Esta es la segunda parte de la traducción de mi artículo de enero de Mapping Ignorance. Debe leerse la primera para poder entenderla.
Sobre las causas que hacen de los asentamientos informales trampas de la pobreza, numerosos autores han recogido datos sobre salud, indicadores de inversión y de políticas públicas, y dan una idea consistente con los modelos teóricos de las trampas de la pobreza, tal y como se describen en Azariadis y Drazen (1990) [7] y revisan empíricamente López-Casanovas et al. (2005) [8], Bleakley (2010) [9] y Currie y Vogl (2013) [10]. Los indicadores de salud muestran unas chabolas con muy poco espacio disponible, densidades de población muy altas, fuentes de agua compartidas por docenas de familias, un alto porcentaje de letrinas infectadas, una esperanza de vida inferior a la rural y a las áreas urbanas no informales y una mortalidad infantil más alta. Es más, un número muy alto de hogares informan que alguno de sus miembros ha estado enfermo en el mes anterior a la encuesta.
Los indicadores de inversión muestran que la mayoría de los habitantes no son propietarios de su chabola y que pagan una proporción elevada de sus ingresos como renta. Cualquier intento de mejorar la vivienda, por otra parte, es relativamente caro. Las inversiones públicas son difíciles, pues los intereses de los señores de las barriadas, que controlan el mercado del terreno y de las viviendas y que a menudo son burócratas locales, miembros de bandas o traficantes de droga, no coinciden con los intereses de la mayoría silenciosa de sus habitantes. Además de eso, los asentamientos informales no suelen estar en los planes de mejoras urbanas y sus poblaciones son sistemáticamente minimizadas en los censos. Finalmente, las barriadas sufren la paradoja de Torado (1976) [11]: no es posible aumentar los estándares de vida sin generar un influjo adicional de inmigrantes desde las zonas rurales, que termina deteriorando toda la inversión pública y privada realizada.
3. El paradigma de los títulos de propiedad
Los escritos de De Soto (2000) [12] fueron muy influyentes en el debate para dotar de títulos de propiedad y derechos sobre la tierra y la vivienda. De Soto argumentaba que dotando a los pobres de títulos de propiedad sobre su terreno serviría de colateral a millones de pobres en áreas urbanas en todo el mundo. De hecho, esta relación positiva entre la seguridad de la propiedad y la inversión está bien documentada en la literatura empírica sobre asentamientos rurales. Sin embargo pocos estudios académicos han estudiado el impacto de los programas de dotación de títulos de propiedad en las decisiones de inversión en las barriadas de chabolas.
Marx et al. (2013) [2] no son optimistas y muestran evidencias de cómo estos programas pueden no tener los resultados esperados. La mayoría de los propietarios viven fuera de la barriada y no parecen tener problemas con que se les reconozca sus derechos informales sobre las personas a quienes se las alquilan (Syagga et al. 2002 [13]). Palmer (1998) [14] apunta que la efectividad de los programas depende de si aumentan la seguridad de que puedan disfrutar las familias pobres. En un giro interesante, Durand-Lasserve et al. (2007) [15] revisan la evidencia de varios programas de escrituración de propiedades que indica que la seguridad del alojamiento puede haber disminuido (porque con la legalización se hacen más fáciles los desahucios) en Afganistán, Camboya, Egipto, India y Ruanda.
Recomendaciones
En el pasado se intentó reducir la población de las barriadas de chabolas con desahucios y abandono. La idea era desincentivar la emigración a estos asentamientos informales e incentivar a sus habitantes a irse. En los años 70 ya estaba claro que este tipo de medidas no funcionaba y se sustituyeron por políticas de mejora, pero el entusiasmo inicial de los proyectos de mejora se fue apagando hacia el final de los 80, al continuar expandiéndose las barriadas y no poder mantenerse las mejoras introducidas.
La experiencia de los países que han conseguido evitar el crecimiento de sus asentamientos informales, como Brasil o Egipto (véase la Figura), parecen ser aquellos en que las políticas hacia las barriadas han consistido en una combinación de instrumentos en lugar concentrarse en uno solo. Estos instrumentos incluyen esfuerzos para aumentar la transparencia y la eficiencia del mercado de la propiedad de la tierra, para mejorar la gobernanza local, incrementar masivamente las inversiones públicas y aumentar también la oferta de casas baratas (UN-Habitat 2010 [16]).
Referencias
2. Marx, B., Stoker T., and Suri T.
2013. The economics of slums in the developing
world. Journal
of Economic Perspectives 27, 187-210.
7. Azariadis, C., and Drazen A. 1990. Threshold
externalities in economic development. Quarterly
Journal of Economics 105, 501–26.
8. López-Casasnovas, G., Rivera,
B., and Currais, L. eds. 2005. Health and economic
growth: findings and policy implications. Cambridge, MA: MIT Press.
9. Bleakley, H. 2010. Health, human capital,
and development. Annual Review of
Economics 2, 283-310.
10. Currie, J., and Vogl, T. 2013. Early-life health and adult circumstance
in developing countries. Annual Review of
Economics 5, 1–36.
11. Todaro, M.P. 1976. Urban job expansion,
induced migration, and rising unemployment: a formulation and simplified
empirical test for LDCs. Journal of
Development Economics 3, 211–25.
12. de Soto, H. 2000. The mystery of capital:
why capitalism triumphs in the west and fails everywhere else. Basic Books.
13. Syagga, P., Mitullah W., and
Karirah-Gitau S. 2002. Nairobi situation analysis
supplementary study: a rapid economic appraisal of rents in slums and informal
settlements (draft). Contribution to the
Preparatory Phase (January-November 2002) of the Government of Kenya &
UN-HABITAT Collaborative Nairobi Slum Upgrading Initiative.
15. Durand-Lasserve, A., Fernandes,
E., Payne, G., and Rakodi, C. 2007. Social and economic
impacts of land titling programmes in urban and peri-urban areas: a review of
the literature. Paper presented at the World Bank
Urban Research Symposium, Washington DC, May 2007.
16. UN-Habitat. 2010. State of the world’s
cities 2010/2011. Nairobi: United Nations Human Settlements Programme.
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