hay nada de nada.
Te digo que nadie sabe qué ama y deja de amar dios y me das la opinión de unos escritores antiguos. No sé a qué viene eso ni qué puede demostrar.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, José Luis.
ResponderEliminarPero me surge una duda, ¿cuándo se consideraría un aborto "inmoral"?, ¿a qué mes?, ¿nunca?, ¿quizá cuando el feto tenga consciencia de sí mismo, o cuando sea independiente de la madre?, ¿pero llega a tener el feto consciencia? jaja, qué lío. ¿Qué diferencia hay entre un feto de 8 meses y un bebé de 10?, ¿puede responder a la pregunta anterior eso que has dicho de "el ser que nos importa"? Me pregunto dónde está la línea, porque si no la hay... :P
No hace falta que respondas a todas, algo muy breve me bastará jaja.
Si no tienes ningún inconveniente, me llevaría una parte del comentario tuyo de aquí arriba para colgarlo en mi blog dentro de poco. Me parece crucial :D
Un saludo de aprendiz.
Hugo:
ResponderEliminarEs posible que muchos lo consideremos un mal (por tanto inmoral) en un momento tan temprano como quieras. Pero el problema es tomar una decisión sobre ese mal y el mal de causar un daño a la madre que no quiere llevar a término el embarazo.
En cualquier caso, la razón de que yo lo pueda considerar un mal no tiene por qué ser que piense que es una persona consciente, que no lo es, sino que es una pena abandonar un proyecto avanzado.
Por poner un ejemplo, un plano no es una casa, aunque lo llames casa en potencia o proyecto de casa. El plano necesita ser leído y que se lleven a cabo sus instrucciones. Abandonar el proyecto en cualquiera de sus fases puede ser considerado un mal (tantos recursos para desperdiciarlos), aún si eso no implica dejar a nadie en la calle. El material genético del cigoto necesita también ser leído y que se lleven a cabo sus instrucciones.
No creo que haya mucha diferencia ente un feto de 8 meses y un bebé de 10. La consciencia y la sensación de "yo" no parece que empiece a aparecer hasta pasado el año. Los que quieren poner una línea seguro que interpretan que, para ser consistente, yo debo concluir que debe ponerse cuando aparece la consciencia y que a mí entonces no me importaría matar a un bebé de 10 meses. Esta contradicción la tienen los que se empeñan en poder deducir la existencia de esa línea, no yo. Si bajara dios a decirles que está bien matar a niños, ellos tendrían que obedecer (ya ocurrió en la Biblia). Yo no.
La aparición de la consciencia es gradual y yo no requiero su plena formación para impedir la continuación del proyecto vida de un ser humano. El ser que nos importa a la inmensa mayoría tanto como para no permitir la interrupción y causar otro tipo de mal (la limitación de la libertad, que entonces nos parece comparativamente menos importante) es el que está en fase avanzada, por ejemplo, pasadas las 14 semanas.
A nuestros antepasados cazadores-recolectores les importaba el ser a unos meses de recién nacido (no que los mataran sin piedad, sino que, en caso de necesidad de desplazamiento, por ejemplo, eran prescindibles). Para los romanos era a partir de las 24 horas de nacido.
Los avances en técnicas de anticoncepción, detección del embarazo, e intervenciones para abortar, junto con la mayor sensibilidad hacia la vida de las sociedades civilizadas, ha permitido bajar más la línea. Llegar a la exageración de ponerla en momentos en los que no hay siquiera un par de neuronas conectadas es completamente innecesario.
Como sabrás por otras entradas mías, estoy a favor de la copiar (no plagiar) todo lo que producen los demás. Sobre todo si es bueno, así que me honras si lo haces.
Aprendices somos todos.
La aparición de la consciencia es gradual
ResponderEliminarEs un poco salirse del tema pero nunca he entendido esa frase. Si lo que quiere decir es que en la práctica no es posible marcar el momento exacto de cuando nace la consciencia, lo concedo.
Pero si afirma que la consciencia aparece poquito a poquito entonces para la argumentación que me bajo. ¿Qué teoría científica sobre la consciencia subyace bajo esa idea? La consciencia es indivisible y si aceptamos una correlación -ni siquiera un nacimiento desde- un evento material entonces tal hecho se dará en un momento u otro pero desde luego marcará un antes y un después.
