lunes, 23 de febrero de 2015

Grecia: algo más que el juego del gallina

Hace unos pocos días me hicieron una entrevista para el informativo Hora 14 de la Cadena SER sobre el juego del gallina y la situación de Grecia. Según me comunican, incorporaron parte de mis respuestas en la entrevista al informativo. (Aquí a partir del minuto 40 y aquí la noticia en la página de la Cadena SER). En esta entrada escribo la versión completa según las notas que me hice para la ocasión y según recuerdo lo que dije. No se trata de adivinar nada, sino de mostrar cómo quedarse en la descripción del juego del gallina es un poco superfluo, y cómo se puede decir algo más con la Teoría de Juegos en la mano.

(Actualización 24 de febrero de 2015: en la versión anterior decía que la entrevista no se había llegado a emitir, esto es lo que he corregido en el párrafo anterior.)


Dos coches se abalanzan uno frente a otro, cada conductor puede seguir o dar un volantazo. El que da el volantazo, pierde (es el cobarde, el gallina). El que no da el volantazo gana prestigio y liderazgo.

Lo primero que hay que entender es que el análisis y la previsión de lo que pueda pasar en un juego no depende de lo que uno pueda creer que es justo o de quién tenga razón, sino de cuáles son las reglas del juego y de lo que puede hacer cada uno. Lo digo porque a menudo se critica que un analista diga que el resultado sea X, o que alguien esté jugando mal sus bazas, al entenderse que el analista está aceptando el resultado X, o porque cuando se critica una jugada se entiende que se critica al que la realiza o a su ideología.

En el caso de Grecia lo más importante es notar que la relación es más asimétrica. En el juego de los coches, ambos pierden y ganan lo mismo. En el caso de Grecia y la Eurozona, no, y esto traerá consecuencias.
  • Lo que nadie quiere: la salida de Grecia del euro o el imago de la deuda. Esto ocurrirá si nadie cede. Relativo a su tamaño y a su capacidad de absorber e golpe, la pérdida es mucho mayor para Grecia.
  • Si Grecia cede: el gobierno de Syriza no podrá realizar las partes más ambiciosas de su política (nacionalizaciones, gran aumento del gasto social,…), aunque sí podrá hacer otras cosas (gasto social, aunque no tanto, p.e.) si logra poner orden en su sistema fiscal y su control de la ineficiencia.
  • Si la Eurozona cede: la deuda tardará mucho en devolverse, crecerá, se puede hacer imposible de pagar, Grecia no hará sus reformas y se creará un mal precedente
  • Si ambos ceden: algo más de margen para Grecia si logra hacer lo que los gobiernos precedentes no lograron. Nótese que esto está por determinar y que según sea la cesión estaremos más de un lado que de otro. La pregunta es: ¿cuánto margen hay?
Si el juego está determinado en todas sus componentes, no hay mucho que hacer: uno de los dos debe ceder y normalmente lo hará quien tenga más que perder y menor reputación de haber cedido en el pasado. En este caso Grecia tiene todas las de perder.

Hay, con todo, varias cosas que se pueden ir haciendo para variar las componentes del juego:
  • En el juego de los coches uno de los conductores, al montarse, puede hacerse parecer como loco, de manera que el otro crea que va a ser temerario. Lo puede hacer mostrando una botella de whiskey casi vacía, con el aliento apestando a alcohol y con claros síntomas de estar borracho.
  • Otra cosa que puede hacer es romper ostensiblemente el volante y arrojarlo por la ventana para que el oponente vea que no tiene opción de apartarse.
  • Finalmente, puede intentar que los resultados sean otros. Del choque frontal apenas se puede cambiar nada, pero puede alterarse la ganancia de no ceder o la pérdida de hacerlo. Por ejemplo, convenciendo a la pandilla de que el liderazgo que se gana no es para tanto o que ceder no es deshonroso.
En el caso de Grecia, los locos pueden ser los más radicales de Syriza. Por su parte, el gobierno griego (Tsipras y Varoufakis, principalmente) juega la baza de sus compromisos electorales. Varoufakis nos dice que esto no es un juego, que él no quiere jugar, y apela a los sentimientos de los europeos, como ha hecho recientemente en un artículo en el New York Times, en un intento de que los líderes de la Eurozona encuentren costoso el no ceder ante Grecia.

Por su parte, la Eurozona aceptará hacer cualquier gesto de cara a la galería que facilite el acuerdo, pero que no se menta en lo principal. Si tiene que llamar a las cosas de otra manera, se llama (p.e.: no Troika, no rescate)

No tengo una bola de cristal, pero no creo que lo anterior sea suficiente. Europa debe ser más solidaria, pero lo podrá ser cuando tenga una política fiscal común y se parezca más a unos Estados Unidos Europeos. Hasta entonces, ante una crisis, el mayor esfuerzo vendrá de cada país en solitario. El resto podrá ayudar, pero más o menos como se viene haciendo hasta ahora, con préstamos condicionados por parte de Europa y con reformas creíbles de buen gobierno por parte de cada estado. Una política fiscal expansiva es muy difícil sin garantías de que funcione y sin credibilidad dentro de cada país.

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Hace tres años en el blog: Preguntas para un debate ordenado.
Hace cinco años en el blog: Al monte se va con botas: Las hipótesis vacías.
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2 comentarios:

  1. El problema, como comentas, es que Europa no se parece a unos Estados Unidos Europeos (EUE). En ese caso, quizá no habría que plantearse esta situación Grecia vs UE, ¿Qué impide que Europa no sea unos EUE?

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    1. Entre otras cosas, que los estados europeos, en general, no quieren.

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