La Comisión Nacional de la Competencia ha realizado un informe en el que señala que las sociedades de gestión de la propiedad intelectual constituyen, cada una en su ámbito, un monopolio. Esta es una verdad de Pero Grullo, al ser cada una única en su sector y al no haber libertad de entrada. El informe ha dado lugar a varias reacciones.
Pablo Hernández, subdirector general de la SGAE, dice:
"A veces llega uno a pensar que existe un lobby interesado en reducir la posibilidad de negociación de la SGAE".No sé si existe el lobby, pero reducir la posibilidad de negociación de un monopolio siempre es bueno. De hecho, en algunos países europeos hay posibilidad de elegir sociedad de gestión sin mayores problemas. Claro que luego estas sociedades no gastan tanto en abogados y en palacios como la SGAE.
En defensa de las sociedades sale, cómo no, nuestra ministra de cultura, que nos suelta esto:
"No podemos aprovecharnos del trabajo de los demás sin su conocimiento, ni poner en cuestión que somos dueños de nuestras ideas."Ambas cosas son falsas, a nada que se hable en serio de ellas y que no sean una metáfora de algo distinto. Vayamos por partes.
"No podemos aprovecharnos del trabajo de los demás sin su conocimiento". Podemos y lo hacemos todo el rato con todo tipo de trabajos. Supongo que querrá decir que no podemos pedirle a alguien que trabaje en contra de su voluntad (que será voluble según lo que se le pague a cambio). Yo nunca le pediré a un escritor que escriba ni a un cantante que cante si no lo quiere hacer. En este punto creo que todos estamos de acuerdo, defensores del monopolio intelectual y defensores de la competencia intelectual.
"Somos dueños de nuestras ideas". No es verdad más que en un sentido metafórico que nada tiene que ver con la gestión de los derechos de propiedad. Somos autores de las ideas que creamos y somos dueños de ellas mientras no se las comuniquemos a alguien y ese alguien haya entendido la idea o la tenga descrita de una manera que pueda ser entendida por alguien más. Tales de Mileto no es dueño del teorema de Tales, ni Beethoven lo es de sus sinfonías, ni Vargas Llosa de cada una de las frases, párrafos o capítulos su último libro. No hay manera física de apropiarse de una idea, y las imposibilidades físicas crean sus propias leyes. Estas personas son (o fueron) autores de las ideas y, como tales, deben ser reconocidos.
Si, además, queremos imponer un sistema de restricciones a la circulación de las ideas, será porque económicamente sea bueno, por ejemplo, porque da más incentivos a los autores, pero no porque la idea sea propiedad como lo es la de los bienes que he comprado o construido y que nadie puede disfrutar sin quitármelos o sin comprármelos.
Sobre el nulo incentivo que suponen las leyes de monopolio intelectual a la creación de ideas ya he hablado en las demás entradas sobre el monopolio intelectual y sobre la traba enorme que ponen a su difusión, también.
nunca nadie hizo, ni hace, nada por si solo, sinó por el bagaje heredado de siglos y siglos de humanos que "hicieron" cosas antes. a mi, todo esto de la propiedad intelectual me daria risa, sinó es que más que ideas, lo que defiende, ferozmente, son euros.
ResponderEliminarEsto viene desde el día que el primer autor se puso en manos del señor que no tenía ni puta idea de Arte pero sí de negocios y que le propuso el oro y el moro. De hecho, este Arte prefabricado de nuestros días es el resultado de que aquel señor que no tenía ni puta idea de nada aparte de negocios, pero que un día observó que, incluyendo unas cuantas claúsulas en según qué contratos, podría tener enjaulada a la gallina de los huevos de oro -al menos durante un buen tiempo-. Ahora lo sencillo es fabricar "artistas" que no se vayan a rebelar. Pero parece que el que se ha rebelado es el posible consumidor, en una especie de venganza por todos los años en los que tenía que pasar por el aro de los precios para poder disfrutar de cualquier tipo de Arte. En realidad, lo del gratis total no va a ningún lado, más que para aquellos autores que así lo deseen, así como tampoco seguir con el modelo de negocio anterior, en el que los precios por producto estaban hinchados. En fin, algún día supongo que se llegará a un punto medio. Aunque observando el gilipollismo natural -a la vez que sobrenatural- de algunos dinosaurios que gobiernan la SGAE, creo que será un poco más complicado.
