martes, 29 de mayo de 2012

Rajoy, que nos pilla el toro


Bartolo tiene el siguiente diálogo con un amigo:

Amigo: Imagínate que estás en el campo y te persigue un toro. ¿Qué haces?
Bartolo: Me subo a un árbol.
A: No hay árboles.
B: Me escondo tras unas piedras.
A: No hay piedras.
B: Me quito la chaqueta y lo intento torear.
A: No llevas chaqueta.
B:¡Tú lo que quieres es que me pille el toro!

Algo así nos está pasando con este gobierno y los bancos.

-Tenemos unos bancos con problemas. Lo suyo sería que se apañen ellos, si alguno cae en bancarrota, pues que caiga. Hay más bancos. Si acaso obliga a valorar bien los activos para que se sepa quién está mal y quién no y limitar el efecto contagio.

-No se hace eso, se les ayuda. Bueno, ya que te metes, por lo menos hazlo bien, controlando la situación con un buen plan, pidiendo responsabilidades y evitando el espectáculo bochornoso de las indemnizaciones millonarias a directivos incompetentes.

-No se hace eso, la situación se escapa de las manos. Pide ayuda a Europa, usa el fondo del BCE puesto sobre la mesa para estas situaciones. Así se implica a Europa, que tendrá incentivos para ayudarnos a que las cosas salgan bien.

-Nada, se insiste en que no hace falta un rescate aunque de hecho se está rescatando. Se dice que la subida de la prima de riesgo no tiene que ver con el caso Bankia.

Rajoy quiere que nos pille el toro.

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Hace tres años en el blog: El intercambio de modelos.
Y también: El nombre de la cosa.
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viernes, 25 de mayo de 2012

Manifiesto por la Educación


Recientemente se ha presentado públicamente el manifiesto para la mejora de la Educación. En la entrada que lo anuncia en el blog Nada es Gratis se explica y discute la evidencia que lleva a la propuesta (aquí está la presentación). No voy a repetirlo aquí, para ello podéis ir directamente a ese blog e incluso formular preguntas a uno de los promotores. Aquí voy a responder únicamente a algunas cuestiones que se argumentan en algunas discusiones que he tenido sobre el tema.

1. Es favorable a las políticas del PP. ¿La razón? En el ABC se hace hincapié en que en la presentación los promotores dicen que se pueden hacer mejoras en la Educación aún con los recortes. También se señala la fecha solo días antes de la huelga de la enseñanza.

Lo segundo son ganas de ser paranoico. Es ahora cuando está teniendo el debate. Por lo mismo se podía decir que apoya las protestas al  proponer cosas que no está haciendo el PP.

Lo primero es un non-sequitur en toda regla. El manifiesto propone unas líneas de mejoras, no dice en ninguna parte que sea bueno desinvertir en Educación. De hecho, si uno lee la gran cantidad de entradas sobre Educación en ese blog, sacará la conclusión contraria. Siempre se defiende la Educación como la mejor inversión que puede hacer un país. El orden es más bien el siguiente: vista la prima de riesgo y a la espera de convencer a Merkel, se pide que el déficit se enjugue no solo con recortes, sino también con impuestos. El gobierno no hace caso y apenas sube impuestos y sobre todo hace recortes. En esta situación se pide que los recortes nunca sean en inversiones productivas como la Educación. Ni caso. También se dice que, recortes o no recortes, hay políticas que pueden mejorar la Educación. Ya veremos qué caso hacen. De momento ya están haciendo algo contrario al manifiesto.  No importa, siempre habrá quien llame neoliberales que apoyan al PP a quienes intentan promover cosas sensatas desde la Economía.

¿Entonces, lo del ABC? Ellos sabrán, pero hay algunas hipótesis plausibles. Los promotores quieren influir en las políticas de los gobiernos (ya lo hicieron cuando gobernaba el PSOE) y teniendo uno del PP que ha hecho recortes venden su manifiesto diciendo que se pueden hacer mejoras incluso en tiempos de restricciones. Al ABC le parece que esto da la razón al gobierno. Vaya usted a saber por qué.

El País, por su parte, hace hincapié en los aspectos contrarios a la política del Gobierno.

2. La entrada de Nada es Gratis dedicada a la presentación del manifiesto no enlaza estudios, solo otras páginas del propio blog.

