sábado, 30 de marzo de 2013

Cómo ser “escéptico” de la Economía en 15 lecciones


Por el autor de Cómo ser economista de la escuela austriaca en 11 leccionesCómo ser marxista en 12 lecciones y Cómo ser izquierdista-keynesiano en 11 lecciones, llega "Cómo ser “escéptico” de la Economía en 15 lecciones" ¡y sin tener ni idea de Economía! Allá va. (Recopilación de las lecciones enviadas en sendos tuits hace tres días.)

1. El Homo oeconomicus no existe. Los experimentos muestran que los humanos cooperan más que lo que indica la teoría económica.

2. Alguna vez, en algún lugar, hubo una sociedad en la que los humanos no maximizaban el beneficio.

3. La Economía moderna es un aparato matemático sin conexión con el mundo real.

4. La Economía moderna es una falacia porque con las hipótesis adecuadas demuestra cualquier cosa.

5. La Economía moderna se basa en relaciones estadísticas sujetas a cualquier interpretación.

6. La Economía moderna está llena de ideología.

7. La Economía moderna no ha sido capaz de predecir la crisis.

8 Te dirán: ¿Y qué pasa con los experimentos en los que sí funciona el Homo oeconomicus? Dirás: los que valen son los otros.

9 Te dirán: El Homo oeconomicus es solo una aproximación que funciona en muchos contextos. Dirás: es una aproximación ideológica.

10 Te dirán: Valen para hoy esos ejemplos primitivos? Dirás: Valen para tirarse a la piscina de un cambio de sistema sin saber si habrá agua.

11 Te dirán: La Economía moderna sí se preocupa por la validez empírica. Dirás: Confunde correlación con causalidad.

12 Dirán La Eco moderna usa Econometría para evitar esos errores. Dirás La Econometría es un aparato matemático sin conexión con la realidad

13. Te dirán: el acuerdo entre economistas de izquierdas y de derechas abarca muchísimos aspectos. Dirás: Son todos apolíticos de derechas.

14 Te dirán: La Eco moderna no presume de predecir crisis, es más, reconoce que es casi imposible. Dirás: entonces la Eco moderna no vale.

15. Te dirán: La Eco moderna predice muchas otras cosas. Dirás: Esas no importan, importa lo que yo digo.

Y te quedarás tan ancho haciendo caso a tu gurú económico preferido que ni investiga ni busca la validez de sus teorías con datos insesgados

Hubo bastante seguimiento, pero apenas intercambios de opiniones, como las otras veces, aunque sí hubo discusión sobre que estos tuits son caricaturescos y faltos de matices. Bueno, discusión, no, porque no lo niego. Lo que negaba era que todas mis opiniones y divulgaciones fueran así de caricaturescas. No la resumo aquí porque es otra historia, que será contada en otra ocasión.

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Hace tres años en el blog: El Estado tiene que abandonar la lucha contra la piratería.
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miércoles, 27 de marzo de 2013

Experimentos sobre equidad (2)


Esta es la segunda parte del artículo en mapping ignorance "Experiments in fairness". Debe leerse la primera para entender esta entrada.

La investigación continuó en esas líneas. Hoffman et al. (1996) [4] realizaron una serie de experimentos en los que aislaron al proponente cada vez más de cualquier contacto social (del que recibe, de otros sujetos del experimento y del experimentador). En el caso de mayor anonimato, con un tratamiento de doble ciego, el 64% de los proponentes se quedan con los 10$ y el 90% con al menos 8$.

Tras estos y otros experimentos, se empieza a reconocer un patrón: cuanto más cerca esté el experimento del juego teórico (sin interacciones sociales, con anonimato, con un contexto de mercado) más se refleja el equilibrio teórico en el experimento. Una teoría general del comportamiento económico debe explicar todos los hechos, el comportamiento egoísta en el mercado y las preferencias aparentemente altruístas observadas. El primer paso es identificar los contextos en los que ocurre el comportamiento generoso y explicar por qué. Para algunos autores (y en este punto es importante destacar que muchos de los experimentos se han diseñado y llevado a cabo con la colaboración de psicólogos) el hecho de que la interacción social haga que los individuos sean más cooperativos refuerza la interacción evolutiva de reciprocidad más que la hipótesis de equidad. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que la equidad tal vez no haya dicho su última palabra.