ResponderEliminarSaludos.
Saludos José Luis.Hacía tiempo que no nos veíamos...
ResponderEliminarSegurament la ministra se haya explicado mal y seguramente ello refleja que piensa y corordina de pena.
Suena tan naíf la primera de las frases "no podemos aprovecharnos el trabajo de los demàs sin su conocimiento"... Así qué, ¿no podemos utilizar el trabajo elaborado por las personas ya muertas? ¿No podemos usar la ley de Newton?
Lo que en verdad se hace con la protección de los derechos de autor és dar privilegios a los creadores. Es una forma de generar propiedad y capital. Es una forma de convertir al artista y al pensador en una nueva aristocràcia. Y inevitablemente és una forma de opresión. Por eso yo estoy de acuerdo con ella. Y quien no esté de acuerdo, dos piedras y se vaya al desierto.. ahí serà libre de opresión y podrá tomar lo que quiera por la cara.
Sobre la segunda frase "somos dueños de neustras ideas". Lo que sí sucede es que solemos sentir nuestras ideas como algo propio, como algo nuestro. De la misma forma que las madres sienten como algo suyo a los hijos que han parido. La ley de protección de los derechos sólo es una forma de reconocer este instinto de posesión tant primario y violento.
Saludos
Por cierto, que el 75% de lo que recauda la SGAE se reparta entre 600 personas ya dice bastante del tema...
ResponderEliminarPor otro lado, hay que ser muy gilipollas para intentar que las peluquerías (y otros comercios) paguen una tasa por poner música en la radio, cuando la peluquería no vive de la música, sino que la pone para tenerla de fondo y para que, de alguna forma, el silencio no sea la nota reinante en un local. Lo sangrante y realmente ridículo es que la misma SGAE se está gangrenando, ya que esa radio que ponen en peluquerías y demás tiene un efecto publicitario muy importante que, de desaparecer, mermaría seguro sus propios intereses.
Saludos.
Clidice:
ResponderEliminarResumes muy bien un aspecto importantísimo de la creación intelectual que nunca jamás sale de la boca cuando se defienden las leyes de monopolio intelectual.
KC:
Efectivamente, otro aspecto que no se dice es que la inmensa mayoría de los autores no ve un solo euro de toda esta pamplina de cánones y derechos de autor. La mayoría los cede a la editora o cobra una cantidad fija que no depende de la recaudación de ventas o de cánones. Quien se beneficia es la editora (aparte de la propia sociedad) que abusa del autor en los contratos y que limita la difusión de la mayoría de ellos al poco tiempo para no competir con las novedades.
Robert:
Me alegra tenerte otra vez por aquí. Siempre serás bienvenido.
La primera parte de la frase es más comprensible porque inmediatamente uno se da cuenta que quería decir otra cosa. La segunda parte es la más preocupante. Muchas de las personas que defienden el monopolio intelectual lo hacen teniendo únicamente esta frase memética por argumento.
Saludos a tod@s.
Lamento mucho que lo haya dicho una dama, pues me ha hecho reír como nunca este absurdo:
ResponderEliminar"No podemos aprovecharnos del trabajo de los demás sin su conocimiento, ni poner en cuestión que somos dueños de nuestras ideas".
Creer que somos dueños de nuestras ideas apesta a esquizoide.
Lamento ser tan directo, pues lo ha dicho una dama.
Creo que gran parte del problema reside en la confusión de términos. Si en vez de hablar de "propiedad intelectual" se hablara por separado de registro de marcas, patentes, creaciones artísticas y secretos industriales podríamos debatir una a una la legislación de cada cosa y ver si los monopolios legales son malos (como siempre) o si en ese caso particular son algo útil y justificado.
ResponderEliminarLa sociedad no tardaría en clamar en contra de la protección de "ideas". Pero ahora se entremezcla la propiedad intelectual con la auténtica propiedad haciéndonos creer que quien quiera abolirla es un completo comunista.
¿no habéis visto los anuncios de no robarías un coche? ¿No habéis oído que si seguimos pirateando no tardaremos en asaltar escaparates o que hay cosas más básicas que robar?
Efectivamente, deberíamos analizar cada caso por separado. Las similitudes entre las distintas formas de propiedad intelectual se acaban pronto.
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