En varias ocasiones he hablado de los sesgos cognitivos que nos pueden hacer creer cosas que no son verdad. La última, en la pasada entrada sobre el método clínico, donde los sesgos de la experiencia médica pueden tener consecuencias graves.
¿Cómo de importantes y prevalecientes son estos sesgos?
En su artículo "Juicios en incertidumbre: heurística y sesgos" nos muestran los resultados de numerosos experimentos que les permiten detectar tres tipos de sesgos en nuestra manera de razonar en situaciones de incertidumbre. Dedicaremos esta entrada al primero de estos sesgos, la representatividad.
En cierta manera, la representatividad nos sesga a juzgar según estereotipos, aunque no exactamente de los que solemos llamar así. Se entenderá mejor con varios ejemplos.
Tenemos una descripción de Juan que viene a decir lo siguiente: "Es una persona tímida y reservada, siempre dispuesta a ayudar, pero con poco interés en la gente o en el mundo real. Un espíritu pulcro y humilde, con necesidad de estructura y orden y una pasión por el detalle". Ahora viene la pregunta: ¿Es más fácil que Juan sea un agricultor o un bibliotecario?
Invariablemente, la mayoría de nosotros tendemos a contestar que bibliotecario, pues su descripción se parece más a la de alguien con este oficio que a la de un agricultor. Sin embargo, aún siendo verdad que los bibliotecarios tuvieran esas tendencias con mayor probabilidad que los agricultores, esta debería ser extremadamente marcada para responder a la pregunta de esa manera. Siendo que hay muchísimos más agricultores que bibliotecarios, a nada que algunos agricultores también tengan ese carácter, la probabilidad de ser agricultor será mayor.
Otros experimentos que ilustran este sesgo son los siguientes:
-Se sabe que en una reunión hay abogados e ingenieros en proporciones 30%-70%. Se pregunta a una persona al azar si le gustan las matemáticas y responde que sí. ¿Con qué probabilidad es ingeniero? Podemos hacer la misma pregunta cambiando las proporciones a 70%-30%. Lo interesante es que las respuestas apenas varían cuando deberían hacerlo, y bastante.
-Cuando en un hospital el número de nacimientos de un sexo es superior al 60% del total se considera un día especial. ¿Dónde habrá más días especiales, en un hospital donde nacen unos 45 bebés al día o en uno donde nacen unos 15? La mayoría de la gente suele contestar que da igual y, entre los demás, se reparten más o menos a medias los que opinan que un hospital u otro. La respuesta correcta es que en hospital pequeño, claro está.
-Se tira una moneda varias veces ¿Qué secuencia es más probable obtener, O-X-O-X-X-O o bien O-O-O-X-X-X? (O es cara y X es cruz). Si tendemos a pensar que la primera es porque representa mejor una situación aleatoria, a pesar de que ambas son igual de probables.
-Aquí vimos otro ejemplo de representatividad.
Son experimentos sencillos. De vez en cuando hago alguno en clase e, invariablemente, se obtienen los resultados reportados por Tversky y Kahnemann. Es una primera constatación de los sesgos cognitivos. ¿Queremos construir nuestro conocimiento sobre la realidad cayendo en ellos o evitándolos? Lo segundo es el método científico. Lo primero nos deja en el método clínico, entre otras maneras descuidadas de hacer las cosas.
En el ejemplo de las monedas, si la primera secuencia contiene siete lanzamientos y la segunda seis, ¿no sería más probable la segunda?
ResponderEliminarGracias, anónimo. Me había pasado con el número de tiradas en la primera secuencia. Ya está corregido.
ResponderEliminarNo entiendo resultado del ejemplo de los abogados y los ingenieros.
ResponderEliminarSi partimos de la premisa de que a la mayor parte de los abogados no les gustan las matemáticas y a la mayoría de los ingenieros sí, en el caso de una distribución 30%-70% si vemos un "sí" es muy probable que se trate de un ingeniero, pues hay muchos y seguramente a casi todos ellos les gusten las matemáticas. Pero si fuese 70%-30% un "sí" nos indicaría que es muy poco probable que se tratase de un ingeniero, pues hay más del doble de abogados, aunque no les gusten tanto.
Quizá con números -no sé si apropiados- pueda mostrar mi razonamiento. Supongamos que al 90% de los ingenieros (que son 30) es decir 27, les gustan las matemáticas mientras que al 40% de los abogados (que son 70) es decir 28 también les gustan las matemáticas. Ergo es un POCO más probable el sí "del abogado" que el sí del "ingeniero".
En la primera distribución, las cifras serían: De 70 ingenieros, le gustan las matemáticas a 63 (90%) y de los 30 abogados 12 (40%). Por tanto es MUCHO más probable que el "sí" pertenezca a un ingeniero.
No sé si me habré explicado con claridad.
José Antonio:
ResponderEliminarEn la entrada pone que las respuestas (de los sujetos del experimento a quienes se hace la pregunta) no dependen de la distribución inicial, como debería ser y como bien muestras en tu comentario.
Un saludo.
Quizá no me he expresado bien, lo que en definitiva quería preguntar es por qué ocurre, pero gracias en cualquier caso.
ResponderEliminarUn saludo.
¿Te refieres a por qué ocurre que la gente tiende a no tener en cuenta la distribución inicial? Eso no lo sé. Al parecer nuestro cerebro hace más o menos bien algunas operaciones matemáticas como comparar velocidades, estimar algunas distancias o cantidades, pero en cuanto nos metemos en cosas más complicadas como las probabilidades parece que la evolución no ha tenido tiempo de darnos buenas intuiciones.
ResponderEliminarAh vale, perdón, me he confundido totalmente y creo que me he desviado del tema inicial.
ResponderEliminarEl caso es que el ejemplo de los abogados e ingenieros me ha llamado mucha la atención que la distribución inversa del % no alterara los resultados ¡pensaba yo del propio ejemplo o encuesta! y no de lo que en realidad se trataba, que era del sesgo cognitivo.
Mea culpa.
Don't worry, be happy.
ResponderEliminarTanto personal como profesionalmente, casi cada día lucho contra esos sesgos cognitivos, aún sabiendo que uno mismo no está libre de ellos. Pero me asombra la gran cantidad de gente que los defience (bien poniéndoles otro nombre, o bien negando tenerlos) desde la más absoluta convicción. ¿Qué se puede hacer contra eso?
ResponderEliminarInteresantísimo el blog, no lo conocía, JL tienes un seguidor más...
Hola, Arriero, bienvenido al blog. Gracias por el piropo.
ResponderEliminar¿Qué se puede hacer? Mostrar los sesgos con la mayor pedagogía posible. No será suficiente, tal vez tampoco necesario, pero sí conveniente.
¿Lo de las monedas es porque en verdad aplicando la combinatoria para calcular los casos posibles resulta que ambas combinaciones se consideran la misma ya que tienen los mismos elementos? Después de todo lo que se calcula es la probabilidad de sacar tres caras y tres cruces en seis tiradas.
ResponderEliminar¿Es más probable un "día inusual" en un hospital pequeño donde hay menos nacimientos que en un hospital grande debido a la ley de los grandes números?
No exactamente. El orden importa. No se trata de sacar tres caras y tres cruces, sino de sacar exactamente cada una de esas tiradas (podía haber puesto más caras en una que en otra).
ResponderEliminarExactamente. Imagina que la media de nacimientos es de uno al día (algunos días ninguno, otros uno, otros menos dos o tres, y así). La gran mayoría de los días en que nace algún niño serán especiales.