Algunos autores han explorado la posibilidad de que la hipótesis de la equidad pueda ser defendida en un contexto evolutivo. En uno de los últimos trabajos que siguen esta línea de investigación, David et al. (2013) [4] reconsideran el juego del ultimátum y lo estudian usando la teoría de juegos evolutiva. La diferencia con la modelización estándar es doble. Primero, en un contexto evolutivo los jugadores no eligen sus estrategias racionalmente, sino que las estrategias les llegan como caracteres seleccionados en un proceso evolutivo. Segundo, la parte estocástica del análisis viene de considerar que los individuos pueden equivocarse al juzgar los pagos y estrategias de los demás. En este contexto los autores encuentran que la selección natural favorece la equidad. Más específicamente, la estrategia media se corresponde con el comportamiento observado: los proponentes ofrecen entre el 30% y el 50% y los que reciben demandan entre el 25% y el 40%. El rechazar pagos bajos incrementa el pago relativo en la competición a pares entre dos estrategias y se ve favorecida cuando la selección es suficientemente débil. Ofrecer más de lo que se demanda incrementa el pago cuando hay muchas estrategias presentes simultáneamente y se ve favorecido cuando la mutación es suficientemente alta.

Tras el análisis teórico los autores realizan un experimento con el juego del ultimátum con la característica añadida de que los jugadores no conocen a ciencia cierta el éxito de los demás. Los resultados empíricos siguen la línea de las predicciones teóricas: la incertidumbre acerca del éxito de los demás se asocia a demandas y ofertas más altas. La equidad puede ser, después de todo, parte de la explicación. Los autores no usan el juego del dictador, pero puede conjeturarse que, habiendo menos incertidumbre en este juego (recuérdese que quien recibe no hace nada, y que las ofertas hechas por el proponente son llevadas a cabo automáticamente), la hipótesis de equidad podría ser compatible con la discrepancia observada entre estos dos juegos.

Incluso si la explicación evolutiva es correcta, todavía quedan numerosas interrogantes que resolver: por qué la gente obedece sus instintos en lugar de usar la razón para jugar el juego (¿es costoso jugar en contra de los instintos en términos del esfuerzo y del tiempo necesarios para calcular la mejor estrategia o en términos de sufrir una emoción dolorosa?), y en qué medida los caracteres evolutivos pueden ser moldeados por la interacción cultural o por el aprendizaje son solo un par de ellas. Estamos siendo testigos del comienzo de desarrollos interesantes en la comprensión del comportamiento económico.

Referencias

1. Kahneman, Daniel; Knetsch, Jack L.; Thaler, Richard H. 1986. Fairness and the assumption of economics. Journal of Business 59, 285–300.

2. Forsythe, Robert; Horowitz, Joel; Savin, N.E.; Sefton, Martin 1994. Fairness in simple bargaining experiments. Games and Economic Behavior 6(3), 347–369.

3. Hoffman, Elizabeth; McCabe, Kevin; Smith, Vernon 1996. Social distance and other-regarding behavior indictator games. American Economic Review 86(3), 653–660.

4. Rand, David G.; Tarnita, Corina E.; Ohtsuki, Hisashi; Nowak, Martin A. 2013. Evolution of fairness in the one-shot anonymous Ultimatum Game. Proceedings of the National Academy of Sciences of the USA 110(7), 2581–2586.


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Hace tres años en el blog: Odiosa comparación.
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lunes, 25 de marzo de 2013

Experimentos sobre equidad (1)

Esta es la primera parte de la traducción de mi artículo de marzo en mapping ignorance.

Figura 1: Cada histograma mide la cantidad de la propuesta en dólares en el eje horizontal y la fracción de propuestas que corresponden a esta cantidad en el eje vertical para cada una de las dos fechas en que se realiza el experimento. En cada uno de los experimentos se dividían 5$. La propuesta es la cantidad que el proponente ofrece al que recibe. En los experimentos pagos (without pay) los jugadores juegan con dinero ficticio. En los experimentos con patos (with pay) lo hacen con dinero real.


Este es el juego del ultimátum: Te dan, provisionalmente, 10$ con las siguientes instrucciones. Tienes que decidir una manera en la que dividir el dinero con otra persona. Si ella está de acuerdo, se lleva a cabo esa división, pero si no lo está ambos os quedáis sin nada. ¿Qué harías? ¿Cómo reaccionarías si fueras la persona que recibe la oferta?

