miércoles, 26 de enero de 2011

Es que lo tengo que hacer yo todo.


Durante los primeros años de la revolución cubana Fidel Castro solía coger un jeep para recorrer la isla. En sus viajes daba órdenes sobre cómo hacerlo todo, desde dónde poner una escuela hasta cómo plantar la cosecha.

Este proceder tuvo dos consecuencias. La primera, obvia, que muchas de las órdenes carecían de sentido y eran ineficientes. La segunda, más sutil, es de mayor calado. Nadie se atrevía a hacer nada hasta que no llegara Fidel con su séquito. Los errores se enmiendan y de ellos se aprende, pero de la falta de iniciativa no hay nada que aprender y conduce al equilibrio que llevan sufriendo los cubanos durante medio siglo.

Ese equilibrio es muy vicioso. Como nadie hace nada, el dirigente cree que lo tiene que hacer todo y como el dirigente lo manda todo, nadie tiene incentivo a hacer nada. Sé que es una gran simplificación, pero este mecanismo ofrece una explicación clara y sencilla de muchas cosas observadas.

La revolución cubana es solo un ejemplo. Todos conocemos padres que ordenan el más mínimo aspecto de la vida de sus hijos, personas que creen que tienen que ocuparse de toda la intendencia de su pareja o jefes incapaces de delegar en los demás. Esta actitud, además de no incentivar la participación de la otra parte, puede tener por consecuencia que esa otra parte, además de no tener incentivo a hacer nada, lo que es malo, no acabe de aprender a hacer las cosas, lo que sería peor.

Con todo, esto último me parece que ocurre las menos de las veces. A menudo sucede que la dictadura se acaba, el hijo se va de casa, la pareja se separa y el jefe se retira y a menudo en estos casos el gran dirigente, los padres, el cónyuge y el jefe se sorprenden que su tutelado sea capaz de valerse por sí mismo.

Todo por no entender lo que es un equilibrio.

11 comentarios:

  1. Que bien, de lo general a lo particular. Esa explicación tan sencilla que comentas, es padre, hijo y espíritu santo en america latina.

    Se manifiesta en todo, en las empresas, los negocios, organizaciones políticas, en el estado mismo, en la familia... y todo porque "A menudo sucede que la dictadura se acaba, el hijo se va de casa, la pareja se separa y el jefe se retira y a menudo en estos casos el gran dirigente, los padres, el cónyuge y el jefe se sorprenden que su tutelado sea capaz de valerse por sí mismo."

    Gracias.

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  2. "La segunda, más sutil, es de mayor calado. Nadie se atrevía a hacer nada hasta que no llegara Fidel con su séquito..."

    No es el tema de la entrada, pero no puedo dejar de escribir par de lineas. Eso que dices es cierto, pero dandole una segunda mirada notamos que en el caso de ese tipo especial de dictadura, el no hacer nada hasta que lo diga el jefe o lider no es un error, sino un mecanismo que busca, no el desarrollo de la sociedad, sino el control de esta, conjuntamente con el de cada uno de sus habitantes. Hay una diferencia con los demas controles que explicas y ese en particular que citas.

    Hay un mecanismo de control estrcturado en un caso, y en el otro el control lo produce el desconocimiento del equilibrio que mencionas.

    Gracias.

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  3. Aprender a convivir con el error es algo indispensable.

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  4. Soy:

    Cuando señalo un causa (una situación como fruto de un equilibrio) no digo que sea la única causa. La situación que describía puede leerse así: "incluso si las intenciones son buenas y uno no intenta apropiarse de la voluntad del otro con los fines que sean, ocurrirán estas cosas señaladas."

    Clidice: Es la manera de aprender.

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  5. tambien conocido como

    http://en.wikipedia.org/wiki/Micromanagement

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  6. Ferreira, creo que todo lo que explicas -bastante bien, por cierto- tiene un entremado complejo de funciones psicológicas que hace que muchos imbéciles se crean soles en un sistema planetario en el que los demás girán alrededor de ellos. Este tipo de imbéciles te los puedes encontrar en cualquier oficina, despacho, universidad u otro local de ámbito laboral. Lo peligroso, evidentemente, es cuando el ámbito, además, pertecene a lo público.

    Saludos.

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  7. KC:

    No me cabe duda de que hay mecanismos psicológicos detrás o delante de todo esto, pero no soy experto en ello y me limito a señalar el juego de incentivos en el que sí creo poder decir algo.

    Gracias por la aclaración.

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  8. No hace falta ser José Luis Pinillos para entender un mínimo el porqué de ciertas cosas.

    No es complicado, yo creo, entender que la biografía personal es un pincel con el que se pinta la personalidad de cada individuo -o parte-. Aparte de que tampoco es complicado entender que, cuando uno llega a adquirir cierto poder, lo último que quiere hacer es perderlo, porque con él pierde muchas otras cosas que en un principio tienen que ver con la capacidad para realizar deseos y después con la de no ser olvidados. Que es lo que sucede con las gerontocracias.

    Cincinatos hay más bien pocos.

    Saludos.

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  9. Si estoy de acuerdo y lo entiendo bien. Lo que digo es que intento hacer entradas aportando elementos relevantes y sobre los que creo saber un poquito más que la media. Sobre psicología sé, como dices, las cosas que no son complicadas, así que no creo poder aportar en esto más que cualquiera y prefiero que los que podáis decirlo cosas más y mejor que yo lo hagáis. En los comentarios sí que podré decir más, que para eso son comentarios.

    En cualquier caso, gracias otra vez más.

    Por cierto, que justo ayer tuve unos encuentros con la palabra cincinato a cuenta de hablar de Cincinnati y ahora la mentas tú también. Coincidencias simpáticas que pasan.

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