Esto no es cierto del todo, se enlazan también documentos oficiales y los datos están tomados también de fuentes oficiales. Si, además, uno va a los comentarios posteriores, a los enlaces de las otras páginas y a los cv's de los promotores, encontrará mucha investigación de calidad. Se puede criticar que no esté fácilmente accesible, pero no que no exista esa documentación.

3. Las conclusiones del manifiesto son contraria a otras de la propia CEOE, como las que se muestran en este documento. Por ejemplo, en lo que toca a la autonomía de los centros.

Le trasladé esta pregunta a Antonio Cabrales, que escribió la presentación Nada es Gratis. Está en los comentarios a la entrada. Esto es lo que contesta:
No lo he leído en detalle, pero me parece que las recomendaciones sobre “system level policies” son compatibles con el documento. Que la repetición es mala es algo que repetimos a menudo, y es importante que el sistema sea flexible con los distintos ritmos de la gente y que haya vías alternativas para que todo el mundo pueda seguir educándose siempre (nuestros puntos 2 y 4 en particular). Las recomendaciones sobre mejorar “low performing schools” también parecen muy compatibles, porque sugieren mejorar la capacidad de decisión de las escuelas (nuestro punto 4) y la atracción y retención del talento (nuestro punto 5). 
En lo que toca a la autonomía de los centros se habla de cosas distintas. En el manifiesto se refiere a la autonomía de cosas como elegir la metodología docente o gestionar los recursos, no sobre la posibilidad de rechazar alumnos e inducir guetos, que es lo que teme el informe de la CEOE. Es ilustrativo ver los gráficos sobre el grado de autonomía de los centros en España. Son los más bajos de Europa y en las antípodas de lo que hacen en los países nórdicos, por ejemplo. No creo que nadie piense que la CEOE les esté recomendando que se parezcan a nosotros.
4. El manifiesto se apunta al modelo de EEUU.

No sé de dónde sale esta afirmación. Ni en el manifiesto ni en la entrada de presentación se dice nada que pueda indicar esto. Más paranoias.

5. El manifiesto ha generado menos consenso que otros anteriores, solo lo firman 32 economistas.

Los promotores han cambiado su política. Ahora no se buscan adhesiones y firman solo los promotores.

6. ¿Qué hacen unos economistas hablando de Educación?

Hay toda una rama de Economía de la Educación. Nadie dice que sustituya a las opiniones de los expertos docentes, pedagogos,... Es una contribución más en las partes de la Educación en la que puede decir algo.

7. Se está vendiendo como ciencia lo que es una propuesta política

La propuesta es política, la ciencia está en los estudios. Buena ciencia si están bien hechos, mala ciencia si lo están mal. El manifiesto dice explícitamente qué se quiere conseguir (mejorar los resultados del sistema educativo en los parámetros que aparecen en los informes tipo PISA) y hace propuestas que, según los estudios, llevan a esos fines. Por supuesto es posible que otros tengan otras propuestas que también llevan a esos fines o, incluso, que tengan otros fines y otras propuestas. Si cada una de estas alternativas está avalada por estudios podremos discutir, políticamente, entre ellas.

8. Se habla de variables no observables, como el esfuerzo, que hacen bastante vacía cualquier argumentación.

El esfuerzo no es observable para los demás, pero es algo que existe y que controla cada uno. Cuando hablamos de esfuerzo, sabemos de qué estamos hablando, aunque no lo midamos directamente. Los modelos de Economía de la Información, desarrollados justamente para este tipo de situaciones donde la información sobre una variable no es igual para uno mismo que para los demás, permiten introducir este tipo de variables de control individual, estudiar los mecanismos económicos que lo incentivan y evaluar desde el punto de vista del propio individuo y de la sociedad los objetivos conseguidos. Esta crítica suena a la falacia de "como a mí no se me ocurre cómo hacerlo, no es posible".

martes, 22 de mayo de 2012

Huelga en la enseñanza


Hoy está convocada una huelga por la enseñanza pública de calidad y contra los recortes del Gobierno en esta área.

Como docente no puedo más que estar de acuerdo en promover la enseñanza pública de calidad. Además, como economista, no puedo por menos que señalar, como se ha dicho incontables veces, que la Educación es una de las mejores inversiones que puede hacer una persona o un país. En épocas de crisis hay que recortar cualquier cosa o subir los impuestos antes que disminuir las inversiones más productivas. 

