sábado, 1 de diciembre de 2012

El Homo oeconomicus


De vez en cuando tengo discusiones sobre la metodología de la Economía. La situación recurrente es que mi interlocutor sabe algunas cosillas de qué hace la Economía, pero sin entender su alcance dentro del resto de más cosas que se hacen y no sabe. Por ejemplo, mi interlocutor sabe que tenemos modelos en los que la gente es racional y egoísta, o que tenemos modelos con mercados competitivos. Y, claro, todo el mundo sabe que los seres humanos distamos mucho de ser racionales y que a menudo no somos egoístas. Y también sabe que los mercados competitivos, por su parte, solo existen en la imaginación calenturienta de unos economistas que no conocen la realidad.

Me centraré en la hipótesis de maximización del bienestar propio. Con esta hipótesis en la mano (y alguna otra) se desarrolla el modelo de Equilibrio General donde se estudian las condiciones en las cuales los mercados son eficientes (entre otras cosas). Esto es interesante por múltiples razones:

1. Podemos explicar unas cuantas regularidades de la historia económica.

2. Podemos hacer algunas recomendaciones de política económica para generar las condiciones en las que se da la eficiencia. Recuérdese que eficiencia económica implica usar los recursos de manera que no se derroche ninguno, incluido el medio ambiente. Ecología pura vamos.

3. Podemos proponer mecanismos de regulación del mercado o mecanismos alternativos al mercado cuando no se dan las condiciones idóneas del modelo.

4. Podemos entender que maximizar el bienestar propio (la utilidad de los individuos y los beneficios de las empresas) no solo no tiene por qué estar reñido con la eficiencia económica sino que es parte necesaria para conseguirla. Siempre que se den el resto de las condiciones, claro está.

Hay quien dice que nada de lo anterior está bien hecho porque todo se sustenta en una hipótesis que sabemos falsa. Basta con observar a un individuo que no es egoísta alguna vez para saber que no estamos ante una ley verdadera.

Esta objeción tiene varias respuestas:

1. La falsedad de las premisas no es en sí misma relevante. Lo relevante es si el modelo realizado con ellas nos sirve para entender la realidad mejor que otros modelos deducidos de otras premisas. Así, muchos de los modelos de mecánica celeste asumen astros que son puntos en el espacio, de igual manera los mapas de las ciudades son planos, los choques de dos cuerpos son elásticos o los gases son ideales. Se me responde que estas son aproximaciones que no intentan ser leyes generales. Pero es eso mismo lo que hacemos en Economía. Los supuestos no son leyes, son simplificaciones, como cualquier modelo o teoría en cualquier ciencia. La única que aspira a que sus supuestos sean coincidentes con todas las entidades reales es la Física de partículas. Todas las demás parten de simplificaciones, ya que nunca deducen sus leyes directamente de la Física de partículas. Las leyes, por otra parte, no tienen que ser leyes universales ni leyes que tengan en cuanta todos los efectos, pueden ser locales, parciales y medidas en términos estadísticos. La mayoría de las leyes en todas las ciencias son así. Si no quieren llamarse leyes, llámense regularidades. El nombre es lo de menos.

2. Criticar el modelo sin proponer alternativas es inútil. De acuerdo, a veces no somos egoístas y mostramos comportamientos altruístas, pero mientras el comportamiento egoísta prevalezca cuando uno va al súper a comprar (y quiera sacar el máximo partido a su dinero) no tiene sentido sustituir la hipótesis egoísta por la altruísta para estudiar el comportamiento en los mercados anónimos. El modelo actual explica bien qué sucede en ellos cuando se pone un impuesto, una cuota, un precio regulado, una limitación de entrada,... El supuesto altruísta no hará mejores análisis. De hecho, en la mayoría de los casos no hará ningún análisis, puesto que no llevará a ninguna conclusión.

3. La Economía sí usa supuestos no egoístas. Los estudios de la economía familiar, por ejemplo, suponen que los padres se preocupan del bienestar de los hijos. Pero es más, no hay ningún problema en la Economía estándar en suponer que también nos preocupa cosas como el nivel de igualdad de la sociedad y deducir que esto implica un dilema del prisionero. Por una parte queremos dedicar recursos a reducir la desigualdad, pero por otra parte queremos no ser nosotros quienes paguemos. La conclusión es un contrato social (es una manera de hablar) según la cual aceptamos que parte de nuestros impuestos (que nos obligamos a pagar y no lo hacemos voluntariamente, como bien explica la hipótesis egoísta) se dediquen a esas políticas.

