Fedea se crea a instancias de Luis Ángel Rojo, entonces Director General de Estudios del Banco de España, en los ochenta. No voy a repetir la historia de esta institución, baste decir que Rojo convenció a unas cuantas empresas para que patrocinaran un servicio de estudios. Y así funcionó, como tantos otros que en el mundo han sido, con más o menos competencia.
Pablo Vázquez se hace cargo de la dirección en 2005 y, tras atraer a economistas de primera talla mundial, saca adelante un proyecto que ha venido a cubrir dos propósitos (no sé si era la intención, pero así ha sido), uno, el de realizar un trabajo de divulgación de la investigación económica y, dos, el de analizar, debatir y proponer políticas económicas basadas en la mejor evidencia según la investigación económica. Para ello se puso en marcha el blog colectivo
Nada es Gratis.
Al lado de ello, algunos de estos economistas, junto con otros investigadores de varias universidades, lanzaron varias propuestas políticas en temas de empleo, pensiones, educación, reformas,... (los dos famosos manifiestos de los 100 son sendos ejemplos), siempre tomando los consensos políticos en cuanto a los fines y usando la evidencia de la investigación para llegar a ellos. Por ejemplo, se respetaban el sistema público de pensiones basado en el reparto y la sanidad universal. Ni estas propuestas ni algunos libros editados en torno a estos análisis son Fedea ni Nada es Gratis, a pesar de que se usara la plataforma de Fedea. Los contenidos del blog Nada es Gratis son responsabilidad de quien firma y no de ningún colectivo ni de Fedea. Las propuestas son de quien las firma y no de ninguna institución.
Conozco a unos cuantos de los que trabajan en Fedea, de los que publican en Nada es Gratis y de los que han firmado libros y propuestas de reforma. Cualquiera que haya seguido el blog y las propuestas habrá encontrado duras críticas a los gobiernos del PSOE y del PP y a algunas de las grandes empresas del país, patrocinadores de Fedea incluidos (han sido especialmente duras las críticas a la banca). Con el gobierno del PSOE nunca me han comunicado haber recibido presiones políticas, aunque sí han oído alguna vez alguna queja (leve, me dicen) de alguno de los patronos.
Con el gobierno del PP han ocurrido un par de cosas. Primero, tres de los habituales colaboradores de Nada es Gratis escriben un
duro artículo en El País en junio de 2012, criticando la política del Gobierno y propugnando una serie de medidas políticas y económicas. Uno puede estar o no de acuerdo con lo que ahí se decía, pero era un artículo escrito por tres personas en el ejercicio de su libertad de expresión. No firmaban como Fedea, ni como Nada es Gratis, ni se aprovechaban de ninguna estructura de estas dos instituciones. Pero comoquiera que son tres economistas brillantes y tenían vinculación parcial a Fedea, todo el mundo reconoce que la crítica no sentó nada bien al Gobierno. Un año después, dos de los firmantes del artículo dejan Fedea y dejan de escribir en Nada es Gratis.
Ahora se sustituye al actual director, Michele Boldrin, por Ángel de la Fuente, y se hace sin ningún tipo de convocatoria abierta, como sí se hizo en los dos anteriores nombramientos. Ángel de la Fuente comenzará el día primero de abril, pero ya está físicamente sentado en el despacho del Director y ya ha hecho declaraciones a los medios, entre ellas la de
Bloomberg, en donde señala que el artículo en El País había sido un error. Los medios de comunicación se hacen eco de estos hechos y ven, con buen criterio, la mano larga del Gobierno.
A partir de aquí, lo que a mí me importa es el futuro de Nada es Gratis y de la existencia de un foro de discusión y generación de propuestas de política económica respaldadas por la mejor investigación. Hay dos posibilidades para ello:
1. Nada es Gratis sigue en Fedea.
2. Nada es Gratis se desvincula de Fedea.
Hay muy buenas razones por las que 2 puede ser preferible:
(i) Para empezar, muchos de los análisis y propuestas en Nada es Gratis y en los manifiestos se han mirado con recelo por buena parte de la sociedad por la identidad de los patronos de Fedea. Los que conocemos cómo han funcionado las cosas sabemos que ha habido una total libertad académica, pero claro, no todo el mundo tiene esta información y se generan las inevitables sospechas.
(ii) Creo que tanto el Gobierno, como los patronos y el nuevo Director (eso me hacen sospechar sus declaraciones) desearían esta desvinculación. También tengo la impresión de que los que escriben en el blog no verían mal esta salida.
Con todo, deberían cumplirse unas condiciones para que esto sucediera. Primero, que el nuevo Director así lo quiera. Si decide mantener el blog y respetar su autonomía, las cosas podrían seguir como hasta ahora, pero habría de reconocer que su falta de experiencia le llevó a hacer estas declaraciones desafortunadas en los medios. Segundo, Nada es Gratis debería tener una buena plataforma, no solo para soportar el blog, sino también para seguir siendo punto focal desde el que seguir generando iniciativas, propuestas, manifiestos y libros y para ser una referencia de los medios de comunicación, políticos y académicos. Para eso hace falta una mínima presencia física, una oficina, un teléfono, un gestor, y esto requiere dinero. Eso nos lleva al tercer punto: lo que se haga, que se haga despacio. Ninguna decisión con prisas será buena. Fedea y Nada es Gratis deberán llegar a un acuerdo de desvinculación que sea satisfactorio, sobre todo de cara a la opinión pública. Se debería permitir mantener el nombre y tomarse el tiempo necesario para lograr la financiación adecuada.
ACTUALIZACIÓN:
El 25 de abril, el editor de Nada es Gratis, Gerard Llobet,
anunciaba que se seguiría la opción 2. La mejor solución.
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