miércoles, 10 de febrero de 2016

La lucha de clases


Izquierda frente a derecha, proletarios frente a capitalistas, pobres frente a ricos, los de abajo frente a los de arriba, desposeídos frente a propietarios. ¿Cómo no reconocer estas diferencias en la población? Las diferencias de intereses, de ideología y de necesidades son evidentes. Pero esto no es la lucha de clases. O, mejor dicho, reconocer estas diferencias no es lo que define lo que se conoce como lucha de clases desde la perspectiva marxista.

La lucha de clases como explicación de la historia

En principio, la lucha de clases se refiere a que estas diferencias entre clases son el motor de la historia. La lucha de la burguesía frente a la aristocracia nos saca del sistema feudal y nos encamina al capitalismo. La del proletario frente al capitalista nos lleva al comunismo. Esta lucha de clases está en el centro del materialismo histórico. El problema es que los hechos no encajan con la teoría. Para empezar, no todos los grandes acontecimientos históricos se explican como lucha de clases. Segundo, la evolución seguida por los países europeos, que sirvió de referencia a los marxistas, por comenzar ahí la revolución industrial, no es la seguida por el resto del mundo. Tercero, y para desconcierto de los marxistas de la época, las revoluciones comunistas surgieron donde ellos decían que no deberían haber ocurrido, en países sin industrializar o poco industrializados. Por supuesto, para todas las excepciones hubo explicaciones ad hoc y hubo reinterpretaciones de la historia y de la teoría para conseguir encajar las cosas. Y si hubo problemas para entender que el comunismo surgiera en esos países, todavía era peor observar a los países industrializados pasar a ser sociedades con economía de servicios donde toda la teoría se diluía.

Y todo esto sin contar con la propia definición de clase, que no podía ser objetiva, porque tampoco cuadraban los hechos, sino subjetiva: un obrero es de clase obrera y participará en la lucha de clases cuando sea consciente de la explotación a que está sometido. Con esta manera de dar la definición evitamos problemas a costa de no ser falsables. Las clases existen y tú perteneces a esta clase. ¿Dices que no? Es que estás alienado.

La lucha de clases como estrategia política

Vale, la historia realmente existente no encaja con el materialismo histórico, pero podemos proponer la lucha de clases como acción política. Existen los que tienen los medios de producción y los que no. Concienciemos a estos últimos para formar un frente común y cambiar el sistema económico hacia el ¿comunismo? de manera que haremos que se cumpla la profecía de la lucha de clases como motor de la historia. Ahí ya está la opinión de cada cual y sus esperanzas, pero la historia política del último siglo no parece que dé mucha razón a esta política como estrategia, que con sus altibajos cada vez ha tenido menos adeptos. Habrá quien extrapole los casos de Syriza en Grecia y Podemos en España en el último par de años como una tendencia que les da la razón. Se olvidan del resto del mundo y de lo que significa una tendencia.

Entonces, ¿no hay clases? Las hay, pero no en el sentido marxista ni con las consecuencias referidas por sus adeptos. Hay ricos y pobres, propietarios y desposeídos, desde luego. Pero en medio hay demasiadas cosas que no sabemos de qué lado están, y en los extremos también hay diferencias de intereses. Difícilmente habrá un choque revolucionario en las sociedades modernas como el requerido por el marxismo. Más fácilmente se continuará la evolución hasta sociedades más igualitarias con las adecuadas políticas económicas. Para el estudio de esa evolución otros conceptos como grupos de intereses o de presión serán más útiles.

Entradas relacionadas:

Marxismo y economía moderna (1)
Marxismo y economía moderna (2)

----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace cinco años en el blog: ¿Dónde están las llaves?
Hace tres años en el blog: ¿Son necesarias las leyes?
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

19 comentarios:

  1. ¿No había un factor claro a la hora de definir al individuo como proletariado? Algo relacionado con la posesión de los medios de producción, con la existencia de un grupo social cuya única posesión era fuerza de trabajo, con la ilusión de ser "escotero y libre" (creo recordar que esa era la traducción del ejemplar de El Capital que me leí, hace muchos años, editado por Fondo de Cultura Económica)

    Cascarilleiro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Puedes definir lo que quieras y podrá estar bien definido. Pero que puedas definir a alguien como proletario (lo cual me parece bien) como asalariado (¿sin capital humano? ¿con poco? ¿existe eso en la definición de fuerza de trabajo?) no implica que ninguna de las acepciones de lucha de clases expuestas tengan más sentido.

      Eliminar
  2. No entiendo muy bien la referencia al "capital humano". Creo recordar que lo que definía al proletariado, desde un punto de vista técnico-económico era el ser incapaces de producir, de ejercer su potencial (su fuerza de trabajo, que incluye sus capacidades intelectuales) al no tener acceso a los medios de producción y verse obligado, por tanto, a vender su capacidad de generar valor y, por tanto, pluvalía (surplus value).

    Cascarilleiro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Está ahí (como la precisión de asalariado) para mostrar lo poco riguroso de la definición marxista. Tanto la fuerza de trabajo como el capital humano son medios de producción.