Déjame ser más explícito si aceptamos la teoría de Edelman de que la cosnciencia surge de un proceso de conexión sináptica coherente por parte de un grupo neuronal diferenciado del resto, frente a la uniformidad total de la sinápsis de los comatosos o epilépticos, entonces en el mismo momento en el que en el feto unas neuronas se "comuniquen" entre ellas habrá aparecido la consciencia.
Puede que Edelman se equivoque aunque sus afirmaciones frente a Dennett o Hodfsdadter hayan sido validadas experimentalmente pero en su hipótesis de que ahí en el cerebro empieza a pasar "algo", en el sentido de que las neuronas se comportan de una manera, cuando alguien tiene consciencia me parece una hipótesis practicamente irrefutable y entonces ello implica que hay un hecho, en teoría, empíricamente comprobable que cuando se da marca un antes y un después en el ser vivo pues pasa de no tener a tener consciencia.
Por cierto, me ha gustado la respuesta a Hugo.
Héctor:
ResponderEliminarLo de la consciencia gradual es lo que he intentado exponer en la entrada con todos esos casos empíricos. Un chimpancé tiene cierto grado de consciencia que le falta a un mosquito y que no llega a ser la del ser humano. Un bebé de un año tiene más consciencia de sí mismo que un feto de ocho meses y menos que un niño de ocho años. Un individuo de la especie Homo habilis, todo parece indicarlo, tenía más consciencia de sí mismo que uno sus antecesores y menos que los individuos del Homo Sapiens. No veo cómo podemos hablar de consciencia sí o consciencia no.
Sí es posible que haya momentos críticos que, si se pasan, producen cambios grandes en poco tiempo (propiedades emergentes, teoría de las catástrofes,...). Un nivel de complejidad en las conexiones neuronales, por ejemplo; o el desarrollo de estructuras con estas conexiones que se refieran, no a la realidad exterior, sino a las propias conexiones. Tal vez, incluso, el cambio que se operó en nosotros y no en el Homo habilis es el definitivo y también lo es el que se produce en el niño entre su primer y segundo años. Pero, ojo, el que las neuronas hagan ciertas cosas cuando el ser es consciente como un ser humano (y no como un chimpancé o como un enfermo ya grave de Alzheimer) no quiere decir lo contrario, que en cuanto se empiezan a observar estas cosas ya haya consciencia.
¿Cómo distingue Edelman entre los distintos niveles de consciencia que he presentado en los ejemplos?
En cualquier caso, estoy dispuesto a dejarme convencer de que existe esa manera de demarcar un tipo de consciencia de otros menos evolucionados.
Tu post hablaba de la autoconciencia.
ResponderEliminarEdelman habla de una conciencia superior del ser humano -aunque entre neurobiólogos este es el paso su teoría no del todo acetpado- que vendría del lenguaje que le permite tener autoconciencia.
En cuanto a las diferencias entre seres de la misma especie: Piensa en el núcleo neuronal que produce la consciencia, él le llama núcleo dinámico, como un cuarteto de instrumentistas que toca armónicamente entre si mientras el resto de la orquesta le sirve de acompañamiento. Dicho cuarteto podrá variar en sus elementos integrantes pero no su existencia mientras hay consciencia.
Si la orquesta está afinando los instrumentos -no hay cohrencia- tenemos a un epiléptico. Si la orquesta toca la misma nota, al mismo ritmo, tenemos a alguien durmiendo -en fase REM
Entendido eso se entiende que las diferentes consciencias de un mono, bebé o lo que sea diferirán en que unas son más cuantitativamente complejas en el sentido en que tiene un cuarteto más grande o más armonizado que el resto pero todas ellas, todas las consciencias tendrán dicho cuarteto, núcleo dinámico.
Tal vez me explique mal y es que ahora no estoy en casa y no puedo citarte el libro donde se explican las diferencias. Si no se me entiende luego reformulo el comentario.