El análisis económico estándar dice que el que recibe aceptará cualquier cantidad positiva (algo es mejor que nada) y que, sabiendo esto, el proponente ofrece la división 9,99$-0,01$. Kahneman et al. (1986) [1] realizan un experimento sobre este juego y encuentran que la mayoría de los proponentes ofrecen 5$ y que quienes reciben a veces rechazan ofertas de menos de 5$.

Antes de rechazar al Homo oeconomicus y las teorías económicas estándares es preciso considerar que, como muestran muchos otros experimentos, el interés propio es una buena hipótesis con la que predecir el comportamiento de los mercados (aquí y aquí). En lugar de esa, la interrogante que abren estos experimentos es acerca de cuándo es correcto asumir un comportamiento egoísta y cuándo no. La cuestión es complicada por cuanto hay una manera de ser egoísta, pero muchas maneras y muchas razones para ser generoso.

La explosión de estudios en este tema durante las dos últimas décadas es enorme. Muchos investigadores han explorado el papel de contextos sociales alternativos, de las diferencias sociales (los experimentos de Joe Henrich son de lo más fascinante) y de otras posibles emociones (por nombrar algunas: orgullo, culpa, compañerismo, reciprocidad, altruísmo, rechazo, justicia). Es todavía pronto para evaluar el éxito de esta investigación. Empiezan a aparecer algunas regularidades, pero no se ha desarrollado todavía una teoría completa y aceptable. Resumiré tres artículos que ilustran algunas de las estrategias seguidas por esta línea de investigación y que a su vez muestran las dificultades para llegar a conclusiones finales.

En un trabajo relativamente temprano Forsythe et al. (1994) [2] replican los resultados de Kahneman et al. (1986) sobre el juego del ultimátum y, además, estudian otra versión: el juego del dictador, donde hay un proponente y otra persona que recibe la oferta, pero que no hace nada. Cualquier oferta que haga el proponente se llevará a cabo. Por supuesto, el Homo oeconomicus decidirá quedarse con el 100% y no repartir nada, y de hecho eso es lo que se observa, pero solo el 20% de las veces. Otro 20% de las veces se divide el dinero a medias, como en la mayoría de las veces que se juega el juego del ultimátum. El proponente todavía muestra generosidad hacia el que recibe, pero a un nivel menor que en el juego del ultimátum. Esto implica que el sentido de la justicia solamente es incapaz de explicar el resultado, pues debería producir los mismos resultados en ambas versiones del juego. Ver los resultados en la Figura 1.

Para explorar otros posibles motivos de generosidad, los autores repiten el experimento en distintos contextos. En uno de ellos no hay una división explícita de 10$, sino que un comprador le hace una oferta final a un vendedor. Digamos que el vendedor valora el bien en 5$ (el coste de producción) y que el comprador lo valora en 15$ (lo más que está dispuesto a pagar). Sabiendo esto, el comprador está más dispuesto a ofrecer 5$ y obtener un beneficio de 10$, dejando al vendedor sin ningún beneficio. El mismo resultado se encuentra si se le dice al oferente que ha ganado el derecho a hacer la oferta en un concurso donde tenía las mismas posibilidades de ser el oferente que el otro jugador. Todavía más importante es el hecho de que el que recibe en el juego del ultimátum está más dispuesto a aceptar ofertas bajas.

En una vuelta de tuerca, cuando se urge al proponente a pensar en cómo reaccionaría ante su propia oferta si fuera quien recibe, entonces volvía a ser tan generoso como cuando no se introducía ninguno de estos contextos. Los autores sugieren  que la reciprocidad, más que el sentido de la equidad, está detrás de estos resultados.

En la siguiente entrada continuamos.
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Hace tres años en el blog: Un mundo de zombies.
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viernes, 22 de marzo de 2013

Sobre la monogamia y sus alternativas


El pasado sábado tuvo lugar la charla sobre monogamia en Escépticos en el Pub. En algún momento se podrá ver la charla en el vídeo que se grabó. De momento ya está disponible la entrevista que se hizo a las ponentes antes del evento (la podéis oír pinchando en la imagen de arriba). En ella se pueden oír los principales argumentos así que no voy a esperar al vídeo para exponer aquí algunas reflexiones.

