domingo, 30 de octubre de 2011

Dos propuestas


Recientemente se han publicado dos libros con propuestas para salir lo mejor posible de la crisis y para preparar la economía española para los próximos tiempos.

El primer libro es "Nada es Gratis" de varios autores que firman con el nombre colectivo de Jorge Juan. El segundo es "Hay Alternativas" de Vicenç Navarro, Juan Torres y Alberto Garzón. Comparando los análisis y propuestas observaremos que son muy distintas y, en algunos casos, contradictorias. Ambos libros darán mucho que hablar. ¿Quién tiene razón? (si es que alguno la tiene). Recomiendo leerlos con el kit del escéptico en la mano.

Por ejemplo:

-Quién usa argumentos ad hominem
-Quiénes tienen publicaciones en revistas de impacto y quien publica sobre todo libros
-Quién hace afirmaciones extraordinarias sin pruebas extraordinarias
-Quién propone cosas demasiado buenas para ser ciertas
-Quién requiere de una conspiración de economistas corruptos para su teoría
-Quién contradice el equivalente económico a la segunda ley de la termodinámica, ese que dice que no se puede hacer nada sin costes
-Quién muestra estudios empíricos en que basar sus afirmaciones (¿existen? ¿están bien documentados? ¿son fáciles de encontrar? ¿han sido aceptados en buenas revistas?)
-Quién se parece dedicar más tiempo a agradar los oídos que a decir lo que es el caso
-Quién confunde deseos con realidad
-Quién propone soluciones detalladas
-Quién propone soluciones que son vaguedades, por bien que suenen
-Quién deja claro que su opinión sobre una cuestión no depende de una posición a priori sino que está a lo que le digan los datos
-Quién define bien sus conceptos hasta el punto de ser operativos y no solo intuitivos
-Quién ofrece "narrativas" en lugar de teorías rigurosas donde todo está bien definido
-Quién apela a nuestras intuiciones en lugar de a nuestro raciocinio
-Quién tiene claro que todo es blanco o negro y quién duda y encuentra grises y sigue investigando
-etc.

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Con qué probabilidad ganaremos la Copa?

En una discusión en el Otto Neurath salió a relucir una clásica objeción a la idea de probabilidad. Venía a decir Arriero que, en ausencia de una evidencia empírica, en plan frecuencialista, no tiene sentido hablar de probabilidad de un evento. Como ilustración nos ofrecía un diálogo en el que Aquiles le reta a la Tortuga a que asigne probabilidad al evento de que al tirar la moneda que tiene en la mano salga cara. La Tortuga dice que un medio. Aquiles tira su moneda una y otra vez y sale siempre cara. La Tortuga asignó probabilidades sin saber nada de la moneda de Aquiles, que tenía dos caras.

No es una buena objeción, aunque da pie para aclarar el significado de probabilidad. Como siempre, entenderé que la definición de probabilidad será interesante mientras sea operativa, es decir, mientras sepa cómo usarla y mientras eso me permita hacer cosas con ella mejor que sin ella.

Esta es mi respuesta a Arriero:

Imagina que sabemos que el 50% de una población tiene un gen que le hace tener una probabilidad del 100% de morirse de una enfermedad X y que el otro 50% tiene una probabilidad del 0%.

Hay una posible cura: una droga que te libra de esa enfermedad con total seguridad (si la tienes), pero que te puede matar por efectos secundarios el 10% de las veces (tanto si tenías el gen como si no. Si eres un individuo de esa población, ¿quieres tomar la droga? Por supuesto, querrás primero saber si tienes el gen o no. Pero si eso no es posible ¿qué haces? A todos los efectos tienes un 50% de probabilidad de padecer la enfermedad y morir, aunque Aquiles insista que no, que tienes un 100% o un 0% según el caso. La precisión de Aquiles no importa nada. El problema es tomar la droga o no en una situación de incertidumbre. Saber lo que desdeña Aquiles permite tomar una buena decisión y, con ella, la droga.

En el mejor de los casos, las probabilidades se han establecido como señalas (repitiendo experimentos), pero no tiene por qué ser así. Desde el momento en que cada observación (de cualquier cosa) se hace en un momento o en un lugar diferentes, es imposible mantener todo constante y no tendremos, estrictamente hablando, nunca una repetición de ningún evento.A partir de ahí, lo mismo que postulamos que el momento o el lugar no influye para una repetición (por seguir con el frecuencialismo) postulamos la similitud de poblaciones o la irrelevancia de algún detalle.La probabilidad solo se define rigurosamente en el modelo formal. En la realidad podemos ver si las predicciones con ese modelo son o no acertadas.