(Esto es hablar en general, claro, con la crisis que tenemos los docentes también tenemos que sufrir nuestra parte. Ya nos bajaron el sueldo un 5% y podríamos muy bien aceptar sufrir otro 5% antes que ver cómo se despiden o dejan de contratar más profesores. Lo que importa es la manera en que nos apretamos el cinturón y con qué prioridades.)

Pero no quería hablar de esto, sino de mi situación particular como profesor universitario ante esta huelga. Pongamos que quiero participar. ¿Cómo lo hago?

Si tengo clase ese día es fácil, no doy la clase. Si hay una reunión o un seminario, no se acude. La consecuencia es que se da menos material a los alumnos (¿el examen quedaría igual?) y que la reunión o el seminario seguramente se pospondrán si la huelga es secundada por un amplio número de personas. ¿Qué tarea se deja de hacer en ese caso? Sufrirá la preparación de las clases o el tiempo dedicado a la investigación. O no necesariamente. Si no voy al despacho, podré realizar estas actividades en casa. Y si no las hago ese día, fácilmente haré otras cosas que no tendré que hacer otro día en el que podré dedicar más tiempo a recuperar esas horas. ¿Es eso huelga?

Pero lo que más me preocupa es que no tengo manera de hacer saber que estoy de huelga y, todavía peor, no sufriré ninguna consecuencia por ello. No ficho, nadie vigila si estoy en el despacho, nadie me pregunta si estoy de huelga. Solamente si he faltado a clase se me podrá descontar el sueldo de la jornada (y ni eso ocurre). Incluso si controlaran los despachos, podría estar trabajando en casa o en una reunión o trabajando en el despacho de otro colega.

En un alarde de ingenuidad, la Universidad nos dio la oportunidad de mostrar que estamos en huelga, introduciendo nuestro nombre en una aplicación informática (con nuestro código, claro). No creo que nadie entienda que se pretende otra cosa que facilitarnos la vida, pero he aquí que los convocantes rechazan esta medida. Argumentan, creo que con algo de razón, que puede ser intimidatoria. Si no con el actual equipo rectoral, tal vez con alguno futuro, por lo que no están bien estas medidas.

Así que aquí estoy, si hago huelga como me piden los convocantes no tendré ningún coste. Eso me coloca en una posición moralmente delicada. Mi huelga no se parecerá en nada a la huelga que hacen aquellos a los que sí se les descontará el sueldo. No quiero de ninguna manera decir que mi acción es equiparable a la de ellos. Sería desvirtuar su acción. Y si quiero equipararme a ellos, debo desoír a los convocantes.

¿Qué hago?

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Hace tres años en el blog: Los científicos se lo montan con modelos.
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domingo, 20 de mayo de 2012

Así está la cosa (2)


(Continúo la entrada anterior sopesando las posibilidades a partir de ahora. Cuál se seguirá es algo que corresponde a la adivinación.)

...

5. ¿Qué cosas pueden pasar? Muchas:

(i) El gobierno se remanga y se pone más serio: sube más los impuestos, bajas más los gastos (con mucha ejemplaridad) y deja de dar dinero a bancos insolventes. Merkel se apiada de nosotros, nos facilita liquidez y nos da unos plazos más flexibles para acabar con el déficit.

(ii) Seguimos contemporizando y nos acaban interviniendo. Bruselas o el FMI nos dan dinero, pero controlando nuestras finanzas. No suele ser buena cosa, tendrán menos contemplaciones y mostrarán menos sensibilidad de la que se podría mostrar desde el gobierno. Por lo demás, la intervención siempre llegará cuando es bastante tarde y casi todo el daño está hecho.

(iii) Salimos del euro y nos damos el gran batacazo. Veremos reducidos inmediatamente los sueldos un mucho por ciento (¿un 20%? ¿un 30%?) "gracias" a la devaluación y a la inflación. Eso sí, después del shock esperamos volver a crecer, que es lo que se suele pasar tras una contracción así.

6. Por si alguien se pregunta cómo funciona eso de no estar en el euro, aquí tiene:

Cuando en un país un sector deja de ser productivo hay dos maneras principales para proceder: (i) Bajan los salarios y los beneficios en ese sector y los recursos (trabajo y capital) se van desviando a los demás sectores. (ii) Se empeñan en mantener salarios y beneficios de los que quedan en el sector.