Antes, la tesis de las ponentes, a la que espero hacer justicia:
  1. Hay mucha gente en el mundo con proyectos de vida distintos de la monogamia y que van desde el celibato a la convivencia en grupos pasando por las relaciones abiertas y la poligamia.
  2. Gran parte de las personas que viven en monogamia no lo hacen como tales, ya que tienen relaciones con terceras personas a escondidas de la pareja.
  3. Muchas de las personas monógamas que no engañan a la pareja tendrían relaciones con terceras personas si supieran que su pareja lo aceptaría sin ningún problema (y si encontraran con quien tener relaciones, claro).
  4. Todo lo anterior indica que la monogamia no es la institución "natural" para organizar la vida sexual ni la reproducción humana.
  5. Por tanto la sociedad no debe penalizar ni estigmatizar otros proyectos de vida.
Los puntos 1, 2 y 3 nos hablan de datos. Si son ciertos, hay que aceptarlos como tales. El punto 5 nos habla de una conclusión sobre qué hacer con los no monógamos. Yo acepto perfectamente esta conclusión. Como en el caso de la homosexualidad o heterosexualidad, las relaciones consentidas entre adultos no tienen que ser perseguidas ni recriminadas.

Me sobra el punto 4. Para empezar, no sé qué significa que la monogamia sea o no sea natural y para terminar no sé en qué afecta a la conclusión del punto 5 el que lo sea o no (supuesto que hayamos llegado a una definición aceptada de "natural"). Uno puede argumentar que es la disposición mayoritaria y que eso tiene una razón evolutiva de ser, pero eso no le lleva a deducir que tengamos que abrazar esa razón como base de una moral o una ley. No hacemos este argumento con la homosexualidad, ni con el celibato, ni con la planificación familiar, tampoco con las alternativas a la monogamia.

El hecho de que muchos monógamos sean infieles tampoco es un argumento en contra de la "naturalidad" de la monogamia (en el sentido del párrafo anterior). Puede muy bien ocurrir que la monogamia prevalece porque es la conducta que impone la pareja, no la que se impone uno. En esta lucha evolutiva, a pesar de los objetivos encontrados de cada individuo de la pareja, prevalece una institución, con todos sus defectos. Por ejemplo, no asegura al padre al 100% que los hijos que cuida sean suyos, pero un 70% de probabilidad positiva es mucho mejor que una completa aleatoriedad y puede muy bien ser suficiente para que le merezca la pena cuidarlos.

Hablando con una de las ponentes sobre estas cuestiones me quedé con la impresión que insistir en la no naturalidad de la monogamia les permitía evitar el argumento de quien cree que si es natural entonces lo que se salga de ahí debe ser rechazado. Me parece un error. Para rebatir ese argumento basta desenmascarar la falacia naturalista que encierra. Insistir en la no naturalidad también cae en la falacia naturalista y cierra el caso en falso, incluso a quienes convence.

Insistir en que, dado que no es natural, es una construcción social y, por tanto, arbitraria hará, por otra parte, que no se ganen para la causa a gran cantidad de gente que jamás aceptará eso como una realidad (el que sea una construcción social ajena a la naturaleza). El único sentido en que se puede hablar de construcción social es en la ficción reconocida en el derecho: un heterosexual no elige serlo, pero el derecho finge que hay una opción sexual que la ley ampara, como finge que todos los seres humanos somos iguales para también dotarnos de iguales derechos. Lo mismo debe ocurrir aquí. No hace falta más.

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lunes, 18 de marzo de 2013

Cuentos de la lechera austriacos y planes de pensiones



Uno de los argumentos con el que algunos defienden un sistema de pensiones basado en la capitalización es un cuento de la lechera. Miran, por ejemplo, la tasa de retorno histórica de la bolsa (o de alguno de sus índices) tanto en aumento de la cotización como en dividendos pagados y calculan cuánto tendrá alguien después de meter sus cotizaciones para la pensión en bolsa produciendo a esta tasa (reinvirtiendo los dividendos en nuevos activos). El resultado es que podrán tener una pensión varias veces mayor que la actual. ¿A qué esperamos?

Hagamos unas cuentas.

1. Hay que descontar bien por la inflación y hay que usar una serie realmente histórica (no vale empezar a contar en un año especialmente malo y terminar en uno especialmente bueno). El retorno del Dow Jones (sin reinvertir dividendos) desde 1900 hasta 2000 ajustado por inflación no llega al 1,7% anual (es 2080$ en 1900 y unos 10600$ en 2000 en dólares actuales), el retorno medio se calcula metiendo estos datos en la fórmula del interés compuesto. Para el S&P 500 los datos no son más halagüeños: aquí calculan un retorno sin reinvertir dividendos del 1,6% anual desde 1960).