4. Son los economistas académicos quienes han desarrollado modelos alternativos a la maximización de beneficios, como las dinámicas evolutivas, de imitación, de aprendizaje,... y los que han estudiado las situaciones en las que nos manifestamos comportamientos altruistas (grupos pequeños, interacción repetida, existencia de normas sociales,...) y han encontrado también algunas regularidades. De momento no sirven para explicar mejor el comportamiento de los mercados anónimos y otras instituciones económicas en las que se basa la mayor parte de la actividad económica, ni sirven para proponer mecanismos económicos distintos en la mayor parte de esa actividad, aunque sí empiezan a dar pistas de cómo hacer algunas cosas en alguna de la menor parte. Recientemente tuvimos por Madrid a Ernst Fehr hablando de estas cosas.

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16 comentarios:

  1. Eres muy comedido. Dices que el interlocutor "sabe algunas cosillas". Normalmente el interlocutor no tiene ni puta idea de lo que habla, pero eso no le impide expresar su opinión con una seguridad digna del maestro Joao ;)

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    1. Hay de todo, por respeto a los que genuinamente intentan dialogar y saber es que me modero. Además, excepto algún día que pueda tener, es mi carácter.

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  2. Hola José Luis:
    Llevo visitándote muchos muchos meses. Años incluso. En la mayor parte de las ocasiones no sé apenas ni de qué habláis, pero me resulta instructivo e interesante.
    Estoy un poco traspuesto por un artículo aparecido en la sección de Opinión de El País hace dos días: "El ataque alemán desahucia a España". El motivo de mi inquietud es que no veo mucho revuelo ni en favor ni en contra. Creo que la tesis de Ballbé (Catedrático de Derecho Administrativo en la UAB) es tan escandalosa que merecería una reacción por parte de aquéllos implicados o interesados en el análisis de la situación actual.
    Sé que es un poco a bocajarro, pero tú ¿que opinas?

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    1. Pues sí, siendo un artículo que aparece en un periodico de tanta importancia debería tener una respuesta. Ocurre sin embargo que son demasiadas las historias paranoicas que aparecen en todos los medios y no hay manera de desmontarlas todas. A veces sí ha habido quien se preocupara de salir al paso de este tipo de artículos. Veremos si alguien se anima con este.

      Un saludo, y gracias por leerme.

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    2. Está bien ser comedido y no lo contrario. No decir a quien sea que no tiene "ni puta idea" y, en cambio, respetar su opinión para a continuación explicarle, marca ciertas diferencias.

      En la economía "convencional" hay cosillas difíciles de digerir por los no economistas. La hipótesis de maximización del bienestar propio suena fatal a cualquiera, por razones obvias. Si no se explca también que las decisiones de hoy afectan al futuro (es tan obvio), o que las labores altruistas pueden aumentar el bienestar propio, la economía se covierte en una visión "economicista" de las cosas, o queda en una disciplina anquilosada en el pasado.

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    3. Sí. Es cierto. Resulta mucho mejor a la larga resultar comedido. Lo que ocurre es que, por lo menos a mí, me acaban sacando de mis casillas los que niegan que un aparato de acero y varias toneladas pueda volar y por toda evidencia presentan los restos de alguna catástrofe aérea.

      Un saludo

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  3. Nadie ha dicho que dejar de utilizar un modelo sin tener alternativas sea lo mejor. Pero como bien sabes como experto en modelos "there is no free lunch" (y no me refiero a Frieddman sino al uso de Wolper) y no hay una metodología única para cofrontar problemas sociales no falsables que te de mejores resultados siempre de forma sistemática.

    Te pondré un ejemplo, y es lo que intentábamos discutir el otro día por twitter.

    Para explicar los niveles de paro hay diversos modelos. Desde el del empleador monopsonista (que emplean en la OCDE con bastante profusión para establecer las recomendaciones de salario mínimo) que podría explicar porque en países con diversos niveles de protección de empleo distinto (desde 0 a 100) e instituciones muy distintas siempre existe un nivel de empleo del 3-4% que no hay economía que se lo quite, pasando por el modelo Saphiro-Stiglitz de salario de eficiencia, pasando por las explicaciones más neoclásicas basadas en un exceso de poder negociador de los sindicatos al típico de los altos niveles de protección a los desempleados.

    Conocemos que hay estos modelos, y para explicar el paro subyacente en EEUU seguramente el modelo Saphiro-Stiglitz y el de empleador monopsonista sea más adecuado, y para explicarlo en Francia sea mejor el modelo de sobrepoder negociador y el de alta protección. (Ah.. y te aseguro que este tema lo tengo MUY estudiado y analizado, cuando realicé el State of Art sobre salario mínimo hace dos años, así que no me baso en conjeturas.)

    Así que si soy un policy maker que ha de hacer políticas para acabar con el paro subyacente en Francia, seguramente tenga que reducir el salario mínimo interprofesional, mientras que si lo quiero hacer para trabajadores de bajo perfil profesional en EEUU tenga que facilitar la negociación colectiva sectorial para paliar el efecto de empleador monopsonista.

    Y en el caso español (cuando no estemos en crisis) una mezcla de lo segundo con la concentración de la prestación por desempleo en los primeros meses.