De todas formas no hace falta que nos ciñamos a Edelman. Si tu aceptas la teoría neurofilosófica de Hofstadter o Dennett entonces creerás que la cognición se produce cuando hay una actividad computacional por lo que la conciencia aparecerá lisa y llanamente cuando nuestra arquitectura neurobiológica sea capaz de implementar dicha actividad computacional.
En este momento no creo ni dejo de creer una teoría de la consciencia o autoconciencia. Todavía estamos en pañales como para dar nada por sentado. Las imágenes de la orquesta están muy bien y tienen una gran fuerza evocadora, pero parece que se reconoce que hay distintos grados de consciencia según la orquesta sea más o menos compleja. Esto me es suficiente.
ResponderEliminarLo de Hofstadter o Dennett no me parece tan tautológico, porque, de nuevo, varios grados de consciencia necesitarán de distinta actividad computacional y, por tanto, será necesaria distinta arquitectura neurobiológica, pudiendo estar en fase de hibernación o activa (como los ordenadores) según si dormimos o no.
Encuentro que la imagen de la orquesta y la computacional permiten ambas hablar de grados de consciencia. No sé si estarás de acuerdo. Que gane la que mejor explique las cosas.
Muchas gracias por la respuesta, me quedo con la idea de que "la aparición de la consciencia es gradual".
ResponderEliminarUn saludo.
A ver por supuesto que hay grados de consciencia como hay grados de embarazo pero o hay consciencia o no la hay como o hay embarazo o no lo hay.
ResponderEliminarDe hecho una de las razones por las que me encanta la teoría de Edelman es que da una explicación sencilla de por qué hay grados de consciencia al apelar a la complejidad mayor o menor del cuarteto de modo que explica no sólo la diferencia entre nosotros y un bebé sino la diferencia ente nosotros en plena forma y nosotros recien levantados.
Un problema, dicho tangencialmente, que no resuelve Dennett al defender, en sus propias palabras, un funcionalismo fisicalista fuerte que se quiere decir por funcionalismo (...) que de la materia sólo es relevante saber cómo actúa.
Por minimalismo se entiende el escoger los elementos que inciden en el comportamiento de la susodicha materia y desechar los otros.
Un caso ejemplificador: El color de los ojos es irrelevante para el visionado de los mismos. Y finalmente por funcionalismo minimalismo fuerte se entiende la posibilidad de generalizar y abstraer al máximo; que en el caso del corazón, por ejemplo, implicaría que éste puede ser sustituido por cualquier otro objeto que bombease igualmente
De modo que siempre y cuando computase cualquier material valdría para crear la consciencia obviando el hecho de que existen computaciones, consciencias más sucias, más legañosas (mi yo recien levantado) que otras (mi yo después de tomar café)
En cualquier caso y volviendo al tema del post si no aceptamos que exista un fantasma en la máquina el cuál haría entrada en la máquina sin modificarla y sin que supiéramos cuando va a entrar el fantasma; si no aceptamos que exista un fantasma en la máquina, repito entonces por fuerza sea lo que sea la consciencia tiene que tener una materia una estructura determinada y empíricamente comprobable para que emerga dicha consciencia. Ese es el quid.
En resumen, habría grados de consciencia, en función de su complejidad pero la consciencia o existe o no existe porque la consciencia no es algo que se construya poco a poco sino algo que emerge de algo que, esto sí, sí se ha construido poco a poco.
Por cierto, en este post comento un poco la teoría de Edelman. La cito, por si a alguien le interesa:
El problema de la conciencia, al decir de Dennett,
no estará resuelto hasta que se desglose el ejecutivo en los subcomponentes que lo integran, que claramente son trabajadores inconscientes que funcionan (compiten,interfieren, se entretienen y hacen otras cosas) sin supervisión
Hecho conseguido con la teoría de darwinismo neuronal o TNGS que es una teoría de poblaciones que considera que la arquitectura neurofisiológica se va esculpiendo gradualmente con el paso del tiempo.