2. Los dividendos son parte del beneficio de la inversión y habrá que añadirlos al aumento de la cotización, pero no todo, que depende de cómo haya que tributar estas ganancias, incluso si se reinvierten, y habrá que pagar comisiones y demás gastos. Aquí se ve el histórico de los dividendos (y cómo ha disminuido desde los 80): menos de un 3% anual de media.

3. El crecimiento de un índice bursátil no es reflejo del crecimiento de las inversiones en bolsa. Hay varios sesgos importantes. El primero es el sesgo del superviviente. Las empresas que van mal desaparecen del índice. Para que a una inversión le vaya tan bien como al índice debe ser capaz de vender las acciones de una empresa justamente antes de que desaparezca del índice. Es difícil calcular históricamente este sesgo. Aquí se analiza el tema y se da un sesgo en torno al 10% del retorno.

4. Hay otro sesgo es todavía más sutil. Pongamos que un fondo de inversiones de 100 euros crece un 50% en bolsa en un año, hasta valer 150. Con esta reputación encuentra inversores por otros 450 euros, y ya son 600. Ahora el fondo cae un 10% durante el año siguiente. No está mal, en dos años su índice ha crecido un 16% de media anual durante esos dos años (la media geométrica entre ganar 50% y perder 10%). Sin embargo el 50% de ganancia fueron 50 euros, mientras que el 10% de pérdidas fueron 60 euros, así que los inversores habrán perdido, no ganado. Lo mismo puede pasar con las acciones de empresas vía ampliaciones de capital. Saber el tamaño de este sesgo, como el anterior, requiere de mucha arqueología bursátil. Aquí se trata el tema en un trabajo académico y aquí hay más referencias y explicaciones.

Entonces, ¿cuánto crece una inversión de media en una economía?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que ningún sector ni empresa puede crecer indefinidamente más que la media de crecimiento de la economía. Si lo hace, en algún momento ella será toda la economía. En media, las inversiones crecerán como crece la economía y, si queremos saber las implicaciones para los potenciales inversores, su retorno particular crecerá en media como crece la economía en términos per cápita (otro sesgo más que corregir). Podrá haber alejamientos respecto a estas medias, pero nunca muy importantes en términos históricos y medios y nunca de manera continuada. Es más o menos lo que sale de sumar los incrementos de la cotización y de los dividendos y de restar a ojo los sesgos y gastos señalados: un número que se acerca al crecimiento del 3,3% del PIB de USA de 1900 a 2000 y a un crecimiento del 2,1% per cápita.

Veamos un absurdo: en un sistema de reparto de pensiones, el gobierno coge por ejemplo el 10% el PIB de un año (en forma de cotizaciones y algún impuesto, la cifra corresponde más o menos al caso español actual) y lo reparte entre los pensionistas de ese mismo año. Si lo cambiamos por un sistema público de capitalización (lo de público es por simplificar, lo que importa es la capitalización), el gobierno coge ese 10% del PIB de un año, lo invierte sabiamente en bolsa y 40 años después lo reparte entre los jubilados de ese momento (los que estaban trabajando 40 años antes). Pues bien, si hacemos caso a los cálculos de Juan Ramón Rallo, le habrá sacado una rentabilidad del 7% (no sabemos de dónde saca el número), que es un 4,6% más que el crecimiento de la economía per cápita en España (en torno al 2,4% anual para el mismo periodo histórico). Y esto, queridos míos, quiere decir que el gobierno estará repartiendo ese año entre los jubilados el 60% de la producción del país (un 10 al 4,6% durante 40 años se convierte en 60). A creernos esto es a lo que esperamos.

Y colorín colorado, este cuento de la lechera se ha acabado.

Epílogo:

Lo aquí dicho representa una refutación de un argumento usado para defender el sistema de capitalización. No implica que no pueda haber otros argumentos sensatos, pero no serán un cuento de la lechera.

