domingo, 27 de julio de 2014

El mercado de sangre (1)


Esta es la primera parte de la traducción de mi artículo de julio en Mapping Ignorance.

Slonim et al. (2014) [1] discuten los problemas de la asignación de sangre en diferentes países y sugieren un mecanismo que puede mejorarla. El presente artículo es un resumen de sus principales ideas.

En los países ricos la sangre se obtiene en su mayor parte mediante donaciones voluntarias. La manera en que se recoge varía de país a país. Algunos tienen monopolios estatales, otros conceden el monopolio a la Cruz Roja, otros tienen bancos de sangre que funcionan independientemente y así sucesivamente. El sistema particular que se usa no parece producir diferencias en los resultados, según se estudia en Healy (2000) [2]. En países más pobres la sangre se obtiene típicamente de donantes a los que se paga y de familiares y amigos del paciente que la necesita. La Organización Mundial de la Salud (OMS / WHO) (2011) [3] estima que el 36% de los países logra cubrir sus necesidades con donantes voluntarios, mientras que otro 36% cubre menos de la mitad de las suyas por esta vía.

La situación es diferente en el caso de la extracción de plasma y de productos derivados del plasma. Algunos países ricos lo recogen de donantes voluntarios, pero otros pagan a los donantes. En los EEUU, por ejemplo, el 81% de los productos derivados del plasma se extraen de donantes a quienes se paga, para el año 1970 se convirtió en el mayor proveedor mundial de plasma y en 2004 extraía casi el 70% del plasma mundial, del cual el 40% se usaba en América del Norte, el 32% en Europa y el 19% en Asia.

La seguridad de la oferta de sangre generó un debate en los 60 y los 70. Un libro tuvo una influencia especial, The Gift Relationship (Titmuss, 1971 [4]). En este libro se argumentaba que pagar por la sangre podía, por una parte, atraer a donantes de alto riesgo y, por otra, reducir las donaciones que realizan los individuos motivados por razones altruistas. No se hizo ningún estudio para verificar estas afirmaciones, pero aún así los políticos y la OMS aceptaron estas preocupaciones y, desde 1975, la OMS recomienda que el 100% de las necesidades de sangre sean cubiertas por donaciones voluntarias. La preocupación por la seguridad no hizo sino incrementarse en las siguientes décadas por culpa del SIDA y de la enfermedad de las "vacas locas". Un último argumento en contra de pagar por la sangre es ético, y tiene que ver con la posible explotación de los donantes. Esta actitud coloca las transacciones de sangre a cambio de dinero en el mismo grupo que otras transacciones consideradas repugnantes, como la venta de órganos, venderse uno mismo como esclavo o ofrecer servicios sexuales por dinero. Sin embargo, el hecho de que el pagar por plasma no evoca ninguna de estas actitudes hace difícil la actitud de quien quiera invocar este tipo de razones cuando se trata de sangre. La única diferencia significativa entre la extracción de sangre y de plasma es que, siendo la extracción de plasma un proceso más complicado, requirió de medidas de seguridad extra mucho antes de que fueran introducidas en la extracción de sangre.

El diferente tratamiento entre el plasma y la sangre tiene algunas consecuencias inevitables, previstas en la Teoría Económica: el precio del plasma fluctúa para adecuar la oferta a la demanda (Flood et al., 2006 [5]), mientras que el precio de las unidades de sangre que se pagan a las agencias que la recogen o que se cobra a los hospitales no lo hace (Toner et al., 2011 [6]).

Referencias

1. Slonim R. & Ellen Garbarino (2014). The Market for Blood, Journal of Economic Perspectives 28, 177-196.

2. Healy, K. 2000. Embedded Altruism: Blood Collection Regimes and the European Union’s Donor Population. American Journal of Sociology 105, 1633-57.

3. World Health Organization. 2011. Global Database on Blood Safety.

4. Titmuss, R.M. 1971. The Gift Relationship. London: Allen and Unwin.

5. Flood, P., Wills, P., Lawler, P., Ryan, G., and Rickard K.A. 2006. 2006 Review of Australia’s Plasma Fractionation Arrangements. Australian Government Department of Health.

6. Toner, R.W., Pizzi, L., Leas, B., Ballas, S.K., Quigley, A., and Goldfarb, N.I. 2011. Costs to Hospitals of Acquiring and Processing Blood in the US. Applied Health Economics and Health Policy 9, 29-37.

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Hace tres años en el blog: Odiosa comparación (2).
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11 comentarios:

  1. ¿Y cuál es la conclusión de tan vampiresca intriga? ¿Es preferible que la oferta se adecúe a la demanda, es decir, cuándo muchas personas necesiten una transfusión, que la reciba solo el que pueda pagarla?. Y no sería preferible, en caso de escasez, y en una situación como esta, valorar racionalmente la gravedad de los casos y repartir los recursos en función de eso (y si no es suficiente,porque aún así faltan recursos, pués se echa a suertes. Sï, qué le vamos a hacer, mejor eso que incentivar a la gente a ser lo más egoísta posible si quiere tener acceso a recursos básicos).