      Eliminar
  3. No en la definición marxista.
    https://en.wikipedia.org/wiki/Means_of_production
    Los medios de producción y el trabajo son factores de producción. Pero el trabajo no es medio de producción.
    El trabajo es susceptible de crear valor mientras que las máquinas, etc., sólo "transmiten" el valor previamente incorporado en su producción.

    Cascarilleiro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es lo que cuestiono (y que cuestiona toda la economía moderna), que sea una definición rigurosa, interesante u operativa, no que se hiciera esa definición. El capital humano también podría entenderse como transmisión de valor previamente incorporado. No que nadie crea que eso sea una definición interesante.

      Eliminar
  4. ¿Y cómo define la economía moderna, en términos rigurosos, el capital humano?, y, sobre todo, ¿cómo lo mide/cuantifica?

    Cascarilleiro

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Puedes empezar por esto:
      http://www.econlib.org/library/Enc/HumanCapital.html

      Eliminar

  5. Daniel Bell escribió en una ocasión: "La sociología marxista probablemente puede ser resumida en una sola frase: Toda estructura social es , fundamentalmente, una estructura de clase...La dificultad es que el enunciado es más metafórico que demostrativo. Empieza a derrumbarse cuando se pregunta ¿qué significa "clase"?"

    Este problema arranca de la propia síntesis marxista original.Fundamentalmente por un lado la economía política clásica y por otro el planteamiento hegeliano de la dominación social. En el primer caso tenemos el modelo de tres clases - no dos- que se corresponden con tres tipos de renta ( de la tierra, beneficios y salarios), algo que se verificaba en su tiempo en el agro británico de forma casi exacta, pero que se complicaba en la economía urbana con la diferenciación derivada de la división social del trabajo : en esto se resume el fragmento de Marx sobre las clases en el Capital. Del otro la lucha por el reconocimiento entre dominantes y dominados y su posible superación histórica... De un lado la tesis de la primacía de las fuerzas productivas , del otro "toda la historia ... es la historia de la lucha de clases"...

    Los "marxistas modernos" han tratado de responder a estas cuestiones y a otras muchas refinando y modificando de forma notable los planteamientos marxistas originales : estoy hablando de gente como Erik Olin Wright,John Roemer, Samuel Bowles, Duncan Foley, Roberto Veneziani,Gilbert Skillman,Stephen Marglin, Ugo Pagano,Gerald Cohen, Ernesto Screpanti,Gustavo Bueno,Robert Brenner ,Anwar Shaikh, Yann Moulier Boutang , etc.

    Juzguemos su trabajo todo lo severamente que queramos y podamos, pero no creo que hoy , por ejemplo , se pueda contraponer un enfoque que tome como unidad de análisis los grupos de presión o de interés a un enfoque de clase en sentido marxista. Estaríamos ante planos analíticos diferentes : en una hipotética sociedad postclasista seguirían existiendo grupos de interés y conflictos, esto lo ha explicado Olin Wright por ejemplo: de igual manera no se puede hablar de conflicto de clase sólo cuando hay formas de acción colectiva explícitas - voz - sino también a través de respuestas en forma de salida; de hecho históricamente estas han sido las predominantes : el principal mérito - por no decir el único- de una obra como "De la esclavitud al trabajo asalariado" de Yann Moulier Boutang está en subrayar esto...

    Algunos enlaces de interésque se me ocurren:

    El capítulo diez de su Microeconomia , hay edición en español " free on line" , aunque me parece que en el manual que está escribiendo con Foley va a haber novedades.
    http://tuvalu.santafe.edu/~bowles/

    Un marxista "moderno" , pero no neoclásico:

    https://books.google.es/books/about/Capitalism.html?id=AXkTswEACAAJ&redir_esc=y

    Presentaciones analíticas muy claras de por qué la teoría laboral del valor original de Marx es errónea. (Y de por qué la economia austríaca es un desastre):

    socialdemocracy21stcentury.blogspot.com.es


    Karl Mill










    ResponderEliminar
  6. Disculpa si resulto cansino, pero lo que veo día a día me reafirma en que la búsqueda del propio beneficio como motor de este sistema, al que por el momento no hay alternativa, es un motor "gripado". Está claro que la codicia y la avaricia existirían de cualquier manera, pero un sistema que las glorifica no parece el más apropiado para frenarlas cuando se desbocan.

    Cada día veo cómo comerciales de todo pelaje mienten como bellacos para colocar sus productos, incluso a gente de la que saben que apenas llega a fin de mes y los necesita.

    Hace poco intenté ayudar a una pobre mujer, una persona maltratada en su niñez y con problemas derivados de ello, con dos hijos y a la que el ex-marido apenas paga la pensión por los niños. El niño mayor necesita internet en casa para hacer trabajos que le piden en el instituto y encontré una oferta que parecía ajustarse a sus necesidades incluyendo móviles para tener atendidos a los niños cuando trabaja. Pues bien, le dije que no se fiase de una comercial a la que dijo conocer del trabajo, que prefería que hiciese el contrato estando yo presente. Sin embargo, por no molestarme, no me hizo caso. Resultado: paga 8€ más al mes. A mí y a mi mujer también nos estafaron en temas relacionados.