Lo primero es un ajuste en precios. Lo segundo, por mucho que se intente impedir, producirá un ajuste en cantidad. Se despedirá a mucha gente en ese sector y algunas empresas cerrarán. Los salarios pueden ser mantenidos artificialmente altos por presiones sindicales, subvenciones,... y lo mismo puede ocurrir con los beneficios de las empresas que queden.

El sostenimiento artificial de salarios y beneficios produce un derroche de recursos que afecta al funcionamiento de la economía y de las arcas públicas, en particular si pone dinero de su parte, aunque solo sea en el aumento del gasto por seguro de desempleo. Este deterioro lleva a la devaluación. Con ella bajan todos los salarios y beneficios rápidamente, tanto de los sectores productivos como los improductivos. Con el paso del tiempo, los de los productivos irán subiendo y los de los improductivos se mantendrán. Habremos llegado mediante este rodeo tonto a la situación que habríamos tenido en (i) su hubiéramos permitido un ajuste en precio.

7. Siempre habrá quien diga que hay que subir los salarios para que aumente la demanda y se expanda la economía.... Es el cuento de la lechera, demasiado bonito para ser cierto. Tal cosa nunca ha ocurrido (en términos generales, en términos particulares ha ocurrido más de una vez que el aumento del salario mínimo no ha aumentado el desempleo, o que una empresa vio aumentada su productividad y beneficios subiendo los salarios), antes bien, el aumento de salarios por ley se traduce en menor contratación, cierre de empresas o en todavía más inflación, que es lo que sí se ha observado en el pasado. Si el aumento de salarios no va acompañado de aumento de la productividad todo es ilusión. Parece que ya nos hemos olvidado de las escaladas de salarios y precios que vimos en los comienzos de la transición hasta los pactos de la Moncloa. El mismo argumento se puede hacer (el cuento de la lechera y su refutación) con los beneficios.

8. Siempre habrá quien diga que hay que hacer más gasto púbico. En determinadas circunstancias, puede funcionar, pero no cuando te piden altos intereses para financiarlo. Fuera del euro, además de aumentar impuestos podemos generar inflación, que es otro impuesto más. O podemos pedir prestado, pensando que la inflación abaratará la deuda. Pero los prestamistas no son tontos y demandarán todavía más intereses si prevén esto. Parece que ya nos hemos olvidado de la losa enorme de la deuda hace no tantos años en África o en América Latina. Mucha de esa deuda era deuda odiosa (se daba dinero a un sátrapa, no al país) y había buenos argumentos para pedir su condonación. Ese no será el caso en una democracia.

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Hace tres años en el blog: Sobre el número de gilipollas.
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jueves, 17 de mayo de 2012

Así está la cosa (1)


La cosa está así:

1. España vio reducidos los ingresos vía impuestos por la crisis económica y vio aumentados sus gastos por desempleo, con lo que se coloca en déficit. Hay que (i) reducir los gastos, (ii) aumentar los impuestos, (iii) pedir prestado en el mercado o (iv) pedir prestado a algún benefactor. La tercera posibilidad es suicida, como dice la prima de riesgo. Para hacer (iv) hay que convencer al benefactor (Alemania, FMI,...) de que no lo derrocharemos. Hasta entonces nos quedan (i) y (ii). Cómo combinar esas dos opciones y qué impuestos o gastos tocar es, en buena medida, opción política. Pero, por favor, sin demagogias (eliminar el Senado puede estar bien, pero ahorrará muy poco) y con sensibilidad (aumentar el tramo alto del IRPF tampoco va hacer que recaudemos mucho más, pero no solo ayudará, sino que también es de justicia que la gente sienta que se reparten los esfuerzos). Y no, por mucho que lo intentemos no vamos a hacer aflorar toda la economía sumergida de la noche a la mañana. Hay que intentarlo, claro, pero hay que ser realistas con los objetivos.