    Pero el problema está, a mi entender, cuando un economista se obceca en utilizar un único modelo y aplicarlo de forma sistemática, como en algunos analistas ocurre (y no digo que sea tu caso), al creer que la ciencia económica es una ciencia positivista de la misma manera que lo es la Física. Y no es así, tal y como demuestro aquí:

    http://www.joserodriguez.info/bloc/?p=5933

    y más extensamente aquí:

    http://www.joserodriguez.info/bloc/?p=822

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    1. Bienvenido al blog, Jose R. Me alegra tenerte por aquí.

      No todos los puntos de la entrada son contestación a la discusión en el twitter del viernes. Es solo una exposición en la que aclaro mi postura en el tema de una manera que creo también ayuda a que quien me lea se aclare en algunas discusiones. Por ejemplo, es cierto que tú no decías que hay que abandonar un modelo sin tener alternativas mejores. Ni en otras discusiones que he tenido se ha dicho así de explícitamente, pero en algunas (muchas) sí que ocurre que una y otra vez se critica un modelo o una propuesta sin nunca proponer nada mejor ni siquiera sin querer entender el alcance del modelo.

      Todo lo que dices a continuación de los varios modelos para explicar el desempleo es cierto. Tenemos varias explicaciones posibles. La realidad será una combinación de ellas y de, acaso, alguna más que se nos escapa. Cuál prevalece en cada caso es fundamental para hacer un buen diagnóstico y una buena propuesta. Los economistas hacen rutinariamente ejercicios empíricos y de calibración para ver cuál explica mejor los datos. Esto último te deberá alegrar, pues esa obcecación de usar un modelo único no existe en Economía (en la ciencia como tal, en la manera aceptada de estudiar la economía) aunque pueda estar en algún economista concreto (o en muchos, que para eso somos humanos y para corregir eso está la revisión por pares).

      A partir de ahí la insuficiencia de datos o la pobreza de algunos modelos para explicar alguna situación concreta nos hará discrepar sobre un diagnóstico y sobre las medidas que emplear. Igual que en Medicina hay distintas opiniones sobre diagnósticos y tratamientos cuando hay pocos datos. A partir de ahí, también, examinamos lo que ha pasado e intentamos explicarlo (haciendo previsiones a toro pasado, según la crítica) como cuando se hace una autopsia en Medicina para lo mismo.

      Me leeré esas entradas de tu blog.

      Un saludo.

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  4. Ferreira, una pregunta: ¿La Economía entiende que hay diversas clases, tipos, metodologías y grados de egoísmo o lo mete todo en el mismo saco?

    Saludos.

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    1. Los modelos económicos, en general, no se dicen de dónde salen las preferencias de los individuos que, como decía pueden ser egoístas completamente o pueden mostrar preferencias altruístas. Una vez aceptadas las preferencias de los individuos se sigue el análisis. Qué preferencias postular en cada situación es una cuestión empírica. En mercados anónimos quedan muy bien las preferencias egoístas para el uso de la renta disponible. En la elección de los usos de los impuestos se puede postular (y se postula) unas preferencias con cierto grado de altruísmo. Son solo dos ejemplos, pero ya respondía a eso en el punto 3 de la entrada.

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  5. La conclusión es un contrato social (es una manera de hablar) según la cual aceptamos que parte de nuestros impuestos (que nos obligamos a pagar y no lo hacemos voluntariamente, como bien explica la hipótesis egoísta) se dediquen a esas políticas.

    Te estás poniendo muy Hobbes-Rousseauniano últimamente, Ferreira. Pero, ¿no crees que lo anterior es más bien la teoría y que luego, en la economía del día a día, el índice de fraude es mucho más intenso de lo que los "optieconómicos" creen y que, por tanto, los modelos postulados teóricos hacen aguas si luego no se reflejan en empirismos jurídicos bien regulados y ejecutados?

    Y no lo digo por las últimas noticias "económicas", sino porque esto era el día a día ya allá por los 80, 90 y 00.

    Saludos.

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    1. La propia lógica del Dilema del prisionero que rige el "contrato social" de pagar impuestos te dice que habrá un incentivo enorme a defraudar. Es la teoría y es la observación. Luchar contra el fraude significa hacer varias cosas: inspeccionar, penalizar (mucho y pronto) y, sobre todo, tener una norma social en la que esté mal visto defraudar. La Economía también ha estudiado estas cosas. La última en particular es parte de la investigación de Fehr.

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  6. ¿La caratúla pertenece a un libro que existe?

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    1. No lo sé. Cuando la encontré eso me pareció.

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    2. Sí. El libro es de Yoram Bauman (un economista-monologuista bastante gracioso). Esta es su web y éste un video simpático del personaje.

      Un saludo

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    3. Acabo de ver el vídeo y resulta que ya lo conocía, pero no lor recordaba. Gracias por los enlaces.

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