    Quizás sea una tontería, pero últimamente pìenso que "los que manejan el cotarro", los que están en la cumbre, deben reirse a gusto del resto: nos depredamos entre nosotros por las mijagas que nos dejan.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Complemento:

      A veces siento deseos, por todo ello, de hacerme ermitaño para evitar ser "depredado" o caer yo también en este juego cruel. Otras veces, sin embargo, siento deseos de acabar con todo "yankee style", eliminando de paso a unos cuantos que medran a costa de otros sin cargos de conciencia. Y lamento, entonces, que en este país el derecho a poseer armas de fuego esté tan restringido...

      Eliminar
    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    3. No sé por qué hablas de un sistema que glorifica la avaricia y la codicia. Desde luego no el actual, donde todo el mundo echa pestes de ambas cosas, empezando por ti. Si acaso, la competencia logra domar estas dos características humanas mejor que otra cosa que hayamos inventado. Hablo, claro está, en las relaciones anónimas o casi anónimas, no en las interacciones entre grupos pequeños.

      Eliminar
    4. La competencia muchas veces estimula lo peor del ser humano.Leí un libro http://www.theguardian.com/books/2013/aug/05/high-price-carl-hart-review en que un neurocientífico narra su experiencia e investigaciones. Creció en un barrio marginal y, siendo negro, fue poco menos que un integrante de las temidas bandas callejeras. Logró estudiar y escalar a lo más alto en el ámbito académico. Pues bien, dice, literalmente, que en la calle había reglas y se respetaban, a diferencia del mundo académico, donde la lucha por conseguir una "tenure position" conllevaba continuas traiciones, puñaladas traperas, etc.

      Eliminar
    5. No entiendo cómo la competencia doma la avaricia y la codicia. Dime en cuál de tus posts lo comentas. Porque, a primera vista, parece lo contrario incluso en relaciones anónimas: ¿reduce la codicia de los operadores de bolsa la competencia entre ellos?

      Claro que "todo el mundo" echa pestes de ellas ¿acaso no nos perjudica a la inmensa mayoría? Los que no son "todo el mundo" son los que más se benefician de ellas, como dije en un comentario anterior.

      Eliminar
    6. Es lo que describió muy elocuentemente Adam Smith. Un comerciante quisiera cobrarnos mucho, darnos poco y de mala calidad (por avaro y codicioso que es), pero el hecho de que al lado haya otros comerciantes compitiendo para vender hace que se vean obligados a ofrecer precios más baratos, más cantidad y calidad si quieren satisfacer su avaricia de ganar dinero. Esto no pasa si el mercado está en manos de uno o de muy pocos (monopolio, oligopolio) ni si está en manos de un planificador central, cuyos incentivos a producir usando eficientemente los recursos, a innovar tecnológicamente, a vender barato y con calidad son prácticamente nulos, y cuyos incentivos a aprovecharse de su posición para corromperse (avaro y codicioso que también es) son muchos.

      Eliminar
    7. La teoría está muy bien, pero, con la dificultad de averiguar la calidad de un producto ¿no puede resultarles más fácil aprender a engañar mejor que aprender a producir mejor? Si el fin es, simplemente, conseguir más beneficios, lo harán, especialmente si es difícil aumentar la calidad.

      Quizás me digas que, para averiguar la calidad, se puede recurrir a entidades "independientes" que la evalúen... Lo malo es que, como tú sabes, esas entidades también tendrán como finalidad el dinero... que podrán conseguir dejándose sobornar, etc, etc. Y llegamos al consabido problema de quién vigila al vigilante.

      Sabes que esos "fallos" del sistema son causados por la búsqueda del propio beneficio como valor supremo del mercado. Haciendo un símil un poco jocoso, recuerdo la advertencia del matemático Ian Malcom en Jurasic Park:
      "...life will not be contained. Life breaks free, it expands to new territories and crashes through barriers, painfully, maybe even dangerously,...I'm simply saying that life, uh... finds a way. "

      Parece que, también, greed finds a way... XD

      Eliminar
  7. No sé si has leído a la última Premio Nobel (Svetlana Aleksiévich). Pasaron de temer a las autoridades a tener miedo unos de otros: ahora todo son codazos y mordiscos para "triunfar". Quienes no tuvieron "éxito" fueron los débiles, sin iniciativa y aquellos a los que no les salía de dentro pisar las cabezas de otros para subir más alto...

    ResponderEliminar
  8. Gracias al anónimo de arriba, que me dio a conocer Samuel Bowles (economista, "... His work belongs to the Neo-Marxian (variably called Post-Marxian)tradition of economic thought; however, his perspective on economics is eclectic and draws on various schools of thought, including what he (and others) refer to as post-Walrasian economics."

    Su libro "The Moral Economy:Why Good Incentives Are No Substitute for Good Citizens" es un gran complemento al de Michael Sandel

    ResponderEliminar