¿Podemos ver si es acertada la predicción de que el Athletic ganará la Copa con una probabilidad del 40%?

No y sí.

No, porque tanto si gana como si no, el resultado es compatible con la predicción, y no queremos predicciones no falsables. Sí, porque si la predicción viene tras un modelo que hace otras predicciones, podemos tener datos suficientes para hacer una inferencia estadística en toda regla. Como siempre, solo con grados de confianza. Si el modelo hace predicciones para las probabilidades de ganar de varios equipos en varios años y en varias competiciones, aunque cada una de las realizaciones de esas predicciones sea un evento único, es posible establecer estadísticamente el buen o mal ajuste del modelo.

Si alguien está interesado en las técnicas estadísticas que se usarían, son los llamados Datos de Panel.

jueves, 20 de octubre de 2011

El fin de la violencia de ETA


En enero ETA anunció un alto el fuego permanente, general y verificable. Después de la tregua trampa y de la tregua rota había muchas razones para desconfiar. Con todo, seguía significando una ausencia de violencia mientras durara. En aquel comunicado había una insistencia en la territorialidad y en la autodeterminación. 

Ahora se anuncia el fin definitivo de su actividad en un comunicado que no dice nada acerca de territorios ni de autodeterminaciones. Es un avance en todos los sentidos. Solo quedan dos cosas, la disolución y la entrega de armas. Con la lentitud que se mueven las cosas, diría que eso irá para largo. Tal vez cuando se den cuenta de una vez que han perdido todo protagonismo y no son nadie en el País que dicen haber defendido.

lunes, 17 de octubre de 2011

Los sesgos cognitivos (1)


En varias ocasiones he hablado de los sesgos cognitivos que nos pueden hacer creer cosas que no son verdad. La última, en la pasada entrada sobre el método clínico, donde los sesgos de la experiencia médica pueden tener consecuencias graves.

¿Cómo de importantes y prevalecientes son estos sesgos?

Para acercarnos a este tema encuentro especialmente interesantes los trabajos de Tversky y Kahnemann que le dieron el premio Nobel a este último (el primero ya había muerto).

En su artículo "Juicios en incertidumbre: heurística y sesgos" nos muestran los resultados de numerosos experimentos que les permiten detectar tres tipos de sesgos en nuestra manera de razonar en situaciones de incertidumbre. Dedicaremos esta entrada al primero de estos sesgos, la representatividad.

En cierta manera, la representatividad nos sesga a juzgar según estereotipos, aunque no exactamente de los que solemos llamar así. Se entenderá mejor con varios ejemplos.

Tenemos una descripción de Juan que viene a decir lo siguiente: "Es una persona tímida y reservada, siempre dispuesta a ayudar, pero con poco interés en la gente o en el mundo real. Un espíritu pulcro y humilde, con necesidad de estructura y orden y una pasión por el detalle". Ahora viene la pregunta: ¿Es más fácil que Juan sea un agricultor o un bibliotecario?

Invariablemente, la mayoría de nosotros tendemos a contestar que bibliotecario, pues su descripción se parece más a la de alguien con este oficio que a la de un agricultor. Sin embargo, aún siendo verdad que los bibliotecarios tuvieran esas tendencias con mayor probabilidad que los agricultores, esta debería ser extremadamente marcada para responder a la pregunta de esa manera. Siendo que hay muchísimos más agricultores que bibliotecarios, a nada que algunos agricultores también tengan ese carácter, la probabilidad de ser agricultor será mayor.

Otros experimentos que ilustran este sesgo son los siguientes:

-Se sabe que en una reunión hay abogados e ingenieros en proporciones 30%-70%. Se pregunta a una persona al azar si le gustan las matemáticas y responde que sí. ¿Con qué probabilidad es ingeniero? Podemos hacer la misma pregunta cambiando las proporciones a 70%-30%. Lo interesante es que las respuestas apenas varían cuando deberían hacerlo, y bastante.