2. La razón del alto coste de la prima de riesgo es que, a pesar de que la deuda española no es particularmente elevada y de que hay planes de control del déficit, está siempre latente el rescate bancario. Lo dije aquí hace año y medio

En la época de bonanza pudimos haber bajado la deuda a cero. Se bajó del 70 al 40% del PIB, lo que no está nada mal y, en su momento, parecía más que suficiente. Si hubiéramos llegado al 0% ahora podríamos pedir prestado sin problemas, pero para eso ya es muy tarde (aprendamos para la próxima). Si el gobierno hubiera dicho que no se rescataba ningún banco, también podríamos estar mucho más holgado, pero ya llevamos ocho (desde la CAM hasta Bankia, pasando por otros menores). Parece que también es tarde para eso.

3. Sala i Martín tiene algunas ideas, pero no es optimista, parece que es también tarde.

4. Hasta aquí puedo leer. A partir de aquí son decisiones políticas, para las que no tengo una bola de cristal. Sobre todo se trata de convencer a Alemania. Yo creo que Alemania se dejará convencer si (i) ve que la reducción del déficit es seria y (ii) ponemos orden de una vez en el sistema bancario (poniendo claramente los valores reales de los activos, dejando de hacer fusiones de dos bancos malos para hacer uno malísimo y dejando caer a algunos insolventes).

En contra de lo que se oye en mucha teoría conspiranoica que hay por ahí, yo creo que a Alemania le trae bastante sin cuidado si reducimos el déficit con más impuestos o con menos gastos. Lo que quiere es que, si va a poner unos euros sobre la mesa (o si va a tolerar una inflación más alta para beneficio de los periféricos), que sea sabiendo que, para ella, es mejor el remedio que la enfermedad, el coste del remedio lo pagaría ella en gran medida, y recordemos que su enfermedad, con muy poco desempleo, sin prima de riesgo y con leve crecimiento, es mucho más llevadera que la nuestra.

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Hace tres años en el blog: La razón moral en pie de igualdad.
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lunes, 14 de mayo de 2012

El benefactor al rescate


Invierto 100 en un negocio. Si va bien, cada año produce 10 de beneficios, después de pagar todos los gastos. No está mal, es más de lo que me dan en otra parte por ese dinero y es más o menos lo que se tiene en otros negocios.

Un buen día la inversión deja de ir bien, por la razón que sea (malas decisiones, cambios de tendencia,...) el negocio deja de dar beneficios y entra en pérdidas, en vez de ganar 10, pierdo 50 que tengo que pagar a mis acreedores. El negocio es una ruina. ¿Qué hacer? Podemos abandonarlo y liquidar lo que se pueda recobrando, por ejemplo, 25 que, como no da para pagar las deudas, significa la bancarrota. Pago los 25 a mis acreedores, que perderán 25. Yo me quedo sin nada (pero no me quitan lo bailao, lo ganado hasta ese momento).

En lugar de eso, alguien me propone lo siguiente: "Yo soy tu benefactor, pago las deudas por valor de 50 y me hago dueño de la mitad de tu negocio (que empezó con una inversión de 100) y me quedo con la mitad de los beneficios futuros".

Estupendo, pero falta algo más, puesto que el negocio, recordemos, era una ruina. Para que dé beneficios habrá que invertir más, pongamos que ponemos otros 50 a medias, y que con eso se moderniza el negocio y se vuelven a tener 10 de beneficios anuales. Todo resuelto, volvemos a tener beneficios y a recuperar las pérdidas. Incluso mi benefactor podrá vender el negocio y recuperar los 50 que puso para tapar las pérdidas y los 25 de su parte de la ampliación de la inversión.

¿Es así? Un negocio que da 10 cada año se venderá por el valor actual descontado de ese flujo de dinero. Si, como habíamos dicho al comienzo, un negocio típico suele dar un 10% de beneficios, este que da 10 cada año se venderá por 100. Como mi benefactor es dueño de solo la mitad, podrá vender su mitad por 50. Es decir, no recuperará su inversión, que era de 50+25=75.

Visto de otra manera: si un negocio normal da el 10%, esos 75 de mi benefactor podrían estar dando 7,5 al año. En lugar de eso, los metió en mi negocio y sacó solo 5 al año.

¿Y yo? ¿Cómo quedo yo? Maravillosamente. Mi negocio valía 25, con los otros 25 de la ampliación de capital y con los 75 de mi benefactor salí adelante y por 25+25= 50 fui dueño de la mitad de un negocio que reporta 10 al año, de los que me llevo 5, el 10% de 50. Una buena inversión.