Primero en el cerebro embrionario donde hay variación y selección en el desarrollo producido tanto por la migración de poblaciones celulares como por la muerte de células. A continuación se da también una selección en la formación de las sinapsis fruto de la experiencia quedándose más conectadas aquellas neuronas que más se hayan comunicado. Y, por último, en el cerebro maduro cuando ya esté formado el andamiaje neurofisiológico, la conciencia surgirá con la amplificación diferencial de de las sinápsis que al hacerlo formarán grupos neuronales que serán redefinidas por las reentrada se señales, lo que se ha dado en llamar Hipótesis del Núcleo dinámico, y que para explicarlo el propio Edelman propone, en su libro El universo de la consciencia, la siguiente analogía:
Imaginemos un peculiar (incluso) extraño cuarteto de cuerda en el que cada intérprete responde con improvisaciones a las ideas e inspiraciones propias, así como a todo tipo de señales sensoriales procedentes su entorno. Como no hay partitura, cada intérprete tocará su melodía, que inicialmente no estará coordinada con las de los otros intérpretes. Imaginemos ahora que los cuerpos de los intérpretes están conectados entre sí por medio de multitud de fibras finísimas de tal modo que sus acciones y movimientos son transmitidos rápidamente en todas direcciones por mediación de señales generadas por los cambios de tensión de los hilos que sincronizan simultáneamente las acciones de todos los intérpretes
Es más que interesante la conclusión que unas líneas más abajo saca de la analogía:
Aunque ningún director estuviera dirigiendo o coordinando el cuarteto (...) la producción global de los intérpretes tendería a ser más integrada y coordinada (...) que la que ninguno de los intérpretes lograría producir por separado
Y digo que es interesante esa conclusión (innecesidad de director y partitura pero, aún así, existencia de coordinación) porque recuerda a la metáfora de La Mano invisible de forma que la característica de los CAS es que que, en la terminología de Hayek, están regidos por un orden espontáneo al igual que el mercado y el resto de las instituciones sociales (lenguaje, derecho,dinero).
De hecho el darwinismo neuronal de Edelman fue prefigurado por Hayek en 1952 con su libro The Sensory Order: An Inquiry into the Foundations of Theoretical Psychology.
En el post vienen enlaces donde se explican mejor la teoría ;-)
Héctor:
ResponderEliminarEntonces estamos de acuerdo en lo principal. No estoy tan apegado a ninguna teoría como para frustrarme si no es esa la que finalmente es cierta.
Yo no veo mucha diferencia en que haya una graduación en la consciencia (de la no consciencia a la mucha consciencia -o muchas, si hay varios tipos-) o que haya distintos grados de consciencia. Con los grados de consciencia habrá, seguro, unos que sean muy poca consciencia y algunos grados nos importen bien poco (¿la de los chimpancés? ¿la de los ratones? ¿la de los lagartos? ¿la de los peces? ¿ la de los mosquitos?)
En realidad, siendo el mundo finito, siempre que hablamos de procesos graduales hablamos de pequeños saltitos.
¿Qué diferencia conceptual puede haber entre decir que vamos de cero a un millón pasando por todo el continuo de números reales o que pasamos solo por los naturales? En este último caso tendríamos un salto que parece importante, el del cero al uno. En el cero no hay cantidad, en el uno sí, y luego hay grados de cantidad, como con los embarazos. Yo no veo demasiada diferencia en poner los términos de una manera u otra. Otra cosa es que pasemos de cero a 100.000 y, a partir de ahí seguimos despacito hasta el millón, o que vayamos despacito del cero al 100.000 y, a partir de ahí demos unos saltos grandes a 500.000 y luego al millón.
Si hay saltos grandes en el desarrollo de la consciencia (que impliquen la existencia de un ser consciente con un grado de consciencia mayor) será algo muy interesante de saber. Sabemos dónde no hay saltos de este tipo (p.e., no lo hay en la formación del cigoto y tampoco lo hay con las primeras sinapsis, que no son suficientes para que emerjan los pensamientos).
Reconozco que no he leído a Edelman, aunque te aseguro que empezaré a hacerlo. Por lo que estoy viendo en tus comentarios y en una par de sitios por ahí me parece que va en la línea de Steven Pinker (¿qué opinas?) a quien sí he leído. Éste último nunca lo he visto incompatible con Hofstadter, que no entra en esos niveles de detalle.