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Hace tres años en el blog: La torre herida por el rayo.
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sábado, 16 de marzo de 2013

La monogamia en Escépticos en el Pub



Hoy toca Escépticos en el Pub. El tema: la monogamia. Así se explican las ponentes Almudena Martínez y Montse Ibáñez, la primera es humanista y sexóloga, la segunda es matemática:
¿En qué momento de tu vida optaste por la monogamia? ¿Crees que es el único esquema de relación emocional que funciona? ¿Adoptarías otro si tuvieras la opción? ¿Conoces a gente infiel? ¿Y a gente estrictamente monógama? 
La monogamia no es el único esquema de relaciones interpersonales que existe. Tampoco es el único que funciona. Ni siquiera es el más satisfactorio para algunos de los individuos que optan por ella. 
Os proponemos una charla informal donde abordaremos el mito de la monogamia, su efectividad como esquema de relaciones interpersonales, algunas de las razones por las que se adopta como opción vital, las alternativas que existen y el grado de satisfacción que individuos con determinados requisitos y expectativas obtienen de ellas.
Como siempre, en el Irish Corner. Arturo Soria, 6. Madrid.
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Hace tres años en el blog: Oh Tierra, tus pirámides.
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miércoles, 13 de marzo de 2013

¿Sueñan los economistas con abrelatas eléctricos?


Recientemente he oído en una discusión decir a un no economista que la Economía es una falacia porque, usando los supuestos adecuados, puede demostrar cualquier cosa (habrá oído el chiste del economista que está en una isla desierta con una lata de comida y, ante el problema de cómo abrirla, dice "supongamos que tenemos un abrelatas"). Es la típica afirmación de alguien que no sabe de qué está hablando, pero que cree que sí sabe. Es la peor de las ignorancias, de la que nos quería sacar ya en su día Sócrates.

Por si acaso alguien más cree tal cosa dejemos las cosas claras de una vez.

1. En un sentido trivial podemos decir lo mismo de cualquier ciencia. Con una elección de supuestos un tanto enrevesada podemos decir que la Tierra es plana, que la homeopatía funciona y mil cosas más. La manera más sencilla es suponer aquello que se quiere demostrar. Otras maneras más rebuscadas pueden dar la sensación de modelo teórico relevante.

2. Una cosa es tener un modelo en que pase lo que uno quiere mostrar que pasa y otra muy distinta que el modelo se adapte a la realidad. Una primera criba de los modelos ocurre cuando le exigimos un mínimo de consistencia: que respete las reglas de la deducción lógica y de las matemáticas, por ejemplo.

3. Incluso si pasa ese primer filtro, todavía deberemos exigir que respete las cosas bien establecidas dentro de su ciencia, a no ser que pretenda ser una revolución y ofrezca pruebas extraordinarias de sus afirmaciones extraordinarias en el próximo punto.

4. Además de ser consistente con los conocimientos acumulados, el modelo debe pasar al criba de la evidencia empírica.

En Economía, por lo menos en la académica, esa que se publica en las revistas serias, se pide llegar hasta el cuarto punto para aceptar una hipótesis. Como mucho, se aceptarán como plausibles conclusiones que se obtienen de un modelo en una situación por experimentar siempre y cuando el modelo en el que se obtienen esas conclusiones sea el mejor que tenemos para explicar otras muchas regularidades.

Pongamos algunos ejemplos:

(i) La afirmación de V. Navarro de que no hay problema en el sistema de pensiones español porque la productividad permitirá que con pocos trabajadores se paguen las pensiones de muchos pensionistas es algo incompatible con la aritmética (no digamos ya con la teoría económica).

(ii) Los seguidores de Marx durante mucho tiempo intentaron formalizar sin éxito su teoría económica relatada en El Capital. No hay manera coherente de hacer un modelo que se parezca a su teoría del valor y hace tiempo que muchos admitieron que es tarea imposible. Bueno, de vez en cuando sale alguien que dice que lo ha conseguido, pero no le hacen mucho caso. De todas maneras, no sé por qué alguien querría mantenerse en el empeño de intentar darle coherencia teórica si la realidad ya ha demostrado que no tiene la evidencia empírica.

(iii) Los economistas de la escuela austriaca llevan también mucho tiempo intentando hacerse presentables a la Economía académica aportando un modelo coherente de algunas de sus teorías, como la de los ciclos económicos o la de la conveniencia el patrón oro. Tampoco lo han conseguido y también se me escapa su empeño. Ya en su día el mismo Milton Friedman mostró que la evidencia empírica no solo es contraria a su teoría de los ciclos, sino que ha hecho un daño enorme a la economía y los datos históricos dicen que con el patrón oro han ocurrido todas las cosas que dicen los austriacos que no ocurrirán con él.