En realidad, no importa de quién sea el negocio y no importa cómo hiciéramos el reparto de los activos para que mi benefactor pagara mis deudas, estaríamos invirtiendo 30+50+50=130 por algo que solo se puede vender en 100. Cualquier acuerdo, desde una expropiación a precio cero para que mi benefactor se quede con todo hasta un acuerdo de ir a medias es un mal negocio.

¿Y los acreedores? Estupendamente, se les pagó todas las deudas.

¿Y tú? ¿Quieres ser el benefactor? ¿Quieres que alguien lo sea con tus impuestos?

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Hace tres años en el blog: Los poderes sobrenaturales de Tamariz.
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jueves, 10 de mayo de 2012

Cuatro versiones de mayo

Una optimista:



Una pesimista:



Una de esperanza:



Otra de resignación:

lunes, 7 de mayo de 2012

El nuevo problema de la inducción


En una entrada anterior, y a modo de introducción para esta de hoy, hablé del problema de la inducción. Como prometí entonces, esta segunda será sobre "el nuevo problema de la inducción", que intentaré resumir a continuación.

Pongamos que tenemos unas observaciones y queremos construir una teoría basándonos en ellas. Por ejemplo, hemos observado las posiciones de los planetas en el cielo y formulamos el modelo heliocéntrico gobernado por las leyes de Kepler. Con ese modelo hacemos predicciones y encontramos que estas se cumplen con mayor precisión que las predicciones hechas con un modelo alternativo, por ejemplo, con el modelo geocéntrico con epiciclos.

Entendiendo la inducción como inferencia estadística, y usando, dentro de ella, el modelo bayesiano, diremos que, si partíamos de ambas teorías, a las que asignábamos ciertas probabilidades a priori de ser ciertas (p para la primera y 1-p para la segunda), la información de los nuevos datos, que eran más esperables con la primera que con la segunda, hace que nuestras nuevas probabilidades de aceptación de las teorías sean p' y 1-p', donde p' > p. Es decir, los nuevos datos, que son más compatibles con la primera teoría nos llevan, por la regla de Bayes, a aumentar nuestra confianza en esa primera teoría.

Hasta aquí la explicación bayesiana del principio de inducción, y a partir de aquí tenemos "el nuevo problema de la inducción". Todo el truco está en que hemos partido de dos teorías suficientemente distintas, pero podíamos haber tenido un punto de partida distinto, manteniendo las dos teorías anteriores y añadiendo una tercera: un modelo heliocéntrico gobernado por las leyes de Kepler hasta el solsticio de invierno de 2012. Si, como antes, asignamos unas probabilidades a priori para cada una de las tres teorías (q para la heliocéntrica de antes, r para la heliocéntrica hasta el solsticio y 1-q-r para la geocéntrica), los nuevos datos nos harán dar más probabilidad a las dos primeras (q' q y r' r) y quitársela a la última. Y ahí está la clave: los datos no distinguen entre las dos teorías heliocéntricas, solo entre ellas y la geocéntrica. Si hubiéramos tenido r (ambas igual de probables a priori), tras los datos tendríamos q' r' (ambas igual de probables a posteriori).

Sin embargo, muy pocos científicos tendrán por igual de buenas ambas teorías y desdeñarán la heliocéntrica con final a la profecía maya. ¿Por qué? La razón no puede estar en la aplicación del teorema de Bayes con los nuevos datos (por lo menos, no hasta el solsticio de invierno), sino en la especificación de las probabilidades a priori, que asignará muy poca probabilidad a la teoría heliocéntrica con final en el solsticio. La pregunta parece ser: ¿por qué preferimos asignar un bajo valor a priori a esa teoría? Al fin y al cabo, no tenemos datos que nos permitan decir que una de las dos teorías heliocéntricas es mejor que la otra. ¿O sí?

Pero la entrada se alarga. Dejaremos la discusión para una muy próxima ocasión. De momento, vayamos entendiendo y digiriendo este nuevo problema de la inducción.