Es que yo creo que hay que hacer tres distinciones:
ResponderEliminar1)Una cosa es cómo surge cualquier función biológica la cual surgirá mediante una evolución gradual, 2)otra cosa es cómo aparecen los fenotipos en el embrión, los cuales surgen gradualmente y 3) otra cosa, y es a lo que ya apunto, es que aún siendo el desarrollo de la consciencia, ésta aparecerá cuando previamente hay aparecido una esctructura material que sirva de sostén. Digamos que si la consciencia se incrementa gradualmente por medio (y volviendo a la metáfora de la orquesta) de la adición de varios instrumentistas lo que es indudable es que para que esos músicos puedan tocas antes tienen que estar disponibles los instrumentos musicales.
En ese sentido sí estoy de acuerdo con la comparación de "1 entre 1 millón y etc" que has hecho.
En cuanto a Pinker, bueno realmente él cree en la validez de la teoría computacional de la mente pero en lo esencial no se moja: por ejemplo en los qualia. Digamos que el está preocupado no tanto en una neurofilosofía cuanto en un paradigma de la mente que haga operativa una sicología.
Edelman, por el contrario, se muestra explícitamente en contra de la teoría computacional de la mente pues no considera que el cerebro sea un sistema de procesamiento de la información.
A quien es idéntico en su teoría Edelman es Maturana y Varela, quienes también critican la teoría computacional de la mente en El arbol del conocimiento (pág.112):
[Nuestra mente] no es tampoco representacional porque, en cada interacción, es el estado estructural del sistema nervioso el que especifica cuáles perturbaciones son posibles y qué cambios gatillan en ellas en su dinámica de estados.
Sería un error, por lo tanto, definir el sistema nervioso como teniendo entradas o salidas en el sentido tradicional. Esto significa que tales entradas o salidas forman parte de la definición del sistema, como ocurre con un computador y otras máquinas de origen ingenieril.
Hacer esto es enteramente razonable cuando uno ha diseñado una máquina, en la cual lo central es cómo se quiere interactuar con ella. Pero el sistema nervioso (o el organismo) no ha sido diseñado por nadie, es el resultado de una deriva filogenéica de unidades centradas en su propia dinámica de estados.
Lo adecuado, por lo tanto, es reconocer el sistema nervioso como una unidad definida por sus relaciones internas en las que las interacciones sólo actúan modulando su dinámica estructural, esto es, como una unidad con clausura operacional.
Dicho de otra manera, el sistema nervioso no "capta información" del medio como a menudo se escucha, sino que al revés, trae un mundo a la mano al especificar qué configuraciones del medio son perturbaciones y qué cambios gatillan éstas en el organismo.
La metáfora tan en boga del cerebro como computador no es sólo ambigua sino francamente equivocada.
Creo que la definición de cognición más perfecta es la de Maturana y Varela -la consideran un proceso inherente a la vida- pero Edelman ilustra de forma biológica (nos habla del proceso seleccional de las neuronas, de qué hacen las neuronas cuando hay consciencia, etc.) cómo se da nuestra autoconciencia y por eso resulta más ilustrativa.
Digamos que Maturana y Varela dan soporte filosófico a Edelman, el cuál da soporte experimental. De hecho ambos coinciden en señalar el lenguaje como el dador de autoconciencia.
Digamos que Maturana es a Edelmen lo que Hofstadter (o más bien Dennett) a Pinker aunque, que conste y hasta donde yo sé, no se han leído. No es casualidad que los primeros sean biólogos y médico y los segundos matemáticos, sicólogos, filósofos pero no científicos naturales.
Así que si quieres un enfoque no representacional ni computacional de la mente te los recomiendo.
Héctor:
ResponderEliminarMe gustaría tener algunos ejemplos de lo que explican Edelmen y compañía con su teoría.
Hofstadter no es un científico natural, cierto, es un investigador de la inteligencia artificial, entre otras cosas. Pinker tampoco, pero aunque sea el portavoz más conocido de la teoría computacional, no la hace él. Expone los trabajos de científicos que lo son de Biología y Neurología.
He visto que desarrollas este comentario en el blog. Voy a esperar a que hagas ese resumen prometido (intenta que sea breve). Yo voy a ver si puedo resumir también las ideas de Hofstadter y Pinker. Cuando tengamos los resúmenes, te propongo presentarlos como entradas en nuestros blogs para su general conocimiento.
