En el
Otto Neurath Dice
Juan Antonio:
"En paralelo a "los cuerpos se atraen" o "dos es par", decimos "la libertad es valiosa" o "el dolor es malo". A quien dude de que los cuerpos se atraen, pero acepte nuestros criterios teoréticos, puede probársele de varias formas (aunque si pone en duda el "todos", será más difícil). A quien dude de que el dolor es malo, también, tanto con su propia experiencia, como haciendo una encuesta (intersubjetiva)."
Mis comentarios:
No sé si te das cuenta que este paralelo no lo es tanto. Cuando nos adscribimos a la tarea de entender y explicar la realidad (no a contar historias o ser felices), enseguida nos adscribimos al método científico. Es un decir, claro, porque desde los primeros intentos de explicación hasta la definición de este método ha llovido lo suyo.
En cualquier caso, la definición del método lleva su tiempo porque es una lista de cuidados no exhaustiva y que se va alargando a medida que damos con nuevas posibilidades de caer en sesgos o de buscar nuevos datos. En cualquier caso, también, la lista es aceptada sin problemas. Esta lista incluye desde la necesidad de definir bien las hipótesis hasta el cuidado de los instrumentos de medida.
Es en el uso consensuado del método que aceptamos la ley de atracción de los cuerpos (cuando la evidencia acumulada así lo aconseja, si la evidencia todavía es pobre, dudaremos).
En el intento de adscribirnos a un método semejante para dar cuenta de las leyes morales no tenemos tal cosa. La ley "la libertad es buena" no se establece siguiendo un método consensuado. Más bien debemos partir de ella, y sin saber bien lo que significa.
Por libertad cada uno puede entender una cosa algo distinta, no es algo que podamos establecer como la atracción gravitatoria. Por bueno también podemos entender varias cosas, pero, lo más importante, es que la frase "la libertad es buena" no tiene un sentido objetivo. Como mucho puede significar, como refieres, que a cada uno de nosotros nos parece bien nuestra propia libertad.
Ahí tenemos dos problemas. El primero, que uno puede no querer identificar su moral con la de la mayoría. Claro que en el ejemplo de la libertad propia no vamos a discutir los contertulios de este blog (otros, en cambio, preferirán ser esclavos de su dios), pero en muchos otros casos, sí lo haremos. Siempre a la espera de que un código moral deducido según tu programa nos convenza, come es de prever según tú.
El segundo es que cuando hablamos de la libertad propia hablamos cada uno de cosas distintas (cada uno de la suya). Para hablar de la misma cosa habría que decir "la libertad de menganito es buena para fulanito", y ahí discreparíamos según quien sea fulanito o menganito.
El criterio empírico de cuáles son las cosas que nos parece bien o mal a la mayoría no dice nada acerca de cómo se debe adscribir uno a la regla mayoritaria. De hecho, creo que todos nos reservamos nuestra propia opinión. Tal vez la regla mayoritaria es un intento de descubrir los valores morales que tenemos naturalmente. Mal proyecto. Los valores naturales nos vienen dados por unos instintos gracias a la chapucera evolución.
Tal vez se quería decir que son los valores morales que concluimos naturalmente cuando nos ponemos a razonar. Ahí me sobra el naturalmente y me sobra el criterio mayoritario.
Así que volvemos al principio. Simpatizo con la idea de adscribirnos a la causa de buscar en mejor código moral y simpatizo con la idea de usar la razón. Pero constato que no existe un método parecido al científico para este proyecto. Podremos convenir en algunos principios, pero difícilmente llegaremos muy lejos.
Incluso si convenimos que la libertad es un bien y que la seguridad es otro bien, no tendremos manera de ponderar racionalmente uno y otro bienes. Cada uno tendrá sus propias preferencias morales para decidir cuánto renunciar a uno en aras del otro.
Es más (es mucho más), a la hora de aclarar el significado de muchos términos importantísimos para las decisiones morales, nos encontramos con teoremas de imposibilidad. Hay muchas propiedades deseables que quisiéramos cumplieran las definiciones de "igualdad", "democracia", "deber", "reparto equitativo",... y sin embargo estas propiedades son demasiado a menudo incompatibles entre sí y, de nuevo, habrá que definir el término renunciando a algo por tener otro algo. No existe manera racional a priori de elegir entre los axiomas.
Hay una única manera de rebatir estas objeciones. Ofréceme un método que, como el científico sea aceptable a priori (a priori en el sentido de aceptable antes de saber qué descubriremos con él y aceptable en el sentido de que esté bien definido, encuentre consenso y sea operativo) y muéstrame cómo este método hace algún avance.
Es muy fácil llenar páginas y páginas explicando que es posible deducir un código moral con la razón. También es muy fácil excusarse cuando uno no es capaz de escribir el primer artículo de ese código.