Después de resumir el método científico y de hacer una lista de cuidados y descuidos y más descuidos, no estaría mal contraponerlo con algún otro “método alternativo”.
En su libro El Péndulo de Foucault, Umberto Eco (1989) describe un método de esos, uno que, por lo demás, es seguido de manera más o menos consciente por los magufos adeptos a inventar misterios que nunca resuelven.
Para situar el método en su contexto conviene saber algo del argumento del libro. Una empresa editorial tiene dos divisiones. La primera publica libros respetables en varias disciplinas académicas de los que no se puede esperar ningún beneficio económico. La segunda publica libros ocultistas de autores dispuestos a pagar por ello, y sirve para financiar la primera división.
Los tres personajes principales trabajan para esta editorial y ocupan gran parte de su tiempo en la "Escuela de Irrelevancia Comparativa", en donde mezclan ideas imposibles y absurdas de manera que suenen como dignas de estudio. Estos personajes encuentran ridícula toda la literatura en torno a fuerzas ocultas y temas de ese estilo, pero se sienten intrigados por lo que sugieren acerca del espíritu humano.
En este ambiente deciden escribir un best-seller uniendo las teorías sobre conspiraciones en torno a la orden de los Caballeros Templarios. El método que siguen para crear esta teoría tiene tres reglas.
1.- Conectar todo por analogía y del mayor número de maneras posible.
2.- Si las analogías se vuelven circulares, usar esta circularidad como evidencia de exactitud.
3.- Hacer obvios todos los pasos y usar conexiones ya hechas por otros en el pasado. De esta manera sonarán como hechos establecidos.
Cuando los protagonistas se encuentran atascados en su proceso creativo, introducen el material de que disponen en un ordenador que mezcla líneas y palabras de manera aleatoria. En el intento de descifrar su significado, encuentran nuevas conexiones y significados ocultos que les permiten seguir adelante.
Esta Escuela de Irrelevancia Comparada hace tan bien su trabajo que consiguen hacer creer a los magufos que están a punto de descubrir algún secreto importantísimo. Las consecuencias este enredo merecen ser leídas y no estropeadas por esta entrada.
Es lo que vende amigo, si es que de vender se trata. Desgraciadamente tampoco se pueden hacer entender cuestiones científicas a cerebros rigidizados por la necesidad de creerse determinadas "peliculas".A nivel personal he tenido experiencias, digamos que particulares, a lo largo de mi vida, y se aplicar ciertas reglas antiguas que curiosamente dan cierto resultado muuyy general, pero librenme los cielos de atribuirlo a otra cosa que no fuera el funcionamiento de mis neuronas. Un abrazo.
ResponderEliminarmira que me gustó mucho cuando lo leí, y ya se me olvidó... y ahora me has hecho volver las ganas de leerlo.
ResponderEliminarPues a mí el Péndulo me pareció un rollete; lo cogí con mucha ilusión, después de haber disfrutado hasta el entusiasmo con "El nombre de la rosa", pero no estaba a la altura. Desde entonces, no he podido terminar ninguna otra novela de Eco, y eso que he comenzado varias.
ResponderEliminarEntonces me lo recomiendas? o no me enteraré de ná?, mira que yo me acojono con vuestros niveleses. Besos.
ResponderEliminarYo me leí el libro hace muchos años, poco después de que saliera. He escrito la entrada un poco de memoria, y un poco ayudado por unos apuntes que hice hace años y incluía algo de lo que he puesto en la entrada.
ResponderEliminarMi recuerdo es que me lo pasé bien leyendo el libro. Recuerdo dos peros. Uno, que no era tan bueno como El nombre de la rosa, pero esto no es mucho pero. El otro, que Eco parecía empeñarse en tocar todos y cada uno de los temas esotéricos, y esto alargaba partes del libro sin necesidad. Como en esa época ya estaba yo ojo avizor con la superchería, no me molestaba mucho, pero entiendo que a alguien le pueda parecer un poco pesado.
En cualquier caso, avisado esto, lo recomiendo. Es una buena lectura si a uno le gustan los misterios y quiere leer algo con más sustancia que códigos DaVinci y con mejor estilo.
Saludos a tod@s.
De hecho es plausible que los grandes maestros de la nobel cuisine tengan en casa un PC que les genera las recetas al mas puro estilo ruleta de la fortuna, pero ojo hay que ser un gran maestro para que cuele.
ResponderEliminarsaludos
Iñigo:
ResponderEliminarEs posible que hayas dado con la clave del gran misterio de nuestro tiempo. Espero que no tomen represalias los del gremio y te persigan con sartenes y rodillos.
La misteriosa llama de la Princesa Loana es una delicia para entender un poco más qué pueda ser eso que llamamos vida. Uno de los mejores libros que he leído, sin duda. Aunque se haga un pelín lento en según qué capítulos, pero es que es un libro a fuego lento.
ResponderEliminarSaludos.
Reina Loana quise decir, que le he bajado el status... pero bueno, lo menos importante de los libros son sus títulos.
ResponderEliminarSaludos.
KC:
ResponderEliminarAs'i lo hab'iamos entendido. Gracias por la referencia. Lo apunto en la lista.
Se me ha ocurrido (y supongo que no solo a mí) que las tres reglas que apuntas en la entrada pueden valer no solo para la creación de un best-seller, sino para la creación de otras cosas en otros terrenos como, por ejemplo, la política, sin ir mas lejos :) :)
ResponderEliminarHistoria, política, Iñigo propuso gastronomía,... r
ResponderEliminarRecuerdo un chiste de hace por lo menos 20 años. Un locutor de radio tiene enfrente dos posters, en uno, una lista de alimentos con un dardo clavado en el pimiento, en el otro una lista de alimentos, en la mano, otro dardo, el locutor está diciendo "el mensaje de alerta médica del día es que el pimiento produce...."
Real como la vida misma, José Luis, :D ¿utilizarán los periodistas (o los jefes de redacción) el método Montecarlo para elegir las noticias de las que informar' :D :D
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