domingo, 19 de septiembre de 2010

Punto Fijo (1)



Muy a pesar de Parménides, todo está en constante movimiento. No siempre ha sido esto así. No en la mente de los humanos. La Tierra, su centro, era un punto fijo entre tanto movimiento. Una referencia confiable respecto a la que medir los movimientos, tanto de los objetos terrestres, como de los celestes.

El descubrimiento de que el Sol no daba vueltas a nuestro alrededor no supuso un cambio radical en este tema (lo supuso, ya sabemos, en otros, como en la vanidad de algunos que se creían el ombligo de la creación). El Sol era el punto fijo del modelo heliocéntrico. Era un punto fijo poco práctico, que nos ayudaba en los movimientos celestes, pero no en los terrenales.

El ingenio de los humanos descubrió otro punto fijo. Al rotar la Tierra sobre sí misma, ocurre que vemos el cielo de estrellas moverse sobre la prolongación del eje de rotación. En este movimiento de la bóveda celeste, como paraguas que giramos sobre nuestras cabezas, la estrella que esté en el centro de la bóveda giratoria, si es que alguna hay, permanecerá quieta a nuestra mirada, será nuestra Estrella Polar. La tenemos en el Polo Norte, pero no en el Sur.

Nuestro Sistema Solar está en la Vía Láctea, que gira sobre su centro. Gracias a ello, los guionistas de Star Trek pueden imaginar un sistema de referencia para los cursos de las naves, según su posición respecto al centro galáctico.

La Vía Láctea es una entre los miles de millones de galaxias que pueblan el universo conocido. Pero el universo no tiene centro, no hay un punto en el espacio que sea referencia universal. Pareciera que lo hay en el tiempo y que cada punto del espacio-tiempo del universo puede establecer su coordenada temporal respecto al Big Bang, pero no su coordenada espacial respecto a ningún punto absoluto. Como cuando la Estrella Polar nos permite saber nuestra latitud, pero no nuestra longitud. El meridiano de Greenwich no es un punto fijo, es una convención para salir del paso longitudinal.

Pero no es así, el tiempo que separa del Big Bang a un acontecimiento del universo puede medirse de maneras distintas según quien haga la medida, y sin poder dar prioridad a uno u otro observador.

¿Tenemos algún punto fijo? ¿Hay alguna certidumbre a la que agarrarse? ¿Cuál es nuestra Estrella Polar? No lo será ningún punto del espacio ni del tiempo, sino una velocidad, la de la luz. Fiable y fija, es el punto fijo de la física moderna. No es que todo sea relativo, es que la velocidad de la luz es absoluta. El punto fijo al que deben inclinarse y rendirse todas las demás magnitudes. Tiempo, espacio, masa,..., todos deben cambiar para que la velocidad de la luz no cambie.

10 comentarios:

  1. José Luis, esta reflexión, aunque pareciera suponerse evidente para una persona formada en el campo de la Física, es lo suficientemente esclarecedora para cualquier persona como para admitir el salto cualitativo que supuso la Teoría Especial de la Relatividad (no la General, que también fue otro gran salto posterior). Descubrir la invariabilidad de la velocidad de la luz en el vacío ha supuesto ese punto fijo, ese asidero del que no podemos soltarnos si no queremos caer en el caos.

    Al menos tenemos claro que, en este universo, existe un punto fijo. ¿Será así en otros posibles universos?

    Gran post para pensar. Gracias, amigo.

    ResponderEliminar
  2. La velocidad de la luz siendo absoluta ¿cambia a lo largo del tiempo?
    Me explico ¿ha sido siempre la misma?

    ResponderEliminar
  3. Buena reflexión, José Luis! Y nosotros estamos mas perdidos todavía que ustedes, tratando de alinear los telescopios con la imprecisa Sigma Octantis, jaja, es lo que hay...

    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. No TODO está en continuo movimiento. En la universidad hay un montón de cosas que no se mueven ni a empujones.

    ResponderEliminar
  5. Por cierto, que la velocidad de la luz sea constante tampoco es seguro:
    http://es.wikipedia.org/wiki/Jo%C3%A3o_Magueijo

    ResponderEliminar
  6. "En la universidad hay un montón de cosas que no se mueven ni a empujones."