-Cuando en un hospital el número de nacimientos de un sexo es superior al 60% del total se considera un día especial. ¿Dónde habrá más días especiales, en un hospital donde nacen unos 45 bebés al día o en uno donde nacen unos 15? La mayoría de la gente suele contestar que da igual y, entre los demás, se reparten más o menos a medias los que opinan que un hospital u otro. La respuesta correcta es que en hospital pequeño, claro está.

-Se tira una moneda varias veces ¿Qué secuencia es más probable obtener, O-X-O-X-X-O o bien O-O-O-X-X-X? (O es cara y X es cruz). Si tendemos a pensar que la primera es porque representa mejor una situación aleatoria, a pesar de que ambas son igual de probables.

-Aquí vimos otro ejemplo de representatividad.

Son experimentos sencillos. De vez en cuando hago alguno en clase e, invariablemente, se obtienen los resultados reportados por Tversky y Kahnemann. Es una primera constatación de los sesgos cognitivos. ¿Queremos construir nuestro conocimiento sobre la realidad cayendo en ellos o evitándolos? Lo segundo es el método científico. Lo primero nos deja en el método clínico, entre otras maneras descuidadas de hacer las cosas.

jueves, 13 de octubre de 2011

El método clínico


Cuando se discute con homeópatas o psicoanalistas, tarde o temprano sale a relucir el método clínico.

No sé si habrá otras acepciones para este método, pero la manera en que se defiende en esos foros es más o menos como un método científico pero adecuado a la práctica médica. Comparte, o al menos así lo pretende, con el método científico el experimentar por prueba y error, quedarse con lo que funciona y dejar lo que no funciona. Se diferencia del método científico en que la prueba de si una práctica funciona o no es el ojo clínico del médico.

Craso error. El médico, por muy inteligente, conocedor y buen practicante que sea, no es nunca el criterio para saber si algo funciona o no. Como todo mortal está sujeto a sesgos cognitivos. El renunciar al procedimiento científico (pruebas objetivas, doble ciego, grupo de control,....) supone renunciar a evitar esos sesgos. Eso siempre es mala práctica científica y, por tanto, médica.

¿Cómo de importantes son esos sesgos? Digamos que son los mismos que han permitido el florecimiento de prácticas como la frenología, las flores de Bach, el test de las manchas de Rorschach, la lobotomía, la quiropráctica, el toque terapéutico,... Es decir, todo lo que se basa en el "a mí me funciona", con el que se puede engañar un paciente a sí mismo, pero también un médico.

Aquí hay una conversación interesante sobre el tema en los comentarios de una entrada sobre qué es ciencia en el blog Neurociencia-neurocultura.

lunes, 10 de octubre de 2011

Las expectativas racionales de Sargent


Conozco más la obra de Sargent, aunque alguno de mis colegas macroeconomistas me dice que Sims ha sido todavía más influyente. Son los dos premiados con el Nobel de Economía, que, en realidad es el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, ya que no es parte de la Fundación Nobel. Pero me estoy yendo por las ramas.

En esta entrevista, Sargent explica su trabajo. Es especialmente interesante porque en ella se aprecia no sólo la descripción de sus modelos, sino también algo de su metodología y de sus valores. Es un buen resumen de lo que constituye la economía moderna, con su búsqueda de modelos y de evidencias empíricas para contrastar hipótesis y donde se distinguen las críticas fundadas de las infundadas. Es decir donde se muestra el avance en esta ciencia.

Entre otras cosas, en la entrevista Sargent habla del sempiterno problema de los bancos, que yo exponía por aquí (él lo hace mucho mejor, claro) y del desempleo en Europa y aún tiene tiempo para darles sendas collejas a Francia y Alemania, por haber facilitado la crisis de la deuda actual en Grecia.

Nótese que la entrevista es de hace más de un año.

jueves, 6 de octubre de 2011

Farewell, Bert Jansch

Ya sé que hay otras muertes, pero a mí la que me duele hoy es la de Bert Jansch, uno de los mejores guitarristas que en el mundo han sido. Solo, en dúo con John Renbourn, en el grupo Pentangle o, más recientemente, acompañado de algún artista amigo, nos ha legado una cantidad ingente de música y estilos. Casi siempre folk, a veces con virtuosismos barrocos, a veces sencillas adaptaciones de temas tradicionales, composiciones propias, baladas, fusiones con jazz, blues, qué sé yo. Mejor callarse y escuchar, y comprender por qué la muerte de un músico que le ha acompañado a uno en tantos momentos puede doler más que la muerte de tu escritor favorito.