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    1. pharmakoi:

      Ya son muchas las veces en que comentas sin haber leído con cuidado y prejuzgando. Yo no puedo estar continuamente sacándote de tu error a no ser que hay en ti un sincero intento de entender lo que se dice y no querer leerlo con orejeras y prejuicios. ¿En qué momento se insinúa que en un mecanismo de precios el demandante sea el individuo? Puede ser el sistema de salud o sus distintos elementos. Si sigues atendiendo verás que la parte de la demanda se soluciona con protocolos adecuados, que el problema es la oferta. ¿Prefieres racionamientos a propuestas que pueden acabar con ellos? Curiosa ética la tuya.

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    2. No prefiero racionamientos a propuestas que pueden acabar con ellos, peo si son necesarios, prefiero que se hagan de un modo más o menos racional, y no en base a la ley del más fuerte.

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    3. ¿En qué momento se insinúa que en un mecanismo de precios el demandante sea el individuo? Puede ser el sistema de salud o sus distintos elementos

      Igualmente se potencia el egoísmo, aunque sea grupal. En psicología se le llama favoritismo endogrupal, y es un fenómeno bastante estudiado.

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    4. Tu comentario sobre los racionamientos es un vaguedad que no dice nada. No sabes qué propiedades tienen los distintos mecanismos posibles, pero comentas como queriendo decir que sabes algo.

      Lo mismo se puede decir del comentario sobre los precios.

      Fíjate que manifiestas unos temores sin saber sí son fundados o no, sin saber cómo evitarlos, desdeñando a quien lo intenta y sin atender al dato de cómo funcionan las cosas con el plasma, donde no hay ninguno de los problemas que te inquietan.

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    5. Vale Jose Luis, siento perturbar tu paz celestial, la próxima vez te daré la razón o mejor, me callaré. Desde luego no has despertado en mí un especial interés por la economía, te podrías preguntar, ¿quién desdeña a quién?

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  2. Vale, ya he visto que está entero en inglés. Más interesantes las conclusiones, parece que son muchos los métodos que se pueden usar para incentivar conductas, y no necesariamente (ni deseablemente) coercitivos.

    Yo lo que me sigo preguntando es si las contraprestaciones son necesarias (o deseables) en absoluto. Porque tengo mis dudas.

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  3. sin atender al dato de cómo funcionan las cosas con el plasma, donde no hay ninguno de los problemas que te inquietan.

    Sinceramente, no sabía muy bien que era el plasma, por lo que dices de que requiere muchas más medidas de seguridad y no se qué suponía que igual sería LCR. Pero ya veo que no, se obtiene de la extracción de sangre. No termino de ver el punto. Además, "los problemas que me inquietan" siguen estando ahí, porque puede ocurrir que estados o corporaciones lo monopolicen y no en base a motivaciones racionales. Y que alguien que no cotize o no tenga seguro se quede sin ello. Quizá en esto no tanto porque estará más regulado que otras cosas y es algo que ,aunque se pueda comerciar, al usuario se le suele proporcionar incluido en un servicio más amplio de tipo colectivo (y suele haber leyes que para que se ofrezca atención sanitaria en casos extremos). Eso sí, el tráfico de órganos no te lo quita nadie. Si estas cosas no se pagasen, a nadie le interesaría ejercer una transacción de ese tipo (o al menos no lo tendría tan fácil para obtener una "recompensa" por su "esfuerzo").

    Pero te has hartado tanto de decirme que no se nada, que digo necedades, soy un ignorante, etc. que se me han pasado las ganas de dialogar nada contigo.

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    1. Pagar por plasma permite eliminar su escasez sin generar problemas morales. Es un caso completamente similar al de la sangre, pero no le ves el punto. Esta actitud tuya es la que hace dificil el diálogo.

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    2. Pués por eso no le veo el punto, porque no veo la diferencia. Además, igualmente en el mercado se paga por la sangre aunque el donante no reciba dinero. Lo que se tendría que hacer sin poner el beneficio por encima de la salud del donante (supongo que con el plasma se hace así).

      Lo que yo comento es una idea más general sobre si el acceso a los recursos debe estar regulado mediante el sistema de precios o de otro modo. En este caso parece que lo que vienes a decir es que el sistema de precios funciona lo suficientemente bien, pero claro, al usuario (al menos en una sanidad pública) no se le cobran estos servicios directamente. Accede a ellos cuando los necesita, independientemente de si al donante se le ha pagado o no (aunque por lo que dices se mejoraría el acceso pagando al donante).

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