Creo que esto es suficiente para desdecir la osada afirmación de que la Economía es una falacia porque con ella se puede demostrar cualquier cosa. Lo será si uno tiene la idea equivocada de la Economía. Para añadir ironía a la ignorancia, el no economista del comienzo de esta entrada (diré el pecado, pero no el pecador) que acusaba de falaz a la Economía académica se reconfortaba como creyente de uno de los tres ejemplos realmente falaces que he descrito.

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Hace tres años en el blog: En el sentido más laudatorio del término.
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jueves, 7 de marzo de 2013

Algunos números de Venezuela

Mucho se está hablando de los méritos o deméritos de los años de Chávez en el poder en Venezuela. Solemos ver números comparando el país antes y después de Chávez, pero para tener una idea cabal de su evolución deberemos compararlo con otras evoluciones. La renta per cápita ha aumentado ¿es mucho? ¿poco? ¿cómo ha aumentado en los países del entorno?

Aquí pongo unos cuantos gráficos comparando con otros países. Son datos del Banco Mundial y cualquiera se puede hacer el gráfico de su variable preferida y compararla con cualquier otro país, región o mundo. La única pega es que solo hace los gráficos a partir de 2003 (Chávez llegó a la presidencia en 1999) y solo se pueden comparar con otros tres países. He elegido a sus vecinos Brasil, Colombia y Panamá.

PIB per cápita (en dólares corrientes corregido por paridad de compra):


Data from World Bank

Hay que hacer una advertencia importante sobre este gráfico. Desde 1999 hasta 2003 hay una caída importante en el PIB en Venezuela, de manera que el gráfico recoge la evolución desde un año particularmente malo, así que la progresión es mayor que la tendencia de todo el periodo. Así, con los datos de este gráfico, Venezuela ha incrementado su PIB per cápita en paridad de compra en un 73%, mientras que Brasil, Colombia y Panamá lo han hecho un 57%, 54% y 98%, respectivamente. Si lo calculamos desde 1999 los números salen de un crecimiento del 58% para Venezuela y de un 93% para Brasil, un 69% para Colombia y un 88% para Panamá. (Estos últimos son datos de  Indexmundi -donde también podéis jugar a hacer gráficas y comparar países- así que no son directamente comparables, pero dan una idea de lo que señalo.)

Pobreza (población con menos de 2$ al día):


Data from World Bank

Venezuela, por ser exportador de petróleo, tiende a tener una desventaja en el cálculo de la renta en términos de paridad de compra. Esto tiene dos consecuencias para nuestros gráficos. Primero, si pusiéramos PIB per cápita en lugar de PIB per cápita corregido por paridad de compra, se vería a Venezuela más rica (aunque con precios más altos). Segundo, que dos dólares al día significan más pobreza en Venezuela que en los otros países con que se compara en el gráfico.

Pobreza (según medida nacional):


Data from World Bank
Esta medida es un poco difícil de comparar entre países al usar cada uno distintas definiciones. Con todo, la tendencia en cada uno sí se puede comparar, como en los anteriores gráficos.

Mortalidad infantil (muertes de niños antes de su primer año de vida, por cada 1.000):


Data from World Bank

Cada uno que saque sus conclusiones, pero que estas no sean ajenas a los datos. Este bloguero considera que no hay nada extraordinario (ni para bien ni para mal) en los años del chavismo en Venezuela en lo que toca a la mayoría de las variables económicas principales con la importante excepción de la disminución de las tasas de pobreza para bien y en la inflación (si bien era todavía más alta los años anteriores a Chávez) y en la gestión en la industria del petróleo para mal. No entro en otras variables, como la violencia, la libertad de prensa, que necesitarán también de sus datos y sus explicaciones.

Quedarían por ver las variables que nos dicen algo acerca de cómo está preparada Venezuela para el futuro, pero eso requiere algo más que cotejar datos en plan aficionado.

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Hace tres años en el blog: La reforma de las pensiones.
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martes, 5 de marzo de 2013

La ética solidaria


Hoy se publica mi primera colaboración con eldiario.es con el título La Ética Solidaria. Se trata de un tema que ya he tocado en otras ocasiones en este blog: el de la solidaridad como bien público. Véase aquí, aquí y aquí.

