viernes, 26 de octubre de 2012

Pedir perdón a la española

Cuando uno se excusa o pide perdón, lo más elegante, si es que lo de más humilde o más sincero no motiva tanto, es simplemente señalar lo que se ha dicho o hecho mal, decir las palabras mágicas y no añadir nada más. Esta es la clave de la elegancia, la sinceridad y la humildad, no añadir nada más.

Es muy difícil, poca gente lo hace y, en España, casi nadie (esto último es posible que sea una exageración mía). Lo que solemos tener es algo así:

-Oye, deberías disculparte ante X por haberle llamado imbécil.
-Vale, está bien. Oye, X, te pido disculpas por llamarte imbécil, pero es que lo eres.

En otras ocasiones no es tan notoria esta falta de elegancia:

-Yo creo que difícilmente vamos a recibir suficientes inmigrantes para resolver el problema de las pensiones.
-Eres un racista.
-¿Cómo?
-Perdón, no eres racista, pero lo que dices no tiene ninguna base. Es más, así razonan los racistas.

En otras ocasiones, como el caso de Mariló Montero, la cosa raya lo ridículo:


------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Hace tres años en el blog: La Teoría de los Juegos. La historia más lúdica jamás contada. Parte 10: La quema de las naves.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------

13 comentarios:

  1. Coincido totalmente contigo. Nos cuesta horrores pedir perdón o disculpas "y punto". Siempre andamos con esas coletillas que, precisamente, van en contra de lo que el acto de pedir perdón significa: reconocer un error.

    ResponderEliminar
  2. En twitter me decía undívaga:

    Hace unos meses la cagué. Pedí perdón de la forma q indicas "elegante" y la persona me acusó de falsa xq no añadí zalamerías (!)

    Ya ves, todo tiene su reverso. Hay también manera española de perdonar.

    ResponderEliminar
  3. No "raya lo ridículo": lo ejemplifica de manera óptima.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Menos mal que tengo comentaristas para matizar los detalles.

      Eliminar
    2. A mí, sin embargo, (quizás no en todas las ocasiones pueda ser) me parece bueno, sublime, que en las disculpas se añada una breve justificación explicando por qué se actuó o se dijeron cosas equivocadas. De esta forma el/los perjudicados quedan más felices. Esto es conveniente en conflictos personales muy largos, actuaciones políticas/económicas y otras. Siempre que las explicaciones sean contundentes y claras. Si no, efectivamente, es mejor decir perdón y punto. Que no deja de ser un simple cumplido sin, en general, efecto real alguno.

      Eliminar
    3. Si se trata de aclarar un malentendido, tal vez, pero en general el efecto es el que señalo.

      Eliminar
  4. -Oye, deberías disculparte ante X por haberle llamado imbécil.
    -Vale, está bien. Oye, X, te pido disculpas por llamarte imbécil, pero es que lo eres.


    Pues yo debo de ser un poco raro, porque no veo por qué debería de pedirse perdón a un/a imbécil por usar el diccionario para describirle, si ha dejado patente y demostrado de forma rotunda que lo es. Debe ser que me trasplantaron el hígado de Fernán-Gómez.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  5. KC:

    Estás planteando otro tema que tiene su propio interés. La entrada no iba sobre si está bien llamar imbécil a alguien que lo es, no sobre si se debe pedir disculpas por llamar imbécil a alguien que lo es, sino sobre la manera de pedir disculpas.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  6. Saludos José Luis Ferreira.

    Le he enviado un email a una cuenta que he encontrado, siguiendo la sugerencia que le hizo a un comentarista que pregunto en otra entrada como ponerse en contacto con usted. Es una propuesta de colaboración.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  7. Hola JLS.

    Llegó el momento, finalmente...¿?

    Saludos.

    ResponderEliminar