Aquí el folk barroco con John Renbourn:



Lo que hacía con Pentangle cuando cantaba él...



... o acompañando a la maravillosa voz de Jacqui McShee:



Un tema de su último disco:

martes, 4 de octubre de 2011

Por qué sexo y por qué en parejas (2)


Hace unas cuantas semanas proponía este tema. Pueden verse los detalles en esa entrada, pero conviene resumir aquí la cuestión.

La reproducción sexual permite una variabilidad genética que aumenta la adaptación al medio, pero a su vez es costosa. Una explicación adecuada debe dar cuenta de por qué el balance entre ambas fuerzas da como resultado solamente el tener dos sexos y por qué cada individuo de una especie sexual proviene de la mezcla del material genético de únicamente dos individuos.

Podía haber sido de otra manera. Podíamos encontrar alguna especie con tres o más sexos. O, manteniendo los dos sexos, podíamos haber encontrado alguna especie en la que se mezcla el material genético de, por ejemplo, dos machos y una hembra (algo fácil de hacer si la hembra retiene el esperma de dos machos).

Motty Perry, Philip Reny y Arthur Robson, de las Universidades de Chicago y de Simon Fraser proponen una manera de abordar el problema que, si bien no ofrece una explicación completa, sí parece servir para eliminar algunas hipótesis.

Estos autores consideran las dos hipótesis más defendidas acerca de la ventaja de la reproducción sexual. La primera es la conocida como el determinismo mutacional (MD) según la cual la mezcla de material genético favorece la eliminación de mutaciones. La segunda es la hipótesis de la reina roja (RQ), donde la razón estriba en la mayor defensa frente a ataques de parásitos.

En sus simulaciones, encuentran que, cuando el sexo biparental es una ventaja en la primera hipótesis, sucede que una mezcla de 1/4, 1/4, 1/2 (dos machos y una hembra) sería todavía mejor. No hay mayor coste de mantener machos (ya que la proporción de machos y hembras seguiría siendo 50%-50%) y hay mayor variabilidad.

En cambio, según la hipótesis de la reina roja, la mezcla genética de dos individuos ofrece la misma defensa frente a parásitos que la obtenida por otras mezclas como la anterior 1/4, 1/4, 1/2. La razón es un poco complicada, pero tiene que ver con el hecho de que no hace falta tanto una gran variabilidad como una diferencia con respecto a lo que espera encontrar el parásito. La clave en esta dinámica está en la capacidad de regenerar el genotipo eliminado por el parásito. Para ello, la especie se compone de una variedad de genomas que se recombinan  entre ellos, sin que ninguno llegue a dominar la población. De nuevo, en sus simulaciones encuentran que la regeneración del genotipo eliminado es igual o más rápida con la mezcla de dos individuos que en otras posibilidades consideradas.

sábado, 1 de octubre de 2011

Lo confieso: Cada día tengo manías


Así empezaba, creo recordar, una vieja canción de Pi de la Serra. La manía de hoy es vieja, pero me ha vuelto al recolocar los libros de las estanterías. Vale también para los CDs. Sí, ya sé que con el tiempo estos trastos desaparecerán y mi manía con ellos.

Se trata de lo siguiente. Si ponemos libros editados en cualquier país anglófono como suelen ponerse uno al lado del otro en el estante observaremos que todo lo que está impreso en el lomo del libro o bien está horizontal (si el lomo es ancho) o bien está impreso de manera que podemos leerlo inclinando la cabeza un poco a la derecha. En ese caso, las letras impresas en el lomo quedarían horizontales y del derecho si depositamos el libro en una mesa de manera que su cubierta o tapa superior quede hacia arriba, como en la imagen de esta entrada.

Si, en cambio, uno pone en la estantería libros editados en países hispanos, observaremos que la impresión en los lomos no está tipificada. Para leer algunos tendremos que inclinar la cabeza a la derecha y para leer otros, a la izquierda, con gran incomodidad cuando uno busca un título en los anaqueles.

Fijarme en esto es mi manía, y colocar a veces del revés los libros o discos que tienen la impresión del lomo del lado equivocado para así no inclinar la cabeza continuamente, el resultado de ella.

No me entretengo más, ahora llaman a la puerta, debe de ser el horno que trae el pan.