A ver si la gente se anima y comenta con criterio.
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Hace tres años en el blog: El agente y el principal.
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domingo, 3 de marzo de 2013

En torno a las propuestas sobre ciencia en Izquierda Unida


Me parece de perlas que en cualquier partido político se tomen en serio la ciencia. Iniciativas en ese sentido siempre contarán con mi apoyo.

Recientemente, Eparquio Delgado, cuyo libro Los Libros de Autoayuda, ¡Vaya Timo! os animo a reservar en crowdfunding, promovió, dentro de Izquierda Unida, una propuesta sobre el rechazo a la homeopatía y a las terapias pseudocientíficas, que logró se aprobara. Sin duda un gran logro del que deberían tomar ejemplo los demás partidos.

A continuación se está promoviendo una propuesta más general, para la creación de un área de política científica dentro de Izquierda Unida. La iniciativa es también encomiable, pero los objetivos marcados van más allá de la difusión científica y de la lucha contra la pseudociencia.

Veamos. Aquí se puede encontrar la propuesta sobre la homeopatía y las terapias pseudocientíficas. Hagamos el ejercicio de sustituir "Izquierda Unida" por un hipotético "Partido Conservador":
1. Partido Conservador apuesta por la defensa de la salud a partir de tratamientos basados en la evidencia y la promoción del bienestar físico, mental y social de las personas. 
2. Partido Conservador rechaza aquellas propuestas terapéuticas que no han demostrado ser eficaces para las diferentes enfermedades o trastornos hasta que existan pruebas sólidas que demuestren esta eficacia, como ocurre hasta este momento con la homeopatía, la acupuntura y otras terapias pseudocientíficas. 
3. Partido Conservador propone que los poderes públicos promuevan la educación y formación de los consumidores en materia de salud, y regulen de manera efectiva la publicidad engañosa de cualquier procedimiento supuestamente terapéutico que no cuente con evidencias suficientes sobre su eficacia. 
4. Partido Conservador rechaza que se incluya en el sistema sanitario público ninguna práctica médica o medicamento que no haya demostrado su eficacia según criterios exclusivamente científicos. Igualmente, rechaza que se financie con dinero público a instituciones que promueven la difusión y divulgación de procedimientos terapéuticos pseudocientíficos que confunden a la ciudadanía y ponen en peligro su salud.
Algo igualmente merecedor de apoyo, sin duda.

Hagamos ahora lo propio con la propuesta sobre el área de política científica:
1. Divulgar, dentro y fuera de Partido Conservador, el conocimiento científico y tecnológico y sus aplicaciones. 
2. Explorar las ventajas que aportan la ciencia y la tecnología al proyecto conservador de Partido Conservador en sanidad, educación, agricultura, cooperación internacional, desarrollo sostenible, energía, industria, relaciones pacíficas entre los Estados, comercio justo, participación ciudadana. 
3. Forjar relaciones y cooperación con el mundo científico y tecnológico. 
4. Denunciar el dirigismo estatal de la ciencia y luchar por su descentralización en la iniciativa privada para el avance científico de toda la sociedad. 
5. Luchar contra la utilización militar de los avances tecno-científicos. 
6. Denunciar y rechazar el oscurantismo, las pseudociencias y la tecnofobia en todos los ámbitos académicos, sociales y profesionales, pues privan a la ciudadanía del potencial emancipador de las ciencias y las tecnologías. 
7. Elaborar textos y propuestas sobre ciencia y tecnología y sus aplicaciones en el proyecto conservador de Partido Conservador para su inclusión en los programas electorales.
Hubiera sido mucho mejor si la propuesta simplemente dijera que Izquierda Unida promoverá la difusión de la ciencia y que solo tendrá en cuenta propuestas políticas que no entren en contradicción con el conocimiento científico y sus aplicaciones (medicina, agricultura, telecomunicaciones,...). En lugar de eso se hace excesivo hincapié en el uso de la ciencia y la tecnología al servicio de un proyecto político. En principio podría ser lo mismo, pero no me lo parece. Si a alguien lo duda, ¿por qué le chirrían los puntos 2, 4 y 7 si sustituimos Izquierda Unida y su proyecto por otro, como el Partido Reformista, el Liberal, el Independentista, el Unionista, el Social Demócrata, el Comunista,...?
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Hace tres años en el blog: El maltrato animal.
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