sábado, 17 de julio de 2010

Aviso para navegantes electorales


La reforma electoral es un tema recurrente en el debate político español. Son tres las preocupaciones que parece haber detrás:

  1. El excesivo poder que tienen las formaciones nacionalistas.
  2. La diferencia de votos para conseguir un escaño en unas provincias respecto a otras.
  3. La infrarrepresentación de los partidos de ámbito nacional, pero minoritarios.
Vayamos punto por punto.

1. Las formaciones nacionalistas y de ámbito local tienen una proporción de escaños que es casi siempre inferior a su porcentaje de votos (la única excepción suele ser el PNV, que tiene una proporción de escaños ligeramente superior a su porcentaje de votos). El poder que tengan viene por su capacidad para colaborar con gobiernos del PSOE o del PP, no por un exceso de representantes.

La única forma de evitar que tengan poder sería cambiando a un sistema mayoritario, que permita mayorías absolutas al partido mayoritario en más circunscripciones. Algunos partidos nacionalistas serán mayoritarios en las suyas y tendrán representación, pero carecerán de poder si, efectivamente, uno de los dos partidos grandes tiene mayoría absoluta. Propuestas de sólo permitir representación de partidos con un mínimo de porcentaje a nivel estatal serán inútiles, pues habrá coaliciones entre nacionalistas como ocurre en las elecciones europeas.

La tabla que abre la entrada muestra la composición del parlamento español y recoge el poder de cada partido en varios escenarios. La columna 1 representa el poder "a priori" y las demás el poder de cada partido dentro de la coalición que agrupa a los partidos que no tienen la casilla en blanco. Así, la columna 5 es la distribución de poder dentro de la coalición PSOE-CiU-PNV-BNG-CC. El índice de poder se calcula como la proporción de subcoaliciones en los que el partido en cuestión es necesario para obtener la mayoría.

2. Lo barato que sale un diputado en Soria respecto a Barcelona tiene el efecto potencial de distorsionar la representación en el parlamento y hacer que no corresponda con las proporciones reales. Con todo, no ha ocurrido hasta ahora. Si hacemos una simulación del reparto de escaños haciendo proporcional el número de diputados a la población de cada provincia tendremos un reparto de escaños muy parecido a los habidos con el reparto actual. Si a esto añadimos que en España los diputados se deben a su partido y no a su provincia, las consecuencias de esta posible distorsión son bastante irrelevantes.

3. Aquí sí tenemos una característica del sistema de consecuencias importantes. Un reparto proporcional daría a partidos como IU y UPyD una mayor representación de la que ahora tienen. Esos diputados de más serían diputados de menos de los dos partidos mayoritarios (recordemos que los nacionalistas en todo caso ganarían con una representación proporcional). En estas circunstancias las mayorías absolutas serían más difíciles, pero habría más partidos con los que pactar. Esto último implica más alternativas para el pacto y, por tanto, un poder algo más diluido para esos partidos.

Con todo, el reparto proporcional con límite porcentual nacional para entrar en el parlamento incita a las coaliciones al estilo de las europeas. Ello hace más fuertes los vínculos entre varios partidos nacionalistas y podría, de nuevo, aumentar su poder. La tabla siguiente muestra el parlamento proporcional y los índices de poder en distintas coaliciones.


Opine ahora cada cual lo que quiera sobre si le han gustado o no las mayorías absolutas que ha habido o si prevé que le gusten las que pueda haber y opine también sobre si le han gustado o no los pactos de gobierno que se han visto en estos treinta años o si prevé que le gusten o no los que pueda haber. Opínese, pero, por favor, si se va a proponer un sistema alternativo, sépase exactamente qué es lo que se pretende y si examínese si esa propuesta hace lo que se piensa y solo lo que se piensa.

4 comentarios:

  1. Mi sistema favorito sería que, después de las elecciones, se decidiera por sorteo qué partido iba a formar gobierno durante el siguiente año, y cada partido tuviera una probabilidad de ser elegido proporcional a la proporción de votos que ha obtenido.

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  2. ¿Cómo funcionaría el parlamento? Si es como ahora, un gobierno del BNG, por ejemplo, no iba a sacar adelante demasiadas leyes de su programa.

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  3. 1. No se quien afirma que el actual sistema beneficia a los nacionalistas. Yo lo que siempre he afirmado es que benefician a los nacionalistas vascos (PNV, Bildu, Na-Bai) en detrimento de los nacionalistas andaluces, por ejemplo. Algo claramente injusto. A alguien de Coalición Andalucista de nada le vale que el PNV esté
    brutalmente sobrerrepresentado (sí, el PP y el PSOE están sobrerrepresentados pero ninguno tiene un 50% de escaños más de los que le tocan).

    2. El problema de que Soria tenga 2 diputados y no sólo 1 (sumado a que casi todas las provincias despobladas tengan escaños de más) es que provoca que provincias como Madrid y Barcelona tengan escaños de menos (deben ser 350 en total) lo que dificulta que los partidos pequeños saquen escaños. Es decir, si quitas 5 escaños a Madrid le quitas alguno a IU o UPyD, en cambio a esos partidos lo mismo les da que Soria tenga 2 escaños y Ávila 3 que no se van a llevar ninguno de todos modos.

    Lo que nos lleva al punto 3. Yo abogaria por una sola circunscripción sin barrera de entrada. Si lo que se quiere es la gobernabilidad, no está reñido con la representatividad, basta separar el ejecutivo del legislativo y que el presidente sea elegido directamente por los ciudadanos como en los países americanos.

    Aún asíi me parece bien que aclares a la gente qué es lo que están defendiendo. Y yo añadiría que la gente está muy desinformada creyendo que es el reparto D'Hondt el que mata la proporcionalidad cuando en realidad son las 50 circunscripciones o distritos electorales.

    Si me permites hacer un poco de spam, yo he estudiado este tema y las causas de la desproporción en mi blog: http://trampaselectorales.blogspot.com.es/2012/02/eleccion-del-congreso-espanol_02.html

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    1. La desproporción de los partidos nacionalistas vascos no es tan grande en general. En las últimas elecciones no hubo ninguna para NBai ni para PNV, y hubo un 40% para Amaiur (esto último es un hecho excepcional):

      http://todoloqueseaverdad.blogspot.com.es/2011/11/el-parlamento-proporcional.html

      En el parlamento actual la desviación respecto a la circunscripción única proporcional es de 43 escaños. Si se aplicara la regla proporcional con la circunscripción provincial con el mínimo de dos parlamentarios, habría sido 22. Si se rebajara a un mínimo de uno, habría sido de 13:

      http://todoloqueseaverdad.blogspot.com.es/2011/12/el-parlamento-proporcional-2.html

      Así, pues, la regla D'Hont es responsable de la mitad de las desviaciones en el sistema actual, que podría corregirse mucho sin quitar la circunscripción provincial.

      No es spam añadir referencias pertinentes a una discusión. Ahora me lo miro.

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