Los dos problemas económicos principales a que se tiene que enfrentar cualquier sociedad son el de la producción y el del reparto.
Que hay un problema económico en el reparto es algo que ve fácilmente todo el mundo, dadas las evidentes desigualdades económicas. Tanto lo es, que para muchos es este el único problema económico, cuya solución pasa por fuertes políticas igualitarias para garantizar un reparto más justo (desde impuestos o gastos más progresivos hasta revoluciones). A menudo se olvidan de las consecuencias que estas políticas tendrán sobre la producción.
Pero no voy a hablar aquí de las consecuencias de la redistribución en la producción (tal vez en otra ocasión) ni de los problemas de la distribución. Me interesan ahora los problemas propios de la producción, menos conocidos. Lo más ilustrativo será poner unos ejemplos (no cherry picking, los ejemplos son representativos de los problemas productivos):
1. En mi encuentro con ingenieros y físicos, parecen entender la producción como un problema casi exclusivamente tecnológico. En un nivel, el que se refiere estrictamente a la producción, esto es ciertamente así, pero en un sentido más amplio deben incluirse las decisiones de qué producir y con qué tecnología. El qué producir es una decisión de riesgo. ¿Estaremos produciendo mucho o poco? ¿Alguien querrá lo que producimos? ¿Lo querrán al precio que queremos vender? La decisión de elección de la tecnología puede parecer ser la parte exclusivamente ingenieril, pero no es así. Muy a menudo compiten varias tecnologías para producir un bien o servicio y con la complicación de que esas posibilidades tecnológicas pueden cambiar en el futuro, así que hay que tomar otra vez decisiones de riesgo. Y todo esto sin hablar de los problemas de buscar proveedores, clientes, respaldo legal, decidir cómo crecer, cómo invertir, repartir beneficios, etc.
2. Unos obreros toman una fábrica (a la fuerza, tras una negociación, como pago por sus salarios atrasados, como caída de la URSS,...). Son perfectamente competentes en las tareas de la fábrica, se conocen los procesos de fabricación y saben quiénes son sus proveedores y clientes. Tienen toda la información, pero a menudo fracasan. De igual manera, un país inicia su revolución socialista realmente existente, se apropian las masas de los medios de producción que conocen y manejan perfectamente y vuelven a fracasar. Ha faltado todo lo que señalaba en el punto anterior. No saber estas cosas es lo que me hace pensar que muchos de mis contertulios científicos sean simpatizantes de ideas marxistas o similares. No ven el problema económico de la producción, solo el limitado de la transformación de inputs en outputs.
3. En tiempos modernos, con parte de la humanidad desnutrida o, directamente, que se muere de hambre y con los recursos materiales para evitar esa situación, uno puede muy bien también caer en la tentación de pensar que no hay problema de producción agrícola o que su solución sería muy fácil. Y ciertamente lo sería, a corto plazo. Tomando cualquiera las riendas de la producción agrícola del mundo podría repartir lo producido para eliminar el hambre, porque ahora se produce lo suficiente. Sin embargo, sin un plan viable de qué hacer al día siguiente, el problema volverá a surgir y con mayor intensidad (vean la historia agrícola de la URSS y de la China de Mao).
El problema, claro está, es mantener la producción y para ello hay que mantener el incentivo para que los millones de agricultores, obreros, inversores, propietarios,... sigan tomando las decisiones de producir eficientemente y eso no se soluciona solamente con tecnología, a pesar de ser absolutamente necesaria, y lo que debe acompañar a la tecnología no es ideología, precisamente, sino buena economía.
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Hace tres años en el blog: Al monte se va con botas. El explorador y el nativo.
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Un precioso libro sobre la revolución soviética entre 1920 y 1929, en el que pensaba que encontraría más historia militar (la lucha contra los focos de resistencia blanca), encontré más lecciones de economía de las que creía.
ResponderEliminarIncluso Trosky tuvo que aprender que sin incentivos los agricultores no producían suficiente como para mantener a una clase obrera industrial urbana. Y tuvo que generar un pseudocapitalismo tutelado.
Hace muchos años vi un documental sobre la evolución en China. Antes de las reformas, al preguntarle a un campesino cómo se aumentará la cosecha contestaba, libro rojo de Mao en la mano, "con el pensamiento Mao Zedong". Después de las reformas la respuesta era más larga "dejando que cada campesino decida sobre su parcela y se beneficie de ella, usando fertilizantes que habrá que comprar donde sean más baratos,..." No da para un eslogan político, pero funciona mejor.
EliminarEn la China de Mao se llegaron a fundir herramientas para obtener acero, porque el régimen estableció objetivos de producción de acero demasiado exigentes. Está claro que el problema económico no sólo es tecnológico, sino también de información dispersa.
ResponderEliminarBienvenido al blog, Enrique. Gracias por la anotación. Completamente de acuerdo.
EliminarExiste una idea generalizada de que si los ricos repartiesen todo su patrimonio se acababa el problema. Se oye por la tele que Amancio Ortega tiene no se cuantos mil millones y claro, con eso se da de comer a todo el mundo. Pero no es cierto, ya que su patrimonio en su mayoría no son bienes presentes, son activos que generan año a año cierta renta, así que si cogemos esos activos para el consumo mañana estamos descapitalizados. En realidad Amancio no tiene peces, sino cañas de pescar que se pueden valorar en peces. ¿Quien se comería una caña de pescar?
ResponderEliminarEn la China del Gran Salto Adelante se las comieron (figurativamente). Los estudiantes de la antigua URSS solían protestar diciendo: "Ya hemos construido el paraíso, ¿cuándo nos lo comemos?".
Eliminar"No saber estas cosas es lo que me hace pensar que muchos de mis contertulios científicos sean simpatizantes de ideas marxistas o similares. No ven el problema económico de la producción, solo el limitado de la transformación de inputs en outputs."
ResponderEliminarExacto, en la ideología marxista hay una marginación de la función empresarial ya que lo ven como una apropiación indebida del valor generado por los trabajadores, fruto de limitarse a ver solo la transformación de inputs en outputs. El empresario emprendedor ya fue reivindicado en su tiempo por Schumpeter, pero les entra por un oído y les sale por otro.
Lo triste es que no solo desdeñan la parte empresarial del problema, sino que además casi todos desconocen completamente la teoría marxista que dan por buena.
EliminarYo plantearía la pregunta de otra manera, que creo que es más apropiada. ¿Hay un problema de reparto, o SOLO de producción?
ResponderEliminarLa disyuntiva equidad-crecimiento como una relación en la que más equidad implica menos crecimiento creo que ya ha quedado sobrepasada también por los hechos (aunque no es tan antigua como las historias maoistas que contáis).
Ambas dimensiones, para bien o para mal, se relacionan de muy diversas maneras en el tiempo y en el espacio. La paradoja de Polanyi se puede utilizar en las dos direcciones: no sabemos muy bien cómo el reparto puede afectar a la producción a largo plazo.
En cualquier caso, tiempos interesantes y difíciles tenemos por delante.
He planteado la pregunta así porque se corresponde con lo que más oigo a mi alrededor y porque la desigualdad del reparto se entiende por todo el mundo, aunque la reacción frente a ella sea distinta. En cambio encuentro una gran ignorancia sobre los problemas de producción, que es lo que he querido señalar en la entrada. Como observarás, no me he metido con la idea de si la igualdad limita o no el crecimiento según y cómo se promueva. Creo que todavía no tenemos más que algunas ideas parciales sobre el tema (en las dos direcciones).
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