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Hace tres años en el blog: ¿Una bronca a Hollywood?
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sábado, 5 de mayo de 2012

Hoy toca "Escépticos en el pub"


Ya está aquí la nueva convocatoria de Escépticos en el Pub (Madrid). En esta ocasión el ponente será José Manuel López Nicolás al cual quizá conozcáis del estupendo blog Scientia. José Manuel es Profesor Titular de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia. Su charla lleva por título Marketing pseudocientífico. El propio José Manuel nos hace un resumen del contenido de la misma:
En esta charla se abordará el mal uso que distintos sectores empresariales como la industria alimentaría, nutracéutica, cosmética, etc. hacen de la Ciencia, utilizando el marketing científico para publicitar diferentes propiedades de sus productos que no se sostienen desde el punto de vista de la bioquímica, la biotecnología, la nutrición… ni del sentido común.

Además, se hablará del papel que la divulgación científica, a través de los blogs e incluso de las redes sociales, puede desempeñar para aumentar el rigor científico en el etiquetado y la publicidad de los productos que consumimos diariamente.
Como de costumbre el Escépticos en el Pub se celebrará en el Irish Corner (C/ Arturo Soria, 6), la hora de comienzo sigue siendo las 19:30h.


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Hace tres años en el blog: La razón moral a juicio.
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martes, 1 de mayo de 2012

Primero de mayo por el contrato único


En abril de 2009 un grupo de economistas firmamos un manifiesto por una reforma laboral basada en cuatro puntos principales:
  1. Acabar con la dualidad laboral.
  2. Mejorar la protección a los parados.
  3. Modernizar la negociación colectiva.
  4. Aumentar la eficacia de las políticas de empleo.
Para ello, en cada punto se realizaban las siguientes propuestas:
  1. Creación de un contrato único de indemnización creciente con el tiempo.
  2. Mantener los recursos dedicados a la protección por desempleo, pero cambiando algo su estructura, por ejemplo, permitiendo cobrar el desempleo de una vez para realizar una inversión.
  3. Reconocer que, en determinadas circunstancias, los convenios de empresa puedan prevalecer sobre los sectoriales.
  4. Introducir un programa serio de actividades de formación, con una evaluación y seguimiento de cada una de sus actividades.
Aquí hay un e-book con muchas más explicaciones y presentación de trabajos de investigación en apoyo de las propuestas del manifiesto y de algunas otras.

Me voy a centrar en la primera de las medidas, la propuesta de contrato único. No la voy a explicar yo, solo enlazaré los lugares que me parecen pertinentes para entender su alcance.

Aquí hay una explicación muy sencilla de la idea del contrato único.

Aquí hay una presentación de un trabajo de investigación (referenciado al final) en el que se simula la introducción del contrato único. Atención al gráfico 1. El resultado: menor dualidad y más protección para los trabajadores. Aquí hay otro trabajo de investigación en el que se simula la introducción del contrato único junto con un fondo de capitalización a la austriaca. Resultado: más protección sin aumentar el coste para el sistema. Aquí hay otro trabajo de investigación sobre lo mismo. Resultado: como los anteriores y, además, una disminución del desempleo del 21%.

Aquí hay otro trabajo de investigación, donde se hace una simulación sobre cómo habría sido la evolución del desempleo en España si hubiera tenido la legislación laboral francesa, bastante parecida a la española. Una de las diferencias, sin embargo, es el abuso del contrato temporal en España (que se eliminaría con el contrato único). Resultado: el desempleo en España habría sido un 40% menor.

(Los trabajos de investigación referidos están ya aceptados o enviados para su aceptación en revistas académicas de impacto en Economía.)

Aquí hay una crítica por un ex-ministro del PSOE a la idea del contrato único. No hay ningún trabajo de investigación, solo una narración de lo que le parece al autor.

Aquí se desmonta la falacia de la crítica anterior.

Aquí el ex-ministro insiste en lo mismo.

Aquí no hay ni una sola mención al problema de la dualidad del mercado de trabajo ni, por supuesto, propuestas o alternativas para resolverlo, por más que el libro presuma de eso, de alternativas.

Aquí una ministra del PP dice que es inconstitucional. Así, porque lo dice ella.

Aquí unos juristas discrepan. En su día, los proponentes del manifiesto ya se asesoraron al respecto antes de hacer la propuesta, como se evidencia aquí.

Aquí puedes apoyar la iniciativa "por un contrato único". En el enlace se encuentran más explicaciones y muy didácticas.

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Hace tres años en el blog: La razón moral en democracia.
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