¿Qué te parece?
Voy a esperar a que hagas ese resumen prometido (intenta que sea breve) (...)Cuando tengamos los resúmenes, te propongo presentarlos como entradas en nuestros blogs para su general conocimiento.
ResponderEliminarOk.
En cuanto a la brevedad es algo que intento corregir y se debe a que en parte los posts los hago para autoclarificarme las ideas y acabo desbarrando pero, claro, otro aspecto positivo de los blogs es el feedback con los lectores a los cuales no se les puede meter tales mamotretos. Lo que había pensado es hacer dos blogs... pero todavía no lo tengo claro.
Respecto a los ejemplos de Edelman:
No sé si entiendo ¿me pides pruebas experimentales de su teoría o metáforas de lo que quiere decir?
Asumo lo primero y doy algunos ejemplos:
Él dirá que (pág.67):
Con la ayuda de varias observaciones relevantes que van desde la neurofisiología[para ello usará electroencefalografías (EEG), magnetoencefalografías (MEG), tomografías por emisión de positrones (TEP), imagenes por resonancia magnética funcional (IRMf)] hasta la neuropsicología, [por ejemplo para mostrar la plasticidad del cerebro muestra los resultados experimentales de colocar dibujos "especiales" a gente con secciones del cerebro quirúrjicamente seccionada]argumentamos que
(1) los procesos neuronales que subyacen a la experiencia consciente participan neuronas que están ampliamente distribuidas;
(2) estos grupos distribuidos de neuronas entablan fuertes y rápidas interacciones de reentrada;
y (3) para que pueda aparecer la conciencia, estos grupos neuronales que interactúan rápidamente deben ser capaces de seleccionar entre un número relativamente grande de patrones de actividad
No sólo eso sino que usa matemáticas del caos -que no comprendo- para estudiar la complejidad de las entradas neuronales.
Un caso: Llega a comprobar con los mecanismos ya citados por qué no se da la consciencia en los epilépticos al descubrir que con ellos no se cumple el punto 2. Es decir no aparecen grupos diferenciados sino que cada uno va por libre.
Cito (pág 94):la descarga hipersincrónica de neuronas en toda la corteza produce en el EEG unos complejos característicos de picos y ondas de 3 Hz. Estos ataques de "petit mal" están invariablemente asociados a una pérdida de conciencia, en este caso en forma de cortas "ausencias".
Un niño o niña puede parar de hablar en mitad de una frase o dejar de caminar, mirar al vacío y dejar de responder a estímulos.
De uno a varios segundos después, el niño vuelve a ser capaz de hablar o moverse, pero no guarda memoria alguna del episodio
¡Increíble! ¿verdad?
Todo lo dicho hasta aquí no iría contra Hofstadter & cia pero Edelman no cree que el ordenador sea computable simplemente mencionaré los conceptos ajenos al ordenador: plasticidad y reentrada que no retroalimentación porque (pág.63) en este intercambio participan numerosas vías paralelas y no dispone de instrucciones específicas de corrección de error, sino que altera eventos selectivos y correlaciones de señales entre areas
(...)
La reentrada permite una unidad de percepción y comportamiento que de otro modo sería imposible, puesto que el cerebro ni posee un procesador central único, al estilo de las computadoras, con instrucciones detalladas, ni dispone de algoritmos de cálculo para la coordinación de áreas funcionalmente segregadas
Por último -siento la chapa del comentario :-( , una vez más te escribo porque me escribo- quisiera reformular la diferencia entre Maturana y Edelman.
El primero hará una epistemología y neurofilosofía que postula qué es la consciencia sea cual fuere su implementación.
El segundo explica cómo se materializa dicha consciencia en nuestro cerebro. Esto es, qué pasa allí cuando pensamos.
Ya tengo el resumen presto :-P
ResponderEliminar¿Qué quieres que haga con él? ¿Te lo mando vía e-mail?
Saludos
Vas rápido. Yo todavía no he hecho mi parte. Mándamela, por favor y, cuando haga mi resumen, te lo envío también. Así decidimos cómo lo integramos.
ResponderEliminar¿Y a qué dir. mail la mando?