    Me apunto ésa.

    Supongo que la "invariabilidad de la velocidad de la luz en el vacío" se puede considerar cierta a escala geológica. Está claro que en los primeros instantes del Universo las leyes que ahora nos rigen no estaban ni formadas, pero "ahora" pasamos por tiempos más... estables.

    ResponderEliminar
  7. Siesp, Facundo:

    Me alegro que os gusten estas reflexiones.

    JL Salgado, Jesús:

    Intentáis estropearme estas licencias poéticas, eh?

    Está claro que todo podría ser. Con la velocidad de la luz variable tendríamos también variable alguna de las constantes del electromagnetismo. Las constantes de la física son, a su manera, también puntos fijos si no cambian.

    Radagast:

    Gracias por el capote.

    ResponderEliminar
  8. "Sabía que la Tierra estaba girando, y yo con ella, y Saint Martin-des-Champs y toda París conmigo y que juntos girábamos bajo el Péndulo, cuyo plano en realidad jamás cambiaba de dirección, porque allá arriba, en el sitio del que estaba suspendido, y en la infinita prolongación ideal del hilo, allá en lo alto, siguiendo hacia las galaxias más remotas, permanecía, eternamente inmóvil, el Punto Quieto.

    La Tierra giraba, pero el sitio donde estaba anclado el hilo era el único punto fijo del universo.

    Por tanto, no era hacia la Tierra adonde se dirigía mi mirada, sino hacia arriba, allí donde se celebraba el misterio de la inmovilidad absoluta.

    El Péndulo me estaba diciendo que, siendo todo móvil, el globo, el sistema solar, las nebulosas, los agujeros negros y todos los hijos de la gran emanación cósmica, desde los primeros eones hasta la materia más viscosa, un solo punto era perno, clavija, tirante ideal, dejando que el universo se moviese a su alrededor. Y ahora yo participaba en aquella experiencia suprema, yo, que sin embargo me movía con todo y con el todo, pero era capaz de ver Aquello, lo Inmóvil, la Fortaleza, la Garantía, la niebla resplandeciente que no es cuerpo ni tiene figura, forma, peso, cantidad o calidad, y no ve, no oye, ni está sujeta a la sensibilidad, no está en algún lugar o en algún tiempo, en algún espacio, no es alma, inteligencia, imaginación, opinión, número, orden, medida, substancia, eternidad, no es tinieblas ni luz, no es error y no es verdad."

    El péndulo de Foucault. - Umberto Eco -

    ResponderEliminar
  9. Intentáis estropearme estas licencias poéticas, eh?

    ¡Ni hablar!
    Que algo absoluto cambie, es pura poesía, lo mismo que cualquier rio, que por mucho fluir el agua, es siempre el mismo río, si de muestra te sirve un botón, las cataratas de Iguazú, son magníficas.

    En cualquier caso, tus palabras me dan qué pensar:
    La luz polarizada sufre una rotación cuando atraviesa enatiómeros o soluciones de los mismos, como el caso de la sacarosa o el d-limoneo. El giro del plano de la luz es proporcional a la cantidad de sustancia y caracterítica de la misma y por similitud, se me antoja, que al estar el universo en expansión, muy probablemente, la luz se frene un poco y no sólo se degrade por el 'corrimiento al rojo' -nombre horroroso donde los haya-, sino por la expansión del vacío.

    Lo absoluto y lo variable, a mi entender son dos caras de una misma moneda, ya que el cálculo de la probabilidad es también el cálculo de la improbabilidad; casi siempre que hay un si, también hay un no, en lo absoluto y en lo relativo, en lo fijo como en lo variable.

    Jesus, seguro que lo cuenta de una forma mas conceptual.

    ¡Salud, saludos y buenos alimentos!
    Tu blog es también un buen alimento.

    ResponderEliminar
  10. Masgüel:

    Gracias por traernos esa cita de Umberto Eco. Muy apropiada.

    JL Salgado:

    Mirar el cielo estrellado es pura poesía. Mirarlo con telescopios y avanzar en su comprensión es ya un éxtasis.

    Gracias por el piropo.

    Saludos.

    ResponderEliminar