Esta es la primera parte de la versión en español de mi artículo de noviembre en Mapping Ignorance.
Diferentes reglas electorales tienen consecuencias en el comportamiento estratégico de los votantes, en la selección de los políticos y en los resultados de las políticas aplicadas. Hay una amplia literatura sobre la relación entre las reglas electorales y los resultados de las políticas (véase, por ejemplo, Cox, 1997 [1]; Persson y Tabellini, 2000 [2], 2005 [3], y Norris, 2004 [4]). Sin embargo, el alcance de la influencia en la calidad de los políticos elegidos ha recibido una atención limitada. Beath et al. (2016) [5] se centran precisamente en este tema. Los autores se fijan en dos reglas electorales alternativas: el sistema de elección por distrito, donde solo sale elegido un candidato por distrito, y el sistema de elección plurinominal, donde las circunscripciones son mayores y se eligen múltiples candidatos en cada una de ellas. La cuestión que se estudia es si el uso de una regla frente a la otra tiene consecuencias en la calidad de los candidatos y de las políticas llevadas a cabo. Para ello, los autores primero desarrollan un modelo teórico y después contrastan las predicciones en un experimento natural en Afganistán.
Diferentes reglas electorales tienen consecuencias en el comportamiento estratégico de los votantes, en la selección de los políticos y en los resultados de las políticas aplicadas. Hay una amplia literatura sobre la relación entre las reglas electorales y los resultados de las políticas (véase, por ejemplo, Cox, 1997 [1]; Persson y Tabellini, 2000 [2], 2005 [3], y Norris, 2004 [4]). Sin embargo, el alcance de la influencia en la calidad de los políticos elegidos ha recibido una atención limitada. Beath et al. (2016) [5] se centran precisamente en este tema. Los autores se fijan en dos reglas electorales alternativas: el sistema de elección por distrito, donde solo sale elegido un candidato por distrito, y el sistema de elección plurinominal, donde las circunscripciones son mayores y se eligen múltiples candidatos en cada una de ellas. La cuestión que se estudia es si el uso de una regla frente a la otra tiene consecuencias en la calidad de los candidatos y de las políticas llevadas a cabo. Para ello, los autores primero desarrollan un modelo teórico y después contrastan las predicciones en un experimento natural en Afganistán.
La teoría
Se puede desarrollar una buena intuición sobre cómo las diferentes reglas afectan a la calidad de los candidatos elegidos con una serie de ejemplos sencillos. Consideremos una ciudad lineal que debe decidir dónde colocar un recurso público. Por ejemplo, los habitantes están distribuidos uniformemente a lo largo de una carretera o de un río. Para tomar la decisión tienen que elegir un Consejo de dos miembros donde cada ciudadano es un posible candidato. Todos saben que, una vez elegido, cada miembro del Consejo intentará que el servicio público se localice cerca de su domicilio. Consideremos que los dos miembros del Consejo negociarán de manera que la localización del servicio terminará en un punto equidistante entre los domicilios de ambos. Veamos qué ocurre cuando se usan distintas reglas para elegir los miembros del Consejo y cuando los votantes anticipan las acciones estratégicas de estos miembros.
Sistema plurinominal: Toda la ciudad es una única circunscripción electoral que debe elegir a dos representantes. La localización del servicio público en el punto central de la ciudad gana por mayoría a cualquier otro punto. Para conseguir esta localización hace falta que los dos miembros del Consejo estén a distancias iguales (pero en direcciones opuestas) del centro de la ciudad. Ninguna otra localización recibirá más votos.
Distritos unipersonales: La ciudad se divide geográficamente en dos mitades, la izquierda y la derecha, y cada una elige un miembro del Consejo. En esta situación el voto estratégico implica elegir un representante en el extremo del distrito. Para entender esto, considérese cualquier otra posibilidad, por ejemplo, que cada distrito elige a un candidato que vive justamente en el centro del distrito. Dado esto, el servicio público se localizará en el centro de la ciudad. Pero ahora, la mayoría de los votantes de la parte izquierda preferirán votar a un candidato más extremo para que el servicio esté más hacia la izquierda. Los votantes de la parte derecha tendrán los mimos incentivos, de manera que el único equilibrio consiste en que cada distrito elige como representante a su ciudadano más extremo.
Introduzcamos ahora la calidad de los candidatos. Para mantener el ejemplo simple, digamos que la ciudad tiene únicamente un ciudadano competente para el puesto de miembro del Consejo. Ser competente significa que la construcción y gestión del recurso público se harán de manera adecuada, con la calidad adecuada, cumpliendo los plazos y con eficiencia. En cualquier lugar que se encuentre el servicio, los votantes prefieren que esté bien hecho y gestionado. Revisemos los equilibrios con esta nueva condición.
Sistema plurinominal: Los votantes elegirán al individuo más competente y al ciudadano con preferencias opuestas, es decir, al que está a la misma distancia del centro que el competente, pero en el lado opuesto. De esta manera se logra llevar el recurso público al punto central y el Consejo será lo más competente posible. Cualquier otra manera de satisfacer al votante mediano, con el servicio en el centro, perderá al individuo competente.
Distritos unipersonales: Aquí hay dos posibles equilibrios. En uno de ellos, cada mitad de la ciudad elegirá a su candidato extremo, igual que antes. Existe la posibilidad, sin embargo, de que la mitad que tiene el ciudadano competente dentro del distrito lo elija. Este será el caso si la utilidad de que el proyecto público se complete de manera competente es mayor que la utilidad por tener el proyecto en el punto medio, aunque de manera incompetente. Qué equilibrio prevalecerá depende de cuán importante sea la competencia para que el proyecto se lleve a cabo de manera adecuada.
(Continúa aquí).
(Continúa aquí).
Referencias:
1. Cox, G. W. 1997. Making Votes Count: Strategic Coordination in the World’s Electoral Systems. New York: Cambridge University Press.
2. Persson, T. y Tabellini, G. 2000. Political Economics: Explaining Economic Policy. Cambridge, MA: MIT Press.
3. Persson, T. y Tabellini, G. 2005. The Economic Effects of Constitutions. Cambridge, MA: MIT Press.
4. Norris, P. 2004. Electoral Engineering: Voting Rules and Political Behavior. New York: Cambridge University Press.
5. Beath, A.; Christia, F.; Egorov, G., y Enikolopov, R. 2016. Electoral Rules and Political Selection: Theory and Evidence from a Field Experiment in Afghanistan. Review of Economic Studies 83, 932–968.
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Hace cinco años en el blog: Reivindicación de Malthus.
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¿Cualquier ciudadano es elegible o debe postularse como candidato para serlo?
ResponderEliminarEn este modelo teórico, cualquier ciudadano es candidato. Lo han hecho así porque así ocurre en el experimento natural que se mostrará en la segunda parte.
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