ResponderEliminarLa mía es hector.meda@gmail.com
Soy fácil de encontrar en google. Pero aquí va;
ResponderEliminarjlferr@eco.uc3m.es
Creo que en la emergencia de la conciencia humana es determinante tanto su complejidad estructural (número de neuronas y glia y su densidad sináptica) como su capacidad de copia y tutoría en la prolongada crianza, característica de nuestra especie. Una red neuronal deprivada socialmente pierde capacidad. A veces se deja de lado la enculturación, algo sustancialmente biológico que contribuye de forma importante al cableado y funcionalismo neuronal
ResponderEliminarTomo nota. Según leí en su día y creo recordar, en un bebé hay más sinapsis neuronales que en momentos posteriores. En el aprendizaje (enculturización) se deshacen muchas sinapsis. Suena a algo así como hacer una escultura eliminando los trozos que sobran (como decía Miguel Ángel) y no uniendo trozos que hacen falta.
ResponderEliminarLa mayoria de los procesos o respuestas biológicas parten de un exceso que deberá ser contenido o sensibilizado a lo largo del aprendizaje. El premio Nobel Eric Kandel describió los mecanismos básicos de habituación, sensibilización, condicionamiento clásico y operante, memoria... en términos bioquímicos.
ResponderEliminarLos niños disponen de un exceso de posibilidades conectivas. La maduración implica una feroz poda neuronal. Una vez completado el proceso de poda "a lo bestia" lo que las neuronas supervivientes hacen es organizarse y disputarse las conexiones (darwinismo neuronal)
Nuestra especie realiza la selección conectiva guiada por la experiencia propia, observación de la ajena y por el lenguaje (información experta). La toma de decisión (perceptiva, emocional y motora) está muy influida por la cultura.
Con respecto al debate sobre el aborto y la consciencia quizá ayude un poco el siguiente ejemplo. Imaginemos que montamos un arma. Va allegar un momento en el que el arma, sin estar completa, va a poder disparar. Lo que no significa que la vayamos a disparar.
ResponderEliminarCuando matas a un ser humano le robas su futuro. Nadie debe estar obligado a concebir un hijo, por más que el cambio de planes de una pareja que se separa sin tener hijos pueda suponer el aborto de un proyecto de ser humano que sólo estaba en la imaginación.
Cuando una mujer queda embarazada no puede tener más embarazos durante 9 meses por lo que el semen de su pareja no podrá convertirse en un ser humano durante ese tiempo. Así pues, el nacimiento de un ser humano impide el nacimiento de millones de seres humanos alternativos. Sería un sin sentido imposible obligar a la gente a tener todos los hijos que se podían haber tenido. Sin embargo asesinar a un hombre mientras duerme aunque se haga de forma indolora asfixiandole con un gas supone un crimen, se le roba su futuro y vida consciente a un ser.
A la conclusión a la que yo llego es que no se puede privar a un ser consciente de su vida futura y de las opciones que podría tomar en un futuro, pero que ese derecho al futuro sólo lo tienen los seres ya conscientes. Entendiendo la consciencia como una posibilidad (no es necesario ser todo el día consciente de lo que haces) que tiene el ser en ese momento.
La similitud con el arma me parece muy clara. Un arma puede estar habilitada para dispara (y dispararla o no) o no estarlo. Si la capacidad d disparar fuera la consciencia, se podría afirmar lo siguiente: No estás obligado a montar un arma, pero en el momento en que esté lo suficientemente montada como para poder dispara no puedes desmontarla ni interrumpir su montaje. Debes respetar el arma y permitir que dispare (piense) cuando lo desee.
Entiendo que en el ser humano llega un momento en que se vuelve físicamente consciente, aunque no use esa consciencia o le falte conocimiento.
Creo que resumes lo que digo, con una matización. En la analogía del arma ocurre que está bien claro el paso de poder disparar a no disparar. La consciencia no es un sí o no, sino que es cuestión de grados, sin tener una línea clara en la que decir hasta aquí sí, a partir de aquí, no. De ahí la insistencia mía en que el consenso más claro es poner la línea cuando no hay conexiones neuronales, donde sabemos que no hay ningún tipo de consciencia.
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